TEMA : “CORAZÓN
DE JESÚS, HIJO DEL PADRE ETERNO”.
FECHA:
DIA PRIMERO / MES DEL SAGRADO
CORAZÓN / JUNIO 2022
Un
antiguo refrán inglés dice: “Lo primero
es primero”. Durante este mes de Junio vamos a adorar el Corazón de Jesús,
el cual, se revela inicialmente como parte del primer misterio que Dios nos
comunicó: Es comunidad de amor y vida, eterno, todopoderoso, omnicomprensivo,
simple, que es uno y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El
Corazón de Jesús nos habla de eternidad de la cual estamos llamados a
participar, pues que palpite en nosotros implica que vivamos insertos en Él: “Tú eres mi Hijo yo te he engendrado hoy”
(Salmo II, 7).
Descubrir
la verdad trinitaria que Dios nos ha comunicado, nos hace mirar a Jesús como el “Hijo Único del Padre”, que es amado y
ha sido constituido y hecho partícipe de todo lo que es el Padre, de tal manera
que la grandeza uno es comunicada perfectísimamente en el otro. A ello refiere
San Pablo al decir que el Jesús –incluido su Sagrado Corazón- “habita en una luz inaccesible” (1
Timoteo VI, 16).
CERRO TORO VALPARAÍSO CHILE |
Por medio del Corazón de Cristo, se acerca el Padre Eterno a nuestro corazón e inhabita en él, desde el día de nuestro bautismo, pues “somos templos de Dios”. En efecto, el día de nuestro verdadero nacimiento, fuimos bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por lo que fuimos ese dia definitivamente asociados a la vida divina que es propiamente trinitaria, donde la relación de cada uno es siempre perfecta.
Nuestra
vinculación con Dios uno y Trino es posible desde el instante de la Encarnación
del Verbo, es decir, desde el momento que Cristo asume la naturaleza humana
para la esa humana naturaleza tenga un aroma divino. Es Dios que viene para que
vayamos hacia Él. Dios Padre tuvo la “divina
ocurrencia”, que alguno denominará “genialidad”, de hacer que el amor depositado en el corazón
de su Hijo –hombre verdadero sin dejar de ser Dios verdadero- fuese el que nos
comunicase e hiciera partícipes de sus afectos, ternuras, predilecciones, y
cuidados. (“Todo el mundo junto no vale
lo que vale un alma, y una alma no vale nada
sin nuestras resoluciones” (San Francisco de
Sales, Vida Devota V, 14).
Durante
la Santa Misa el sacerdote repite una breve plegaria que muchas veces
escuchamos sin dar la necesaria atención: “Por
Cristo, con Él y en Él”, pudiendo añadir que en Jesús somos amados por Dios
Uno y Trino. Por esto, atraída nuestra mirada hacia lo alto del calvario, vemos
que su Sagrado Corazón es un puente que permite unir la misericordia de Dios
que es amor con la necesidad y miseria del hombre.
Por
esto, la devoción al Sagrado Corazón hunde su raíz tan fuertemente al interior
de la vida de la Iglesia, permitiendo que esté enraizada en los actos de piedad
públicos que se verifica cada primer viernes de mes en nuestros templos, como
en las múltiples expresiones de piedad al interior del hogar, entre los cuales
está la consagración de las casas, familias e instituciones.
Ninguna
devoción parece estar tan presente como es la referida al Sagrado Corazón
porque tiene una raíz bíblica, y salió de labios del mismo Cristo cuando
señaló: “Aprended de Mí que soy manso y
humilde de corazón”. De esa divina
lección sacaremos hoy tres lecciones.
PADRE JAIME HERRERA VALPARAÍSO |
Amor a Dios Padre:
El Corazón de Jesús, Hijo del Padre de manera permanente estaba unido al Padre,
y lo estaba tal como un hijo honra con amor preferencial a su padre. Jesús
invocaba a su Padre con la expresión aramea de “Abba” que significa “padre
mío” (San Marcos XIV, 36).
Orgullosos de ser católicos:
Entendida esta expresión como “los hijos de Dios” hemos de estar orgullosos de
contar con un Padre que ha estado siempre a nuestro lado, que ha permanecido
fiel en todo momento, aun cuando lo
hemos olvidado y menospreciado. Su amor de Padre es sin duda nuestro mayor
orgullo. Es el Corazón de Jesús que nos habla del “Hijo Unigénito del Dios Padre” (San
Juan III, 16).
Obediencia de corazón a Dios Padre:
Nuestro Señor con frecuencia nos recuerda que no vino a hacer su voluntad sino
la de su Padre que está en el Cielo. (Hebreos X, 5-9).
Sabido es que cuanto más se quiere mejor se obedece, pues teniendo la
convicción de sabernos amados, en el caso de un hijo respecto a sus padres, el
hecho de hacer lo que se pide se reviste como respuesta nacido del corazón agradecido
por lo que se obedece con prontitud, exactitud, pulcritud y humildad. Pidamos a
Nuestra Madre, en este segundo día del Mes del Sagrado Corazón que nos obtenga
la gracia del amor al Padre Dios, de santo orgullo de ser católicos y de
obedecer todo lo que Dios Padre nos pida. ¡Que Viva Cristo Rey!
PARROQUIA PUERTO CLARO 2022 |
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