martes, 25 de agosto de 2020

 

TEMA  :  “PROCLAMAR LA VERDAD DE JESUCRISTO SIEMPRE”.

FECHA: HOMILÍA  DÉCIMO PRIMER DOMINGO  /  AGOSTO  2020.

La ciudad virtual como la ciudad real en que vivimos y nos relacionamos no difiere mucho de lo que Jesús experimenta al llegar a Cesárea de Filipo que entonces tenía una población mayoritariamente gentil  no judía. La preguntas hechas y las respuesta  dadas son pronunciadas en tierras adversa a Jesús lo que conlleva un mérito a la orden de reconocer el factor de riesgo que implica proclamar nuestra fe en el mundo de hoy, no exento de temor a ser incomprendidos, temor a tener sólo “me gusta”, temor a los aplausos de la gente, porque el demonio  en su afán por pasar desapercibido suele tomar parte de la galería de las mayorías ávidas de secularización, sedientas de una descristianización, que en nuestra sociedad en la hora actual es de suyo indiscutible.

Dos preguntas hace Jesús que apuntan a conocer la percepción del momento sobre su persona, lo que finalmente dice relación con la identidad –quién es- y qué lugar ocupa en el corazón y vida de sus discípulos. Ya había pasado un tiempo razonable para que respondieran,  no eran neófitos ni adolecentes en crecimiento en lo atingente a creer, y dar respuesta implica un riesgo mayor del que experimentaron cuando estaban siendo batidos por las olas en medio de la tormenta en la jornada anterior.

Cuando nos preguntan respecto de lo que otros opinan es fácil responder porque como acontece  con el eco de un acantilado, éste  permanece inmutable a pesar del ruido a su alrededor….ningún riesgo implica responder a otros de lo que dicen otros, es fácil y bien visto hoy estar enterado sobre cuáles son los principales training topic, lo que “la lleva”, “lo atómico”, los apóstoles vieron la ocasión de quedar bien con su Señor al responder profusamente lo que habían escuchado a lo largo de su caminar.

Todas las respuestas refieren a Cristo respecto de otros, y a personas que hicieron bien en el pasado, pero que nada nuevo ni propio parecían anunciar. Lejos estaban aun de reconocer al Señor como la palabra definitiva de Dios al mundo…y la Palabra era Dios...Y la Palabra vino al mundo…y no la quisieron recibieron. (San Juan I).

 

 

Sus novedades estaban envueltas en las telarañas del pasado, la aventura de caminar con Jesús estaba encerrado en el paso cansino de la monotonía y de proponer una vida encerrada en las cuatro paredes de lo que ya no tenía respuesta, semejante a como se pretende alzar hoy una sociedad organizándola al margen de lo que marca su identidad, ello  sólo conlleva a profundizar los males que se pretende superar, toda vez que,  un mundo sin Dios es un mundo contra el hombre.

Por tanto cualquier proyecto de sociedad que prescinda de reconocer el carácter basilar de la Persona de Cristo hoy en medio nuestro sólo irá por el camino de destruir al hombre,  falseando la institución sobre la que se funda la sociedad como es  la familia fundada por un hombre y una mujer, propiciará que la educación en la cual los padres de familia son primeros protagonistas parezca quedar abducida por la acción de un estado que monopoliza la libertad de enseñanza al modo como lo hacen hoy los sistemas totalitarios de Irán, Corea del Norte, Venezuela, y Cuba.

Igualmente, un proyecto de sociedad debe garantizar la libertad de emprendimiento sabiendo que el Estado  ha de ser apoyo de toda  la iniciativa particular  por medio del principio de subsidiariedad, que como sabemos ha sido  frecuentemente recomendado por la Doctrina Social de la Iglesia. En este sentido diremos que,  es el  Estado quien debe colocarse al servicio de la persona humana y no el hombre quien ha de esclavizarse ante el Estado.  Dicho proyecto debe favorecer que el hombre, la familia, y la sociedad puedan,  por el camino de la libertad,  crecer para erradicar la pobreza por medio del trabajo, y generar riqueza para repartir riqueza evitando el camino de un  igualitarismo dilapidador de mayor pobreza. Es necesario crear riqueza para no terminar ampliando la pobreza…! Igualar en bienes no en pobreza como acontece hoy en Valparaíso!

En este sentido, la propiedad privada es un bien que debe estar garantizado porque ella es fruto del trabajo y sacrificio personal, que ha sido puesta en manos de cada uno para su libre uso,  como parte del beneficio que Dios permite desde la creación del mundo de “dominad la tierra”.  El trabajo y su debida retribución es consecuencia de un acto de la voluntad de Dios y por tanto,  forma parte del camino de perfección de cada creyente.

 

 

Desde la implementación del gobierno socialista mocho que imperó en Chile desde 1970 a 1973, incluyendo la actual administración y la anterior, verificamos que nunca hubo menos personas que estuvieron a favor de su elección, con porcentajes reales que van desde de un 36% hasta un 25%  del total del electorado, por lo que devinieron en gobiernos esclavizados a las ratificaciones circunstanciales y,  han permanecido sujetos a frecuentes cuestionamientos que impidieron en ocasiones,  felizmente,  sus iniciativas y en otros favorecieron un sano espíritu crítico. La mínima representatividad del ejecutivo al momento de ejercer la primera magistratura ha ocasionado un vacío de poder donde al parecer todos mandan y ninguno obedece, lo cual,  puede llevar derecho a una conflagración civil cuyas consecuencias son siempre dramáticas.

Como suele suceder en episodios históricos semejantes,  el “pato de la boda” lo termina saldando la Iglesia que, herida en su corazón por las negligencias y faltas de consagrados y purpurados “de todos los colores”, no ha manifestado de manera oportuna y suficientemente clara el camino que nuestra sociedad debe procurar recorrer con el Evangelio en la mano y Jesucristo en su corazón.

Hermanos: Una sociedad “desanimada” (con el alma herida)   constituye el “pasto seco” facilitador para que ardan las ideologías ateas,  tal como ocurre en todo proceso de descristianización en los cuales,  la secularización termina siempre cediendo  desde la dictadura del relativismo a la del totalitarismo.

Y, es lo que estamos viendo al interior de nuestra Patria (chilena) que parece desintegrarse ante el sistemático acto corrosivo de sus bases fundacionales tal como son: su identidad cristiana, la centralidad de la familia en todo ámbito de la sociedad, el equilibrio de los poderes del Estado marcado por la  incursión sistemática de unos sobre otros y, la inmoralidad de ofrecer una vida llena de derechos y placeres obviando sus necesarios deberes y sacrificios.

Urge para nuestra Patria el retorno a lo esencial, donde Jesucristo sea verdaderamente la base de nuestra estructura social, sabiendo que no nos ha sido dado otro medio para alcanzar la bienaventuranza que el nombre de Jesucristo, el verdadero salvador que si salva.

 

 

Como Iglesia nuestro incienso debe ser quemado como signo de plegaria y ofrenda a Dios y no ser consumido ante los determinados  sistemas de gobierno como lo es la misma democracia que,  en ocasiones,  parece fluir en los labios de algunos pastores con mayor frecuencia y entusiasmo que el de Cristo, lo que nos hace recordar lo que sentencia la Sagrada Escritura: “El hombre habla de  lo que hay al interior de su corazón”…callando por lo que no hay…

Esa búsqueda por lo esencial, que siempre será El que es, el que era  y el que será,, necesariamente buscará llevar al mundo a Cristo, a vivir su lógica, a repetir sus enseñanzas, a presentarlo como mejor y primer modelo, a ser el ideal de vida de los consagrados, a ser el camino actual de perfección y santidad para todos, a invitar a una conversión de vida que implica abandonar lo pasado de pecado como un estorbo y a hacer vida,  la siempre novedosa grandeza del amor de Dios. En una palabra es el mundo el que debe aceptar a Cristo, y no falsear el mensaje católico pretendiendo reducir, esclavizar y amarrar la verdad de Cristo a los criterios  y discursos mundanos.

Este punto es esencial, porque como lo experimentaron los Doce Apóstoles a las orillas de Cafarnaúm, implica el desafío actual de decir una verdad que no será la más atractiva para quienes propician el error y la mentira como forma de pensar, exige proclamar una forma de vida que prontamente estará en contradicción con las formas del mundo del libertinaje y desenfreno moral, evidenciando la realidad de las profecías del anciano Simeón: “Será signo de contradicción”.

Hermanos: Jesucristo para el mundo siempre será como una “piedra en el zapato”, es decir, le resultará molesto e impedirá su normal avance,  por lo que el secularismo buscará desecharlo y dejarlo olvidado tal como lo hicieron en el Gólgota y en el Calvario. Aquel día, los enemigos de Jesús ¡que los tuvo y muchos! regresaron a sus hogares creyendo que todo había concluido, olvidando lo dicho por el Señor quien,  como entonces, hoy –también- tiene la última palabra en nuestra vida y en nuestra sociedad.

 

 

 

 

Cristo pareció vencido e impotente en lo alto de la cruz, en tanto que,  la sociedad que lo puso allí,  se mostraba vencedora y poderosa, con el paso del tiempo –sólo tres días- el vencido fue vencedor y los poderosos del mundo fueron definitivamente derrotados.

Los creyentes somos hijos de una esperanza que tiene su nido en un sepulcro vacío, que repite una y otra vez: “Animo, yo he vencido  al mundo”, lo que nos llena de fuerza a la hora de anunciar al mundo liberacionista, que presenta paraísos terrenales que conllevan muerte, soledad, pobreza, violencia, y enfrentamiento.

El entusiasmo del secularismo puede correr bien los primeros metros de la carrera, suele ser creativo, entretenido, organizado, pero…esta no es una “carrerita” no es un “pique” sino que es una maratón para quienes corren la vida entera, y para ello, sólo es posible lograr llegar a la meta por medio de la esperanza que San Pedro, a nombre de los Apóstoles dice: “Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Recordemos que el Papa Juan Pablo II dijo que: “el mundo puede por un tiempo alzarse contra Dios, pero prontamente ese mundo se vuelca contra  el hombre”.

Sea nuestra Madre del Cielo, la que como perfume de Dios acoja toda nuestras plegarias, y las presente con su maternal aroma, que nos conceda la gracia de proclamar en todo tiempo, en cualquier situación, por favorable o adversa que parezcan aquella verdad que nunca perece como es la anunciada por Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre.

¡Que Viva Cristo Rey!

 


 

Señor Intendente Quinta Región,

Don Jorge Martínez

Presente.                                                 Vallis Paradisi, 21 de Agosto del 2020

De nuestra consideración,

                                              Deseando se encuentre bien de salud en medio de esta Pandemia que se ha instalado en nuestra Patria, me dirijo a Ud. con el fin de hacer presente ciertas consideraciones respecto a la eventual apertura de los templos y lugares de culto en nuestra Patria.

                                              Para nuestra Iglesia la presencia eucarística de Cristo es un tema personal. Tan real como lo es estar con los que viven en nuestro hogar lo es permanecer unido a Jesucristo al momento de comulgar. Ésta distinción es necesaria hacerla porque hay confesiones cuya centralidad no se daría basilarmente al interior de un espacio sagrado al modo como sí lo profesa nuestra Iglesia Católica.

                                              Sin duda,  para muchos creyentes católicos el cierre de los templos  ha sido un drama semejante al experimentado en las épocas más recias de persecuciones o de graves y extendidas conflagraciones, a pesar de lo cual, en una y otra época,  no faltaron almas que optaron por el martirio antes que abstenerse de participar presencialmente de la celebración de la Santa Misa. Tildar dicha situación como un acto de irresponsabilidad es no comprender el valor del martirio lo que sólo puede ser afirmado si acaso se hace desde la vereda del frente de quienes profesan el Credo Apostólico.

                                              La participación de los fieles en nuestros templos católicos es etariamente diversa, toda vez que,  dependiendo de los sectores, de los establecimientos educacionales adscritos a las comunidades parroquiales, de la participación en la catequesis familiar de primera comunión y bautismos, de los sectores más antiguos de las ciudad,  como de los que tienen mayor  crecimiento de las ciudades, la participación es diversa por lo cual,  no es aceptable motejar de “gente mayor” o “anciana” a los que habitualmente participan en la Iglesia como argumento válido para  “dejarlos para el final” de la etapa de desconfinamiento.  


IGLESIA DE VALPARAÍSO / VIRGEN PUERTO CLARO CHILE

                                              Sabemos que diversas reparticiones  públicas,  las entidades bancarias, los grandes supermercados, los malls,   han dedicado lugares y horarios preferencialmente para adultos lo cual,  nos lleva a entender que a esa hora la mayoría de los (ancianos) que asisten a esos mercados,  farmacias, y servicios, deberían abstenerse de acudir porque estarían en situación de mayor riesgo cuando precisamente se quiere con esa medida preservarlos de todo riesgo parta ellos. Entonces, ¿Cómo comprender que se sostenga que nuestros templos por el hecho de acoger a personas de la Tercera Edad deberemos retardar su normalización, aunque sea de modo gradual?

                                               Bajo ningún aspecto se sostiene –válidamente- el argumento citado. Mas, continuar con la prohibición ha comenzado a denudar una situación que se acerca al límite de constituir un acto persecutorio si se coloca en referencia al hecho que prácticamente todas las actividades están funcionando con una masividad que de hecho es aceptada tácitamente por la autoridad que no sanciona a quienes la incumplen.

                                                La Iglesia Católica, y en general  los demás cultos presentes en Chile, no creo que se resten obtusamente en adoptar todas las medidas sanitarias que sean exigidas por la autoridad competente porque,  el bien deseado es superior a cualquier consideración y sacrificio.

                                                Es razonable que el aforo máximo de nuestros templos sea de cincuenta personas tal como se permitió durante  los primeros meses en nuestra Patria, y que se ha replicado en otras naciones, pues los templos parroquiales llegan a tener una capacidad de cinco veces esa cifra,  en  otros casos sobre los dos tercios, por lo que la distancia física resulta muy fácil de implementar, y la verticalidad doctrinal y organizacional de la Iglesia Católica garantiza razonablemente su fiel y mejor cumplimiento en la letra y el espíritu.  

                                              La exigencia en vistas a no abrir los templos por riesgo a contagiarse es de suyo cuestionable, toda vez que,  sabemos que a pesar de haberse tomado todas las medidas sanitarias  y contando  con los protocolas más exigentes,  las únicas dos personas de nuestro sector parroquial que murieron por causa del  Corvid-19  fue porque se contagiaron en los hospitales donde fueron llevados por tratamiento de cáncer y males propios de una edad avanzada.  

                                             Pues bien, si acaso el riesgo se hizo realidad en estos dos casos citados, no es descartable que pueda replicarse en cualquier otro ámbito incluido el de los espacios sagrados. ¿Cómo una institución educativa, religiosa, comercial, deportiva van a garantizar lo que no ha podido hacer una centro médico que ha visto contagiarse a sus propios trabajadores?

NUESTRA SEÑORA DE LAS MERCEDES DE PUERTO CLARO

                                              Así como Ud.,  el Minsal y el Colegio Medico no están en condiciones de asegurar que en futuro no habrá nuevos infectados o que se dará un temido rebrote tal como ha sucedido en otros países, como miembro de la Iglesia Católica, no estamos en condiciones de garantizar plenamente algo que vaya más allá de hacer los mayores esfuerzos posibles por evitar que haya un solo contagiado mas.

                                             En un tiempo futuro será una realidad que los templos abrirán sus puertas de par en par para que entren los fieles que han sido perseverantes a la fe recibida. Será el momento en que en que la pandemia quedará en el recuerdo, y el Señor Jesús podrá ser recibido sacramentalmente tal como lo prometió en la Última Cena.

                                             Como creyentes sabemos que se necesita a Cristo para descifrar lo que subyace en el misterio de cada persona y en los desafíos de cada sociedad, más aun en momentos que se presenta la disyuntiva de la realización un acto eleccionario en sólo dos meses,  cuya ejecución  estimo que –actualmente- es del todo improcedente, inoportuno, e irrealizable,  toda vez que se requiere que los ciudadanos hayan sido previa y  debidamente  informados,  cosa que no ha podido hacerse a causa de este larguísimo tiempo de cuarentena que,  aun a la fecha,  no se sabe si acaso deberá extenderse por más periodos. Cada día que transcurre hace más inválido un plebiscito donde la participación quedará reducida a un segmento acotado de la población temerosa de sufragar por riesgo a contagiarse o contagiar a los demás.

                                              Esto último ha sido el discurso permanente del Colegio Médico A.G. cuya autoridad (presidenta nacional) casi por “arte  de magia” parece vislumbrar el futuro al extremo de llegar a garantizar que no habrá “riesgo” en su realización. Si ningún padre enviará a sus hijos al colegio antes de esa fecha, si las universidades no estarán funcionando y,  nuestros templos permanecen cerrados,  el plebiscito estará viciado en su preparación y eventual implementación.

                                              Señor Intendente: Como hombre vinculado a las leyes y docente por años de ello, sobradamente sabe Ud. que los templos deben abrirse ahora, pues mañana será síntoma de segregación religiosa y nos lleva a optar ante la disyuntiva de tener un templo clausurado o cerrado indefinidamente, que a los ojos de la sociedad puede ser lo mismo pero,  a la mirada  de Dios nunca lo será.  

CONTAGIO VIRTUOSO DE LA FE EN PUERTOP CLARO CHILE

                                              Por esta razón, solicito a Ud. que ante quien corresponda, haga ver que nuestros templos y el libre ejercicio del culto, garantizado en la actual Carta Magna, deben colocarse en la primera línea de la fila pues,  se trata de fortalecer el bien esencial de una vida espiritual que trasciende y no en la última fila de los placeres perecederos.

                                             Sin otro particular, Dios Guarde a Ud. y familia,

 

 

 

Pbro. Jaime Herrera González

Cura Párroco de Puerto Claro


cc. Blog Our Lady of Mercy of Clare Port.

      Archivo Parroquial Puerto Claro.

      Administrador Apostólico en Valparaíso.

Parroquia Puerto Claro   /     Calle Santos Tornero N° 215 Cerro Toro   /      Mail:padrejaimeherrera@gmail.com    /   Fono: 997402707



 

TEMA  : “VIERON, ADORARON Y DIJERON”.

FECHA: HOMILÍA DÉCIMO NOVENO DOMINGO  /  AGOSTO   2020

No deja de sorprender al creyente buenamente la oportunidad que tiene cada relato del evangelio respecto al momento en que vivimos. La Palabra de Dios no llega tarde ni se anticipa: por venir de Dios es siempre actual, necesaria y eficaz a la vez, de tal manera que podemos tener la seguridad que aquello que hoy hemos escuchado es realmente lo que Dios quiere para nosotros, lo cual –por cierto- es lo mejor para nosotros.

Es lo que acontece  con el milagro que Jesús hace hoy, el cual debemos leerlo desde el episodio del domingo pasado con ocasión de la multiplicación de los cinco  panes y dos pescados. Podemos pensar en la gratitud de tantas personas que recibieron de manos de los apóstoles ese pan, sin duda les hizo “sentirse” realizados por el bien hecho. Pero ahora se trata de un largo momento de incertidumbre, de soledad., de esfuerzo, de desencuentro, y miedo ante unas horas que parecieron interminables.

Todos hemos pasado momentos de angustia alguna vez. De hecho, por valiente que sea una persona un terremoto hace correr al más pusilánime o flemático. Pero eso dura unos minutos que para el que los pasa son eternos, entonces, intuimos que las horas luchando contra la fuerte de un oleaje impetuoso, el rigor gélido de un viento rugiente al que los habitantes de la parte alta de Playa ancha suelen están tan acostumbrados, la oscuridad que parecía tan magra cuanto mas las horas pasaban, el cansancio físico que se hizo sentir del mayor al menor, todo lo cual llevo a la desesperación, el temor, y la pérdida del sentido de la realidad que les hace confundir a Jesús con un fantasma. A pesar de haber estado con El tres años, a pesar de haber permanecido con Jesús solo unas horas antes, no lograron verlo de inmediato porque algo les impedía hacerlo.

¿se trataba de una simple pelusa en sus ojos que no lo vieron bien? ¿Hubo algo tan fuerte que les llevó a desconfiar de todas las promesas recibidas del Señor? ¿Cómo fue posible que en sólo un pestañar de tiempo colocasen su mirada en una fuerza que les hizo temer por sobre una fe que les llevaba a amar al Señor?

 

SACERDOTE JAIME HERRERA CHILE

Lo cierto es que su navegar en medio de un mar revuelto estaba marcado por el miedo, el cual  tiene su origen siempre en el demonio, que como padre de la mentira hace germinar en el alma incertidumbre, desconfianza, dudas que sólo desembocan en el derrotero  de un temor cuyo origen en el hombre parece ser desconocido.

Permitió el Señor que permanecieran largas horas luchando en medio del mar. Fue una dura batalla la que todos debieron dar para no hundirse.

Permitió el error de no reconocerlo, de estar sumergidos  en el miedo y,  de llegar al punto de  gritar por el susto de verlo. Misterio inmenso que la Providencia permite un mal para sacar mayores bienes, que hace al hombre experimentar su propia debilidad para dar paso al poder manifiesto de Jesús.

Jesús llama a sus Doce Apóstoles como “hombres de poca fe(oligopistos) es una expresión inusual al punto que no hay ningún texto griego contemporáneo lo que marca lo especial que marco para los que iban sobre la barca las palabras del Señor.

Los discípulos comprendieron al final de este episodio que la salvación estaba más allá de la fuerza de las olas y de la pasividad de las mismas, porque lo fundamental era confiar en el Señor, en tener una fe a todo evento, lo cual, constituye el talón de Aquiles de la vida actual, el cual, particularmente en este tiempo ha quedado evidenciado tan crudamente al verificar que para muchos católicos la participación presencial en la Santa Misa resulta menos importante que acompañar a una mascotas o ir a un supermercado. ¿Por qué no es cuestionable para un católico chileno hoy que pueda ir a la feria de su barrio y no ingresar con veinte personas a un templo?

PRESBÍTERO DIÓCESIS DE VALPARAÍSO

Miraba  un video hecho para preparar a los fieles de la Diócesis de Chillán para asistir a la Santa Misa en un tiempo más: La verdad es que el citado “tutorial” podría servir para cualquier recinto con asistencia de personas…un Mall, una cafetería o un gimnasio porque,  al ingresar se le coloca un gel purificador, mantiene la distancia de un metro, comulga en la mano y explícitamente se coloca al mal comulgante como arrodillado con una línea roja –no podía de ser otro color si en el ADN rojo subyace siempre la prohibición y la falta de verdadera libertad-  mas, en el video se evita todo acto de piedad al ingreso y egreso del recinto sagrado…si se purifica las manos con abundante alcohol-gel  ¿Por qué luego de ello no puede santiguarse con agua bendita?

Para la comunión de un número acotado de diez, veinte o treinta personas ¿Por qué no usar una hostia grande como la que tiene el sacerdote fraccionada en dos con lo cual se evita todo riesgo de contacto?

Al momento de impartir la comunión puede proponerse darla soto voce (voz baja)  la expresión “Cuerpo de Cristo” y la respuesta “Amén” para evitar un eventual “riesgo de contagio”.

El encuentro con el Señor que viene a ellos al amanecer, luego del paso de la tormenta es figura –aquí y ahora- de nuestra Iglesia que tras el paso de la prueba “tormentosa” del virus chino quiere subir a la embarcación de nuestra alma, de nuestro corazón, como también, al corazón de todos los creyentes. La única condición que coloca es crecer en fe, en abandonar nuestras seguridades en lo que Él puede hacer lo cual no conoce de imposibles.

Por esto, cualquier programa de reapertura de aquellos templos que han permanecido cerrados durante largos meses, debe priorizar una debida preparación espiritual donde el sacramento de la confesión, un tiempo de penitencia comunitaria que forman parte del itinerario de la santidad  precedan a los cuidados de sanidad. Es un drama que un santo enferme, pero lo es más, por su carácter irrevocable que un enfermo no opte por la santidad, de manera especial,  si acaso se trata de una dolencia terminal.

El relato del Evangelio llegó a los primeros creyentes en medio de crueles persecuciones, nada se ahorraba a la hora de martirizarlos, por ello la lectura de este pasaje resultó un consuelo en el corazón de quienes sabiendo que iban a morir no olvidaban que Jesús les tendería la mano como a Simón Pedro en medio de la tempestad. Sin duda, para un católico que confía en Dios tanto la vida como la muerte dicen relación con el acto de reconocer a Cristo tal como lo hicieron todos los Doce Apóstoles ante Jesús aquel día en medio del mar calmado: “Verdaderamente eres el Hijo de Dios”.

Ellos “vieron”, “adoraron” y “dijeron”, con lo cual,  entendemos que si hemos tenido la posibilidad de estar con el Señor durante este largo tiempo de pandemia, que ha sido como el interminable tiempo en el que los discípulos lucharon contra las olas toda una noche, viene pronto el tiempo para ver al Señor, sabiendo que Él nunca oculta su rostro y que en toda época viene en nuestra búsqueda, toda vez que aunque nos escondamos de su mirada sus ojos permanecen fijos en nuestra vida, de tal manera que,  ver al Señor es un don del cual hemos de estar agradecidos.

PADRE JAIME HERRERA VALPARAÍSO

Los tres verbos usados por el evangelista son semejantes a los usados en el relato de la natividad y de los encuentros con Jesús resucitado. La adoración dice relación con el cumplimiento del primer mandamiento: “Adorar a Dios sobre todas las cosas” que es la base de toda obra meritoria. No hay amor humano verdadero y espiritualmente fecundo que no emerja y converja –hacia y desde- ese amor al Dios único y verdadero.

Al momento de reconocer la identidad de Cristo, perfecto Dios y hombre a la vez, abandonan el temor que les abrazaba en virtud de la verdadera libertad que nace de saber que se hace lo que se debe respecto de “primerear” al Señor en su mirada. ¿Qué hizo hundir a Pedro a pesar de ver al Señor? Que tenía un ojo en Jesús y el otro en el oleaje tempestuoso, su adoración al único Dios estaba marcada por otras “importancias” cuya trascendencia se equiparaba al poder de Dios, lo que nos lleva a saber que Dios no quiere rivales en nuestra alma. Adorar implica dar a Dios la primacía en todo lo que somos y tenemos.

La intervención de Jesús en este día establece un puente entre el pavor hecho vida de los discípulos –que no difiere mucho de lo que no pocos creyentes viven en este periodo de pandemia-  con lo que terminan pronunciando junto a Simón Pedro: “Verdaderamente eres el Hijo de Dios”.

El sabernos sacados de las aguas de la incertidumbre, el experimentar el rescate de la oscuridad del pecado, el abandono del temor, ha de conducirnos a expresar nuestra convicción que al “apostar” por el Señor a lo largo de nuestra vida es lo mejor que podemos hacer, y lo único que rentabiliza plenamente las obras de bien. Tras las palabras pronunciadas por  los  Doce Apóstoles en la barca subyace una vida que solo se quiere comprender desde Jesucristo, el único que es capaz de explicar en toda su grandeza y profundidad el misterio de nuestra vida y el peregrinar de nuestra Iglesia llamada como ese día a ver, adorar y decir al mundo la verdad recibida.

Imploremos a Nuestra Madre Santísima, que obtenga de manos de su Hijo y Dios, la gracia de ser perseverantes como Ella hasta permanecer de pie junto a la Cruz; la gracia de ser consecuentes como lo fue Ella ante una sociedad que rechazaba y se mofaba de su Hijo y Dios; y, la gracia de ser convincentes ante los que están llamados por el Señor a “ver”, “adorar” y “decir” no sin el testimonio de cada uno que hoy dice con la fuerza del que estamos convencidos:

¡Que Viva Cristo Rey!

 

Sr. Encargado

Departamento de Comunicaciones Jesuitas Chile

Presente.                                                                 Valparaíso, 7 de agosto del 2020

De nuestra consideración,

                                        Durante estas semanas hemos sido testigos de la partida a la Casa de Dios de varios consagrados a lo largo de nuestra Patria, entre los que destacan los R.P Van der Rest  y R.P. Bravo Lira  en sólo tres días, lo cual ha sido una constante de personas que han fallecido a lo largo de esta Pandemia, algunos de ellos,  aquejados de graves y antiguas enfermedades detonadas por la  nueva gripe CORVID 19 de fácil contagio y mayor incidencia en quienes padecen determinadas enfermedades. Estas últimas semanas nuestra diócesis de Valparaíso ha sido testigo de la muerte de tres sacerdotes y un diácono, todos ellos con largo tiempo de servicio en medio nuestro.

                                       Habitualmente la página WEB de la Iglesia Católica que peregrina en nuestra Patria entrega noticias referidas a  la vida pastoral de cada una de las Diócesis, prelaturas, congragaciones y movimientos laicales presentes a lo largo del país, ente las que, en ocasiones son destacadas como noticias que inciden a toda la Iglesia (en Chile) y en otras oportunidades limitadas por el editor a noticia local o diocesana.

                                        Entre estas noticias ocupa un lugar principal la información de la muerte del R.P.  Josse Van der Rest (S.J)  quien llevaba largos años en Chile en el ejercicio del ministerio sacerdotal. Como siempre acontece en estos casos, ante la partida de un consagrado, en nuestra Parroquia rezamos por el descanso eterno del alma aplicando la Santa Misa por dicha intención, sabedor que habiendo contado cada sacerdote con tantas gracias a lo largo de su vida, y siendo un medio de bendición inserto al interior de realidades tan variadas, al dejar nuestra morada terrenal seremos objeto de un juicio preciso de todo lo que ha cobijado nuestro corazón, de lo dicho y de lo hecho. Sin más, “a tales gracias, tales responsabilidades”.

                                         La información contiene elementos que develan la variada y rica vida espiritual del citado religioso fallecido,  jalonada con la cita de un lenguaje soez, lo cual, nunca vi escrito en información alguna en esta web eclesial. Ignoro cuál habrá sido el criterio aducido para esgrimir la oportunidad y los méritos de tales expresiones, pero en todo momento,  resultan impropias de un medio oficial por el cual,  nuestra Iglesia en Chile, entrega y recibe información de la vida religiosa, espiritual y pastoral.

                                        En la Sagrada Escritura encontramos abundantes citas al referirse a las expresiones  vanas, entre las que cabe incluir los conocidos “garabatos”, los cuales, no pueden ocupar lugar en nuestro lenguaje, tal como nos lo enseñaron nuestras familias, nuestras comunidades educativas, y en general, el trato que los fieles reservan a  sus sacerdotes a quienes en modo alguno ocupan un lenguaje soez para dirigirse a ellos.

                                        Quienes hemos participado en misiones a lo largo de nuestra vida, o en el mismo campo de la docencia, percibimos que el verdadero Pueblo de Dios suele ser cuidadoso respecto del trato hacia sus sacerdotes y religiosas, porque perciben la incompatibilidad de un lenguaje burdo con la realidad de consagrado que tiene un sacerdote, o religioso como es el caso del R.P. Josse Van der Rest (S.J) fallecido el viernes 24 de julio a la edad de 96 años.

                                        Sin duda, la vida del R.P Van der Rest es notable y se encuentra signada por una fidelidad a su consagración sacerdotal,  ejemplar y entretenida, en muchos aspectos.  Especialmente, para nuestro tiempo en lo referente a su amor  al Sagrado Corazón de Jesús de quien anheló desde joven ser sus brazos para servir a los más necesitados y,  la preocupación diligente por impartir la extremaunción a los enfermos  del Hogar de Cristo.

                                       Más,  todo esto,  nada tiene que ver con el uso de términos que no deben tener cabida en el medio de comunicación público y oficial con el que la Iglesia en Chile comunica su acontecer a todos los fieles.

SAN IGNACIO DE LOYOLA, FUNDADOR 

                                       Esperando que esta situación constituya una excepción no deseada, toda vez que es primera vez que encuentro “garabatos” en un texto de Iglesia.cl. En  mis veinticinco  años como Cura  Párroco,  he tratado con personas dementes, alcohólicas, drogadictos, narcotraficantes, sicarios, tribus urbanas, todos los cuales ¡en todo momento!  han evitado aquello que el artículo llama “chilenismos” al hablar con el suscrito.

                                      Agradecido por su atención, Dios Guarde a Ud.

 

                                      Pbro. Jaime Herrera González

                                      Cura Párroco de Puerto Claro

 

 

Parroquia Puerto Claro / Calle Santos Tornero N° 215 / Cerro Toro / Valparaíso / Fono: 997402707

 

Sr. Rector PUC en Santiago,

Don Ignacio  Sánchez Díaz,

Presente.                                                      Vallis Paradisi, Lunes 27 de Julio 2020

 

De nuestra consideración,

                                         Con profunda preocupación he tomado conocimiento que, en el uso de una de las redes sociales, don SEBASTIÁN GRAY AVINS (RUT. 7.516.762-8), profesor titular de la PUC,  incorporado como tal el 17 de abril pasado,  manifestó que de acuerdo a la situación del país,  el Presidente debería ir a la guillotina en la Plaza de Armas. Más allá de una eventual interpretación, que a diferencia de un edificio o una obra de arte si es posible tener perspectivas diversas, las palabras emitidas por el catedrático de la Universidad que Ud. dirige, incitan a una actitud que promueve “la muerte” de una persona como solución a los problemas presentes,  lo cual,  no tiene cabida en la enseñanza de nuestra Iglesia, cuanto a lo que promueve el Romano Pontífice, en estricta concordancia con  un magisterio y una tradición  ya bimilenarias.

                                         Al momento de ser nombrado el Señor  GRAY AVINS como profesor titular, la página oficial de la PUC, indica que “de acuerdo a los lineamientos de la Universidad esta categoría es el reconocimiento más alto en la carrera académica de los profesores de la Institución y quienes la obtienen “se caracterizan por demostrar un claro compromiso con la misión de la universidad, participar en la formación de personas con su labor docente” entre otros aspectos.

                                        Insertos y partícipes de la Iglesia en Chile que se ha visto fuertemente dañada a causa de los abusos en el ámbito consagrado (sacerdotes, religiosas y diáconos)  y laical (profesores, catequistas) que se han dado en el pasado,  resulta incomprensible y por lo tanto inaceptable,  que dicho profesor titular mantenga su nombramiento luego de propiciar de manera pública una expresión, que obviamente no representa  el sentir de la institución, la cual,  debe velar por el mandato recibido de la Santa Sede en orden a defender la dignidad de toda persona, realidad que el profesor SEBASTIÁN GRAY AVINS gravemente ha lesionado en esta oportunidad.

                                        Para un creyente da lo mismo sea el presidente o el ultimo ser gestado en vientre materno de quien se trate ante la realidad de un abuso, ello siempre será inaceptable, y en todo momento condenable.                              

                                        Nuestros jóvenes  asumen con meridiana claridad un antiguo adagio: “ley pareja no es dura”, traducción popularizada del brocardo: “Dura lex, sed lex”. Estimo que la cesación como profesor de la comunidad educativa PUC es una medida necesaria y ejemplarizadora particularmente, en estos momentos donde nuestra Iglesia debe dar señales claras que no permitirá nuevas actitudes, acciones, y llamados al abuso en cualquiera de sus formas, tal como en este caso ha sucedido, sumado al escándalo que ha ocasionado.

                                        El profesor GRAY AVINS borró con premura su violento mensaje argumentando haber sido malinterpretado, por lo que pedía disculpas si alguien se había “sentido” eventualmente ofendido.  La verdad que esto,  si es aplicado a otras formas de abuso,  nos lleva a exigir una medida clara de parte de la Universidad de la cual es Ud. Rector, puesto que,  no basta pedir disculpas genéricas cuando se ha lesionado a una persona en particular, que ocupa el cargo de Primer Mandatario de una Nación.

                                       Entiendo que como entidad de Iglesia Ud. puede y debe recurrir a la Comisión de Abusos del Arzobispado respectivo ante situaciones que afecten seriamente a terceros, y de garantizar que respecto de la vida de toda persona nunca se puede tratar con liviandad, puesto que, de una actitud permisiva de estas expresiones se ha pasado a acciones que luego las lamentaciones no han bastado como excusa, lo que ha ocasionado una herida lacerante en la vida de nuestra Iglesia que peregrina en Chile.

                                       Como sacerdote desde hace treinta años al servicio de nuestra Iglesia Católica,  he visto que debidamente se nos exige una conducta próvida en todo momento –como siempre debió ser- por lo que ahora,  no sólo estimo que puedo pedir, sino que además,  veo necesario exigir,  que una Universidad Pontificia que depende de una Congregación  de la Santa Sede y que posee el reconocimiento  de Pontificia,  obre en consecuencia de lo que sostienen sus propios estatutos respecto a la dignidad de todas las personas y la conducta intachable de los profesores titulares que,  en este caso,  manifiestamente debe ser sancionado con la única medida posible que es la pronta cesación del cargo.

 

                                        El pasado siete de abril el Sr. GRAY argumentaba por red social que “profesores de Teología UC enseñan a sacerdote católico que Dios no castiga”, pues bien, sólo trece días después era nombrado “profesor titular” para que en pocas semanas llegara a decir por el mismo medio que “(el presidente) sea guillotinado en la plaza de armas”. Estoy cierto que esa no es la enseñanza de la PUC y es mi deseo seguir manteniendo esa convicción.

                                        Por diversos medios luego de las declaraciones emitidas por  un profesor de su Universidad recientemente Ud. declaró que “no está en nuestra identidad denostar a ningún integrante de nuestra comunidad, bajo ninguna circunstancia”, añadiendo que “el camino para resolver este tipo de situaciones en tiempo de tanta incertidumbre es expresándonos con prudencia, en un sano dialogo, con respeto a nuestras diferencias siendo fundamentalmente solidarios y empáticos” (9 de abril 2020).

                                       Sr. Rector. La prudencia es una virtud que, entre otras cosas, nos permite distinguir entre lo urgente y necesario, entre lo importante y lo principal, según lo cual, en este caso, tratándose de expresiones que encierran una odiosidad inaceptable emitidas por un profesor titular de la Universidad (SEBASTIÁN GRAY AVINS), no deje de aplicar la mayor sanción con la diligencia eficaz pues,  si un día, el Buen Dios no lo permita, la sangre inocente riega las calles y las aulas de la Universidad, por una violencia desatada, tendremos la certeza de haber visto aplicado debidamente los Estatutos de la Universidad y los Protocolos para evitar todo tipo de abusos, en una comunidad de educación superior a la que suelen postular menores de edad salidos de nuestros colegios, movimientos laicales, parroquias y familias creyentes.

                                       Agradecido por su atención, Dios guarde a Ud. y comunidad PUC.

Pbro. Jaime Herrera González

Cura Parroco de Puerto Claro

 

cc.  Administrador Apostólico de Valparaíso. (21/08/2020)

      Edición Blog Our Lady of Mercy of Clare Port (21/08/2020)

 

Parroquia Puerto Clareo / Calle Santos Tornero 215 / Cerro Toro / Valparaíso / Fono: 997402707


La Plaza de Armas  como lugar de encuentro

Para este hombre fue más que un dicho ir a la guillotina

¿Quién preside esta Pontificia Universidad Católica?