TEMA : “VERBUM CARO FACTUM EST
ET HABITAVIT IN NOBIS”.
FECHA:CHARLA
COLEGIO ALBERTO HURTADO / MARZO / 2021
1. “En el fondo del peor de los jóvenes, hay un
gran santo en potencia”.
El
Colegio nuestro, puesto bajo el patronazgo espiritual de San Alberto Hurtado
cinco décadas antes de su canonización, ha tomado su legado compuesto por
tantas acciones que en su tiempo fueron innovadoras –por cierto- como de sus
abundantes escritos relacionados al mundo de la educación.
Desde
que Jesús llama a sus primeros discípulos encontramos que el proceso de
selección incluyó, no sólo a pescadores
sino a reconocidos pecadores, cuyo único
requisito fue habar y estar con Jesús aceptando su persona divina y humana, en
otras palabras cambiando su modo de vida.
PADRE JAIME HERRERA CHILE |
Desde
la mujer de mala vida que iba a ser lapidada, pasando por el ladrón arrepentido
al que le promete que estará en cielo el mismo día que le reconoce, pasando por
el temor del que antes destilaba temeridad Santiago, o la triple apostasía del
que fue constituido para confirmar en la fe a sus hermanos, en general, la
Iglesia es un equipo espiritual de
quienes han tropezado en su vida y no han dejado de procurar, por la fuerza de la
gracia de Dios, colocarse de pie siempre luego de caer.
Esa
es la gracia de los santos: El pecado que hace caer no tiene la última palabra
sino que la tiene la mano misericordiosa de Dios siempre pronta a levantar al
caído haciendo que de una piedra emerja un brillante, de un árbol caído una escultura.
Una vez más descubrimos que el arte de educar subyace siempre en la educación
de alma.
Nada
es más importante ni más urgente ni tiene mayores perspectivas que atender el
corazón de cada alumno. Eso es lo que nos enseña el Padre Alberto Hurtado y lo
que la fundadora y directora del Colegio hiciera por cinco décadas, no usando
el camino del descarte fácil del alumno conflictivo, sino acogiendo y dando una
oportunidad tal como Cristo nos la ha dado tantas veces a cada uno.
Según
esto, el trato debido al alumno debe incluir la totalidad de su persona, donde
la dimensión espiritual no sólo no puede quedar en la vereda de lo prescindible
sino que ha de ubicarse en la vereda de lo que es fundamental, por lo cual, se
debe incluir a lo largo de todo el proceso educativo.
No
se trata de dar un momentáneo privilegio a los “gustos”, afectos, y sentimientos,
sino de hacer prevalecer la caridad con lo cual, se evitará caer en el favoritismo o en
animadversiones nacidas de juicios tan impropios como temerarios, a la vez que
primando la caridad se actuará desde la justicia, oportunidad y paciencia
necesaria.
CHILE PARROQUIA PUERTO CLARO |
¿Hasta
cuándo? y ¡hasta dónde? Suele ser una pregunta que se hace todo maestro
respecto de la conveniencia de conceder una nueva oportunidad a un alumno que
ha quedado “al debe” en sus conocimientos
y en sus actitudes de conducta.
Particularmente,
en momentos donde se suelen sobrepasar los límites del respeto a normas y
personas bajo la premisa del ejercicio de un libertinaje individualizado. Lo
que parecía imposible hace años que sucediera al interior de una sala, en
ocasiones, parece ya una costumbre, particularmente en la relación entre los alumnos
y de estos hacia sus maestros, al punto que ya unos ni siquiera enfrentan al
docente sino que hasta parecen prescindir de él, llegando al extremo –en
algunas naciones- de promover un eventual “docente
digital”, obviando la dimensión espiritual de la persona que necesita de
los demás y no de lo de más para crecer, madurar, aprender y desarrollarse
armónica e integralmente.
El
maestro es insustituible en el mundo de la educación, tal como lo es la familia
respecto de un alumno. La misión de ambos es armónica y ordenada, de tal manera
que habitualmente no será excluyente
porque de su vinculación se da una mejor educación hacia los niños y jóvenes.
La
Iglesia, y particularmente el apostolado educativo de Alberto Hurtado siempre
procuraron reconocer y fomentar la unión entre la familia y el colegio,
sabiendo en todo momento del papel primario del hogar y subsidiario de cada
centro educativo.
Los meses que hemos vivido esta Pandemia –que se extiende por más de un año- ha hecho verificar esta unidad que es prioritaria entre cada hogar y el colegio al momento de requerir la presencia y competencia de uno y otro, en un caminar juntos de aprendizaje que ha requerido de un mayor grado de humildad, paciencia y perseverancia.
IGLESIA DE CERRO TORO EN CHILE |
2.
“Para formar, amar. Quien
no ama que no pretenda formar” (San
Alberto Hurtado Cruchaga).
Estamos
casi en el umbral del inicio de Semana Santa a lo largo de cada día tendremos
la oportunidad de experimentar y contemplar la grandeza del amor de Dios que
nos habla de sí mismo, de una vez para siempre en la persona de Jesucristo. Por
ello, Él es la Palabra definitiva hacia la cual toda revelación anunció y donde
culminó con su llegada acontecida un día como hoy: “Verbum caro factum est et habitavit in nobis”.
Cuando
una persona ama es capaz de insospechadas iniciativas, ir a lugares agrestes, permanecer
desvelado, colocarse de pie luego de sucumbir, soportar desprecios e
ingratitudes. Cada uno podría dar múltiples ejemplos de ello de acuerdo a lo
que hemos visto en nuestra vida. Lo anterior resulta eficaz para vislumbrar lo
que implica el sacrificio realizado por Jesucristo por cada uno de nosotros,
para obtener nuestra salvación.
Para
ello, estos días debemos dejarnos
reconciliar por Dios tal como dice la Biblia: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por
Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación, que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus
pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de reconciliación” (2
Corintios V, 18-19).
La
misión de cada maestro en todo momento incluye esta dimensión sanante que hunde
su raíz en la obra redentora de Jesús. Es que el verdadero amor y el sacrificio
que implica su purificación y crecimiento pasa por Dios, de tal manera
que, la “profesión” del docente sólo
puede ser cumplida acudiendo al manantial siempre fresco del amor de Dios: “Haya,
pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo
en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente, hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses
II, 5-8).
Al
culminar recordemos las palabras de nuestro Patrono: “Para formar, amar. Quien
no ama que no pretenda formar!
¡Que Viva Cristo Rey!
PUERTO CLARO VALPARAÍSO CHILE |
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