TEMA: ¿BUSCAR A
CRISTO?
FECHA: RETIRO ESPIRITUAL JÓVENES
CONFIRMACIÓN / 2021.
¡Ha llegado carta!: La
Biblia, como fuente de la revelación de Dios, fue definida por San Jerónimo
como “una carta dada por Dios a los
hombres”. Ello invita al interés por descubrir lo que nos dice pues todo su
contenido forma parte y es expresión de
su voluntad.
Una
carta tiene una autor, un destinatario y un contenido. La Biblia, venerada como
“sagrada” tiene a Dios como su autor
primario, y a cada creyente como destinatario. Al creyente individualmente
considerado como socialmente inserto, por ello, es la Sagrada Escritura alimento para el alma
y nutre el alma de la Iglesia fundada por Jesús.
Para
quien se sabe querido, la lectura un mensaje enviado por el ser amado implica un imperativo, una urgencia, que nos
lleva –en el plano de la fe- a repetir las palabras del joven profeta Samuel: “! Habla Señor que tu siervo escucha” (1
Samuel III, 10).
Nunca
acabaremos de sorprendernos al recordar
que “Dios nos habla”. Con tanta
ligereza lo decimos que no asimilamos en toda su hondura lo que ello implica:
La iniciativa la tiene Dios:
“Dios nos amó primero”. El hombre
responde a Dios porque el Señor se manifestó
previamente. Habitualmente exacerbamos la capacidad de la persona en
vistas a destacar que somos nosotros los que “elegimos” a Dios olvidando que ningún paso daríamos hacia Él si
acaso no hubiese establecido el camino, el modo, y el medio para hacerlo.
No fue cualquier medio:
La iniciativa de Dios se suma a la grandeza incomparable de su amor que
permitió que la segunda persona de la Santísima Trinidad asumiera en todo la
condición humana -menos el pecado- haciendo posible que el hombre originalmente
creado por Dios a “su imagen y semejanza”,
es decir, muy parecido, pudiese tener
ahora –desde la encarnación de verbo- real participación de la vida divina
misma.
Ensayo Misa St. Peter's Octubre 2021 |
Nuestra vida entera es una oportunidad para responder:
Reunido con los jóvenes chilenos, el Santo Padre invitó a la juventud a “mirar a Cristo” e identificarse con
El, a “camisetearse” con su persona.
Habitualmente
tenemos facilidad para asumir con pasión aquellas realidades que se nos
presentan como deseables. En poco tiempo aprendemos himnos, vertimos sus
´poleras, bailamos sus ritmos, seguimos sus reglamentos y aceptamos sus
horarios. ¿Ejemplo? Un equipo de futbol.
Estando
en una ciudad hace cerca de tres décadas he visto –casi en calidad de martirio-
cómo los seguidores de un club verde y blanco en su estadio entonan los
cánticos de apoyo a su equipo casi con mayor fidelidad que los sacerdotes lo
hacemos a las normas litúrgicas prescritas. Un ritual seguido con precisión es
el que siguen las barras bravas en cada estadio…Las personas mayores de mi
parroquia suelen cantar fuerte pero nada resulta comparable con el modo y entusiasmo que se hace en un clásico
evento deportivo…En ocasiones , en la Santa Misa como sabemos hay diversos
momentos donde permanecemos de pie, nos sentamos, nos arrodillamos, lo que de
suyo debería ser al menos expresión de
una participación activa, pero no siempre todos las siguen y sólo unos están de
pie, solo algunos se arrodillan , solo algunos se sientan, en tanto que en un
estadio con exactitud de desfile en Corea de Norte o China todos saltan,
aplauden, gesticulan.
¿Por
qué nuestro modo de participar en un equipo de futbol difiere tanto en uno y en
otro lugar? ¿Por qué la viveza en uno se muestra sordera y ceguera en lo que
dice relación con Jesucristo, su Iglesia y su obra?
Debemos
pedir a Cristo que abra nuestros oídos y nos libere de toda ceguera espiritual.
Urge Señor que podamos escuchar tu Palabra y ver la obra de tu gracia, para lo
cual imploramos que aumente nuestra fe mediante la cual, damos firme asentimiento a lo que Dios mismo nos
dice, particularmente, en la santa Biblia.
Durante
este año de preparación al Sacramento de la Confirmación hemos tomado cuenta
que el tiempo pasa, a veces con tanta rapidez que no percibimos su avance.
Tempranamente recibimos el sacramento del bautismo, donde pasamos a ser hijos
de Dios y de la Iglesia. Nuestra alma fue liberada de la culpa del pecado
original. Entonces, comenzó nuestra peregrinación hacia la Patria definitiva.
No hay un tiempo más o menos inviable hacia la
santidad: En ocasiones podemos ceder a la
tentación de decir soy demasiado joven…o demasiado viejo para ocuparme ahora de
“estas cosas” del cielo o la vida
eterna. Ante una cultura de la inmediatez, donde todo se relativiza impregnando
a nuestro ambiente de incertidumbre, olvidamos con frecuencia que estamos de
paso, que somos peregrinos que “vamos a
la Casa del Señor”.
La
imagen de un conjunto de fieles que avanza “en el tiempo”, de generación en
generación, la vi de manera plástica representada en el convento de las
religiosas de la Congregación de la Preciosa Sangre de la calle Hamilton de
Brooklyn. La parte alta tiene representada a la Iglesia de Jesús y los
apóstoles pasando por gran cantidad de santos de los primeros veinte siglos.
Son
los santos y beatos, los mejores hijos
de la Iglesia, son los más fieles
intérpretes de la Biblia. Ellos traducen por su docilidad a la gracia la vida
de Cristo en cada época, haciendo que su testimonio de vida se proyecte para
todo tiempo pues se reviste del aroma de eternidad que dice relación con
Dios.
Retiro Espiritual Confirmación 2021 |
Los santos no son una moda: Porque la vida de la gracia, la amistad con
Dios no es algo que diga relación con opciones o gustos personales y
temporales, sino que implica que la
iniciativa parte, se encamina y termina en el amor de Dios que es
infinito.
Todos
tenemos un santo patrono que “personalmente” intercede y es ejemplo para
nosotros. Quizás, hemos conocido la vida de un santo o hemos escuchado sobre
ellos: Santa Teresa de Los Andes (1900-1920), San Alberto Hurtado Cruchaga
(1901-1952) o la Beata Laura Vicuña Pino
(1891-1904). Hijos de una misma Patria, vivieron en una misma época en
Santiago. Diríamos que fueron contemporáneos, por lo que más de alguien pudo
conocerlos directa o indirectamente a los tres. ¿Pasó una brisa del Espíritu
Santo en medio de ellos en esos años? ¿Una gracia especial del cielo para Chile
en dos décadas? ¿Una formación y ethos cultural hecho “ambiente” proclive a la virtud?
Hogares consagrados, hogares sanados:
Sería poco riguroso negar la realidad de estos tres elementos en la gestación
de santos, pero no podemos olvidar que muchos hogares se consagraban al Corazón
de Jesús durante esos años gracias a la iniciativa de un sacerdote que fue
reconocido (por el Romano Pontífice) al
fin de sus días como “el Apóstol Moderno
del Sagrado Corazón”, y como el “bombardero
del Corazón de Jesús”, por uno de sus predecesores.
Su
padre, venido de la lejana “Isla de los
Santos” como era denominada Inglaterra, por el gran número de creyentes
elevado a los altares y venerados como santos y beatos, se casó con una mujer
de tradicional familia arequipeña, los cuales tuvieron a su hijo Mateo
Crawley-Boevey Murga, que a todas luces es el sacerdote que dio el mayor
impulso a la devoción al Corazón de Jesús a inicios del siglo veinte. A la
consagración personal sum la consagración de la familia por medio de la
práctica de la Entronización en cada familia, sumando sinnúmero de hogares a lo
largo del mundo entero.
La santidad de la familia, con la familia y desde la familia:
Con realidades muy distintas, que van desde un hogar con padre y madre de rezo
diario del Santo Rosario a la hora vespertina en el caso de Juanita Fernández
del Solar (Teresa de Los Andes), pasando por el hogar de la pequeña Laura
Vicuña donde junto a su madre deben trasladarse de chile hacia Argentina
–emigrantes o desplazados diremos hoy- donde vivirán horas muy tristes de
limitaciones económicas y morales, hasta el caso de la familia Hurtado
Cruchaga, prolífica en vocaciones al sacerdocio y como religiosas, que pasó
penurias que exigieron el mayor de los sacrificios al joven que llegaría a ser
santo.
¿Qué hay en común entre ellos?
Recordemos que socialmente hubo una guerra con dos naciones limítrofes entre
1879-1884 cuyas consecuencias se heredaron por varias generaciones, y una
Guerra Civil que causó diez mil muertos, muchos de los cuales cayeron en
batallas cercanas a pocos kilómetros de donde estamos (Placilla) y (Con Con).
Mas, sobreponiéndose a sus graves consecuencias, la vida familiar resultó
fundamental para que esos tres jóvenes pudiesen llegar a la meta de la
santidad, llevando las virtudes a la perfección al final de sus días.
No hay excusa válida para dejar de buscar la santidad
en nuestros días. Es el tiempo favorable, al que un
marino diría navegar con viento a favor. No es sano espiritualmente justificar
la falta de compromiso y fidelidad respecto de lo que se refiere a Dios
argumentando con las limitaciones del tiempo presente.
Las verdaderas transformaciones en el mundo las hacen
las almas santas: Meter ruido no es lo
mismo que cantar; moverse no implica bailar; y avanzar no implica
perfeccionarse. En la medida que nos dejemos impregnar por la gracia que
generosamente el Señor quiere darnos –como el ojo capta la luz o una esponja
seca absorbe el agua fresca- podremos cambiar todo lo que es carente a nuestro
alrededor.
TEMA: “VIÓ Y
CREYÓ”.
FECHA: RETIRO ESPIRITUAL JÓVENES
CONFIRMACIÓN / 2021.
En
la primera meditación conocimos a un apóstol que buscó al Señor, invitando en
sus cartas a seguir a Jesús en permanente conversión. Por esto, la conversión
personal es el detonante imprescindible
de las verdaderas transformaciones de nuestra sociedad. Antes que liderazgos,
antes que vinculaciones y participaciones, se requiere buscar ser santos
dejando de lado lo que está mal y asumiendo lo que está bien. Es el primer
peldaño de una sincera conversión.
Sacerdote Diócesis de Valparaíso 2021 |
El alma fue creada por Dios para poder ser partícipe
de la vida divina:
Hace
unos años el Papa Benedicto XVI dijo que
“no se comienza a ser cristiano por una
decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro, con un acontecimiento, con una Persona,
que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”
(Encíclica “Deus Caritas est”).
San
Juan, el más joven de los Apóstoles, hermano de Santiago, descubre a Jesús y
con ello se amplía el horizonte de su vida, cada día de su casi centenaria vida
estará marcada por la verdadera alegría porque estaba signada con la fe
verdadera. Nunca temer a la verdadera alegría, pero si a perderla porque la
tristeza es el “caldo de cultivo” que
tiene el demonio para tentar. El gozo, fruto del espíritu santo es una coraza
para vencer las acechanzas del maligno en este tiempo de pandemia espiritual.
Desde
un primer instante San Juan Apóstol –adolescente quinceañero- apuesta por
Jesucristo. Da prioridad a lo que Jesús dice, no relegando la voluntad de Dios
a los programas propios, deseos, o sentimientos.
Sabedor
de la confianza depositada por Jesús, que le mira con cariño, y le elige con su
edad y características propias de su personalidad, ha sido reconocido como el “discípulo amado” por el
Señor, por ello:
Le
encomiendan que le pregunte a Jesús en la Ultima Cena
respecto de lo que viene…traición, azotes, cruz, muerte. No había nadie más
cercano al que humanamente recurrir para los demás discípulos, cuya mayor
virtud estaba centrada en que desde su más temprana edad había seguido a Jesús.
Se
mantuvo firme –con el ímpetu de la juventud- junto a la Cruz:
Como testigo visible ante quienes sólo deseaban ver a Jesús desangrado y
asfixiado. ¿Y por qué no? Pregunta que suelen repetir con insistencia los
jóvenes. Y que bajo la Cruz se haría un joven solitario
Acompañó
a la Virgen María que estaba “de pie” junto a su Hijo y Dios:
en general el amor se verifica en las horas difíciles. Jesús le dijo a Juan en
lo alto del Calvario. “Hijo, ahí tienes a
tu madre”. En pleno temporal la mayor de las misiones, cuidar a aquella que
Cristo eligió y llamo “Madre”.
Fue
presuroso a dar cumplimiento al primer anuncio de la resurrección:
No postergó la respuesta a la llamada, podría haber esperado un mejor ambiente,
que pasara el tiempo y las aguas se calmaran, pero de Jesús primero escucho: “En tres días estaré nuevamente junto a
vosotros”, y luego por el testimonio de las mujeres que al amanecer vieron
la evidencia del sepulcro vacío. La verdad anunciada y el bien realizado
mientras antes se haga, tanto mejor será. ¿Qué sentido tendría dilatar un bien?
El camino recorrido:
Luego del episodio de la Pasión, el volver a estar con Jesús no le llegó a la
casa, sino que debió salir de su seguridad en el cenáculo para ir a ver el
sepulcro vacío. Un camino que había hecho cabizbajo la tarde de aquel viernes
donde parecía sudar tristeza y melancolía.
¡Como cambio su rostro, sus actitudes, sus pasiones, sus proyectos ante
la evidencia del sepulcro vacío. Vio y
creyó.
Desde
ese momento hubo un cambio, su conversión a Cristo fue total no admitiendo “recreos” o “pausas”. Ningún lugar de su alma seria tabú o estaría vedado a la
voluntad de Dios.
Comprendió
una gran verdad: Cielo ganado, todo ganado; cielo perdido, todo perdido.
Padre Jaime Herrera Mckay 2021 |
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