TEMA : “TU
VE A ANUNCIAR EL REINO DE DIOS”.
FECHA:
HOMILÍA FESTIVIDAD DE SAN BERNABÉ / JUNIO
2022
Ubicado
entre los apóstoles –al igual que San Lucas- forma parte de los “discípulos” del amanecer de la Iglesia.
En el libro que relata la vida de los Apóstoles, se refiere a San Bernabé como “hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo,
y de mucha fe” (XI,24).
Al
igual que Jesús eligió a Simón y le dio una misión para lo cual le cambio el
nombre, los apóstoles al designar a José le dan una tarea para lo cual cambian
su nombre por el de Bernabé. La gracia recibida, la misión cumplida exigía una
conversión que se manifestaba en el cambio de nombre. Nueva vida, nuevo nombre.
PÁRROCO DE VALPARAÍSO CHILE |
Etimológicamente
el nombre de San Bernabé significa “el
que se esfuerza por animar y entusiasmar”. Lo cual, según refiere el libro de los Hechos de los
Apóstoles, le llevó a dar lo suyo en
beneficio de quien lo requerí. Con una radicalidad que sólo es equiparable a la
actitud resuelta del profeta Eliseo, hijo de Safat que hemos conocido en la
Primera lectura. Fue llamado por Dios en medio de su trabajo diario, y quemó su
pasado para no tener la tentación de volver a él. Convengamos que el Señor no
quiere que seamos pirómanos con este relato, sino que una vez puestas las manos
y corazón en las enseñanzas de Jesús simplemente no hay vuelta atrás.
Lo
propio del Apóstol es dar testimonio: No solo palabras, no solo relatos consabidos,
sino dar a conocer lo que uno ha experimentado, aquello que Dios ha hecho en medió
de nuestra vida, cómo el Señor ha cuidado de cada uno de nuestros pasos.
No
es casualidad que allí donde Bernabé junto a San Pablo anunciara la Buena
Noticia de Jesús muerto y resucitado, se llamase por primera como “cristianos” a los que se convertían a
Jesucristo. De hecho, “cristiano”
significa “ser de Cristo”, participar
del equipo que juega por el Evangelio, (no el joven futbolista que juega en
Real Madrid y esta semana un chofer le chocó su Bugati de casi dos mil millones
de pesos chilenos) Ser “cristiano” implica llevar el estandarte
victorioso de la Cruz, que hasta entonces fue signo ignominioso de la muerte, en el emblema de Aquel que resucitó y ascendió al Cielo para estar
sentado a la derecha de Dios Padre.
PARROQUIA CERRO TORO VALPARAÍSO |
La
comunidad de Antioquia envió a San Pablo y San Bernabé hacia Tierra Santa con
el auxilio espíritual y material que requerían en Judá. Nadie mejor que ellos
vivieron la caridad fraterna asumiendo que no se hace el bien cuando se da la
espalda a Dios, como no se puede mirar de frente a Dios olvidando a quienes han
sido llamados bienaventurados.
San
Bernabé, como Patrono de Logroño es reconocido como especial protector desde aquel
asedio de diecisiete días del año 1521. Ver la “mano de Dios” en los hechos y acontecimientos ha sido una constante
en la vida de la Iglesia, como leemos en
la historia lineal de fe. Dios puede irrumpir de manera sorpresiva en nuestra
vida, pero nuestra vida como creyentes nunca será una sorpresa porque estamos
en las manos providentes de nuestro Dios, que es certeza, que es seguridad. Por esto, al Señor
-en medio del trabajo diario- puede
presentarse y llamarnos como leemos en la Primera Lectura del Libro de Reyes
donde Dios llamó a Elíseo, al igual que
con Moisés, Gedeón, David, Simón Pedro, Juan Evangelista, Santiago y Leví…Todos
ellos “hacían la pega” al ser llamados por Dios y no eran merluzos
perezosos.
Nos
detenemos ahora en la invitación que en el Evangelio proclamado hace Jesús a sus Apóstoles:
Pide disponibilidad:
“El hijo del hombre no tiene donde
reclinar su cabeza”. Nada que mitigue o aminore lo que puede ser exigible
como justo y hasta necesario, como sería el descanso. En medio de la vorágine
de anunciar el Reino de Dios en el mundo no hay espacio para detenerse en “hacer bajar fuego para consumirlos”, es
preciso dedicarse totalmente a la tarea de mover a la conversión por medio del testimonio
y la fidelidad que son las armas que resultan invencibles ante una cultura
signada de relativismo.
Es
esa disponibilidad a “todo evento” la que precisa Jesús hoy de parte de quienes
nos reconocemos como sus discípulos. La gracia que Dios concede a sus Apóstoles
les permite presentarse como irreductibles, por lo que es el camino que hoy precisa
nuestra Iglesia para presentarse ante el mundo… no es el de acomodarse a él
sino de ser dóciles a Dios viviendo en permanente disponibilidad a sus
designios.
San
Bernabé y San Pablo comprendieron aquello de no tener donde reclinar la cabeza
como el camino para seguir a Jesús, quien nos dice “sígueme”, lo que es una gracia y una misión que nos entrega.
IGLESIA DE PUERTO CLARO EN CHILE |
El
segundo aspecto que resaltamos de las palabras de Jesús, es el carácter de urgencia
con que llama a dar testimonio, el cual no admite una doble interpretación: “Tú
ve a anunciar el Reino de Dios”. Bajo una expresión fuertísima: “Deja que los muertos sepulten a sus
muertos”, exhorta a dar cumplimiento a lo que luego, en lo alto del Monte Tabor
–que es el lugar de la Ascensión- dirá: “Vayan al mundo entero anunciando a
obedecer todo lo que Yo les he mandado a vosotros, bautizándolos en el nombre
del Padre, del hijo y del Espíritu Santo”.
La
experiencia nos indica que subsiste una directa relación entre lo que se ama y
lo que se obedece, por lo que a un hijo,
a un alumno, a un subalterno, le resultará más fácil obedecer cuanto más
cercanía, conocimiento, y comunión tenga con quien le manda algo. Por el
contrario, siempre es cuesta arriba seguir los designios de quien se percibe
como desconocido y ajeno.
Entonces,
si Dios es más intimo a nosotros que lo que nosotros mismos creemos, nadie nos
puede conocer mejor que Dios, nadie nos puede amar más que lo Dios nos ama, por
lo que nadie ha de posponer, salvo por un acto de negligencia culposa, a la
llamada que hace Jesús. Se aplica en este sentido que lo bueno, cuanto antes se
haga, es mejor, porque evita la posibilidad de no llegar a hacerlo.
Sin
duda, el demonio habitualmente colocará sucedáneos múltiples para que busquemos
razones a la hora que Jesús nos llame, las cuales bordearán legitimidades y
comprensiones, es decir, para los
mundanos –llámese progresistas, secularistas, liberacionistas, y modernos-
siempre resultará atendible y aceptable dejar a Dios en segundo lugar, luego
será dejarlo en tercer lugar, hasta dejarlo sin lugar en nuestra vida. Es en
ese momento donde sacado Cristo como prioridad y urgencia cualquier ilusión lo
sustituirá: Si no adoramos a Dios cualquier baratija será querible. Por ello,
no doblemos nuestras rodillas ante los baales
modernistas renuentes al rigor y la fidelidad.
Invocar
la urgencia de anunciar el Reino de Dios en este tiempo tan marcadamente
secularizado nace no sólo de lo dicho por Jesús en medio de sus Apóstoles sino
que además, forma parte de estar siempre preparados pues la promesa del Señor
de su retorno no puede ser tenida en el limbo
de lo improbable sino que ha de ser ubicado entre lo inminente. La última
expresión de los evangelios, en el libro del Apocalipsis dice: “Maranatah”, que significa: “¡Ven pronto Señor!”.
¡Que
Viva Cristo Rey!
PADRE JAIME HERRERA VALPARAÍSO |
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