TEMA : “ARTURO PRAT UN EJEMPLO DE VIDA Y
EDUCACIÓN”.
FECHA
: RESPONSO POR CAPITÁN ARTURO PRAT / MAYO DEL 2019
1.
“La
gloria de mi Padre está en que deis muchos frutos, y seáis mis discípulos”.
No
puede ser de otra manera más que procurar retribuir con amor cristiano a quien
en estos días hemos recordado por su acrecentado espíritu de sacrificio en bien
de los demás, erigiéndose como ícono de un adulto en la fe: “Nadie tiene amor más grande que el que da
la vida por los suyos”.
Sin
duda, la figura del Capitán Arturo Prat Chacón está inscrita en el corazón de
nuestra Patria y permanece vigente en los relatos más serios de los que se ha vivido
en “este mar que tranquilo nos baña”
como reza parte de nuestro himno
nacional.
El
Colegio Guardiamarina Riquelme fundado hace años ha contado en su lema institucional
con tres elementos tan propios de la marina de guerra de nuestra Patria: “Dios, Patria y Familia”, lo cual
constituye un verdadero programa de vida y por qué no decirlo de una carta de navegación
educativa, tan necesaria para los
tiempos que vivimos.
En
efecto, la jerarquización de prioridades es una realidad qne nos acompañará
toda nuestra vida, donde a medida que
vamos madurando descubrimos la necesidad de distinguir más adecuadamente entre
lo necesario de lo superfluo, lo urgente de lo principal, lo que permanece de
lo que es transitorio, y lo que nos gusta de lo que realmente necesitamos.
Ciertamente,
esto nace desde una mirada integral de
la grandeza que cada uno tiene desde el instante mismo que Dios nos ha creado y
conferido un alma única, inmortal e irrepetible, llamado a un camino propio que
cada uno ha de recorrer del cual daremos cuenta al fin de nuestra carrera, de cada uno de los pasos e intenciones que
hemos tenido.
Entendemos
por tanto que la vida no puede ser un despliegue de improvisaciones, sino que
el camino a seguir ha de estar iluminado por lo que creemos y por las convicciones que muevan
nuestra alma. Así, una vida ordenada que coloque a Dios en la cima de las prioridades
nos permitirá enfrentar cada acontecimiento, por inesperado que sea, desde la
seguridad de estar cumpliendo un programa de vida donde la voluntad de Dios sea
lo más importante y lo que termine identificándonos en relación a quienes están
a nuestro lado cotidianamente.
PATRONA
DE VALPARAÍSO
Por
tanto: “Amigos del mundo, enemigo de Dios” (Santiago
IV, 4). Los criterios con que los mundanos miran
la realidad no puede ser compatible con la mirada que tiene el que cree en
Dios, por eso la identificación como alumno de este Colegio no ha de ser sólo
porque las personas vean un uniforme determinado, o que tenga una carga
académica característica, sino porque
los que vean que actúan en todo lugar como quien tiene a si Dios como
prioridad.
Sin
duda, el ejemplo dado por un conjunto de hombres en la rada de Iquique hace 140
años, constituye una lección para dar a Dios el honor que le corresponde por
ser quien es Él. Por esto entre las pertenencias que el Almirante Grau devuelve
a la viuda de Prat estaban el escapulario de la Virgen del Carmen y la Medalla
de la Milagrosa evocadora de la aparición de la Virgen en Paris en 1830 a Santa
Catalina Labouré prometiendo que “todas
las personas que la lleven sentirán la protección de la Virgen”.
Estamos
seguros que el acto de suprema entrega de nuestros héroes no respondió a un
sentimiento pasajero sino que fue la respuesta a la consecuencia de una vida
que estuvo jalonada por la piedad, por la devoción, por una vida consecuentemente
religiosa que sólo podía manifestar el amor de benevolencia a imagen de lo que
Cristo hizo por cada uno de nosotros. El hecho de no solo claudicar en el
cumplimiento del deber sino de llevarlo a su mayor expresión sólo puede tener
explicación por el amor dado a Dios en su origen como a tenerlo como objeto primario de todo afecto y acción
como su fin. El mundo de la educación sólo puede verse fortalecido si la piedad
ocupa un espacio prioritario, de lo cual nuestro héroe Arturo Prat Chacón lo
aprendió y enseñó en primera persona.
2. “Si permanecéis en mí, y
mis palabras permanecen en
vosotros, pedid lo que queráis y lo
obtendréis” (San
Juan XV, 7).
La
bondad de Dios nos ha dado los mandamientos para poder cumplir más fielmente su
voluntad, teniendo presente que entre los primeros preceptos está el de honrar
al padre y la madre, del cual como leemos en el Catecismo de la Iglesia
(n2339) deviene el deber de honrar a
nuestra Patria que es no sólo la tierra sino –también- vida integral que sobre ella se ha
desarrollado. Por esto, quien ama a Dios no olvidara de amar a la Patria, y
quien sirve a Dios no dejará de servir a su Patria, pues como ícono de nuestros
padres vemos en Ella a ellos: “El amor y
servicio de la Patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la
caridad”.
Por
esto, todo ámbito educativo, que
verdaderamente quiera formar a las nuevas generaciones debe incluir
cotidianamente el amor a la Patria como un signo distintivo e impostergable,
pues sólo se puede crecer en la medida que se es capaz de amar y servir a
quienes estar a nuestro lado.
3. “Yo soy la Vid Verdadera
y mi Padre es el viñador” (San
Juan XV, 1).
Finalmente,
nos detenemos en el tercer aspecto de vuestro lema institucional. El papel
fundamental de la familia en el mundo de la educación. Nunca parecerá ser
suficiente destacar que los primeros educadores de los hijos son los padres,
que el vivero de cada ciudad donde hidrata su viuda misma es la vivencia del
espíritu familiar que hoy parece tan necesario destacar, visto el ejemplo del
Gran Capital Arturo Prat Chacón, quien a lo largo de toda su vida dedicó sus
mejores acciones y más bellas palabras para honrar la vida al interior de su
hogar.
¡Cuánta
delicadeza y respeto al momento de denominar a su esposa! ¡Cuánta ternura al
referirse a sus descendientes! En cada una de las cartas que escribió, dejaba
ver la importancia que le daba a la familia, lo cual no puede sino hacernos
recordar por que el Sucesor de Pedro, el Papa Juan Pablo II cuando visito
nuestra ciudad de Valparaíso el 2 de Abril de 1987 dijo que: “El futuro
del mundo se fragua en la familia”.
El mayor legado de Arturo Prat sin duda anida
en fortalecer el alma, constituyendo un ejemplo actual de vida creyente en las
realidades temporales, en descubrir el valor del trabajo bien hecho y llevado
hasta el extremo por medio del sacrificio asumido en toda su realidad.
Es
probable que las mañosas maniobras de reescribir la historia que suele imperar
en la actualidad puedan producir cierto ruido pero, estamos ciertos de que nunca serán capaces de silenciar la
elocuencia del acto sublime de quien colocando ordenadamente las prioridades en
su vida, supo estar a la atura de las exigencias que su Dios, su Patria y su
familia imploraban, para cambiar lo que
para unos sería la mayor derrota en el germen de la más importante de las
victorias, realidad que asumió desde pequeño y
que podemos hoy sintetizar en un par de palabras: “Cielo perdido, todo perdido; Cielo ganado, todo ganado”.
Oremos
por el descanso eterno de Arturo Prat y de quienes siguieron su ejemplo en
aquel 21 de Mayo de hace 140 años. Que sus almas descansen en paz.
¡Que
Viva Cristo Rey!
IGLESIA
CERRO TORO 2019
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