TEMA
: “CORAZÓN DE JESÚS, RE Y CENTRO DE LOS CORAZONES”.
FECHA: TEMA DÉCIMO TERCERO / MES SAGRADO
CORAZÓN / 2022
Hemos
llegado al día décimo tercero del Mes del Sagrado Corazón. Meditando las
letanías nos detenemos en aquella que ha salido de labios del Salmista y que
reconoce la prioridad de Jesucristo: “Corazón
de Jesús, Rey y Centro de todos los corazones”.
El
primer impulso a que nos conduce la fe es a tener a Dios como prioridad, lo
cual implica reconocer su realeza que gobierna toda nuestra alma y realidad por
medio de su providencia. Muchas veces hemos repetido la expresión ¡Que reine el
Rey! como una consigna espiritual que ha de estar como grabada en oro en
nuestros corazones como lo más valioso y en piedra en nuestras instituciones
como lo más estable.
Por
medio de la oración, y en medio de todo momento de nuestra vida, podemos tener
la certeza de ser acogidos, de encontrar cobijo en el Corazón de Jesús que late
fuerte hasta el fin de los tiempos.
JÓVENES MISIONEROS JUNIO 2O22 |
Nuestro
Señor es “Rey de los corazones”: El
pueblo de Israel, al ser objeto de tantas bendiciones que Jesús hizo por medio
de sus milagros en varias ocasiones quisieron hacerlo “rey”, al punto que Jesús
le pidió a sus apóstoles evitar ir a determinados lugares, más al ingresar a
Jerusalén, los niños al unísono gritaban: “Hosanna
al hijo de David, bendito es el que
viene en el nombre del Señor”. Unos antes y otros después, vieron en Jesús
al descendiente de David, quien durante su reinado hizo de aquel pueblo una
gran y potente Nación.
Cristo
en todo momento tuvo plena conciencia de su misión y de su realeza, por ello, al ser interpelado por el procurador romano
Poncio Pilato respecto de si acaso era rey, no lo ocultó sino que lo señaló con
toda claridad: “Si yo soy rey” (San
Juan XVIII,33).
Más
el “Reino” al que se refería era muy
distinto al que los hombres podían imaginar, por ello dijo: “Mi Reino no es de este mundo”. Los
signos, medios y fines de uno y otro son muy diversos, no apuntan a un mismo
sentido, por el contrario son distintos y distantes, llegando a enfrentarse y
oponerse totalmente, exigiendo que para ser parte del Corazón de
Jesús y ser sujetos de sus beneficios debamos oponemos a los criterios de todo
lo que nos lleve a depreciar, posponer y cambiar a Cristo como Rey de nuestro
corazones y del mundo.
En
modo alguno nuestro Señor buscó un imperio terrenal o ser alzado como un
soberano temporal, al punto de ni siquiera restablecer las grandezas
salomónicas o davídicas de antaño. ¡Cristo es Rey de los corazones! Quiere
imperar en nuestra alma, en la vida interior. Así lo recordaba Su Santidad Juan
Pablo II: “Por este Reino anunció el
Evangelio, e hizo grandes signos. Por este Reino, el reino de los hijos y de
las hijas adoptivos de Dios, entregó su vida en la cruz” (25
Agosto 1985).
Durante
estas semanas hemos celebrado la resurrección, la ascensión y la venida del Espíritu
Santo sobre los apóstoles. En el envío y misión cumplida por sus discípulos
encontramos que su Reino se despliega de manera tan gradual como real, la
verdad de su mensaje irradia con fuerza hasta lo más hondo de nuestra mente y
corazón, por ello en la vida de las primeras
comunidades de creyentes leemos en Hechos de los Apóstoles que todos tenían “un mismo pensar y un mismo sentir”,
por lo que el Corazón de Jesús latía fuerza en los hogares y sociedad, llegando
a transformar un imperio persecutor de cristianos en seguidor de Cristo, tal
como lo vemos en la conversión y vida del Apóstol San Pablo.
BENDICIÓN SEDE JUNIO 2022 |
La
centralidad e importancia del corazón nuestro en relación al cuerpo podemos
verla señalada en la relación del Corazón de Jesús que reina en nuestra alma,
lo cual, encierra un carácter
imperativo, donde Jesús sea “todo en
todos” (1 Corintios XV, 28).
La
realeza de Jesús exige tomar su estandarte: En los tiempos de tanta
“volatilidad” se requiere de creyentes que asuman con valentía llevar el
estandarte del evangelio a lo más hondo de la sociedad, sin ocultarlo por temor
ni confundirlo por astucia que huelen a azufre...
El
Corazón de Jesús como Rey debe ocupar la centralidad de nuestros afectos,
intenciones y proyectos, de tal manera que nada –absolutamente ¡nada!- escape
de su imperio, sólo así el Señor será prioridad en medio de una dictadura donde
el relativismo se expande con fuerza en medio de una cultura que preside de
Dios por decreto de quien se alza a sí mismo como “príncipe de este mundo”.
¡Que Viva Cristo Rey!
BAUTIZO PUERTO CLARO 2022 |
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