DECLARACION OBISPOS EN ESPAÑA EN DEFENSA DE
LA VIDA
10 DE OCTUBRE 2022
La Iglesia tiene la misión en este mundo
de defender y mostrar la dignidad de cada persona humana, creada a imagen y
semejanza de Dios, y de alzar la voz proféticamente cuando esta dignidad se ve
amenazada de distintas maneras.
En los últimos meses, se han incoado iniciativas
legislativas que, lejos de promover el bien de la persona y su dignidad,
atentan gravemente contra la misma. Es por ello que queremos
invitar a los miembros del Pueblo de Dios y a todos los hombres y mujeres de
buena voluntad a reflexionar sobre estos asuntos.
En primer lugar, mostramos nuestra
preocupación y nuestro rechazo ante la aprobación de la nueva ley del aborto.
Varios son los aspectos reprobables de esta ley
entre los que podemos destacar los siguientes: promulgar el aborto como un
derecho, el atentado a la igualdad que supone permitir el aborto de los
discapacitados hasta los cinco meses y medio, la posibilidad de que las chicas
de 16 y 17 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres, la
obligatoriedad de que los médicos que rechacen realizar abortos tengan que
inscribirse en un registro de objetores de conciencia o la eliminación del
período de reflexión antes de abortar y de la información sobre alternativas al
aborto.
En segundo lugar, expresamos nuestra
inquietud por la posible aprobación de la Ley para la igualdad real y
efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las
personas LGTBI que contiene en su
articulado elementos realmente preocupantes de
imposición de la teoría queer, teoría que cuestiona
radicalmente la identidad sexual de las personas, en todos los ámbitos de la
vida personal, familiar y social, estableciendo e imponiendo
arbitrariamente una única concepción antropológica.
Durante su pontificado el Papa Francisco ha
hablado, en numerosas ocasiones y siempre en tono sumamente crítico,
de la denominada «ideología de género» llegándola a considerar uno
de los mayores atentados de nuestros días contra la dignidad humana y,
tal vez, la mayor amenaza existente contra la familia. Dicha ideología de
género es el fundamento de esta nueva ley de la transexualidad.
PARROQUIA PUERTO CLARO |
Ante este horizonte de colonización ideológica queremos
recordar la antropología adecuada que nos muestra que la persona es la unión de
cuerpo y alma, siendo el cuerpo un bien de la creación y expresión de
la persona. Desde este fundamento sólido expresamos lo siguiente:
1.- Son muchos los testimonios de familias, madres,
jóvenes y adolescentes que han sufrido las consecuencias que produce la llamada
teoría queer o teoría del gender. A todos ellos queremos mostrar
nuestro apoyo y ayuda y tenderles la mano para
iluminar la perversión de una legislación ideológica.
2.- Es preocupante la implicación directa de la
Administración y de los poderes públicos en la promoción de los postulados de
la ideología de género. Un estado democrático no puede imponer una
peculiar y reducida visión antropológica en todos los ámbitos:
educativo, jurídico, sanitario, laboral, en los medios de comunicación, en la
cultura, el deporte y el ocio.
3.- Es llamativo que se haya incrementado
considerablemente el número de adolescentes que piden cambiar de sexo sin
presentar una auténtica disforia de género, sino como manifestación de inestabilidades
afectivas propias de esa edad.
Todos los estudios científicos coinciden
en que más del 70% de los niños que piden cambiar de sexo, cuando pasan la
adolescencia, no siguen pidiendo el cambio.
4.- La despatologización de la
transexualidad se identifica con favorecer una intervención médica, pero sin
criterios médicos, sino con criterios subjetivos del paciente.
Despatologizar significaría poder solicitar y aplicar tratamiento médico e
incluso quirúrgico de forma arbitraria, obligando al personal
sanitario a obedecer los deseos de los pacientes, aunque ello conlleve graves
riesgos para la persona. Estamos ante un ejemplo claro de
irracional dogmatismo ideológico.
5.- Se regula por ley que la transexualidad es fruto
de una elección de la identidad de género, evitando que la ciencia, a través de
la medicina, estudie y determine el tratamiento más aconsejable.
Podemos decir, por tanto, que se niega la
posibilidad de tratamiento psicosexual e incluso la necesidad de obtener un
diagnóstico de las personas con trastorno de identidad de género, confundiendo
el diagnóstico médico con un intento de anulación de la personalidad.
COLEGIO ALBERTO HURTADO 2022 |
6.- No se puede decir que la reasignación de sexo
hormonal y quirúrgico soluciona los problemas que conlleva los trastornos de disforia. Son
muchos los testimonios de personas que se han sometido a la reasignación y no
han visto solucionado su situación. Igualmente hay que valorar
bien los tratamientos y explicar las secuelas, los efectos secundarios
y las complicaciones de los mismos.
7.- La comunidad cristiana y,
en particular, los pastores debemos desarrollar, siempre,
sentimientos de acogida hacia las personas con disforia de género, a
quienes les asiste el derecho a ser respetados y a ser tratados con los medios
lícitos puestos a disposición por la medicina para conseguir el nivel de salud
física, psíquica y relacional más alto y satisfactorio que sea posible, en los
límites de su condición y en el respeto pleno de la verdad y de la dignidad
humana.
8.- Los fieles que se encuentran en esta
situación son hijos amados del Padre, y como cualquier otro fiel se han
convertido, a través del bautismo, en herederos de la vida eterna.
Ellos están llamados por Jesucristo a la santidad y a
realizar, animados por el Espíritu Santo la voluntad de Dios en sus vidas,
uniendo al sacrificio de la cruz los sufrimientos y las dificultades que puedan
experimentar a causa de su condición.
9.- Hay que alzar la voz con fuerza y denunciar el uso de
tratamientos prematuros e irreversibles aún más cuando no se está seguro de la
existencia de una auténtica Disforia de Género.
Las actuaciones médicas que se lleven a
cabo en los menores, después de una serena reflexión, nunca deben ser de
carácter irreversible dada la incertidumbre sobre los cambios que pueden darse
en el desarrollo de la personalidad durante las fases de la pubertad y la
adolescencia.
10.- Hay que respetar la libertad de
conciencia y de ciencia a todos los profesionales de los diversos
ámbitos de la vida social sin condicionar el desempeño profesional en
libertad.
Nos preocupa que se quiera imponer un
adoctrinamiento que condicione el desempeño profesional en el campo educativo,
sanitario, función pública, judicatura, cultura, medios de comunicación.
La Iglesia es una Madre que quiere salir
al encuentro de las mujeres en riesgo de abortar porque se encuentran solas y
sin recursos, de las mujeres que han abortado y padecen las consecuencias de
esta decisión.
La Iglesia también acoge en su
seno a las personas que sufren por su disforia de género y a las
familias de los niños y adolescentes que experimentan confusión en su identidad
y necesitan acompañamiento.
Pidamos a Santa María, Madre de la Vida y Reina de
la Familia, que interceda por nosotros para que nos dé creatividad
para instaurar la tan necesaria cultura de la vida y caridad para atender a las
personas que permanecen heridas al borde del camino.
– Mons. D. José Mazuelos Pérez, obispo de Canarias,
presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida
– Mons. D. Ángel Pérez-Pueyo, obispo de Barbastro-Monzón
– Mons. D. Santos Montoya Torres, obispo de Calahorra y
La Calzada-Logroño
– Mons. D. Francisco Gil Hellín, arzobispo emérito de
Burgos
– Mons. D. Juan Antonio Reig Pla, obispo emérito de
Alcalá de Henares
BENDICIÓN NOVIOS OCTUBRE 2022 |
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