TEMA
: “ALEGRATE Y EXULTA DE TODO CORAZÓN”.
FECHA:
HOMILÍA FESTIVIDAD VIRGEN GUADALUPE /
AÑO 2021
“Lanza
gritos de gozo, hija de Sion, lanza clamores Israel, alégrate y exulta de todo
corazón, hija de Jerusalén” (Sofonías
III, 14).
Bajo
el hermoso himno que honra el papel que
ha tenido la Virgen María en la historia de la salvación, hemos iniciado la Santa Misa que
providencialmente en este día nos permite colocar la mirada -.en una misma
celebración-en el misterio central del día del Señor –Día domingo- en el cual
Jesús se hace presente de manera real y substanciad, como en la aparición de la
Santísima Virgen en la alborada del Evangelio que un día (ya lejano) fue
denominado como el Continente de la Esperanza.
Subyace
una vinculación entre la imagen que veneramos en este templo parroquial con la
de nuestra Señora de Guadalupe, que no sólo se detiene en lo externo como su
presencia individual, la dirección de su maternal mirada y el azul de su manto, sino que –además- ambas
se ubican al inicio de los primeros pasos del evangelio, una de todo el
continente otra de una ciudad; ambas encierran una exclusiva denominación que
sólo se encuentra donde se venera originalmente; y ambas imágenes ocupan
históricamente un lugar principal , una como “Emperatriz de América”, otra como “Patrona de una ciudad”.
Durante
estos días de adviento donde esperamos de venida de Jesucristo, primero en la
pequeñez del recién nacido en Belén de Judá, y luego, ya en la plenitud de los
tiempos en la Parusía, descubrimos que ha sido la misericordia de Dios, la que
ha dispuesto que podamos contar con la presencia de la Virgen María en la
historia haciendo realidad las antiguas profesáis: “Los confines de tierra han contemplado la misericordia de nuestro
Dios”.
SANTA MISA EN
VALPARAISO CHILE 2021
Por
ello, las tierras que se vieron regadas con innumerables sacrificios humanos
llegando al colmo de la antropofagia, vislumbraron gradualmente alzar el
estandarte de la cruz, escucharon nítidamente el anuncio del santo Evangelio,
bajo la compañía maternal de la Madre de Dios, que permitió que la gracia venida de lo alto moldease una cultura,
otorgándole una identidad que le ha permitido combatir las acechanzas del Maligno:
¡América creyente¡ ¡América cristiana! ¡América mariana! ¡América eucarística!
Son cada uno de los pilares en los cuales se sostiene no solio la identidad,
sino por donde ha de recorrer la vida de cada una de las naciones que la
conforman.
Para
muchos es evidente que el tiempo pasa volando, aunque hay algunos que pasan
volando todo el tiempo. Casi no percibimos la agilidad de los acontecimientos
debido a la inmediatez de la información. Sucede con ello, que como un padre no percibe cómo crece su hijo
porque está permanentemente con él, nosotros no nos damos cuenta cómo avanza el
tiempo al ser “casi” como parte de
él.
Decimos
esto hoy porque restan sólo tres años para celebrar un nuevo Año de la Redención (el 2025) y, en nuestra ciudad restan quince
años para honrar 500 años (el 2036) del inicio de la vida cristiana. En la
primera lectura leemos que el profeta Sofonías nos recuerda: “El Señor tu Dios está en medio de ti”
por esto, “Yo quitaré de tu lado la
desgracia, el oprobio que pesa sobre ti”.
Nuestro
Dios no se deja vencer en bondad ni en generosidad, por esto, a pesar de las múltiples pruebas,
dificultades, desencuentros que experimentamos, tanto a nivel personal como
social, la presencia de Jesucristo en medio nuestro es manifiesta, por lo que,
como creyentes alabamos y agradecemos los beneficios recibidos desde lo alto,
como también, a causa de nuestra humana naturaleza, fragilizada por el pescado
original, imploramos al Buen Dios que su misericordia se ubique un peldaño más
arriba que su justicia, y su gracia obre un instante antes que nuestros deseos,
para que como dice San Pablo en su carta a los Filipenses: “mi vivir es Cristo” (I, 21).
DIA VIRGEN DE GUADALUPE DICIEMBRE 2021 |
Las
múltiples gracias que el Señor nos entrega nos hace tener una vida llena de
sorpresas, las cuales, en modo alguno se oponen a lo que es la Providencia de
Dios que dirige cada uno de nuestros pasos, por el contrario, un creyente como
lo fue nuestra Madre Santísima, descubre
que su máxima realización y la implementación de un plan propio de vida sólo
tienen sentido si acaso Dios es su
primer sentido.
La
promesa cumplida por Dios llevó a la Virgen María a responder con total
seguridad y generosidad a lo solicitado por Dios en las palabras del arcángel
Gabriel: “Alégrate, llena de gracia, el
Señor está contigo. Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús.
Será grande, será llamado Hijo del Dios Altísimo, el Señor Dios le dará el
trono de David, su padre, para que reine sobre la casa de Jacob por siempre y
su Reino no tendrá fin” (San Lucas I, 28).
El universo pareció por un instante esperar la respuesta de una sola de sus
criaturas, la que responde a la altura de la gracia recibida: “Hágase en mí según tus palabras”, haciendo
que Dios tomase morada en ella y en el mundo.
Sin
duda, una de las palabras más elocuentes del relato de la Anunciación son
aquellas que nos invitan a la confianza plena en la gracia de Dios que nunca
defrauda pues: “! Nada es imposible para
Dios!”. Según esto, los males del pasado,
presente y futuro siempre encontrarán un muro frente a las promesas de
Dios, y una zanja infranqueable ante su misericordia. De modo especial vemos
que las “desgracias y oprobios” que
pesan sobre América y sobre nuestra ciudad de Valparaíso, no pueden tener la
última palabra porque esta se encuentra reservado a lo que Dios dictamina.
En
este hermoso día domingo, Nuestra Señora de Guadalupe, como Emperatriz de
América, nos recuerda aquel canto del
trovador de la libertad como fue Nino Bravo, en una de cuyas canciones decía: “Todo un inmenso jardín, eso es
América, cuando Dios hizo el Edén pensó
en América”. Cómo no tener presente que nuestra ciudad también fue
denominada no sólo por sus primeros vecinos como un Valle del Paraíso, sino que
otro trovador de la libertad como fue el Papa Juan Pablo II dijo, desde las gradas del Altar Papal, al culminar la Santa Misa de las Familias en
las alturas de Rodelillo: “Verdaderamente
este es el Valle del Paraíso”.
En
el Salmo Responsorial leemos hoy: “Estoy
seguro y sin miedo, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, Él es mi
Salvador” (Isaías XII, 6). Verificamos
innumerables dificultades en la vida de nuestra América, donde la mayor es la
realidad del pecado manifestada en la violencia, en la ideologización, en el
egoísmo hecho miseria, la apostasía de amplios sectores que antaño fueron
confesionales, el debilitamiento y pérdida de la fe, todo lo cual, ha llevado a una vida donde la violencia
permite el crimen sistemático del que está por nacer o del que se encuentra por
morir.
Como
América, nuestra ciudad de Valparaíso debe preparase para ser un jardín donde
florezca la fe, donde se cultiven las virtudes teologales y morales, donde se
riegue con las bienaventuranzas y las obras de misericordia espirituales y corporales la vida cotidiana, en otras
palabras, que el Reino de Cristo sea el plato
diario con el que se nutra toda alma. ¡Basta de buscar sustitutos a
Jesucristo! ¡Basta de lenguajes locuaces a lo mundano y mudos a lo divino! ¡Basta
de una iglesia que ofrezca “cebollas y
lentejas” veterotestamentarias
olvidando el único Pan del Cielo capaz de satisfacer todo hambre! Es
cierto América y Valparaíso tienen hambre…! Hambre de Dios!...América y
Valparaíso andan en penumbra…¡Veamos a Cristo”.
Este
domingo la sagrada liturgia lo denomina como el día de “Gaudete in Domino”, tomando la antífona inicial de San Pablo…en
una de sus cartas porque (contra lo dicho
por algún iluminatti) no escribió el
Evangelio: “Estad alegres, os lo repito
estad alegres, el Señor está cerca”. Las razones que tenemos para estar
alegres, para estar confiados, para tener esperanza, para vivir en la caridad,
se encuentran apoyadas en que Jesús vino, viene y vendrá, pues quien es el
mismo “ayer, hoy y siempre” nos
acompaña y sostiene en cada uno de nuestros pasos y etapas de la vida.
SACERDOTE JAIME HERRERA GONZALEZ 2021 |
No
somos como simples hojas llevados
interminablemente por cada brisa, no somos corchos
en medio de una ola marina destinados a ser parte de basura en una orilla, sino que nuestra vida salió de las
manos de Dios y está llamada a retornar a Él, para lo cual, debemos creer y
vivir en Jesucristo, quien se hace realmente presente en la celebración de cada
Santa Misa, desde la cual emerge toda gracia y a la cual converge toda gratitud
y súplica.
Por
esto, hoy imploramos -de manera especial- por las necesidades de nuestro
continente y de nuestra ciudad de Valparaíso, que aparentemente se nos muestra
sin horizonte a causa del estigma de la violencia social, de la implementación
del laboratorio del progresismo ideológico, que han hecho de cada casa, de cada
barrio, y de cada comunidad, un triste y
empobrecedor experimento cuyo costo está
siendo saldado en la vida cotidiana de cada uno de sus habitantes.
Terminada
nuestra celebración eucarística daremos la bendición a la imagen de la Virgen María
que iniciaremos en el patio de nuestra Parroquia, en medio de lo que es un
naciente jardín, llamado a ser lugar de oración, de encuentro y de paz en medio
de nuestra ciudad. Será una imagen cuyo origen se hunde bajo nuestro altar toda
vez que durante toda la pandemia, aun en las horas de mayor crudeza, la Virgen
Santísima no dejó de convocar a cuantos quisieron cobijarse bajo su manto y
poder recibir debidamente la Sagrada Comunión en la Misa que -ininterrumpidamente- celebramos día a día.
Al
mirar su albo rostro en el patio de la Virgen escucharemos que resuena una vez
más su dulce y materna voz, como en aquel primer milagro hecho a la naciente
familia en Caná de Galilea: “!Haced lo que Jesús os diga!” (San
Juan II, 5). Amén.
¡Que
Viva Cristo Rey!
PARROCO DE CERRO TORO VALPARAÍSO CHILE |
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