jueves, 20 de septiembre de 2018

CONTAGIAR LA MISERICORDIA EN EL MUNDO

            TEMA :  “CONTAGIAR LA MISERICORDIA EN EL MUNDO.
      FECHA: HOMILÍA 45° ANIVERSARIO 11 DE SEPTIEMBRE / 2018

                                                        SACERDOTE JAIME HERRERA CHILE


SANTA MISA PARROQUIA VITACURA




1.     Elegidos por la misericordia de Dios.
Estamos celebrando nuestra Santa Misa en el día once de un gran mes. Es el mes donde se vuelca nuestra mente y corazón para venerar esta “Patria” que Dios nos ha ofrecido como un don y una tarea.
Una misión que en el texto proclamado reciben los Apóstoles como una elección gratuita que hace Jesús de cada uno, sin duda luego de pasar una noche entera en oración, tal como posteriormente lo haría para cada jornada decisiva , recurriendo al cielo para ser fortalecido en las opciones que marcarían indeleblemente su caminar en vistas a salvar al hombre.
La respuesta que cada apóstol dio a Jesús no fue producto de un simple entusiasmo, no respondía a un largo discernimiento como evaluando costos y beneficios para gozar de una plena seguridad, sino que fue la consecuencia de una opción no exenta de riesgo, de incertidumbre, tal como lo experimentarían durante el tiempo que acompañarían al Señor por las tierras de Judea y Palestina.
Nos dice el Evangelio que los discípulos  fueron desafiados por el Señor en este día: En el fondo de sus corazones estaba presente el anhelo de Dios, como algo entitativo de la naturaleza humana que desde su inicio hasta la vida presente nos recuerda la sabiduría de un Padre de la Iglesia: “Inquieto permanece nuestro corazón mientras no descanse en Ti” (Confesiones, San Agustín de Hipona).
Se enfrentaban a las tentaciones de adorar un becerro de oro evidenciando que la  ideología materialista ya estaba incoada en la antigüedad, -entonces- mientras Dios les invitaba a elevar los corazones hacia el lugar del encuentro en lo alto del Sinaí, el desenfreno idolátrico les hundía en la espiral de un egoísmo que parecía no tener fin; aquellos primeros apóstoles enfrentaban el desafío de ir contra corriente ante una sociedad sumergida en la molicie de lo acostumbrado.



Sin duda, el vencimiento interior que tuvieron que experimentan los primeros discípulos fue enorme, porque eran un grupo numéricamente acotado, ¿Qué eran doce para un mundo entero? los cuestionamientos crecerían de manera exponencial, mas con la mente y el corazón puestos en la llamada del Señor fueron capaces desde la generosidad a dar una respuesta favorable a la invitación hecha por Jesús, descubriendo el imperativo de procurar cumplir la voluntad de Dios sobre sus propios deseos, capacidades y limitaciones.
Desde que Jesús les dijo: ¡Síganme! sus dudas fueron evaporándose ante el esplendor de la verdad de Cristo, y los temores fueron sepultados por la certeza de experimentar el amor incondicional de que les llamara “mis amigos”. Fue esto último lo que les llevó a estar disponibles en las horas de mayor sufrimiento hasta preferir dar su propia vida antes que renegar del Señor y de su Iglesia, fue el poder estar con Jesús presente en nuestros altares lo que constituyó motivo de una esperanza enraizada en el amor gratuito de Dios.
Desde un primer momento, comprendieron que el seguimiento de Jesucristo les marcaría para toda la vida, y en toda la vida…Si nada escapa a la mirada de Dios, y su amor no cambia, entonces  “quien a Dios tiene,  nada le falta porque sólo Dios basta” (Santa Teresa de Ávila).
La esperanza y la confianza irán de la mano en la vida de todo aquel que es capaz de mirar a Cristo de frente. El Mes que transcurre evoca motivos de esperanza porque va de la mano  con la llegada de un tiempo nuevo. En efecto, el invierno queda atrás y cede al esplendor de la primavera, hecho que la misma Santa Biblia nos recuerda en uno de sus Salmos.
Para nuestra Patria, este día encierra motivos de confianza y esperanza, las cuales nunca pueden olvidarse en el alma de un creyente, ya que nuestra vida está en las manos de Dios que moldeó nuestro ser, encamina con su gracia nuestros pasos, y nos acogerá justo y misericordioso a la vez cuando dejemos este mundo.  La llamada del Señor les hizo tomar conciencia clara de buscar la santidad estando insertos en el mundo, pero no permaneciendo esclavos de lo mundano, lo que de suyo implica tener anclada nuestra libertad en hacer la voluntad de Dios. El acto fundacional que hace Cristo al elegir a sus apóstoles les hace descubrir que forman parte de un grupo, por lo cual el seguimiento de Jesús implica una vivencia común de la fe que les invita a valorar todo aquello que favorezca compartir el don recibido, particularmente mirando a Dios, la Patria y la Familia.
                                                           FUNDACIÓN PRESIDENTE PINOCHET

MISA 11 SEPTIEMBRE 2018 CHILE

2.     Del Amor a Dios, al amor de la Patria y la Familia.
Un día de este mes, el Papa Juan Pablo II colocó una cruz en la Colina de las Cruces de Lituania…Como un estandarte recuerda las cien millones de víctimas que el comunismo ha provocado a lo largo del mundo en el último siglo. Quien habla tenía nueve años en 1973. Como muchos debí hacer largas filas, muy de madrugada para obtener algún alimento; vi en las calles una violencia impensada para los tiempos que vivimos, junto a mis abuelos visite a los camioneros que durante semanas estaban en la parte alta de Reñaca, vi la violencia en la Avenida Valparaíso donde ya era costumbre, a veinte metros de nuestra casa estalló un explosivo que pulverizo los vidrios del hogar, vi a mi padre de noche salir a cuidar como apoderado del colegio de mi hermana para evitar que fuese tomado, a los ocho años escuchaba cantar cada domingo a todo pulmón en la parroquia dedicada a Virgen del Carmen el himno nacional a esas alturas  hecho clamor, el cual por las noches era retomado por las ollas vacías que hacía sonar con el entusiasmo de quien miraba a sus padres hacerlo con fuerza y convicción.
Tengo la certeza que ningún museo que visite me hará jamás olvidar lo que vivimos como familia durante los tres años que precedieron el día once del mes de la Patria del año 1973. El sol no puede taparse con el dedo, ni dejará de iluminar  porque no lo queramos ver durante mucho tiempo, de modo semejante resultan inocuos los intentos de imponer  unilateralmente  una visión tuerta de lo que pasó en Chile desde 1970 en adelante. Sin duda ello hace que no exista una verdadera reconciliación.
 La lógica totalitaria anidada en tantas naciones hace medio siglo, marcó una vorágine de dolor en muchas regiones entre las cuales la nuestra no estuvo exenta durante mil días de incertidumbre, de violencia social y de hambre, que conducía la persistente  incitación hacia una guerra civil que parecía inevitable, la cual finalmente fue providencialmente evitada.
Al igual que a los primeros discípulos, Jesús nos llama a una nueva manera de vivir, superando las barreas del egoísmo, de la venganza y la falta de caridad, que surgen de la ceguera espiritual de no ver con claridad la naturaleza de lo que uno es,  olvidando lo inconmensurable que constituye la misericordia de Dios.

Quien se sabe objeto de la bondad de Dios no olvida -cuando sea necesario- ser sujeto de la misericordia hacia los demás, por lo que la carencia de una vida religiosa consecuente siempre termina ocasionando el debilitamiento del engranaje social y familiar, con las consecuencias que vemos hoy a lo largo de nuestra Patria.
San Francisco de Sales, Patrono de este Templo Parroquial hablaba del escándalo de proscribir el Evangelio de la vida pública: “¿No es una barbaridad querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?” (Introducción a la Vida Devota).
Sin duda nuestra mirada se encamina en estos días a tener presente que “a tales males, tales remedios”, y el absolutismo ideológico solo puede ser solucionado con más libertad, que la sana vivencia de las virtudes cívicas conduzca al crecimiento personal y social. Hace unos días hemos visto que la pobreza en Chile ha ido disminuyendo inexorablemente desde que se buscase vencer la pobreza creando más riqueza, desde que se asumiera que el estado está al servicio de las personas y no las personas esclavas de un estado monstruosamente expandido, desde que se tomase convicción que hay que expandir los propietarios y no los proletarios, desde que la familia fuese puesta como un eje social imprescindible,
La ideología marxista no es inocua para nuestra sociedad, no lo fue, no lo ha sido ni dejará de serlo allí donde se intente implementar porque es “un terrible sistema de violencia totalitaria. Un sistema que pisoteó y humilló al hombre” (Papa Juan Pablo II).
Hacer de Chile una gran Nación sigue siendo una tarea basilar, especialmente para los creyentes, y es lo que hoy destacamos en quienes asumiendo una misión no deseada, buscarían por el camino de la abnegación, sacrificio y trabajo personal, “restaurar el orden institucional y la vida económica del país, tan gravemente alterados” como dijeron los Obispos en Chile en esos mismos días   
Nuestra mirada finalmente se dirige esta tarde hacia la Virgen María.  Fue el rezo incesante del Santo Rosario el que provocó que, al igual que  los pueblos mártires contemporáneos “al resistir la ideología materialista, su mirada permaneciera fija en lo Trascendente; reconociendo en Jesús de Nazaret al Mesías enviado por el Padre, el Verbo eterno hecho carne, el Salvador y Redentor del hombre” (Juan Pablo II, 7 Septiembre 1993, Siluva Lituania). ¡Que Viva Cristo Rey!

PADRE JAIME HERRERA  CHILE
                                         

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