sábado, 26 de diciembre de 2020

 

TEMA  : “INFLUENCER DE LA SANTIDAD POR MEDIO DE LA MISA”.

FECHA: HOMILÍA PRIMERA COMUNIÓN /  COLEGIO MACKAY  /  2020

Aunque distinto, hoy somos participes de una celebración que tradicionalmente se ha hecho en nuestro colegio, desde ya hace largos tiempo. Un grupo de alumnos de cuarto año básico por Primera vez recibirá a Jesús Sacramentado, cumpliendo la invitación del Señor: “Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de los cielos”.

Bendición a los 44 alumnos de la primera comunión

Estas palabras dichas por el Señor encierran un doble sentido:  Él toma la iniciativa de llamar y convocar, por lo que es una gracia inmerecida, que no se funda en capacidades, logros, ni destrezas, sino que es por un amor de predilección que venido de Dios, encierra perfección y gratuidad plena. Para esta invitación no hay otra justificación más que el amor de Dios, lo que la reviste de un imperativo a la hora de responder.

Sin duda, aquella inquietud en el corazón en orden a “buscar a Dios” sumada a aquella “capacidad de Dios” que encierra nuestra humana naturaleza creada, nos lleva a tener esa llamada “venid a Mi” como una maravillosa aventura con un fin exacto,  cual es,  estar con Jesucristo. Si alguna persona nos invita a una parte sin decirnos hacia dónde ni a qué ir,  podemos humanamente desconfiar porque no tenemos certeza, según esto, una aventura que no tiene un sentido preciso se reviste de incertidumbre provocando desconfianza y  temor a lo desconocido, en cambio, una aventura que tiene rostro, que tiene finalidad, que tiene seguridad, es digna de ser tomada en cuenta y, en este caso – siendo Jesús quien nos llama-  vale la pena hacer cualquier esfuerzo por participar en ella.

Misa The Mackay School Primera Comunión 2020

El acto de creer es la aventura más fascinante que podemos emprender en nuestra vida, porque a ella nos ha invitado Jesucristo, tal como aconteció germinalmente el día del bautismo donde pasamos a ser verdaderos hijos de Dios y de su Iglesia Católica, como sucede en este día en el cual, por primera vez reciben no solo muchas bendiciones sino que además, al Autor de toda gracia como es Cristo. Es El quien dice: “¡Venid a Mi todos los que estáis cansados y agobiados, yo os aliviaré!”.

Luego de pasar por largos meses de cuarentenas e innumerables desafíos donde el agotamiento, el aburrimiento, y la incertidumbre han ido en aumento, ahora viene Cristo a dar ánimo a cada uno y a fortalecer la voluntad en vistas a lograr una vida santa, por el camino del vencimiento personal,  apoyados en la ayuda  de Dios que siempre es necesaria, oportuna y sobreabundante. Recuerden el lema de vuestra insignia: “Vincit qui se vincit” (vence el que se vence).

La aventura por buscar ser santos, a diferencia de muchas otras actividades, se extiende por toda nuestra vida: nada y ningún momento puede quedar al margen de esta realidad, pues no hay “recreo” para nuestra condición como hijos de Dios.

Sacerdote Jaime Herrera González Chile 2020

A este respecto, en el lema de nuestro Colegio  subyace aquella expresión de San Agustín de Hipona: “Quien te creó sin ti, no te salvará sin ti”, con lo cual, asumimos que nuestro Señor  quiere que seamos santos y perfectos con todo nuestro empeño procurando actuar como si todo dependiera de nosotros sabiendo que todo viene de Dios.

Entonces recordamos una antigua plegaria anónima que nos permitimos complementar: “Cristo no tiene cuerpo sino el tuyo, no tiene manos ni pies en el mundo, sino los tuyos. Tuyos son los ojos con los que Jesús mira hoy el mundo; tuyos son los pies con los que avanza para llegar al que está desamparado y enfermo; tuyo es su rostro por medio del cual esboza una sonrisa al que permanece triste; tuyos son sus oídos con los cuales quiere escuchar tantas súplicas para ir con premura a auxiliar al que lo necesita; tuyas son sus manos con las cuales quiere bendecir y realizar el trabajo bien hecho”. 

Alumnos del colegio Mackay en su primera comunión

Sería iluso obviar las circunstancias que han marcado el caminar de vuestra preparación a la Primera Comunión olvidando destacar que lo hicieron en medio de la mayor pandemia de nuestro tiempo. Vuestra perseverancia a la catequesis impartida por vuestra profesora, y la de vuestros padres en modalidad on line de Catequesis Familiar es meritoria. Ese amor de predilección exhorta a reconocerse como depositarios de un don inmenso del que muchas comunidades parroquiales y educativas se han visto restados por diversas razones. Más, aquí hoy tenemos la respuesta a la llamada que Jesús hizo en vistas a estar con El de manera presencial. Recuerden que toda gracia implica una misión, toda vez que  a tales gracias tales responsabilidades, puesto que como dice el santo Evangelio: “A quien mucho se le ha dado, mucho se le exigirá” (San Lucas XII, 14).

The Mackay School Reñaca

Como creyentes nos sobrecoge el hecho del misterio de la fe que celebramos: Jesús al partir de este mundo quiso quedarse no de manera simbólica, figurada o virtual, sino que en la Última Cena, al momento de recordar el episodio de la salida de la esclavitud del pueblo de Dios, tomó un poco de pan y vino y dijo: “Esto es mi cuerpo” y luego “Esta es mi sangre”, dando un mandato: “¡Hagan esto en mi memoria!” (1 Corintios XI, 24).

Hace unos días el sol pareció desaparecer por unos minutos inundando de oscuridad el mediodía. Para muchos en la antigüedad era la muerte de sol. En este tiempo de pandemia, como entonces no han faltado los que a causa de la incredulidad han visto extinguir la vida cristiana en el mundo, otros han preferido vivir el minuto de eclipse como una nueva normalidad, mas sabemos que,  antes el sol puede desaparecer que la vida de Cristo lo haga de la faz de este mundo: “Cielos y tierra pasarán pero mi palabra permanecerá” (San Mateo XXIV, 35).  Cristo permanece  fiel con nosotros hasta el fin de mundo: En su promesa se funda nuestra seguridad, y en su fidelidad descansa la nuestra: “Yo estaré junto a vosotros todos los días  hasta el fin del mundo” (San Mateo XXVIII, 20).

Capellán Jaime Herrera Chile


La luna es cuatrocientas veces más pequeña que el sol, a  pesar de ello, el día del eclipse  por cuatro minutos se antepuso a su luz y vimos oscurecer algunas regiones, y mermar el calor imperante en igual tiempo. ¿Dejó el sol de irradiar la luz? La respuesta es evidente, y ello nos sirve para asumir la tarea que Cristo hoy encomienda a cada uno de estos niños y sus familias en orden a dar a conocer el amor de Jesús Sacramentado a todos los que están a nuestro alrededor, particularmente: los amigos, parientes y cuántos estudian en este lugar.

Queridos niños: Ustedes desde este día son custodios de la confianza depositada por Jesucristo que viene ahora por primera vez a cada uno. Nada existe que sea más noble, bello, y duradero que estar con Jesús en la Santa Misa, y comulgar con un corazón limpio. “La evangelización de la cultura es de especial  importancia en nuestro tiempo, cuando la dictadura del relativismo amenaza con oscurecer la verdad inmutable sobre la naturaleza del hombre, sobre su destino y su bien último. La sociedad actual necesita voces claras que propongan nuestro derecho a vivir, no en una selva de libertades autodestructivas y arbitrarias, sino en una sociedad que trabaje por el verdadero bienestar de sus ciudadanos y les ofrezca guía y protección en su debilidad y fragilidad. No tengáis miedo –dont be afraid- de ofrecer este servicio a vuestros hermanos y hermanas, y al futuro de vuestra nación” (Papa Benedicto XVI, Homilía en Bellahouston Park en Glasgow  16 de septiembre del 2010).

Cuando el Santo Padre dirigió estas palabras en Escocia hace ya una década no olvidaba que toda la gran isla de Inglaterra fue tenida en el pasado como la Isla de los Santos, por la fecundidad en el número de beatos y santos que la Iglesia ha elevado a los altares. Este año no ha sido la excepción, pues,  los dos más jóvenes beatos reconocidos en este tiempo de pandemia tuvieron una estrecha vinculación con el mundo anglosajón. Ambos vivieron a plenitud su identidad católica, ambos buscaron por el camino del vencimiento personal el camino de santidad al que fueron llamados, ambos ofrecieron su vida por amor a Dios y los más necesitados, particularmente a los hambrientos del Pan Eucarístico.

Santa Misa Primera Comunión

El primero de ellos de nombre Carlo Acutis, nació en Londres: A los doce años iba a la Santa Misa diariamente, tenía un gran número de amigos y se destacaba por su amor al deporte. Bueno, también no puedo ocultarles que era un entusiasta jugador de los videojuegos, como muchos de ustedes lo son…  

Mas, a esa edad ya colaboraba para que sus amigos acudiesen y comprendieran mejor la Misa para lo cual,  destinó de su tiempo personal para preparar una exposición sobre los milagros eucarísticos con el fin de hacer que el bien del que fue participe en su Primera Comunión lo pusiesen recibir sus  amigos. Sin duda, fue un influencer eucarístico, donde más que centrarse en cuántos seguidores tenía su cuenta, le importaba que sus amigos tomasen en cuenta a Jesús.

 Queridos niños: Recuerden que la verdadera amistad siempre busca el bien, siempre tiende a la virtud, y siempre se verifica por medio del sacrificio: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos”. Esto repite Jesús hoy a cada familia, y a cada niño que se acercará en unos momentos a recibir a Jesús Sacramentado. A unas cuadras, desde la extensa  playa de Reñaca cada atardecer parece decirnos que en el horizonte se unen el cielo y la tierra, mas ello, realmente  acontece sobre cada altar donde Jesús viene a nosotros, y maravillosamente acontece que el cielo toma la tierra en el corazón de cada niño que hoy recibe a Jesús, el Amigo que nunca falla, por primera vez. Que la Virgen María, que estos días de Adviento con regocijo espera con nosotros el nacimiento de su hijo en Belén, les obtenga la gracia de ser fieles a Jesús Sacramentado en cada jornada que Dios les regale de vida.

¡Que Viva Cristo Rey!

Capilla del colegio Mackay


 

TEMA :   “PROPTER NOS ET PROPTER  NOSTRAM SALUTEM”

FECHA: HOMILÍA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR   /  AÑO 2020

Queridos hermanos: ¡Feliz Navidad!

Gradualmente el silencio ha ido llegando a los hogares, luego de una vorágine que mezclado de un consumo ilimitado ha sumado este año a un ajeno espíritu de violencia que surgió en distintos lugares, evidenciando que la crisis moral ha llegado a límites que parecieron inimaginables.  Los grandes enfrentamientos entre naciones han devenido en la actualidad a ser una  atomizada relación social cuyas  expresiones van de la mutua desconfianza, el temor reinante, y sin duda, una crispación de animosidad que brota con ligereza en estos tiempos finales de año (…) y de pandemia.

Santa Misa Nochebuena 2020

La espiral de un secularismo que ha echado raíces  en los dos últimos siglos ha provocado un enfriamiento en los creyentes que es evidente: la piedad que en la actualidad a mutado –como el mayor de los virus- desde la aversión hacia una abismal falta de consideración hacia todo lo que diga relación con la piedad, la fe y la religión,  en otras palabras,  en lo que se refiere a Dios y su obra.

Esto hace que la vida del alma que da sentido a nuestro ser, a la vida en sociedad, y cuya base es la familia, ocupe en nuestro horario el momento de lo sobrante, en nuestras prioridades el de lo prescindible, y entre lo útil el ámbito de lo desechable. Tal como aconteció hace más de dos milenios, cuando aquellos peregrinos –José y María- buscaban refugio donde poder recibir al Mesías esperado.  ¿Qué habrá sentido aquel padre y madre al experimentar que no hubo lugar para ellos? Aun mas, que no hubo lugar para el fruto bendito de su vientre ha de haber sido la causa de su mayor congoja, toda vez que no hay mayor desprecio que aquel que tiene a Dios como objeto.

Iglesia de Cerro Toro Chile

A lo largo de nuestra vida hemos asumido momentos de dificultad a causa de persecuciones, injusticias, y faltas de delicadeza. La fe, la madurez y el tiempo nos hace reaccionar de manera distinta al momento que se esgrimen ofensas hacia nuestros seres queridos, particularmente al verlos sometidos a la indefección,  a causa de su corta o avanzada edad, de su fragilidad por una enfermedad.

¿Qué hacer cuando el ofendido es nuestro Dios que es eterno y todopoderoso? Si al Señor le bastaría un instante para romper cualquier adversidad y un momento para doblegar aquella  violencia fruto de la soberbia.

Pero el cielo quiso colocar en los brazos protectores de San José la seguridad del Verbo Encarnado, el cielo no dudó en avanzar hacia el mundo que caminaba en tinieblas en el vientre inmaculado de aquella que será honrada de generación en generación como la Madre de Dios. Tras esa elección del cielo hecha a José y María subyace la mirada de Dios hacia cada persona llamada a ser parte de su familia desde que asumió la condición humana y nació en una humilde gruta usada como refugio de los animales.

Virgen de Puerto Claro

La fragilidad de un recién nacido  evidencia la gratuidad de la gracia que viene de lo alto. Humanamente desprovistos de las seguridades que la sociedad actual buscar conquistar con ciego desenfreno descubrimos aquella disponibilidad a todo evento que tienen José y María a la hora de cumplir la voluntad de Dios, que finalmente, es lo más importante y necesario ayer, hoy y siempre.

Las puertas cerradas de la aquella ciudad real, donde nació el Rey David, ahora no acogen a quien está sobre todo poder humano, y detenta el señorío no sólo del universo, de los tiempos, sino de lo que subyace en el corazón de cada persona. A este Rey un día la sociedad lo desechó y envió nacer a un establo.

JESÚS HA NACIDO DICIEMBRE

Dice el Evangelio que: “no hubo lugar para ellos”. En realidad, lo más grave es que no hubo lugar para Dios porque estaban afanados en el censo que venía, en las preocupaciones económicas, sociales y políticas, que saldrían del conteo de habitantes. Nuestra sociedad actual no difiere mayormente en la de aquella ciudad betlemita: La economía es fundamental para muchas personas al punto que un solo centro comercial de la región en esta semana tuvo el denominado aforo de 4000 personas ante el reducido que tenemos al interior de nuestros templos: 270 parroquias y catedrales.

Eso demuestra dónde se encuentran las importancias del mundo y sus autocuidados…Como en Israel la venida de Jesús se da en un contexto social encendido, con un censo que equivaldría a los actos de sufragio actuales, donde todos estaban preocupados por lo que vendría y a la hora de abrir las puertas a Cristo lo enviaron a ocupar un lugar en la simple posada de  animales.  

Puerto Claro Valparaíso

Se desecha lo sublime para resaltar las bagatelas; se posterga lo eterno para destacar lo que pasa, precisamente a ese mundo que “estaba en tinieblas” es el que Jesús Niño quiere hoy iluminar con su pureza, su sencillez, su fragilidad. Recordemos siempre que la llegada de Jesús fue bajo el anuncio que “en esto reconocerán al Mesías…Verán a un niño envuelto en pañales”.

¡Nada más simple y débil que un recién nacido! ¡Nada más simple que un Niño en brazos de su madre y de su padre que le contemplan sobrecogidos! Nuevamente viene esta Sagrada Familia a llamar a la puerta de nuestros hogares, de  nuestra Patria, de nuestro corazón, por lo cual, sólo cabe una respuesta: “Abrir el corazón al Redentor que nace”. Amén.

¡Que Viva Cristo Rey!

En este lugar nadie sobra


 

martes, 22 de diciembre de 2020

 

TEMA  : “GOD IS WITH ME” (Beato Joan Roig Diggle).

FECHA: HOMILÍA PRIMERA COMUNIÓN ST.PETER’S SCHOOL  /  2020

El  celebrar la Santa Misa en el patio de formación de nuestro Colegio, obedece al hecho de estar inmersos en la batalla contra la mayor pandemia de los tiempos modernos. Sin duda, reconocemos que esta Misa tiene un carácter “excepcional” si consideramos el lugar, día, asistentes y preparación. Todo se presenta como diferente, donde lo único que parece no cambiar l el tiempo que inexorablemente avanza.

El insigne escritor inglés Shakespeare, en una de sus obras, relata parte de la arenga hecha por el Rey Enrique V a las tropas antes de ir al combate  Azincourt (1415):  “Nos pocos, nos felices pocos, nos banda de hermanos, porque aquel que hoy vierta su sangre conmigo será mii hermano, por muy vil que sea. Este día ennoblece su condición. Y los caballeros ahora en sus lechos de Inglaterra se consideraran desdichados por no haber estado aquí, y tendrán su hombría en poca estima cuando oigan hablar a aquel que luchará con nosotros en este día”.

Primera Comunión Saint Peter's Viña 2020

Nadie duda que esta Misa de Primera Comunión en su carácter de excepción en relación a similares realidades eclesiales y educativas que han suprimido  o postergado la preparación en orden a recibir a Jesús Sacramentado, implica una gracia de predilección que conlleva un mayor y permanente compromiso con Jesús que los llamó con el fin que permanezcan unidos a Él.

Ninguna gracia, ninguna realidad, ninguna alegría es comparable a la que hoy recibirán por primera vez en la persona de Jesús sacramentado, toda vez que nada hay más necesario, bello y que colme de gozo nuestra alma como lo es, estar junto al Señor: “Llevaré una ofrenda de acción de gracias y oraré en tu nombre Señor” (Salmo CXVI,17).

Entonces, nos  preguntamos ¿qué implica estar con Dios?

Estar con una persona es más que recordarla. Aunque tengamos presente todos los días y todo el día –si ello fuera posible- a un ser querido, nuestra mente no pude hacer que ese aquél esté a nuestro lado de manera real y palpable. En la Misa no recordamos sino que asistimos de manera presencial al momento donde Jesús ofreció su vida por nosotros por medio de una cruz.

Estar con alguien entraña algo mayor que estimarla: Aquel sentimiento por diáfano que sea, en modo alguno,  podrá tener la capacidad de una entrega y comunión como la que si se realiza en cada Eucaristía. Con entusiasmo se corre un instante, con la amistad de Jesús en la Santa Misa se avanza toda una vida.

Estar con alguien implica una entrega reciproca: A la celebración de la Misa se le llama el “Sacramento del Amor”, pues en el Jesús se ofrece al Padre eterno como víctima eficaz para restablecer la amistad del cielo con la tierra. Por ello, recordamos que cuando alguien toma la cruz algo de ella queda y,  en ella,  algo de cada uno permanece. ¡Lo mismo acontece con la hostia santa que vamos a recibir! Algo de Dios viene y algo a Dios va.

Junto a Jesús siempre

Los lazos de pertenencia se estrechan cuando juntos somos capaces de enfrentar las adversidades. Al arreciar las dificultades constatamos que lo que para unos puede ser motivo de distanciamiento, para el creyente, que descubre que Dios guía cada uno de sus pasos, es ocasión de estrechar el vínculo con el Señor. Por ello, asumiendo lo recio de los tiempos que vivimos, somos capaces percibir que las dificultades son más llevaderas si acaso nos reconocemos como peregrinos hacia una meta común.

Tal como aconteció al caer el día de la resurrección de Jesús, el evangelista que relata el episodio  en todo momento habla en plural. No es un acontecimiento que se vive solo, sino que aquellos jóvenes peregrinos de Emaús, que habían puesto juntos la esperanza en el Señor (por lo fueron a Jerusalén a verle), que vivieron unidos lo que para muchos se sobrevino como un desastre, ahora, -a tres días de la muerte de Jesús- de regreso a su pueblo, a su familia, a los suyos, son testigos que su mutuo caminar se transforma en el más feliz de los encuentros cuando Jesucristo se aparece ante ellos y camina  con ambos, Sólo balbucean unas pocas palabras diciendo luego: ¿No ardía nuestro corazón mientras nos explicaba las escrituras y estaba junto a nosotros?

Como en aquella tarde, donde dos jóvenes vieron a Jesús, lo reconocieron y cenaron con El, hoy ustedes –queridos niños- van a participar de la verdadera alegría que nace del hecho de estar con Jesús en el corazón, van a tener la certeza que emerge de una fe que busca cumplir la voluntad de Dios como un imperativo que marcará un sentido para toda la vida.

Alumnos Colegio Saint Peter's Viña 2020

En efecto, una vez que encontramos a Jesucristo resulta imposible desentenderse de su persona, porque –Dios no lo permita- podemos olvidarlo un día, hasta quizás renegar de sus palabras, pero en ningún momento,   Él dejará de esperar y encaminar sus pasos hacia el lugar donde estemos, por lo que tendremos siempre la posibilidad de elevar la mirada, de regresar a la casa del alma como es la Iglesia, de encaminar nuestros pasos a una conversión  tal como lo experimentaron los jóvenes peregrinos de Emaús, cuando vieron al Señor.

Queridos niños: Nadie duda que el momento en que ustedes reciben a Jesucristo en su Primera Comunión es especial. Y este año aunque ha presentado muchas limitaciones también nos ha permitido descubrir tesoros que quizás permanecían ocultos ante la vorágine de actividades que cotidianamente realizábamos hasta hace casi nueve meses:  La convivencia al interior del hogar, la profundización en determinadas materias, una mayor capacidad para “masticar” intelectualmente la realidad, pensando los acontecimientos, poder disponer de mayor tiempo de uso personal –perdido en interminables traslados de un lugar a otro- que en ocasiones ha permitido a las familias valorar simplemente el estar juntos y orar haciendo realidad las enseñanzas de un viejo sacerdote irlandés (Patrick Peyton), promotor del Santo Rosario: “Familia que reza unida, permanece unida”.

Como Dios no improvisa al momento de acercarse a nosotros, este tiempo de pandemia más que una oportunidad ha sido ocasión privilegiada para que como creyentes procurásemos estar del lado de la balanza en la virtud y no en el vicio, lo que encierra  la clave en la vida espiritual de los mejores hijos de nuestra Iglesia que son los Santos, los cuales,  poderosamente interceden en el Cielo con mayor incidencia con que lo hicieron en este mundo, a la vez que constituyen un modelo a imitar en virtud de la sintonía que tienen en relación a lo que cada uno vive día a día.

Como el Dios Eucarístico no deja de hacernos múltiples gestos de benevolencia a lo largo de toda nuestra vida, es particularmente en la infancia y la juventud donde vemos su mano providente que actúa con evidente delicadeza y habitualidad. Por eso dijo: “Dejad que los niños vengan a Mí y no se impidáis,  porque de los que son como ellos es el Reino de los Cielos”, alzando como ejemplo de vida cristiana las características propias de una verdadera infancia: espontaneidad, rectitud de intención, pureza de las costumbres, confianza en Dios y sus padres, sentido religioso de la vida, y probada fidelidad hacia los amigos.

Providencialmente los santos más jóvenes elevados a los altares como beatos este año en curso (el año que vivimos en peligro) han sido dos hijos nacidos en la denominada “Isla de los Santos” como es Inglaterra. Ciertamente, en el pasado y presente, desde  aquella región la virtud y santidad, no exenta del martirio, nunca han dejado de sobresalir para bien de toda nuestra Iglesia con nuevos santos y beatos, como es el caso de un joven de quince y otro de diecinueve años.

Capellán Colegio Pbro. Jaime Herrera González

Además, los dos beatos son jóvenes que amaron la presencia eucarística de Jesús, tomando muy en serio su compromiso de estar con Él desde su primera comunión, dedicando el “tiempo premium” de cada jornada y no el “tiempo sobrante”. A temprana edad descubrieron que desde el sacrificio realizado por Jesús en la cruz por cada uno de nosotros, la vida de cada uno adquiere sentido si acaso se emplea en bien de los demás pues, “quien vive para servir, sirve para vivir”. 

Este lema es el que vivieron el joven Carlo Acutis Salzano, nacido en Londres en 1991 y que murió el 2006 a los quince años. Desde pequeño iba siempre a la Misa dominical, ayudando en ella como acólito –como los dos exalumnos que hoy nos ayudan- , luego participaba en la adoración al santísimo sacramento y organizó una exposición virtual de milagros eucarísticos para los niños y adolescentes que se preparaban a la Primera Comunión. Con sólo doce años ya tenía la “película clara” de su vida, distinguiendo entre lo importante y lo principal, entre lo que me sirve y lo que me aleja de amar a Dios sobre todas las cosas, en colocar en su escala de valores procurar ser más sobre tener más.

El segundo beato anglosajón de este año de pandemia, tiene a su madre nacida en la Isla de los Santos, se llamó Joan Roig Diggle quien dio su vida por amor a Jesús en la Eucaristía a la edad de diecinueve años. Como el nuevo “Tarsicio” de este milenio, su misión como joven católico en tiempo de persecución fue llevar la comunión a las casas, a quienes no podían recibirlo por largo tiempo Era tal su amor por la Santa Misa que dijo a su confesor que iría a Francia a buscar un lugar donde ir a comulgar aunque ello era de mucho riesgo para su vida.

First Communion Chile


Al despedirse de su madre le dijo: “God is with me” (Dios está conmigo). Sus últimas palabras fueron dirigidas a quienes lo iban a fusilar: “que Dios os perdone como yo les he perdonado”. El Obispo de Roma actual le denominó como: “testigo de Jesús en el lugar de trabajo”.

Este último punto es fundamental: El trabajo de ustedes niños es recrear este tiempo de estudio desde la perspectiva de la presencia eucaristía del Señor. ¿Acaso podemos ocultar a los demás el gozo de estar unidos  a  Jesucristo? Si de verdad  estamos con El, asumimos sus enseñanzas y nos llenamos de su gracia, entonces constituye un imperativo darlo a conocer a los que están junto a nosotros todos los días, especialmente en el Colegio, donde pasamos tanto tiempo cada día.

¡Se tiene que notar que somos del equipo de Jesús!

Para ello, contamos con la cercanía maternal de la Virgen María que en todo momento vela por nosotros. Si en toda mujer y madre podemos develar aquel ser “que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor”, ¿qué no podríamos añadir al hablar sobre aquella que el mismo Señor preparó en virtud que sería la Madre del Divino Redentor?

Su poder de intercesión no tiene otro limite que lo que Dios dispone por amor: llena de fe al enfrentar todo peligro y persecución, llena de esperanza cuanto todos parecieron vacilar; llena de una caridad diligente que buscó satisfacer toda necesidad, especialmente de las almas desnutridas e inmersas en la mayor de las pandemias espirituales que suelen asfixiar cualquier iniciativa. 

¡Que Viva Cristo Rey!

Cristo Vivo en pandemia