TEMA : “CORAZÓN DE JESÚS SEDE DE LA SABIDURÍA Y
CIENCIA”.
FECHA:
TEMA DÉCIMO CUARTO / MES
SAGRADO CORAZÓN / 2022
Durante
este Mes vamos viendo cómo en el Corazón de Jesús, que siente como hombre
verdadero, están presentes de manera perfecta todas las virtudes de las cuales
una persona puede alcanzar. Hoy nos detenemos en la letanía décimo cuarta que
dice: “Corazón de Jesús, sede de la
Sabiduría y Ciencia”. Al leer la Carta de San Pablo vemos la necesidad de pasar por el corazón de
Cristo para tener una verdadera vida nueva y plena en Dios, pues nadie llega a
Dios Padre si no es por medio de su Hijo en “quien
están escondidos todos los tesoros der la sabiduría y el conocimiento” (Colosenses
II, 3).
BENDICIÓN DE FAMILIA 2022 |
Es participar de aquella sabiduría descrita por Jesús que ha sido dada a los “pequeños”, que son ricos en sencillez, humildad, y pureza de corazón, muy distinta a lo que suele tenerse cono “saberes” que llenan de orgullo y soberbia, que buscan el “empoderamiento” sobre los demás, y habitualmente conducen por los caminos de la impureza y promiscuidad. Desde el momento que el Demonio tienta a Adán y Eva les promete darles una luz de saber que como acontece en un fuego de artificio, destella –brevísimamente- para luego dejar en silente oscuridad.
El
Corazón de Jesús es fuente de sabiduría que ilumina sin extinguirse, se une sin
abandonar y llega para quedarse. ¡Muy distinta y distante de los saberes
humanos!
El
Magno Pontífice contemporáneo dijo a este respecto: “Esta ciencia y esta
sabiduría consisten en conocer el misterio de Dios invisible, que llama a los
hombres a ser partícipes de su divina naturaleza y los admite a la comunión con
Él. Nosotros sabemos estas cosas porque Dios mismo se ha dignado a revelárnosla
por medio del Hijo, que es sabiduría de Dios”.
El
amor del Corazón de Jesús que nos dice “aprended
de mí” nos hace partícipe de un conocimiento por medio de la fe de la
profundidad, anchura, y altitud del amor de Dios: ¡Grande es el amor de Dios!
BENDICIÓN DE ARGOLLAS 2022 |
Eso
es lo que han experimentado los Santos en el pasado, quienes al unísono nos
conducen por medio de la devoción al Sagrado Corazón a crecer en identidad y
vida como discípulos del Señor.
¿Cómo
no recordar la oración que escribió San Patricio de Irlanda en el Siglo V?: “ Cristo conmigo, Cristo delante de mí,
Cristo detrás de mí, Cristo dentro de mí, Cristo debajo de mí, Cristo sobre mí,
Cristo a mi derecha, Cristo a mi izquierda, Cristo cuando me acuesto, Cristo
cuando me levanto, Cristo en la anchura, Cristo, en la longitud, Cristo en la
altura, Cristo en el corazón de todo hombre que piensa en mí, Cristo en la boca
de todo hombre que hable de mí, Cristo en los ojos de todos los que me ven,
Cristo en los oídos de todos los que me escuchan. Amén”
Nuestra
devoción dirigida hacia el Sagrado Corazón de Jesús nos permite ampliar el
conocimiento, llegando a tener una verdadera “mente amplia”, pues al nacer de ese “conocimiento” que Dios concede por medio de la fe, todo adquiere
el sentido a la luz de la verdad, y nada
queda al margen de su luz.
Por
ello, mirar a Cristo crucificado y ver su Corazón abierto por la lanza ha sido
causa de tantas conversiones, de tantas resoluciones de vida que han modificado
sustancialmente a personas y comunidades.
PADRE JAIME HERRERA CHILE |
En
realidad, la obra del Corazón de Jesús como fuente de sabiduría la descubrimos
en tantas instancias donde nuestra Iglesia Católica ha implementado inagotables
obras de caridad en beneficio de los más
necesitadas, recordando siempre que hacer el mayor bien que toda persona puede
tener, desde su gestación hasta su muerte natural, es tener a Cristo en su
alma. “Corazón de Jesús, sede de la
Sabiduría y Ciencia”.
Desde
el Corazón de Cristo vamos a la plenitud de Dios: ¡Quien me ve a mí, ve al
Padre! La Sabiduría divina es la visión de Dios Creador, es su “idea”, su “imaginación”, su “proyecto”,
por medio de ella conocemos el misterio de Dios invisible que nos llama a
participar de su misma naturaleza y nos admite a la comunión en Él. Con Jesús
–en su Corazón Santo- apareció el amor de Dios en nuestra alma, en tanto que
con la sabiduría y la ciencia de Jesús nos arraigamos y fundamentamos en la
caridad.
¡Que
Viva Cristo Rey!
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