jueves, 15 de octubre de 2020


TEMA  : “ID A LOS CRUCES DE LOS CAMINOS”.

FECHA: HOMILÍA  /  DOMINGO XXVIII°   T.O   /   OCTUBRE  2020.

Culminamos hoy el triduo de parábolas enseñadas por Jesús. Hemos caminado espiritualmente con Jesús desde Tiro y Sidón, pasando por Cafarnaúm hasta llegar ahora a Jerusalén donde, en un abrir y cerrar de ojos, el Señor será rechazado y puesto en la Cruz.

Habitualmente cuando recibimos una invitación de una persona que estimamos, y que detenta un cargo de responsabilidad, si acaso  no podemos acceder, enviamos una gentil declinación, sea por un medio verbal o escrito.

En este caso, la parábola nos dice que un rey envió una invitación a sus bodas, lo que por entonces implicaba no sólo la ceremonia cultual y posterior banquete, sino que se extendía por varios días debiendo dar alojamiento a cada uno de de los invitados. Por ello nos  sorprende que no sólo rechazan la invitación sino que maltrataran y asesinaran  a los mensajeros.

Dicha invitación se ubica en la línea del llamado universal a la santidad: a todos y en todo nos invita. ¡Sin rebajas ni recortes! Nuestra Iglesia acogiendo las enseñanzas de  Cristo habla de santidad y perfección, en modo alguno apunta a un  espíritu de buenismo espurio. Ningún hijo del progresismo no desea un mundo mejor, más el hijo de la Iglesia  aspira a la santidad que es la misteriosa participación de la vida divina, como dice una de las oraciones de la Santa Misa de este día.

El rechazo abyecto del pueblo elegido no implica que no permaneciera fiel un remanente, aquel “pusillus grex” (San Lucas XII, 32),  el cual serviría –como levadura a la masa- para alcanzar las gracias necesarias para ofrecer, posteriormente,  la salvación a todos los pueblos de todos los tiempos. Ciertamente, aquel rechazo hizo que los demás pueblos tuviesen oportunidad de ser invitados, formando parte de los comensales, obviamente si aceptaban y acudían a ella.

Al fin del relato el Señor Jesús indica en la Parábola que uno de los que acudieron  no iba vestido adecuadamente, por lo que sí importa como una va vestido,  toda vez que  en la Santa Biblia la expresión “vestimenta” implica las acciones santas de las personas (Apocalipsis XIX, 7).

 

Uno de los  invitados llegó con vestimenta propia….es decir, por “caminos propios”,  autónomos, que priorizaban otros banquetes antes que los del rey, finalmente eran ellos –los comensales- los que como autoerigidos monarcas decidían lo que querían, actitud que conlleva la fantasía de sentirse bien pero no de hacer lo que Dios quiere. Aquella opción implicaría similares consecuencias a las que tuvieron quienes en el Paraíso terrenal del único fruto prohibido decidieron comer: “Por el pecado de un hombre entró la muerte en el mundo” (Romanos V, 12).

Es el veneno espiritual que tiene aroma agradable, buen sabor, pero que mata al instante. Vestirse de la gracia implica andar con la seguridad de la bendición de Dios, que “luce”, “atrae” y “protege”. Elegir la vestimenta adecuada denota respeto por el anfitrión, donde no impongo “ni estilo” sino que agradezco la convocación gratuita, deferente y libre que hemos recibido.

Jesús apunta al espíritu desconsiderado, que no atiende, no respeta, y no acoge más que lo que se encierra en su indumentaria, que termina siendo estandarte de una vida miserable donde sólo hay “llanto y rechinar de dientes” (v.13). Jesús “vino a los suyos y estos no lo recibieron” leemos en el prólogo de San Juan en cada Misa de rito extraordinario. Suena al lamento de nuestro  mundo contemporáneo obsecuente a la espiral de un progresismo cuyo enemigo, fue, es y será la Iglesia fundada por Jesús

Sin duda, a lo largo de este tiempo que viene cada fiel deberá hacer un esfuerzo en procurar recuperar el estado de gracia perdido a causa de los pecados graves que eventualmente podríamos haber cometido durante los largos meses de cautiverio que aun padecemos. Cristo en la confesión  sacramental nos ofrece aquella “vestidura de salvación” que anunció el profeta Isaías (LXI, 10), y que es necesaria para poder comulgar tanto sacramental como espiritualmente.

¿Qué hace no acoger la invitación? No vi el wasap, no abrí la carta, no miré el mensaje de texto. ¡Quién no ha dado esta respuesta para justificar una negligente desconsideración! Esto implica que nuestras prioridades y afanes están por el camino opuesto del que propone Aquel que nos ha invitado con una perseverancia que es capaz de doblegar nuestra inacción, y encender el más gélido de los corazones.

 

 

¿Alguna vez organizamos un acto donde nadie llegó? Con la mejor disposición y esfuerzo nos esmeramos en preparar todo para una fiesta, un cumpleaños, una cena, y prontamente las excusas se multiplican  quedando con toda la mesa puesta. ¿Por qué no llegan? La respuesta generalmente, salvando excepciones justificadas, es precisa: Porque tuvieron algo más importante que lo que nosotros programamos.  Más simple: Dios muchas veces es el plan “b”,”c” en el menos malo de los casos puesto que con frecuencia,  aquello que se refiere al Señor Jesús y su Iglesia es  el plan “x-y-.z”. ¿Ese es el trato que damos a nuestro Dios? ¿Es el valor que damos a la sangre derramada por Cristo?

Con temor y temblor vemos que la tentación de postergar a Jesús ha recrudecido en estos meses de pandemia donde las verdades propias de nuestra fe proclamadas en el Credo son sistemáticamente negadas por “muchos de los invitados” al bautismo, en tanto que,  los sacramentos de la vida del cristiano son dejados de lado por diversas realidades que se consideran “más importantes”. Esto sucede porque cuando, lo que siempre ha importado, en la actualidad ya no importa, en el futuro nada importará.

La superficialidad nos hace abstenernos de “ir al banquete” al que el Señor nos ha invitado con insistencia, pues recordamos que prometió  estar junto a nosotros “todos los días hasta el fin del mundo”. Sin duda hemos de distinguir que esa ligereza puede ser más o menos culpable, considerando los medios con que hemos contado y la generosidad que pusimos en crecer interiormente.

Sabemos que sólo se ama lo que se conoce: Nadie se casa para toda la vida con quien no conoce. Normalmente la decisión de contraer matrimonio pasa por un período más o menos extenso, en el cual se va descubriendo con quién se quiere vivir para siempre. El rudimentario conocimiento que mayoritariamente se tiene de las verdades reveladas por Dios,  profesadas con gran rapidez en cada misa dominical y festiva, lleva al abandono de lo que se cree. En esto tiene especial culpabilidad el catecismo y la enseñanza religiosa sistemática que de tanto “aterrizarla” ha olvidado que debe despegar y volar, con lo cual, sólo se ha formado “gallinas” y no “águilas” en relación a la fe, celebración y vida.

 

 

 

 

Lo anterior tiene implicancias “concretas”, que son experimentadas  al interior de nuestras comunidades permanentemente: Hace unos meses un encargado de proyectos de la pastoral social en nuestra diócesis en Valparaíso promovía un “feliz acercamiento”  entre el mundo de las parroquias y las juntas de vecinos, clubes deportivos y diversas organizaciones de la sociedad, incluidos del denominados “colectivos” de cada “territorio”,  en tanto que,  para poder “escuchar el Espíritu de Dios” incentivaba a imitar el “proyecto constituyente” hecho por algunas naciones de Latinoamérica. Todo parecía sonar muy bien salvo que de incluir a todos terminaba excluyendo, lo único necesario que es nuestro Buen Dios.

Una debilitada catequesis suele ser el abono para que las ideologías y el progresismo encuentren el mejor ambiente para expandir aquellos principios falsos y autoritarios que generan mayor pobreza, ahondan odiosidades, y sobre todo, fomentan una vida de pecado –lejos de Dios - como  estilo de vida.  

Y esto sucede porque no acabamos de comprender de una vez por todas, que sólo en Cristo están las respuestas a todas nuestras necesidades e interrogantes, cediendo a la tentación de mendigar verdades en lo que siempre fue y serán un mero sucedáneo, una imitación y, una bagatela que aparenta pero no es realmente. Simple y claro: El jurel tipo salmón, el brillante de zircón, equivalen a esa fe licuada que masivamente se profesa hoy, que no convence porque no está convencida.

Siempre nos parece que la certeza y verdad no anidan plenamente en la voz de nuestra  Iglesia sino que damos crédito  a quien habla más fuerte, en quienes son más los que hablan y, en cuantos hablan más. El apostolado y testimonio de vida cristiana hacia el mundo actual será eficaz en cuanto nuestra fe esté marcada por la fidelidad y el abandono en la gracia que viene del Señor sobre gustos, planes propios, como los que fueron invitados a una boda y declinaron  porque aquel rey no califica en sus intereses, anhelos y proyectos.  

Teniendo presente lo anterior, que leemos en el Evangelio,  no se detuvo en una declinación cortés y de buena crianza a la invitación, sino que asesinaron a los mensajeros, Dios no cede en exhortar a llenar su Casa con nuevos invitados,  para lo cual,  nos pide salir a los cruces de los caminos que representan todos los lugares donde nos movemos y existimos. ¡Cómo no creer en Dios! Si nunca se cansa de extender Su mano providente en cuidarnos y su corazón permanece palpitante para hacer llegar su gracia al primer pestañar de nuestra conversión.

En el mundo de las redes sociales el cruce de caminos se da de manera múltiple. Nada más oportuno que recordar el ejemplo de vida católica que hoy nos presenta nuestra Iglesia con motivo de la beatificación de Carlo Karol Acutis Salzano, nacido un tres de Mayo de 1991 en la ciudad de Londres, que murió luego de padecer una grave enfermedad  a los quince años el día 12 de Octubre del 2006, y  que valoraba dar a Dios el primer lugar repitiendo que “La Eucaristía es mi autopista para el cielo”, acudía a la Misa diariamente, hacia adoración al Santísimo Sacramento pues repetía: “Se va al cielo directamente por medio de la Eucaristía”. Para hacer el bien sacaba su fuerza de su amor a Cristo. Internet no es un medio de evasión sino de encuentro para dar a conocer a aquella fe que anidaba desde el bautismo y a lo largo de cada una de las etapas de su vida. ¡Nunca ocultó su fe por respetos humanos! Fue “frontal” a la hora dar a Dios lo que es de Dios, sin rebajas ni cobardía, con la consecuencia propia de un alma santa que hoy ha sido elevado a los altares.

Rezaba el Santo Rosario diariamente y se consagró a la Virgen. Hablamos de una vida que breve en años fue plena en amor a Dios. “No quiero ir al purgatorio quiero ir al Cielo”. Fue capaz de navegar contra el oleaje del secularismo reinante gracias a su tierna devoción dada a la Virgen María. Acogió la invitación al banquete de los santos y sin duda diremos escuchó a Jesús, el Buen Pastor  decir: “Ven bendito de mi Padre al lugar preparado para ti desde toda la eternidad”. Amén.

¡Que Viva Cristo Rey! 


     

CARLO ACUTIS: “LA EUCARISTIA ES LA AUTOPISTA PARA LLEGAR AL CIELO”   

“¿De qué sirve al hombre ganar una batalla si no es capaz de vencer sus propias pasiones?”   

 “SÓLO LOS QUER HAGAN LA VOLUNTAD DE DIOS SERÁN VERDADERAMENTE LIBRES”







TEMA :      “LA PAZ COMO FRUTO DE UN CORAZÓN PURO”.

FECHA: HOMILÍA DOMINGO XXVII° TIEMPO COMÚN / OCTUBRE 2020

En cierta ocasión leí el relato hecho con ocasión de la caída de Jerusalén el año 70 .  Es impresionante la crudeza del historiador (Flavio Josefo) que parece describir con mayor fuerza que lo que actualmente una imagen de video puede mostrar, porque la imaginación reviste tonos, sonidos a lo que no parece tenerlo. Luego de este episodio San Mateo escribe el relato que hemos escuchado.  Hay una severa advertencia a valorar debidamente las gracias recibidas de las cuales estamos llamados a multiplicar y compartir.

El Catecismo de la Iglesia habla de la Iglesia con dos de las imágenes que hoy conocemos: “Viñedo de Dios” y “Edificación de Dios”. Lo que invita a una lectura desde nuestra corresponsabilidad con la Iglesia cuya finalidad y más necesaria contribución es la santidad según lo cual los mejores hijos de la Iglesia fueron, son y serán, los santos,  muy diferente de los que dan nombre a esta parábola de los labradores malvados.

La  lectura del Evangelio nos muestra la segunda parábola que forma parte de un triduo,  cuyo inicio conocimos el domingo anterior, donde consideramos la importancia de cumplir la voluntad de Dios. De la indiferencia de dos hijos pasamos a la violencia de los “arrendatarios del campo”, y luego veremos a los invitados a la boda que se auto confinan despreciando a Aquel que los convocó.

Si una semana atrás Jesús nos invitaba a cumplir la voluntad de Dios, ahora nos pide rectificar la intención, lo cual, es tarea de siempre. Esto implica no necesariamente hacer nuevas cosas, no caer en el juego de la búsqueda infructuosa de novedades y originalidades, consecuencia de una latente inmadurez espiritual,  que suele avergonzarse de la fidelidad perseverante cediendo al facilismo de complacer los criterios mundanos.

En momentos que resulta mas fácil callar que hablar sobre Dios, cuando percibimos una audiencia favorable a la exclusión de Dios, cuando la espontaneidad es favorecida con la aceptación permanente de lo banal, perecedero, es ese momento donde debemos preocuparnos si acaso hemos de corregir el camino hecho pues,  como creyentes nos preguntamos: ¿Qué tipo de felicidad y realización personal y social puede haber en aquella que pasa por tener a Cristo como un peregrino que viene y se va, como un adorno que por la moda luce o desluce, o un accesorio que tan pronto se usa como se desecha?

En el Antiguo Testamento  el viñedo es imagen del pueblo de Dios, de la cual Él es quien planta, cuida y protege. En la plenitud de los tiempos, no sorprende que nuestro Señor utilizase frecuentemente la cita de ejemplos cotidianos del quehacer agrícola puesto que  formaba parte de su vida, y ahora esa viña es imagen del Reino de Dios, iniciado con el advenimiento de Cristo y que culminará cuando “todo sea recapitulado en Jesucristo”…sea Él todo en todo.

Por cierto, la viña se arrienda para sacar los frutos a su debido tiempo cosa que no aconteció y es profetizado por Isaías: “Ahora cantaré para mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperando que diese uvas, y dio unas silvestres”.

Aquel pueblo que Dios eligió con Abrahán, al que hizo salir desde Ur de Caldea hasta la tierra de bendición,  fue conducido donde fluía “leche y miel”, con la promesa, palabra y alianza de Dios mismo. Aquellos israelitas experimentaron por años, décadas y siglos,  las bondades de Dios, como también, en igual período, no dejaron de experimentar las consecuencias que implicaba olvidarlo y oponerse a su voluntad, debiendo ver su tierra destruida, viviendo como pueblo elegido por Dios un largo tiempo de nueva esclavitud en Babilonia, y, finalmente,  verificando la destrucción del templo. Pasado los años nuevamente la tentación  a muchos israelitas les hizo rechazar al Mesías esperado con consecuencias aún por descubrir.

          Caída de Jerusalen, año 70 d.C.

Y lo que le ha pasado a los hijos de la Alianza hecha por Dios, ha sido sobrellevada en primera persona por quienes no han priorizado debida y oportunamente el amor a Dios,  sobre diversas realidades de una vida que pasa y no trasciende, al punto que cualquier urgencia suele ser puesta por encima de lo único que importa, cual es,  cumplir la voluntad de Dios en toda circunstancia.

Verifican así que  una viña donde el Dueño del Campo es dejado de lado termina no solo en la mezquindad de una comunitaria falta de alimentos sino del crecimiento de una desnutrición lo que,  en el plano de la vida espiritual,  se manifiesta  en las denominadas “obras de la carne”: “Adulterio, fornicación, lascivia, idolatría, hechicería, enemistades, peleas, celos, iras, guerras, herejías, disensiones, envidias, homicidios, borracheras (vicios), promiscuidad y cosas semejantes” (Gálatas V, 16-21).

Quien obstinadamente actúe de esa manera, y se deje llevar por ese “estilo” de vida no será ciudadano del Cielo nunca si acaso no se arrepiente  y se convierte a una vida nueva en Jesucristo.

Mas, el Apóstol  San Pablo nos enseña los frutos de una vida que procura estar llena del amor a Dios, que es Padre, Hijo y, Espíritu Santo: “Caridad, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,  fe, mansedumbre, y templanza” (Gálatas V, 22-26). ¡Qué diferente es una vida con Cristo que una erigida de espaldas a Cristo!

Lo cual,  necesariamente se traducirá en alzar una sociedad donde se respete la libertad en la especificidad de cada persona, donde el fortalecimiento de las virtudes encuentre en la institución familiar su mejor campo de crecimiento, donde la educación  académica incluya valores y religión en cada una de sus etapas, permitiendo que la excelencia no quede reducida a determinados sectores  y estratos (no podemos aceptar que todos caminen descalzos ¡patines para todos en la educación partiendo por la formación religiosa!, donde el trabajo personal permita la realización vocacional de cada uno, donde la sociedad reconozca los deberes y derechos de la persona, desde su concepción  hasta su muerte natural evitando que un tumulto, colectivo o jauría dictamine por ley respecto de quien puede nacer, cuantos pueden vivir y quien debe morir, pues,  es el Estado el que ha de colocarse  al servicio de la persona y no la persona esclavizada a los pies de un estado absolutista.

Nuestra Madre Santísima, a la que saludamos hoy como Reina de los Ángeles, le pedimos que nos obtenga de manos  de su Hijo la gracia de poder tener rectitud (pureza) de intención en cada acción como enseña Santo Tomás de Aquino: “El corazón del hombre camina derecho cuando va de acuerdo con la voluntad de Dios” (Sobre el Padre Nuestro I, c. 142).

Recordemos que la paz profunda es fruto de un corazón puro, por lo que iniciado en nuestra Patria el Mes de la Familia, vamos a pedir que esa paz impere de manera permanente al interior de cada  hogar, en cada miembro de nuestras familias, en circunstancias,  donde estamos batallando para disminuir una pandemia viral y donde asumiremos la de erradicar la impureza del egoísmo, de la violencia, de la tibieza espiritual y de una apostasía que -a esta hora- resulta innegable en muchas partes del mundo, de la cual, no está marginada nuestra Patria.

¡Que Viva Cristo Rey!





 

TEMA  :   “SOBRE  DOCUMENTO LEY E.S.I.  DE LOS NIÑOS”.

FECHA:  TEMA  DE  FORMACIÓN   MES  DE  OCTUBRE  2020

“Bienaventurados los limpios de corazón porqué ellos verán a Dios”

Forma parte de la primera enseñanza de Jesús en el Sermón de la Montaña. El tema de la castidad ocupa un lugar importante a lo largo de toda la Santa Biblia: En el Paraíso terrenal, relato de Sodoma y Gomorra, la casta Susana, el relato de la mujer adúltera, las preguntas sobre el celibato hechas a Jesús, las enseñanzas de San Pablo en la era apostólica. Esto responde a una realidad presente en la vida humana, que se inscribe en una creatura formada a imagen y semejanza de Dios, lo que se describe muy bien –por ejemplo- en las enseñanzas de Juan Pablo II sobre la denominada “Teología del cuerpo”.

Nuestra visión de la persona nace de una antropología con base en Dios, que concedió una corporalidad y espiritualidad que marcan todo su caminar por el mundo. Hace un día leímos en la Santa Misa el inicio del libro del Eclesiástico: Cada día tiene su afán, lo que en la vida humana reviste a cada etapa de una trascendencia que hace que el hombre “sacado del barro” es poseedor de un alma única, inmortal e irrepetible, que faculta a esa persona a ejecutar aquellos actos donde el instinto no tiene la última palabra porque es capaz de ejercer un acto de la voluntad, que emerge de una inteligencia.

Las normas generales “absolutistas” del proyecto de ley va contra el carácter individual que implica la educación de la sexualidad de los más pequeños, lo cual es propio, por su misma naturaleza, de los padres que son los intérpretes de la voluntad de Dios para sus descendientes, también en este campo a lo largo de toda la vida.

Muchos parecieron hacer una mueca socarrona cuando hace unos años el Papa Benedicto XVI –luego de su renuncia- publicó una carta sobre el inicio del desenfreno moral de nuestro tiempo colocando su origen a fines de la década de los setenta. El recordado arzobispo Emilio Tagle Covarrubias por entonces señaló la debacle espiritual y moral en la sociedad a causa de la promoción de la impureza. También muchos se burlaron por entonces del santo obispo porteño, más el tiempo le ha dado la razón a sus consejos, exhortaciones y sanciones dadas en esos años  marcados por el slogan de  “sexo, drogas y rock and roll”. 

La mejor educación integral: la familia

Por aquellos años,  comenzó la ideología gramciana a tomar fuerza en todo ámbito, no ya enfrentando la cultura  por la violencia física sino por medio de socavar la voluntad, la virtud, la fe, transformando, en ocasiones,  con iguales términos, la realidad objetiva: mismas palabras con un reconstruido significado.

Por lo que las mismas palabras adquirieron un nuevo sentido que amplificado por una preparada orquesta de medios de comunicación, en el mundo de la enseñanza: se hablaba de “amor” pero ya no era el que implicaba sacrificio, valor y virtud; la Iglesia mutó a ser “pueblo”,  independiente de la fe profesada, a la que se pertenece sólo por el hecho de existir…sin necesidad del bautismo ni de la aceptación de determinadas verdades reveladas.

La ideología de género no puede ser presentada como parte de la educación de la sexualidad: Del sexo se participa como hombre o mujer. No se elige, no es una conducta aprendida es una forma de ser que involucra la vida entera.

Jocely Wildenstein gastó cuatro millones de euros para “convertirse” en lince por amor. De modo similar, en Texas (EEUU) un hombre gastó 75 mil dólares en tatuajes para “ser” un reptil, cambiando su nombre de Richard Hernández al de Tiamant Legión Medusa. ¿Podrán ambos obligar legalmente a los demás a que los “tengan” o “reconozcan” como lince y reptil? ¿Basta la voluntad de una persona para modificar su genética y ADN? Es cierto que uno puede creerse muchas cosas, tal como lo suelen hacer los niños con sus superhéroes,  pero algo diferente es obligar a la sociedad a reconocer sus cambios personales y originalidades.

A este mundo se viene y de este mundo se parte con igual número de cromosomas, por lo que aquello que naturalmente se es, se mantiene inalterable hasta el último suspiro de nuestra vida, formando parte del proyecto  de Dios inscrito en la naturaleza. Según esto, la ideología de género resulta aberrante a la naturaleza humana, pues,  disociada la identidad personal necesariamente se termina disolviendo la unidad de la sociedad.

Los padres son los primeros educadores, por lo que tienen derecho preferente a educar a sus hijos en la sexualidad según corresponde a su naturaleza, valores y creencias, según lo cual,  ninguna autoridad perteneciente a la orgánica estatal puede apoderarse de ese derecho primario de los padres.

Mártir de la pureza: Santa María Goretti


El Colegio es una ayuda eficaz en la medida que lo hace de la mano con los padres en este ámbito, no sólo en la primera etapa de formación, sino hasta el último año de escolaridad, lo cual,  por darse como supuesto,  queda al arbitrio de otros estamentos formativos. Si el padre y la madre no hablan, los hijos en la calle aprenderán. Nunca se arrepentirán de haber hablado con sus hijos pero muchas veces lo harán de no haberlo hecho tanto debida como oportunamente.

El tema de la autoformación en el Colegio no tiene cabida cuando se argumenta desde la lógica de un libertinaje o desde el desconocimiento etario, que a todas luces su permisión iría por el ámbito de la negligencia y corrupción de terceros, lo cual, tratándose de menores en de suma gravedad. 

El generismo como ideología implica una determinada concepción teológica, tal como enseñó el filósofo español Donoso Cortés: “Tras cada política subyace una teología”, por ello, cuando organismos y personas dicen no pertenecer a una determinada creencia mienten porque profesan una religión “monista”, que hace abstracción de nuestra fe para imponer el yoismo. Si acaso la presencia de Dios puede modificar nuestra vida y costumbre su eventual marginación de la sociedad, lejos de ser neutral e inocua, es determinante en la vida cotidiana de la actualidad. Si no se vive lo que se cree, se termina creyendo lo que se vive.

¡Es mi cuerpo! ¿Es mi alma! La Ley 21040, art 5 letras f del año 2017 indica como principios “los proyectos educativos inclusivos, laicos, y de formación ciudadana”.  No es un derecho ni es humano un proyecto de ley que margine el carácter espiritual y transcendente de la persona. Nadie solo educa un cuerpo, y nadie solo educa un alma: se forma a la persona que es a la vez alma y cuerpo, según lo cual,  la denominada educación sexual pretende castrar desde la más temprana edad,  obviando  el dualismo (alma y cuerpo), el carácter trascendente del acto humano, la necesidad de la paternidad y maternidad docente, el ejercicio de las virtudes de la fidelidad, la entrega,  y el espíritu de sacrificio.

Como se ha implementado a lo largo de mucho tiempo una educación mutilada de la sexualidad, presentando sus eventuales enfermedades, desviaciones, como el fin primario, se ha terminado devaluando la riqueza innata inscrita por el Creador en una suerte de implementación del individualismo, de la búsqueda e implantación de un círculo experimental, que ocasiona la inhabilidad fáctica de una posterior relación definitiva. Quien es educado en el libertinaje tendrá una vida personal, familiar, y social que difícilmente podrá sobreponerse de una voluntad con “osteoporosis”, es decir, permanentemente fragilizada.

El fracaso de este camino formativo hecho en Chile desde hace un cuarto de siglo es evidente: La “condonización” sólo ha ocasionado una amplificación exponencial del virus del SIDA y demás enfermedades (ETS). Sorprende que no se hagan responsables las autoridades (in) competentes que de manera tácita o explícita han favorecido una educación laicizante,  materialista, y relativista, cuyos resultados están a la vista. Y, con el proyecto de ley propuesto, se sigue ahondando en el mal, como una persona en la arena movediza donde su mayor peligro consiste –precisamente-  en seguir moviéndose.

El año 2018 hubo en Chile 6948 casos verificados de nuevos enfermos con SIDA. El tratamiento en los EEUU tiene un valor de U$ 370.000 durante toda la enfermedad, es decir, a lo menos tendrá un costo de dos mil millones de dólares, tratándose de un virus posible de evitar por el camino de la fidelidad perfecta, la castidad, y una vida ordenada.  Mas, si los padres de familia incentivan el crecimiento en conductas contra natura de sus hijos, el incentivo de experiencias donde el abuso e infidelidad sea una costumbre, donde los bailes, lenguaje, literatura apunten a favorecer un desenfreno por medio del incentivo de aquello que resulta parte del feísmo, vulgaridad, impureza, y agresividad. Los frutos de una educación sin Dios están a la vista en Chile.

Esa es la base de la ley 20.418, y en esta materia, sabemos que lo que nace mal termina peor. Tiende a despreciar la familia y obviamente la formación religiosa, con los valores que evidencia a cada ser humano como creado a imagen y semejanza de Dios. En este ámbito los padres de familia cuando guían a sus hijos, y subsidiariamente con el Colegio encauzan a niños y jóvenes, no “intervienen” en ellos sino que ayudan, sirven, y muestran verdadero cariño hacia los que posteriormente agradecerán una buena formación de la sexualidad sobre el libertinaje promiscuo del desamparo y desinterés.

Educación católica de la fe y virtud

¿Qué pasaría si dejamos a los niños de pre básica solos en los recreos, haciendo vista gorda cuando en el patio coman lo que quieran, desde tierra, hojas, colación de sus compañeros (solo serán sancionados si se les descubre con un Súper Ocho en sus manos) ….dejando el resultado de cada discusión al arbitrio del encauce natural del que golpee más fuerte (claro que será sancionado si el derrotado tiene un apellido originario y proviene de una nación extranjera)….no mirando cuando un pequeño decida quedarse con objetos ajenos (solo será castigado como acaparador si es poseedor de muchos juguetes? ¿Si alguno tiene ganas de desplumar una inofensiva paloma se le deberá dejar divagar su impulso  libremente para no traumatizar su ímpetu en crecimiento?