TEMA
: ¡VEN BENDITO DE MI PADRE!
FECHA
: HOMILÍA MISA EXEQUIAL JOSE CORTINA 17/08/ 2019
Queridos
hermanos: Estimada Elisina, hemos sido testigos que el señor no se deja vencer
en bondad. Lo hemos visto porque nuestro hermano ha sido llamado por Dios en el
día que honrábamos la Asunción de la Virgen en Cuerpo y alma a los cielos.
Como
lo hicieron nuestros antepasados creyentes, su familia ha querido velarlo en la
intimidad del hogar, acogiendo la enseñanza de Jesús de incluir al interior del
despliegue del misterio de la vida humana, en cada una de sus etapas, el hecho
de que un día vamos a morir. Y por ello, si vuestro hogar acogió momentos de
tanta alegría durante décadas, ¿Cómo no hacerlo en estas circunstancias tan
especiales para la vida de cada familia y de cada creyente?
Cuando
visitaba a José estando ya enfermo, y su salud lo permitía, atendía en una sala
donde estaban los títulos de cada uno de sus hijos. Era su “pequeño reino”, a
nivel familiar que llevaba a tener como a la mano a quienes eran parte de su tesoro
más preciado tal como lo son sus hijos y familias que le acompañan,
particularmente yernos, nueras y nietos.
SACERDOTE JAIME HERRERA GONZÁLEZ CHILE
Al
decir “parte” de su tesoro no estoy relativizando su afecto por ellos sino que
lo circunscribo en su perspectiva de creyente que daba prioridad a su condición
católica, y ¡cómo no! Si nutrió su vida espiritual como devoto fiel de la “Santina” de la Covadonga que abrigaba
en su alma desde niño y cuya imagen acompaña su féretro.
Nacido
en la isla de Cuba, fue tempranamente bautizado en la Iglesia del Santo Cristo
del Buen Viaje. Allí parte una realidad que indeleblemente signará el alma de
nuestro hermano hasta el último día: Buscó seguir el itinerario de la fe en
ambientes tan diversos como desafiantes: siete años en la isla habanera,
catorce en la madre patria, y luego el resto de los días en el confín del
mundo, donde pudo contemplar –como dice la Escritura- la “misericordia de
Dios”.
En
la travesía de la fe debió surcar mares que en ocasiones irrumpieron con fuerza
más, en todo momento su corazón procuró estar centrado en lo único y necesario
buscando hacer realidad el consabido axioma tomista: “el bien es esencialmente difusivo”, por lo que es bueno que lo
bueno se conozca.
Así
estuvo como caminante de la fe en la búsqueda de Dios propia de nuestra humana
naturaleza tal como nos lo recuerda San Agustín de Hipona: “Nos hiciste para ´Tí Señor, e inquieto está nuestro corazón mientras
no descanse en Ti”. Hermanos somos “Dei
Capax”, un ser con capacidad de Dios, de amar a Dios y de ser amados por Dios, por ello es buen síntoma un alma que
inquieta busca a Dios como algo prioritario y así lo testimonia hacia cada uno
de sus descendientes.
CERRO TORO EN
VALPARAISO CHILE
Contrajo
matrimonio con Elisina en la Iglesia del Corazón de María aplicando el antiguo
refrán: “Quien a buen árbol se arrima,
buena sombra le cobija”, tuvieron desde el inicio la ayuda de la Virgen, en
cuyo templo celebramos esta Misa Con ello testimonian lo que para muchos parece
una simple ilusión y fantasía: ¡Si se
puede vivir para toda la vida!, y cuando Dios lo pide es porque para Él no hay
imposibles…Tampoco, para aquel que confía en la Divina Providencia que encamina
la vida familiar, por eso durante catorce años, hasta que la salud se lo
impidió nuestro hermano participó día a día en la Santa Misa ubicándose en el
mismo lugar que hoy se encuentra su esposa, testimoniando con esto por dónde
hay que ir por la vida.
A
cada uno de sus catorce nietos, su abuelo “Pepe” –como cariñosamente le decían-
donde la mitad de ellos lo conoció ya
con su salud quebrantada, les entregó la misión de dar relevancia a la vida
familiar, de estrechar los vínculos por los que nuestro hermano difunto se
esmeró toda su vida en fortalecer, asumiendo que se vive una vez y que es en
esta vida donde se juega nuestra eternidad.
Por
esto, el espacio que Jesucristo anhela tener al interior del hogar no es el de
una ocasional visita ni el de un festivo encuentro pasajero…Cristo viene para
quedarse, para “tomar morada en medio
nuestro”, para hacernos partícipe de su vida misma, que de modo real y
sustancial se encuentra en la Santa Eucaristía.
Cuánta
sabiduría encierran las palabras de nuestro gran Santo de la Caridad como es
Alberto Hurtado Cruchaga, en cuya novena
estamos insertos: “La vida fue dada para buscar a Dios”.
DIÓCESIS VALPARAISO CHILE PADRE HERRERA
Luego,
añade: “La muerte es dada para encontrar a Dios”. Una misma realidad
para alguno puede ser un muro infranqueable que conduce a la desesperación, y
para otros es ocasión de esperanza y gozo al llegar a destino luego de un largo
caminar. Nunca podremos saber -en este mundo- lo que encierra la promesa por
Jesús a cada creyente: “Quien a mí se une
con fe viva, no muere para siempre”.
Múltiples
razones tenemos para que reine la esperanza en esta hora: ¿Cómo no recordar las
palabras de Jesús? “Ven bendito de mi
Padre al lugar preparado para ti desde toda la eternidad”, lo cual escucho
Pepe en el día en que Jesús no dilató el
deseo de tener a su Madre en el Cielo y de alzarla como Medianera universal de
toda gracia. Aquí está la mano de Dios
no de la casualidad.
Cuando
todos celebramos la presencia en cuerpo y alma de la Virgen en el Cielo, y
meditamos en cada una de las postrimerías, luego de transitar por el camino de
la enfermedad al que Jesús asocia desde el 2005 para “completar los padecimientos que tuvo en la Cruz para bien de su cuerpo
que es la Iglesia”. Tantas veces vemos el rechazo al sufrimiento en la
cultura hedonista en que estamos, como se desprecia hasta el concepto mismo de
la mortificación, todo se desea fácil e instantáneo, rapidito y expedito. En el
caso de Pepe supo cuidar el regalo
precioso que Dios le concedió como fue
su particular sentido de humor que constaté hasta el último día en que le
impartí la extremaunción,
En
primera persona nuestro hermano experimentó la sabiduría de Teresa de Ávila que
le preguntó un día a Jesús por qué ella
pasaba por tantos sufrimientos, a lo cual respondió el Señor: “Porque
así trato a mis amigos” a lo cual la Santa Teresa respondió: “Por eso tienes tan pocos”…Pepe fue uno
de ellos.
San
Alberto Hurtado nos dice que “la eternidad fue dada para poseer a Dios”. Nunca acabaremos de imaginar la grande
e inconmensurable que implica el don de alcanzar la
Bienaventuranza eterna, incluso el locuaz apóstol San Pablo indica que “lo que ni ojo vio, ni oído escuchó, mi
mente, siquiera imagina es lo que Dios
tiene preparado para quienes procuran ser fieles”. Por esto, todo gozo
actual tiene fecha de vencimiento y considerados unidos los que podamos llegar
a tener son incomparables ante la menor de las alegrías que con Dios tendremos
por que las que Él nos da son para siempre.
A
nuestra Madre del Cielo, en cuyo día de la Asunción nuestro hermano fue llamado
y en cuyo templo erigido a la Virgen del Carmen celebramos nuestra Santa Misa
imploramos que su manto protector le vista al presentarse ante Dios.
GRUPO REZO SANTO ROSARIO PUERTO CLARO
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