TEMA : “FIEL ES EL CORAZÓN DE JESUS CON SUS AMIGOS”.
FECHA: HOMILÍA
EXEQUIAL SRA. MARÍA ESTELA SEPÚLVEDA METROZ VDA. DE ZAMORA.
1. “A
todos los que comulguen los nueve primeros viernes de mes continuos, el amor
omnipotente de mi corazón les concederá la gracia de la perseverancia final”.
Hermanos:
Hemos venido a este templo dedicado a Nuestra Señora de Pompeya, profundamente
arraigado en la piedad de los fieles de Playa Ancha, con el fin de celebrar la
Santa Misa en la cual Cristo se hace presente, en todo su ser, su cuerpo, alma
y divinidad.
Desde
su fundación, este lugar santo ha sido como un imán que ha ido atrayendo el afecto filial de tantas generaciones
que no han dudado en colocar el Santo Rosario como el arma más poderosa para alejar del error y el vicio las vidas que a
Dios le pertenecen, tal como lo hizo Santo Domingo de Guzmán en el Siglo XII
por inspiración de la Virgen: “Si quieres
ganar a Dios esos corazones endurecidos, reza mi Rosario”. En efecto, Dios
nos llamó a la existencia, y por su poder subsistimos.
Esto que parece tan simple decirlo, entraña un
insondable misterio al considerar que el mismo Dios que creó de la nada el
universo entero, desde lo que nos parece
casi infinito como es el número de estrellas, hasta lo más pequeño que nuestra
mirada no alcanza a descubrir como un átomo o una célula. Llevó cinco días a
Dios hacer toda la naturaleza nos dice el libro del Génesis, y al sexto creo al
hombre y la mujer “a su imagen y
semejanza”, lo que implica dos verdades: Al momento de crear la persona
humana interviene directamente la Santísima
Trinidad lo cual se evidencia -en la Biblia-
por el uso del recurso literario de un plural mayestático al decir: “Hagamos” y “a nuestra” lo que evidentemente incluye la directa intervención
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y,
en segundo lugar, crea al hombre “muy
parecido a Él”, por eso leemos que lo erigió “a su imagen y semejanza” lo cual,
el Salmo octavo vivamente lo enfatiza: “Lo hiciste poco inferior a los ángeles, caso como dioses lo
constituiste”.
PARROQUIA CERRO TORO VALPARAÍSO
Esta
semejanza de la creatura con su Creador se fortifica desde la vivencia de la
gracia que no sólo se queda en una disposición o capacidad, sino que en virtud
de la bondad y poder de Dios, concede permanentemente gracias por medio de la vivencia
sacramental, de la oración, del ofrecimiento de los sacrificios personales, y del
ejercicio de una vida coherente con el Evangelio.
Entonces,
desde el Bautismo tenemos una segunda llamada que el Señor hace a cada persona,
toda vez que concede el don de la fe, por medio del cual afirmamos en certeza
lo certeramente revelado por Dios, con una seguridad que supera lo que los
sentidos nos pueden mostrar como aparente certeza. ¿Quién no se ha equivocado
al momento de oír algo? ¿Quién no ha creído ver algo que luego fue simple
ilusión óptica? ¿Quién no se ha equivocado en tocar algo que luego no era lo
imaginado? El oído, el tacto, la vista, el olfato pueden equivocarse, pero
aquel que confía en Dios siempre camina con seguridad, toda vez que el Señor
sólo puede hablar en verdad, cuyo esplendor la fe nos devela.
Esta
Santa Misa de Exequias tiene lugar en un día muy especial. Para cada católico
no existe la suerte ni nada que le acontece es fruto del azar sino que forma
parte de la providencia queriente y permisiva de Dios, cuyos atributos excelsos
de bondad, poder, misericordia, y presencia los percibimos en virtud de aquella
disipación constituida desde el día de nuestro bautismo. Aquel día bautismal
marca un antes y un después en nuestra existencia, toda vez que como enseña la
Iglesia la gracia supone la naturaleza, elevándola y perfeccionándola, por lo
cual la vida de cada uno, por breve o extensa en años que Dios nos conceda
constituye una constante búsqueda e identificación con Aquel de cuyas manos
fuimos creados. Sabiamente lo dice San Agustín de Hipona en su libro
Confesiones: “Inquieto está nuestro
corazón mientras no descanse en Ti”. La vida del creyente es constante
búsqueda, pero no como quien lo hace a tientas, o por si resulta, sino que con
la firmeza de lo que el Señor ha dicho: “Todo
aquel que se une a Mi con fe viva no muere para siempre”.
PROCESION ALBERTO HURTADO 2019
Nuestra
hermana Estela Vda. de Zamora desde temprana edad descubre la necesidad de
transmitir aquel deseo de buscar, la sed
de descubrir la insondable verdad y bondad de Dios, cuya misericordia en todo
momento camina de la mano con la verdad, procurando entregar a múltiple
generaciones de niños y jóvenes, incluidos los de la Infancia Misionera, la certeza que vale la pena recorrer el camino
de la vida buscando a quien se ha revelado plena y definitivamente al mundo en
la persona de Cristo, perfecto Dios y hombre a la vez.
De
ello nos habla el santo de la caridad como es Alberto Hurtado: “La vida fue dada para buscar a Dios, la
muerte fue dada para encontrar a Dios, y la eternidad fue dada para vivir en
Dios”. Quien mejor que este hombre inquieto en servir al prójimo nos puede
ilustrar más fidedignamente el llevar a la práctica la verdad misericordiosa de Dios no se deja cautivar por
reconocimientos temporales presentando
ofertones para alcanzar el Cielo licuando
con esa actitud simplista el
sacrificio de Aquel que “nos amó hasta el
extremo” de morir en el patíbulo más ignominioso de hace dos milenios.
Queridos
hermanos, como maestra doña Estela procuró enseñar en toda su hondura el amor y
las exigencias inherentes a la fe que movía su alma, asumiendo que una fe sin
obras es una fe yerta…que conmueve pero no convierte de modo definitivo.
Citando nuevamente al gran Obispo de Cartago diremos que “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, según lo cual, aquello que uno hace de bien en este mundo sí
tiene incidencia en alcanzar la bienaventuranza eterna.
Recordemos
que llegar a ser santos en el Cielo es algo gratuito porque el precio lo saldó
Cristo en al atar de una Cruz. Por ello,
San Pablo dice: “Valemos la sangre de Cristo”, lo que ahora contemplamos
durante esta Santa Misa por medio de la cual adoramos a Dios, agradecemos a
Dios, imploramos el perdón de Dios, e inclinamos la balanza de la misericordia a
favor de quien se cobije bajo la mirada del sagrado Corazón, tal como lo hizo
nuestra hermana durante su vida.
¡Que delicadeza del Señor permitir a quien le
honró en vida cada primer viernes de
mes, con la comunión reparadora hacer que sus seres queridos experimenten la
bondad de Dios presente en las Hostia Santa donde palpita el Corazón de Cristo!
¡Que
fineza del Corazón de Cristo de permitirnos celebrar una misa de exequias a la
hora tercia donde Jesús señaló: “Todo
está consumado”! Con ello descubrimos que la muerte abre de manera
definitiva la puerta al Paraíso, meta definitiva de todo bautizado, por lo que
“cielo ganado todo ganado, cielo perdido, todo perdido”.
¡Que
ansia de implementar un apostolado donde sea el mundo el que se convierta a
Cristo y no ofrezca la fantasía del
diablo de convertir a Cristo a un
mundo esclavo del poder, del tener y del vicio en todas sus formas.
2. “Bendeciré
las casas en que la imagen de mi Corazón esté expuesta y sea honrada”.
MADRE
DEL PUERTO CLARO CHILE
Doña
Estela procuró durante su vida recorrer el itinerario de la fe, lo cual
entendió como una llamada de Dios que constituía un imperativo del que le era
imposible restarse. Para una cultura renuente a la fe, donde las prisas, los
éxitos, los poderes, y sensualidades son causa de tanto abuso e infidelidades,
la partida de un ser querido de este mundo puede ser causa de la toma de decisión,
de asumir con determinación el hecho de
la conversión a Dios, para lo cual todo tiempo y edad resulta propicio. Nunca
será demasiado tarde ni demasiado temprano para “buscar a Dios, para encontrar a Dios y para vivir en Dios”.
La
última vez que visité a doña Estela estaba en paz con Dios, acompañada de sus
seres queridos, especialmente de sus nietos pequeños –de los cuales soy padrino
de bautismo- y su hijo. Puede darle la bendición y conversar a solas con ella
sobre el valor del sufrimiento humano a
los ojos de Dios. Le recordé las palabras que el Papa Juan Pablo II dirigió en
octubre de 1978 a los enfermos en su primera actividad como Romano Pontífice al
día siguiente de ser entronizado como tal. Les dijo: “Cristo parecía impotente en la cruz, pero nunca fue más fuerte y
poderoso que estando puesto en ella”, por lo que “vuestro sufrimiento de hoy, por medio de la enfermedad, es fuente de gracia para vosotros y para toda
la Iglesia”.
Sobre
su cabeza estaba la imagen de la Santísima Virgen, de la cual en todo momento fue devota, procurando con su oración
obtener gracias para los suyos y sus alumnos. A los pies de Nuestra Señora de
Pompeya, donde tantas veces la vimos rezar el Santo Rosario, donde recibía
piadosamente en cada Santa Misa la sagrada comunión y donde rezó por nosotros,
ahora, le devolvemos la mano en
virtud de la comunión de los santos, sabiendo que toda oración hecha con fe a
Cristo resulta siempre eficaz, y en que las almas de los justos, que están en
el Cielo interceden con infinito mayor poder desde allá de lo que lo hicieron con
perseverancia acá. Que el alma de Doña
Estela Vda. de Zamora descanse en paz. ¡Viva Cristo Rey!
PARROQUIA
PUERTO CLARO CHILE
No hay comentarios:
Publicar un comentario