sábado, 16 de febrero de 2019

EN TU PALABRA SEÑOR ECHAREMOS LAS REDES


TEMA  :    “EN TU PALABRA SEÑOR ECHAREMOS LAS REDES”

FECHA: DOMINGO QUINTO / TIEMPO ORDINARIO CICLO C 2019

“Percibí la voz del Señor que decía: ¿a quién enviaré? ¿Y quién irá de parte nuestra? Dije: ¡Heme aquí: envíame!” (Isaías VI, 8).
Queridos hermanos: En la primera lectura vemos que el encuentro del profeta Isaías se produce en medio de un ambiente “religioso”, al interior de un templo, fuera del cual se tejían múltiples dramas, mayores que los que hoy podemos tener en todo ámbito. El trabajo era muy superior al que podemos tener, porque todo era cuesta arriba. El solo hecho de conseguir agua. O conseguir un fruto, o desplazarse de un lugar a otro. Existía en muchos ámbitos poligamia, politeísmo, el abuso de la esclavitud, en tanto que la autoridad bajo la cual inició su misión como profética reinaría en Judá por más de cinco décadas. En medio de múltiples conflictos hubo una “cultura de guerra” que llevó a tener en un momento más de trescientos mil hombres y sofisticadas armas que lanzaban flechas y piedras contra los filisteos y amonitas.

Con el esplendor de victorias y avances en ganadería y edificaciones se olvidó prontamente de Dios por el corazón orgulloso…el progresismo de ayer y hoy resultan finalmente destructivos para la sociedad. Toda autonomía que margina a Dios del horizonte de la vida social es destructiva de la vida humana. Por otra parte, la fuerza de la naturaleza no era muy distinta, pues por esos años hubo grandes sismos, todo lo cual causaba grandes calamidades. En este aspecto, no sabían de capas de ozono pero igualmente padecían extensas sequias.
La vida religiosa se vio fuertemente sobrepasada por la irrupción del poder real que dictaminaba como se debía rendir culto a Dios y cumplir sus preceptos, sobrepasando a los sacerdotes del templo para quemar incienso. Hoy, el poder no está en manos de una persona sino en el empoderamiento de verdaderas huestes que orgullosamente se alzan desde la prensa, la farándula, las redes sociales para no solo opinar sino dictaminar cómo debe darse el culto a Dios, cómo deben hacerse las misas, o que se debe enseñar en la vida moral, obviamente todo al margen de la tradición viva de dos milenios de Magisterio que ha sido pilar seguro donde apoyarse en medio de las tempestades ideológicas de cada época.

El orgullo y la impureza caracterizaron el ambiente social en que debió profetizar Isaías ¿Será muy distinto al que nos toca enfrentar hoy como creyentes? ¿Nuestra Patria ha cambiado el Evangelio por dinero? ¿Nuestra Iglesia en Chile se ha arrodillado ante los poderes de este mundo por medio de reverenciar una democracia liberal y ateizante? ¡Seamos siervos de Dios no esclavos del mundo!
La presunción del orgullo espiritual  del poder temporal hizo que Isaías viese la llamada que Dios le hizo como un desafío que le exigiría un esfuerzo mayor: “labios impuros en un pueblo impuro”. Esperando un semáforo escuche la conversación de tres jóvenes millenials escuchando treinta garabatos en el lapso de un semáforo a otro. ¿Cuántos dirán al día? ¿Consideramos normal o reiterada esa conducta?
La gran cantidad de personas que han llegado a nuestra Patria, provenientes de muchas naciones: peruanos, haitianos, ecuatorianos, colombianos, y venezolanos, nos evidencia que lo que llamamos “normal” y eufemísticamente como “informal” como es el lenguaje abiertamente procaz y vulgar, esta irradiado como un virus letal en el alma de nuestra nación.
El profeta Isaías reconoce su condición pecadora e indigna para la misión recibida, más al saber que es Dios quien lo llama, asume esa tarea como un imperativo que no admite claudicación alguna, toda vez que el Dios absoluto debe ser tenido como un absoluto: lo primero siempre. Dios no quiere rivales en nuestro corazón, esto último, sólo se entiende a la luz de la fe, el cual es un don que ha de ser implorado, pues para muchos resulta absurdo en este tiempo de marcado relativismo expresiones de “todo”, “siempre”, y “único”.
Es innegable que el lenguaje más seductor para la cultura de hoy es el inclusivo, funcional y productivo, lo que es expresión de un alma social que excluyendo la verdad sobre Dios, antepone las modas, los gustos, las pasiones, y lo rentable sobre cualquier otra consideración, aun aquella que margina a Dios y su Iglesia de la vida espiritual.
Tal como el profeta  Isaías debió predicar hace 2750 años atrás, en “un pueblo impuro”, nuestra Iglesia hoy, desde el reconocimiento de tantas miserias y pecados, en medio de una sociedad exitista, que desde hace cuatro décadas viene  ranqueando con los mayores índices de crecimiento económico, está llamada a avanzar por el camino de la fidelidad fuera del cual no hay opción: ¡O de Cristo o del mundo! ¡O el estandarte de Cristo o el de un mundo sin Dios!
  PADRE JAIME HERRERA GONZÁLEZ
No parece haber un eco más elocuente para descubrir lo dicho por Isaías que lo descrito por el Apóstol San Pablo en la Segunda Lectura donde se compara a un aborto explicando él mismo la razón de esta fuerte expresión: “Yo soy el último de los apóstoles, indigno del nombre de apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios” (1 Corintios XV, 9). Probablemente, ninguno de los que está aquí haya tenido un origen como San Pablo, cuyo afán era al inicio demoler la Iglesia Católica y exterminar a todo bautizado…Todo esto, hasta que tuvo el encuentro decisivo camino a Damasco donde se le presentó a Jesús diciendo: “¿Saulo por qué me persigues?”.
La docilidad a la gracia llevó a San Pablo a  “trabajar más que todos ellos”, lo cual denota un fuerte espíritu apostólico, donde la laboriosidad le hizo vencer la tentación de la molicie y tibieza espiritual. Los tiempos que vivimos respecto del don de la fe no admite a pusilánimes, donde todo parece dar lo mismo…No queridos hermanos,  ni la sangre del Señor Jesús  es relativa ni su sacrificio en la Santa Cruz fue producto de un compulsivo sentimiento.
Por tanto, San Pablo nos enseña a tratar como corresponde al Señor, sabiendo que al momento de dar testimonio del Evangelio lo debemos hacer en verdad y vida, lo cual conlleva una integridad, un estado permanente de búsqueda,  encuentro, y vivencia de cada uno de sus designios, por lo que solamente si nos sabemos instrumentos del Señor que estamos “en sus manos” seremos eficaces al dar a conocer al Señor a los demás. La apertura a lo que Dios pida; la generosa disponibilidad a cada uno de sus preceptos, y la escucha atenta en la oración incesante, son los elementos basilares en la vida como apóstol de San Pablo, lo cual le permitió rápidamente “ponerse al día” en relación a los demás discípulos que primeramente siguieron a Jesús.
En consecuencia, es esencial descubrir que la riqueza de una vida plena en Cristo va más allá del tiempo transcurrido o de la novedad que está por llegar, por esto no existe una “Iglesia vieja” ni una “Iglesia nueva”; una “Iglesia anciana” o una “Iglesia joven”. Lo que para San Pablo existió fue saberse miembro de la única Iglesia fundada por Cristo  fuera de la cual no hay salvación, evitando con ello, andar buscando originalidades y novedades, como ofreciendo un producto de consumo más…pues, de ceder a esa tentación se termina cayendo en una “espiritualidad de supermercado”, con un “credo a la carta” de cada  cliente. Este tipo de testimonio por no ser veraz es carente de mártires e infecundo en la vida pastoral:  ¡La crisis actual se llama “infidelidad!.
En El Santo Evangelio vemos la presencia de todos los apóstoles, destacándose la figura de Simón Pedro, de Santiago y Juan. La escena se desarrolla en el Lago Genesaret, donde llevaban largas horas de esfuerzo por pescar sin conseguir nada.
Habían invertido tiempo (una noche entera) , personas (todos los apóstoles) , bienes (se enredaron las redes), y todo era un real fracaso. Sus esfuerzos eran estériles: “No hemos pescado nada” (San Lucas V, 5), hasta que el Señor subió a la barca con ellos, lo cual no les debe haber parecido inicialmente muy agradable.
                                                PÁRROCO PUERTO CLARO
Estaban agotados y sin más, les pidió que se alejan de la orilla, donde estaban arreglando las redes para el trabajo del día siguiente. Con todo, se “sentó y puso a enseñar a la gente”, mientras ellos algo incomodos, sorprendidos y molestos le escuchaban. Luego de un tiempo les vuelve a hablar y les dice: “remen mar adentro para pescar”.
Es indudable que cualquier persona que vea interrumpido su trabajo, y con el cansancio de toda una jornada sin fruto alguno, responderá con alguna ironía o pesadez a quien, sin ser pescador les dice cómo y cuando tienen que hacerlo, por esto el Apóstol Simón Pedro le dice a Jesús: “Hemos pasado toda una noche bregando y no hemos pescado nada”.
Sólo cuando Jesús esta con ellos, y hacen lo que les dice obtienen fecundidad en sus trabajos, del mismo modo a pesar de estar tanto tiempo pasando noches de incertidumbre y sequedad espiritual apoyándonos en la persona de Cristo regresaremos a nuestra orilla con la embarcación llena de peces, es decir, con el fruto de la obediencia que siempre redita más lo imaginado y deseado.

Imploremos a la Santísima Virgen María que nos obtenga del cielo la santa perseverancia en estos tiempos donde el Señor como un día invito a Isaías a anunciar sus designios recibiendo como respuesta: “Aquí estoy, envíame”, como San Pablo tiene la certeza de “no haber predicado en vano”, podamos decir –también-  en este tiempo, en el aquí y ahora de la verdadera evangelización, con el Apóstol San Pedro: “En tus Palabra echaremos las redes nuevamente”.

¡Que Viva Cristo Rey! 


PEGA EN EL CIELO Y PEGA EN LA TIERRA


TEMA  :  “PEGA EN EL CIELO Y PEGA EN LA TIERRA”.

FECHA: HOMILÍA EXEQUIAS DIEGO MÜENCKE FEBRERO 2019

“Uno de los Ancianos tomó la palabra y me dijo: Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido? Yo le respondí: Señor mío, tú lo sabrás. Me respondió: Esos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero” (Apocalipsis VII, 13-14).
Queridos hermanos: Contrario a lo que habitualmente se suele afirmar, en torno a la lectura del libro del Apocalipsis, el texto citado contiene unas verdades tan evidentes como congruentes, pues describe la presencia en el Cielo de quienes “están con vestiduras blancas” lo que implica la gracia dada por Cristo en el bautismo, extendida en los demás sacramentos de la confesión, la Eucaristía y la Unción de los Enfermos, que Diego recibió horas antes de partir de este mundo.
Frente a las playas de nuestra ciudad vemos muchos jóvenes que durante largas horas procuran vencer el ímpetu de las olas deslizándose en una tabla de surf, con un equilibrio y audacia sorprendente. ¿Qué hace que una persona enfrente desafíos que aparentemente resultan una locura y necedad para el resto de los mortales? ¿Será sólo el deseo de ir donde otros no han estado antes?
La naturaleza del hombre tiende siempre a lo que es más, pues las cosas del mundo pueden entretener por un tiempo pero no llegan a satisfacer eternamente, experimentando  a lo largo de nuestra vida aquello que San Agustín de Hipona describe en su libro autobiográfico conocido como “Confesiones” en el Siglo IV: “Nos hiciste para ti Señor, por lo que inquieto está nuestro corazón mientras no descanse en ti, Señor”.
Y es verdad, el alma inquieta por  por experimentar, por vivir, responde a la naturaleza de quien puede descubrir la verdad, de quien puede vivir en libertad, de quien hace de la experiencia la sabiduría propia de un alma que discierne entre lo necesario y la accesorio, entre lo primero y secundario, entre lo que permanece y simplemente pasa.
 
                                                                               BENDICIÓN DE NOTARÍA QUINTERO

 


En el alma mater del establecimiento donde estudio desde pequeño, con orgullo llevaba la insignia cuyo lema latino institucional dice: “Vincit qui se vincit”, lo que literalmente significa: “Vence el que se vence”, lo cual implica que llega a la meta el que se dedica con plenitud, conquista el que se vence a sí mismo, todo lo cual entraña un estilo de vida que digitalmente marca un estilo de formación que busca sacer lo mejor de cada uno en vistas a la superación personal, en todo ámbito: espiritual, profesional y deportivo.
Nuestro hermano difunto fue en gran parte de su vida un destacado deportista, particularmente en el rugby donde dedicó tanto tiempo y empeño, descubriendo que mente sana en cuerpo sano es más que un simple axioma latino del pasado. El deporte bien hecho puede ser una escuela eficaz de vencimiento personal, de nuevos desafíos y de competir junto a otros y contra otros, para lo cual se entiende que una victoria no es fruto sólo del esfuerzo personal sino de un sacrificio colectivo pues, al interior del equipo  si uno vence, todos  ganan y sin uno se resta, todos pierden.
Lo que aprendió desde pequeño en el ámbito del deporte le permitió enfrentar, no sin dificultad, la grave enfermedad terminal que le fue diagnosticada hace quince meses, la cual debió sobrellevar tanto en su alma como en su cuerpo.
Para ello resultó un poderoso aliado  la cercanía hacia su numerosa familia, quienes procuraron hacer los mayores esfuerzos para que su hijo, hermano, sobrino, y primo, sobrellevase esta prueba que, permitida por Dios, le unió –de manera misterioso pero real- a los padecimientos de Cristo en la Cruz para bien de su cuerpo que es la Iglesia. No nos cansaremos de recordar, en estas circunstancias de tanto dolor para su familia que cuando una persona sufre no es que Dios se haya olvidado de ella, sino que es alguien a quien Dios ha hablado y alguien en quien Dios ha hablado.
Por esto San Pablo respecto del sufrimiento humano dice: “Completo en mi carne los sufrimientos de Cristo en la Cruz”, lo que implica mirar el padecer no como un muro infranqueable sino como un puente que nos conduce a “perfeccionar” lo que hizo Cristo, con lo cual confiere a toda dolencia un sentido reparador, purificador y redentor.


              BODA DE ORO MATRIMONIALES
Paralelo,  a la compañía de su familia en el paso del “puente” de la enfermedad, Diego pudo contar con el soporte afectivo y efectivo de sus numerosos amigos, que masivamente hoy le acompañan. ¡Unidos en tantas juntas, tantos carretes, tantos partidos! No podían ausentarse en los últimos minutos del partido de la vida de su amigo Diego, donde requirió de la cercanía eficaz de aquellos que en primera persona asumieron el desafío de acompañarle a todo evento, como en los años de adolescencia y juventud, develando con esto la grandeza de una amistad que como señala la Sagrada Biblia: “Quien encontró a un amigo, encontró un tesoro” (Eclesiástico VI, 14).
Eso fue lo que Diego no dejó de ver hasta sus últimos minutos de vida nuestro,  cobijando en su corazón y en su mirada el buen recuerdo de quienes hoy imploran a Dios que su buen amigo Diego pueda escuchar, de labios del mismo Jesús lo que indica el Evangelio: “Venid bendito de mi Padre al lugar preparado para ti desde toda la eternidad” (San Mateo XXV, 34).
Sin duda,  la tarea que viene es mayor que la que hasta ahora se tuvo, pues sabemos que la vida del creyente no termina sino que se transforma, en virtud de la resurrección de Jesucristo, vencedor del pecado y de la muerte. Por ello, la misión es doble. Rezamos hoy para que Diego pueda estar gozando de la bienaventuranza eterna en el Cielo, en virtud de lo cual esta Santa Misa de Exequias es un medio eficaz porque contiene el poder de la gracia que Cristo obtuvo con su sacrificio en la Cruz. ¡Todo lo cual es aplicado aquí y ahora por nuestro hermano! Por tanto, asumimos que está en las manos de la misericordia y de la justicia divina incluir entre las almas benditas a nuestro hermano difunto, según lo cual, aquello que  Diego pudo realizar de bien en su paso en medio nuestro, doblemente no dejará de hacerlo si acaso junto a Dios descansa su alma, particularmente,  en orden a cuidar a cada una de sus hijas Colomba y Amparo. ¡Esa es pega de Diego en el Cielo!
DIÓCESIS DE VALPARAÏSO PBRO. JAIME HERRERA

Mas, los que aún estamos de viaje y somos parte de la Iglesia que peregrina, insertos en el tiempo de la conversión,  tenemos la oportunidad de hacer mucho por cada uno de nuestros difuntos, toda vez que Jesús señala que: “donde dos o más se reúnan en mi nombre, yo estaré en medio de ellos” (San Mateo XVIII, 15-20), añadiendo luego,  que “todo lo que pidan fe os será concedido” (San Juan XIV, 13), invitándonos a implorar con la certeza que lo pedido ya nos ha sido previamente concedido. ¡Esta es pega nuestra en este mundo! Por estas tres razones, que son voz del Señor, repetimos con Jesús: “Alegraos y regocijaos porque vuestra esperanza será grande en el Cielo” ¡Que Viva Cristo Rey!

DIOS SIEMPRE NOS AMA MÁS


TEMA   : “DIOS SIEMPRE NOS AMA MÁS”

FECHA : TERCER DOMINGO / TIEMPO ORDINARIO / CICLO “C”

En tiempos de ambigüedad la solidez de la promesa hecha por nuestro Señor adquiere mayor relevancia en cuanto a su necesidad y urgencia, toda vez que para quien se encuentra  en medio de una navegación requiere de la seguridad de un buen capitán, de una buena embarcación y de un buen puerto que lo cobije Algo semejante acontece con nuestra alma cuya seguridad se funda en la promesa hecha por nuestro Señor de “estar junto a nosotros hasta el fin del mundo”, lo cual cumple cotidianamente al hacerse presente en su humanidad y divinidad indivisas en nuestros altares como alimento para es peregrino en este mundo y permaneciendo expectante en cada sagrario de nuestra visita, y para ir en auxilio de quienes enfermos se ven consolados con su visita que alienta y sana.
Una “buena” embarcación es la Iglesia en la que fuimos bautismalmente incorporados y de la que, por medio de las gracias depositadas en Ella, podemos repetir con plena seguridad: “Se en quien me he confiado”. Nuestra Iglesia, cuya cabeza es Cristo, y que es inspirada por el Espíritu Santo tiene un cuerpo, del que nos refería la segunda lectura, que no es el resultado de una casualidad sino que responde de la intencionalidad, tan poderosa como generosa de la Divina Providencia a cuya mirada protectora podemos acogernos como la más segura embarcación que es capaz de sobreponerse a los embates mas furiosos del oleaje secularizante. 
El Apóstol San Pablo nos describe en sus cartas sobre las vicisitudes que debió superar en su misión de dar a conocer a Cristo, naufragando en varias oportunidades…para lo cual describe llegó a un “kali limenes”puerto de claridad- expresión de la cual deviene la advocación patronal de nuestra Parroquia. Llegar a aquel puerto era guarecerse, llegar a un lugar seguro luego de una navegación, que revistió el dramatismo de pasar por el naufragio, experiencia de la cual algunos llegan a sobrevivir.
Existe una Fiesta en la sagrada liturgia que conmemora el Naufragio de San Pablo que se celebra cada diez de febrero...”Los naufragios de la vida son parte del proyecto de Dios para nosotros que permiten nuevos inicios de nuestra vida” (S.S. Benedicto XVI).
Sabemos que la tripulación de la embarcación en que iba el Apóstol San Pablo, para tratar de salvarse, se desprendió de todo lo que consideraron superfluo, incluso de los aparejos y del trigo, que era el único alimento que poseían. Precisamente en ese momento, el Apóstol San Pablo les motivó a colocar toda su confianza sólo en Dios, en momentos que la embarcación parecía una simple nuez en medio de las olas. Al igual que ellos, debemos colocar nuestro pasado, presente y futuro en Dios, en momentos que las oportunidades de la ciencia y tecnología parecen responder a todas nuestras necesidades y salvándonos de todos los peligros, lo cual sabemos que es una simple fantasía, porque ningún bien llega por sólo un abrir y cerrar de ojos, ni la felicidad está a la mano por un celular que parece cautivar…esclavizar…cegar la mente, corazón y vida sustituyendo cualquier realidad a la de responder
IGLESIA SAN PABLO DE “KALI LIMENES” 1911 CRETA

En ocasiones no falta quien durante la celebración de la Santa Misa responde el teléfono, aquel que en medio del Colegio estando en clases permanece preocupado de los diálogos del wasap, quien en medio de una comida familiar, estando abuelos, padres, tíos y hermanos presentes más que procurar escuchar y aportar al dialogo en familia prefiere lo que eventualmente  puede surgir desde un ahora endiosado celular.
En el pasado se culpó a la radio de distraer la debida atención y piedad de las personas, luego fue el cine y la televisión, luego el teléfono al cual en los hogares había que sacar hora para poder hablar. Hoy, el cambio que se ha dado  en la comunicación,  el tener acceso a internet unido a los teléfonos móviles sin duda nos hace tomar conciencia que el quiebre de una comunicación no se da por el uso de un aparato sino por el desinterés de lo que nuestro interlocutor representa, por lo que la verdadera razón de porque no dedicamos más atención a nuestros seres queridos es simplemente porque no los colocamos como prioridad en nuestro corazón.
Recuerdo cuando un sacerdote nos decía en el Seminario Pontificio de Lo Vásquez, donde estudié, que la razón de la ausencia reiterada a la Santa Misa no era porque se tenía mucho que hacer sino que, era consecuencia –simplemente- porque Dios no primeriaba en nuestro interés. En otras palabras: no voy a Misa siempre porque Dios no me interesa lo suficiente. Esta frase, fuerte por cierto, requiere de matices –posiblemente- pero es indudable que encierra una gran verdad, lamentablemente extendida en nuestro tiempo. En la vida de muchos bautizados la voluntad de Dios no es algo relevante, es el drama de nuestro tiempo y el gran desafío pastoral a revertir con urgencia.
En el mejor de los casos, la generosidad se suele reducir a dar el tiempo que nos sobra a las cosas de Dios, en circunstancias que deberían ser las que más nos importara realizar. No es la abundancia de medios el problema, no son los minutos libres del celular los problemáticos…es la falta de fe en Jesús el origen de tanta torpeza y cerrazón espiritual, la cual termina irremediablemente manifestándose en un libertinaje moral, como es el que galopa en nuestra cultura actual.
Quien de verdad ama procura buscar por todos los medios permanecer junto  con el ser amado: El denominado “pololeo”, que etimológicamente proviene de la lengua mapudungun,  significa “revolotear”, y es una expresión genuinamente “hurtadiana”, porque fue acuñada por San Alberto Hurtado en alguno de sus escritos, recuerda la insistencia con que aquel coleóptero busca su alimento, semejante a la insistencia de los pololos a estar juntos. Pues bien, nadie entendería que unos pololos, novios o esposos no deseasen estar juntos, saber dónde está, cómo está, qué necesitan, qué los alegra.
El fiel católico casi como “connaturalmente” debe tender a hablar con Dios por medio de la oración frecuente, que no es un añadido en nuestra vida, sino el camino para conocer, amar y vivir según la voluntad de Dios. Por esto, hemos de ver la oración como el medio preciso para identificarnos con la persona de Jesús, quien no sólo es modelo a imitar sino fuente segura de nuestra propia realización, toda vez que por medio de la gracia santificante nos permite asemejarnos a Él, que es: “Camino, Verdad y Vida”.

                                                           ACCESO GRUTA DE REFUGIO DE SAN PABLO EN CRETA


El Santo Evangelio de este día nos presenta a Jesús en medio del templo: toda una lección pues ¿Quién mejor que Él sabía todo? ¿Quién más que Él podía conocer respecto del sentido más oculto que encerraban las Escrituras? ¿Por qué el Unigénito de Dios hecho hombre estará en un templo?
Sin duda,  para darnos una lección. Si Cristo, siendo Dios y Hombre verdadero, acude al templo para escuchar aquella Palabra que viene de lo alto, ¿cuánto más nosotros lo necesitaremos? El acto de “abrir los escritos” (rollos)  implica leer la Biblia, según lo cual no basta con tenerla arrumbada en una esquina del hogar como si su fin fuese cosmético (un adorno) o funcional (por si la exigen llevar  clase). ¡Nuevamente vemos que rebajamos a Dios en nuestro trato, prescindiendo de su auxilio en medio de la vida cotidiana!

Si sabemos que la Santa Biblia no sólo nos habla de Dios, sino que en Ella Dios nos habla… ¡Cómo no prestar la atención suficiente! Si acaso nadie nos ama mejor y más que nuestro Dios, lo cual no es poco decir habida consideración del amor que recibimos de nuestros seres queridos. ¿Más que una madre? ¡Mas! ¿Más que un padre? ¡Mas! Dios siempre puede más y nos ama más.
Por esto, la avidez con que respondemos los wasap y mails de los demás nos debe hacer cuestionar por qué no actuamos con la misma y mayor diligencia cuando se trata de aquel  “wasap” que Dios nos escribe desde hace más de dos milenios, como es la Santa Biblia.
De nuestra Madre Santísima podemos aprender que “todo lo guardaba en su corazón”, por ello nutrió su fe con la meditación atenta de las antiguas promesas hechas a los patriarcas, reyes y profetas, pudiendo descubrir que los acontecimientos a lo largo de toda su vida respondían a un proyecto de vida que Dios había trazado para alcanzar la salvación del mundo.
De la misma manera hoy, al inicio de un nuevo milenio el Señor quiere intervenir en el mundo a través de quienes permanecen  unidos a Jesucristo por medio de su presencia eucarística, y sintonizando  con todas sus enseñanzas dadas,  tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento: No hay un Dios “antiguo” y un Dios “nuevo”, no hay una Iglesia “antigua” y una “nueva”, porque la revelación de Dios es un acto ininterrumpido, y la vida de la Iglesia Católica ha tenido un desarrollo que -como la vida humana- es continua, por lo que olvidar la tradición viva de la intervención del Espíritu en cada época, con sus riquezas y miserias,  sólo puede  llevar a mutilar el rostro de Cristo en su Cuerpo que es nuestra Iglesia, la misma de ayer, de hoy y de siempre. 
Imploremos que la Virgen Madre nos obtenga la gracia de ser fieles a las enseñanzas de Dios por medio del Magisterio perenne de la Iglesia, a estar atentos e interesados en lo que nos dice cotidianamente en las Sagradas Escrituras. ¡Que Viva Cristo Rey!


PROCUREMOS VER LAS COSAS COMO LAS VE DIOS PADRE


TEMA   : ¡
PROCUREMOS VER LAS COSAS COMO LAS VE DIOS PADRE!

FECHA : HOMILÍA  IN MEMORIAN ROSA PACHECO GIL DE RIFFO 2019

Queridos hermanos: En medio de la celebración de la Festividad de Nuestra Señora de Lourdes, donde la Iglesia recuerda la venida de la Virgen a una pequeña localidad en Francia, bajo el nombre de la Inmaculada Concepción, imploramos, una vez más, por el descanso eterno del alma de doña Rosa Pacheco Gil de Riffo. Lo hacemos más allá de un recuerdo, lo hacemos más allá de un reencuentro, lo hacemos por medio de la renovación del sacrifico que Jesús hizo por cada uno de nosotros con el fin de permitir el cumplimiento de la voluntad de Dios Padre en vistas a que “todos los hombres se salven” y vivan en aquel hogar del alma (Cielo)  “preparado para quienes son fieles a Dios”.
Para descubrir bien respecto de qué nos pide el Señor hoy por intercesión de la Santísima Virgen es necesario ahondar en el misterio de la naturaleza del hombre,  llamado a la santidad desde su condición debilitada a causa del pecado original del cual la Virgen desde su concepción fue excepcionalmente liberada,  toda vez que “purísima debía ser la que en sus entrañas sería portadora del autor de la salvación del mundo”.
SANTA ROSA DEL JARDÍN DE CRISTO
Estos días han salido publicado los nombres elegidos para los niños nacidos en nuestra Patria  durante el año recién pasado. De los diez primeros, siete son de personajes bíblicos, lo cual es evidencia de aquella llama humeante de una fe que aún perdura en nuestra Patria, la cual estamos llamados a irradiar por medio del apostolado a quienes están junto a nosotros, sabiendo que la caridad si es verdadera es ordenada, encaminándose primero a quienes son partícipes de la gracia bautismal…!La caridad no tiene barrera, pero si tiene un inicio!
Esto hay que experimentarlo en primera persona. Quien ha estado enfermo de una determinado mal no dudará en proteger a los suyos de caer en igual dolencia; quien ha estado privado de libertad si tiene un mínimo de sentido común, algo escaso en nuestros días,  procurará evitar que los suyos pierdan su condición libre, quien ha salido de la ignorancia y valora sus conocimientos no vacilará en ilustrar con ellos a quienes son sus cercanos…de modo similar, aquel que una vez a encontrado a Quien no olvidó un día de buscar, está llamado a dar prueba  contundente de la fe recibida e irradiar la misericordia con que ha sido tratado por Dios.

En nuestra vida como creyentes no hay derecho a la desesperanza, ni a la nostalgia de olvidar que los peldaños ya alcanzados constituyen el mejor trampolín para ir por más, para ir por todo,  en lo que se refiere a desentrañar el sentido divino que ya naturalmente poseen todas las cosas, pudiendo con la luz de la fe percibir –también- su sentido sobrenatural, que resulta de nuestra elevación al orden de la gracia.
Esto fue lo que tempranamente  comprendió en su profundidad Santa Rosa de Lima, Patrona de nuestra recordada hermana, tal como leemos en uno de sus escritos:  “! Si conociesen los mortales qué gran cosa es la gracia, qué hermosa, qué noble, qué preciosa, cuántas riqueza del don recibido esconde en sí, cuántos tesoros, cuántos júbilos y delicias! Sin duda, emplearían toda su diligencia, afanes y desvelos en buscar penas y aflicciones; andarían todos por el mundo en busca de molestias, enfermedades y tormentos, en vez de aventuras, por conseguir el tesoro último de la constancia en el sufrimiento. Nadie se quejaría de la cruz ni de los trabajos que le caen en suerte, si conocieran las balanzas donde se pesan para repartirlos entre los hombres(Santa Rosa de Lima).
PARROQUIA MADRE  DE PUERTO CLARO 
Sin duda, sólo quien procura vivir en fe es capaz de mirar lo que Dios mira, con los ojos con que Dios los mira, dando a nuestra realidad la importancia que tiene en tanto cuanto nos acerca a Dios, por lo que todo lo que al creyente le conviene nunca dejará de tener relación con Dios y sus designios, en tanto que todo lo que sea riesgoso para el crecimiento interior ha de ser pronta y resueltamente rechazado. El criterio es muy simple: Todo aquello que me hace mejor, lo tomo; y todo aquello que me aleja de Dios lo dejo.
Entonces, los tesoros que el hombre valora no siempre coinciden con los que Dios estima, por lo que muchas veces vemos la realidad “no como las ve Dios sino como la ven los hombres”. Esta frase, es parte de la severa reprensión que hizo Jesús a Simón Pedro cuando este último quiso alejarlo del misterio del calvario que les estaba anunciando.
Por esto,  es tan importante crecer en la fe, para descubrir el aroma de lo divino en lo que permanece  y acontece  a nuestro alrededor. Si muchas veces se nos dice que los pies deben estar puestos en la tierra, no olvidemos añadir que  el corazón ha de estar anclado en el Cielo, para tener una vida interior, una vida espiritual que no palpite al ritmo del mundo sino de Dios.

En la Festividad de Nuestra Señora de Lourdes,  no podemos olvidar el testimonio de fe dado por la pequeña vidente de la Virgen María, en quien el Señor Jesús quiso depositar el mensaje de su Madre Santísima para nuestro tiempo, tal como acontece -tantas veces- en las Sagradas Escrituras, donde Dios se vale de lo que no vale para dar su mensaje que sí vale. Salida de un hogar sencillo donde su padre sacaba los desechos del hospital local, santa Rosa de Lima  vivió pobremente en su infancia. Tal como dice san Pablo: “Dios escoge a lo que no vale a los ojos del mundo, para confundir las vanidades del mundo”.
Como en Nazaret cautivó el Corazón de Dios la humildad de una joven doncella, en el poblado de Lourdes fue la simplicidad de Santa  Bernardita Soubirous. Sin grandes complicaciones vio y creyó lo que la Virgen le confió, pues,  su vida desde pequeña estaba interiormente dispuesta a lo que Dios decía.
Entonces, fue su permanente disponibilidad la que le condujo a colocar su vida en las manos del Señor y de la Virgen Santísima, aunque debiese por ello padecer de múltiples desconfianzas, burlas y desdenes. Más pudo su fe revestida de humildad que las sabidurías llenas de poderes,  de los mismos poderes triunfantes de una revolución regada de paganismo seis décadas antes durante la Revolución Francesa.
Como nuestra hermana Rosa Pacheco Gil de Riffo, Santa Bernardita debió asumir una enfermedad con la serenidad que confiere una fe profundamente arraigada desde su primera infancia y acrisolada por las pruebas que nunca están ausentes en la vida de quien quiere seguir los pasos de Jesús Nazareno. Sin duda, quien padece una enfermad no es alguien de que Dios ha olvidado sino es alguien a quien Dios habla y por quien Dios habla al mundo, como lo hizo a través del sufrimiento de su Hijo Unigénito…Jesús.

Hoy rezamos por la paz del alma de nuestra hermana difunta, Rosa Virginia Pacheco Gil de Riffo implorando que aquella que en este mundo pudo ser una esposa amante, una madre exigente, una hermana atenta, una tía preocupada, una jefa cercana, y una cristiana caritativa,  obtenga ahora desde el cielo, donde imploramos se encuentre, nuevas y mayores bendiciones, particularmente aquellas que sean facilitadoras en orden a  la santidad de cada uno de los suyos, especialmente las generaciones mas jóvenes.
¡Que Viva Cristo Rey!