TEMA : “CONTAGIAR LA MISERICORDIA EN EL MUNDO”.
FECHA: HOMILÍA 45° ANIVERSARIO 11 DE SEPTIEMBRE / 2018
SACERDOTE JAIME HERRERA CHILE
SANTA MISA PARROQUIA VITACURA |
1.
Elegidos
por la misericordia de Dios.
Estamos
celebrando nuestra Santa Misa en el día once de un gran mes. Es el mes donde se
vuelca nuestra mente y corazón para venerar esta “Patria” que Dios nos ha
ofrecido como un don y una tarea.
Una
misión que en el texto proclamado reciben los Apóstoles como una elección
gratuita que hace Jesús de cada uno, sin duda luego de pasar una noche entera
en oración, tal como posteriormente lo haría para cada jornada decisiva ,
recurriendo al cielo para ser
fortalecido en las opciones que marcarían indeleblemente su caminar en vistas a
salvar al hombre.
La
respuesta que cada apóstol dio a Jesús no fue producto de un simple entusiasmo,
no respondía a un largo discernimiento como evaluando costos y beneficios para
gozar de una plena seguridad, sino que fue la consecuencia de una opción no exenta
de riesgo, de incertidumbre, tal como lo experimentarían durante el tiempo que
acompañarían al Señor por las tierras de Judea y Palestina.
Nos
dice el Evangelio que los discípulos fueron desafiados por el Señor en este día: En
el fondo de sus corazones estaba presente el anhelo de Dios, como algo entitativo de la naturaleza humana que
desde su inicio hasta la vida presente nos recuerda la sabiduría de un Padre de
la Iglesia: “Inquieto permanece nuestro
corazón mientras no descanse en Ti” (Confesiones,
San Agustín de Hipona).
Se
enfrentaban a las tentaciones de adorar un becerro de oro evidenciando que la ideología materialista ya estaba incoada en la
antigüedad, -entonces- mientras Dios les invitaba a elevar los corazones hacia
el lugar del encuentro en lo alto del Sinaí, el desenfreno idolátrico les
hundía en la espiral de un egoísmo que parecía no tener fin; aquellos primeros
apóstoles enfrentaban el desafío de ir contra corriente ante una sociedad
sumergida en la molicie de lo acostumbrado.
Sin
duda, el vencimiento interior que tuvieron que experimentan los primeros
discípulos fue enorme, porque eran un grupo numéricamente acotado, ¿Qué eran
doce para un mundo entero? los cuestionamientos crecerían de manera
exponencial, mas con la mente y el corazón puestos en la llamada del Señor
fueron capaces desde la generosidad a dar una respuesta favorable a la
invitación hecha por Jesús, descubriendo el imperativo de procurar cumplir la
voluntad de Dios sobre sus propios deseos, capacidades y limitaciones.
Desde
que Jesús les dijo: ¡Síganme! sus dudas fueron evaporándose ante el esplendor de la verdad de Cristo, y los
temores fueron sepultados por la certeza de experimentar el amor incondicional
de que les llamara “mis amigos”. Fue
esto último lo que les llevó a estar disponibles en las horas de mayor
sufrimiento hasta preferir dar su propia vida antes que renegar del Señor y de su
Iglesia, fue el poder estar con Jesús presente en nuestros altares lo que
constituyó motivo de una esperanza enraizada en el amor gratuito de Dios.
Desde
un primer momento, comprendieron que el seguimiento de Jesucristo les marcaría
para toda la vida, y en toda la vida…Si nada escapa a la mirada de Dios, y su
amor no cambia, entonces “quien a Dios tiene, nada le falta porque sólo Dios basta” (Santa
Teresa de Ávila).
La
esperanza y la confianza irán de la mano en la vida de todo aquel que es capaz
de mirar a Cristo de frente. El Mes que transcurre evoca motivos de esperanza
porque va de la mano con la llegada de
un tiempo nuevo. En efecto, el invierno queda atrás y cede al esplendor de la
primavera, hecho que la misma Santa Biblia nos recuerda en uno de sus Salmos.
Para
nuestra Patria, este día encierra motivos de confianza y esperanza, las cuales
nunca pueden olvidarse en el alma de un creyente, ya que nuestra vida está en
las manos de Dios que moldeó nuestro ser, encamina con su gracia nuestros
pasos, y nos acogerá justo y misericordioso a la vez cuando dejemos este mundo.
La llamada del Señor les hizo tomar
conciencia clara de buscar la santidad estando insertos en el mundo, pero no permaneciendo
esclavos de lo mundano, lo que de suyo implica tener anclada nuestra libertad
en hacer la voluntad de Dios. El acto fundacional que hace Cristo al elegir a
sus apóstoles les hace descubrir que forman parte de un grupo, por lo cual el
seguimiento de Jesús implica una vivencia común de la fe que les invita a
valorar todo aquello que favorezca compartir el don recibido, particularmente
mirando a Dios, la Patria y la Familia.
FUNDACIÓN PRESIDENTE PINOCHET
MISA 11 SEPTIEMBRE 2018 CHILE |
2.
Del
Amor a Dios, al amor de la Patria y la Familia.
Un
día de este mes, el Papa Juan Pablo II colocó una cruz en la Colina de las
Cruces de Lituania…Como un estandarte recuerda las cien millones de víctimas
que el comunismo ha provocado a lo largo del mundo en el último siglo. Quien
habla tenía nueve años en 1973. Como muchos debí hacer largas filas, muy de
madrugada para obtener algún alimento; vi en las calles una violencia impensada
para los tiempos que vivimos, junto a mis abuelos visite a los camioneros que
durante semanas estaban en la parte alta de Reñaca, vi la violencia en la
Avenida Valparaíso donde ya era costumbre, a veinte metros de nuestra casa
estalló un explosivo que pulverizo los vidrios del hogar, vi a mi padre de
noche salir a cuidar como apoderado del colegio de mi hermana para evitar que
fuese tomado, a los ocho años escuchaba cantar cada domingo a todo pulmón en la
parroquia dedicada a Virgen del Carmen el himno nacional a esas alturas hecho clamor, el cual por las noches era
retomado por las ollas vacías que hacía sonar con el entusiasmo de quien miraba
a sus padres hacerlo con fuerza y convicción.
Tengo
la certeza que ningún museo que visite me hará jamás olvidar lo que vivimos
como familia durante los tres años que precedieron el día once del mes de la
Patria del año 1973. El sol no puede taparse con el dedo, ni dejará de iluminar
porque no lo queramos ver durante mucho
tiempo, de modo semejante resultan inocuos los intentos de imponer unilateralmente una visión tuerta de lo que pasó en Chile
desde 1970 en adelante. Sin duda ello hace que no exista una verdadera
reconciliación.
La lógica totalitaria anidada en tantas
naciones hace medio siglo, marcó una vorágine de dolor en muchas regiones entre
las cuales la nuestra no estuvo exenta durante mil días de incertidumbre, de
violencia social y de hambre, que conducía la persistente incitación hacia una guerra civil que parecía
inevitable, la cual finalmente fue providencialmente
evitada.
Al
igual que a los primeros discípulos, Jesús nos llama a una nueva manera de
vivir, superando las barreas del egoísmo, de la venganza y la falta de caridad,
que surgen de la ceguera espiritual de no ver con claridad la naturaleza de lo
que uno es, olvidando lo inconmensurable
que constituye la misericordia de Dios.
Quien
se sabe objeto de la bondad de Dios no olvida -cuando sea necesario- ser sujeto
de la misericordia hacia los demás, por lo que la carencia de una vida
religiosa consecuente siempre termina ocasionando el debilitamiento del
engranaje social y familiar, con las consecuencias que vemos hoy a lo largo de
nuestra Patria.
San
Francisco de Sales, Patrono de este Templo Parroquial hablaba del escándalo de
proscribir el Evangelio de la vida pública: “¿No
es una barbaridad querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados,
del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los
casados?” (Introducción a la Vida Devota).
Sin
duda nuestra mirada se encamina en estos días a tener presente que “a tales
males, tales remedios”, y el absolutismo ideológico solo puede ser solucionado
con más libertad, que la sana vivencia de las virtudes cívicas conduzca al
crecimiento personal y social. Hace unos días hemos visto que la pobreza en Chile
ha ido disminuyendo inexorablemente desde que se buscase vencer la pobreza creando
más riqueza, desde que se asumiera que el estado está al servicio de las
personas y no las personas esclavas de un estado monstruosamente expandido, desde
que se tomase convicción que hay que expandir los propietarios y no los
proletarios, desde que la familia fuese puesta como un eje social
imprescindible,
La
ideología marxista no es inocua para nuestra sociedad, no lo fue, no lo ha sido
ni dejará de serlo allí donde se intente implementar porque es “un terrible sistema de violencia totalitaria.
Un sistema que pisoteó y humilló al hombre” (Papa
Juan Pablo II).
Hacer
de Chile una gran Nación sigue siendo una tarea basilar, especialmente para los
creyentes, y es lo que hoy destacamos en quienes asumiendo una misión no
deseada, buscarían por el camino de la abnegación, sacrificio y trabajo
personal, “restaurar el orden
institucional y la vida económica del país, tan gravemente alterados” como
dijeron los Obispos en Chile en esos mismos días
Nuestra
mirada finalmente se dirige esta tarde hacia la Virgen María. Fue el rezo incesante del Santo Rosario el que
provocó que, al igual que los pueblos
mártires contemporáneos “al resistir la
ideología materialista, su mirada permaneciera fija en lo Trascendente; reconociendo
en Jesús de Nazaret al Mesías enviado por el Padre, el Verbo eterno hecho
carne, el Salvador y Redentor del hombre” (Juan
Pablo II, 7 Septiembre 1993, Siluva Lituania). ¡Que
Viva Cristo Rey!
PADRE JAIME HERRERA CHILE |
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