martes, 1 de octubre de 2024

 

TEMA   :  “UNA VOCACIÓN DADA POR DIOS”.

FECHA : HOMILÍA MATRIMONIO ZUZULICH & RIOSECO

Queridos novios Valentín e Irene, queridos padrinos, hermanos en el Señor:

Resulta inevitable cuando acudimos a este templo no mirar a la distancia el panorama que se nos viene encima con la inmensidad del océano de fondo. San José María Escrivá de Balaguer escribe en el libro Camino que “en el horizonte parece unirse el cielo y la tierra, mas desde que Cristo asumió la condición humana es en el corazón del hombre dende se une el Cielo y la tierra”.

En este lugar, que parece como elevarse, descubrimos que se hace realidad que el cielo y la tierra se unen estrechamente en medio de la celebración de la Santa Misa, puesto que, Jesucristo -luego de la consagración- cumple la promesa de estar presente en medio nuestro hasta el fin del mundo, y lo hace, renovando de modo misterioso lo hecho por nosotros en el Calvario, en cuya cumbre cumple lo que había anunciado “nadie tiene amor mas grande, que aquel que da la vida por sus amigos”.

De manera tan real como misteriosa, la unión sacramental en el matrimonio, donde un hombre y una mujer donan sus vidas en presencia de Dios que ratifica sellando con su gracia el amor, adquiere ese “algo de Dios” permitiendo que dicha unión realmente haga presente el amor de Dios en medio de la vida cotidiana.

Cuando el Apóstol San Pablo se refiere a la realidad del amor de Dios, nos enseña que el prístino ejemplo es el que profesan los esposos en el matrimonio: “Gran sacramento es este que yo lo refiero al amor de Cristo” (Efesios V, 32).

Ustedes, queridos novios, hoy acuden a este lugar cumpliendo una vocación que Dios les ha dado, pues al momento de crearlos, con nuestra expresión limitada ante quien es Dios, diremos que “pensó” en cada uno, con todas sus potencialidades, en cada una de las virtudes y gracias, como en las eventuales limitaciones, a la vez, que estableció que este momento fuese parte de sus designios, dejando de lado toda casualidad.

 

Habitualmente en nuestros templos se elevan oraciones por las vocaciones al sacerdocio, pero no siempre se hace a título personal para encontrar a la persona que Dios ha querido para cada uno. En esta tarde, respondiendo a la vocación al matrimonio han llegado hasta las gradas de este altar de manera individual. Mas, egresarán de este templo tomados de las manos y al mismo paso, en un mismo caminar. ¡Toda una lección de lo que es el santo matrimonio!

En efecto, hasta ahora han recibido la bendición de Dios de manera “personal”, en unos instantes, al repetir la fórmula del mutuo consentimiento, el Buen Dios comenzará a dar sus gracias a ambos en su nueva condición, pues “son uno sólo” en Jesús.

En consecuencia, esta unión irrevocable, establecida por el mismo Dios desde la creación del mundo y elevada por nuestro Señor a signo eficaz de su presencia, les hará posible lo que resulta infructuoso como es permanecer unidos todos los días de su vida. ¡Vicente e Irene…El futuro tiene un nombre y es la persona que está junto a ustedes ahora ante el altar!

Hace unos años nuestra región tuvo la visita en abril de 1987 del Papa Juan Pablo II, quien dedicó la Eucaristía celebrada en las alturas de Rodelillo a recordar la importancia de la Vida Familiar y Matrimonial. Nos detendremos en tres puntos importantes dados entonces, y que ahora recobran plena vigencia al inicio de la vida esponsal y familiar de estos alegres novios.

A). “El futuro del mundo se fragua en la familia” (Familiaris Consortio, n.86).

Nada parece mas urgente para nuestro tiempo a nivel personal, familiar y social que procurar fortalecer la vida familiar, procurando dedicar los mejores esfuerzos y el tiempo mas preciado en la búsqueda a estrechar los lazos al interior del hogar. Son tantas y variadas las distracciones que diluyen la convivencia al interior de las familias que se requiere de un esfuerzo especial por dar no sólo importancia sino prioridad a la vida en familia.

 

 

B). “Toda la vida de familia, encuentran en la Eucaristía una fuente de luz”.

Respecto de la Santa Misa diremos que nada puede contribuir mejor a fortalecer el hogar que la presencia de Jesucristo en el corazón de cada miembro de nuestras familias. En la medida que abrimos las puertas a Cristo como familia, el Señor se hace presente con sus gracias que pueden sostener y refrescar toda nuestra la vida, por ello,  ambos procurarán estar cerca de Jesús para estar mas unidos. Si, a quien Dios une quiere unidos entre sí!

C).  ¡Sagrada Familia de Nazaret! 'Haz que la vida de todas las familias chilenas se parezca a ti.

La visita calificada de histórica que hizo el Papa Pablo VI a Israel develó la grandeza de la vida de Jesús, María y José en la pequeña localidad de Nazaret. Quienes se preguntaban puede salir algo importante de ese lugar olvidaban que allí Jesús viviría treinta años, y que regresaría en varias oportunidades, a la vez que desde lo alto de la cruz se anunciaría en las dos primeras palabras su origen: “Jesús Nazareno”, con lo que descubrimos la importancia que tiene mirar hacia aquel villorrio de Nazaret a lo largo de toda la vida esponsal y familiar.

No es baladí que durante treinta años el Señor permaneciera en aquel lugar, y que sólo tengamos referencia de su infancia y juventud de esa ciudad nazarena. Imploremos a la Virgen, nuestra Madre Santísima que bendiga a estos novios que esperan con ansia la bendición de Dios por medio de la recepción del sacramento del Santo Matrimonio.

El poder de intercesión que la Virgen y Madre mostró en Caná de Galilea hoy lo renueva al conceder su ayuda a quienes escuchan su mensaje: “Hagan todo lo que Jesús les diga”

¡Que Viva Cristo Rey!





 

 

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