TEMA
: “SOBRE DOCUMENTO LEY E.S.I. DE LOS NIÑOS”.
FECHA: TEMA DE FORMACIÓN MES
DE OCTUBRE 2020
“Bienaventurados los limpios de corazón porqué
ellos verán a Dios”
Forma parte de la primera enseñanza de Jesús en el Sermón de la
Montaña. El tema de la castidad ocupa un lugar importante a lo largo de toda la
Santa Biblia: En el Paraíso terrenal, relato de Sodoma y Gomorra, la casta
Susana, el relato de la mujer adúltera, las preguntas sobre el celibato hechas
a Jesús, las enseñanzas de San Pablo en la era apostólica. Esto responde a una
realidad presente en la vida humana, que se inscribe en una creatura formada a
imagen y semejanza de Dios, lo que se describe muy bien –por ejemplo- en las
enseñanzas de Juan Pablo II sobre la denominada “Teología del cuerpo”.
Nuestra visión de la persona nace de una antropología con base
en Dios, que concedió una corporalidad y espiritualidad que marcan todo su
caminar por el mundo. Hace un día leímos en la Santa Misa el inicio del libro del
Eclesiástico: Cada día tiene su afán, lo que en la vida humana reviste a cada
etapa de una trascendencia que hace que el hombre “sacado del barro” es poseedor de un alma única, inmortal e
irrepetible, que faculta a esa persona a ejecutar aquellos actos donde el
instinto no tiene la última palabra porque es capaz de ejercer un acto de la
voluntad, que emerge de una inteligencia.
Las normas generales “absolutistas”
del proyecto de ley va contra el carácter individual que implica la
educación de la sexualidad de los más pequeños, lo cual es propio, por su misma
naturaleza, de los padres que son los intérpretes de la voluntad de Dios para
sus descendientes, también en este campo a lo largo de toda la vida.
Muchos parecieron hacer una mueca socarrona cuando hace unos años el Papa Benedicto XVI –luego de su renuncia- publicó una carta sobre el inicio del desenfreno moral de nuestro tiempo colocando su origen a fines de la década de los setenta. El recordado arzobispo Emilio Tagle Covarrubias por entonces señaló la debacle espiritual y moral en la sociedad a causa de la promoción de la impureza. También muchos se burlaron por entonces del santo obispo porteño, más el tiempo le ha dado la razón a sus consejos, exhortaciones y sanciones dadas en esos años marcados por el slogan de “sexo, drogas y rock and roll”.
La mejor educación integral: la familia
Por aquellos años,
comenzó la ideología gramciana a tomar fuerza en todo ámbito, no ya
enfrentando la cultura por la violencia física
sino por medio de socavar la voluntad, la virtud, la fe, transformando, en
ocasiones, con iguales términos, la
realidad objetiva: mismas palabras con un reconstruido
significado.
Por lo que las mismas palabras adquirieron un nuevo sentido que
amplificado por una preparada orquesta de medios de comunicación, en el mundo
de la enseñanza: se hablaba de “amor” pero ya no era el que implicaba
sacrificio, valor y virtud; la Iglesia mutó a ser “pueblo”, independiente de la fe profesada, a la que se
pertenece sólo por el hecho de existir…sin necesidad del bautismo ni de la
aceptación de determinadas verdades reveladas.
La ideología de género no puede ser presentada como parte de la
educación de la sexualidad: Del sexo se participa como hombre o mujer. No se
elige, no es una conducta aprendida es una forma de ser que involucra la vida
entera.
Jocely Wildenstein gastó cuatro millones de euros para “convertirse” en lince por amor. De modo
similar, en Texas (EEUU) un hombre gastó 75 mil dólares en tatuajes para “ser” un reptil, cambiando su nombre de
Richard Hernández al de Tiamant Legión Medusa. ¿Podrán ambos obligar legalmente
a los demás a que los “tengan” o “reconozcan” como lince y reptil? ¿Basta la
voluntad de una persona para modificar su genética y ADN? Es cierto que uno
puede creerse muchas cosas, tal como lo suelen hacer los niños con sus superhéroes, pero algo diferente es obligar a la sociedad
a reconocer sus cambios personales y originalidades.
A este mundo se viene y de este mundo se parte con igual número
de cromosomas, por lo que aquello que naturalmente se es, se mantiene
inalterable hasta el último suspiro de nuestra vida, formando parte del
proyecto de Dios inscrito en la
naturaleza. Según esto, la ideología de género resulta aberrante a la naturaleza
humana, pues, disociada la identidad
personal necesariamente se termina disolviendo la unidad de la sociedad.
Los padres son los primeros educadores, por lo que tienen derecho preferente a educar a sus hijos en la sexualidad según corresponde a su naturaleza, valores y creencias, según lo cual, ninguna autoridad perteneciente a la orgánica estatal puede apoderarse de ese derecho primario de los padres.
Mártir de la pureza: Santa María Goretti |
El Colegio es una ayuda eficaz en la medida que lo hace de la
mano con los padres en este ámbito, no sólo en la primera etapa de formación,
sino hasta el último año de escolaridad, lo cual, por darse como supuesto, queda al arbitrio de otros estamentos
formativos. Si el padre y la madre no hablan, los hijos en la calle aprenderán.
Nunca se arrepentirán de haber hablado con sus hijos pero muchas veces lo harán
de no haberlo hecho tanto debida como oportunamente.
El tema de la autoformación en el Colegio no tiene cabida cuando
se argumenta desde la lógica de un libertinaje o desde el desconocimiento
etario, que a todas luces su permisión iría por el ámbito de la negligencia y
corrupción de terceros, lo cual, tratándose de menores en de suma
gravedad.
El generismo como
ideología implica una determinada concepción teológica, tal como enseñó el
filósofo español Donoso Cortés: “Tras
cada política subyace una teología”, por ello, cuando organismos y personas
dicen no pertenecer a una determinada creencia mienten porque profesan una
religión “monista”, que hace
abstracción de nuestra fe para imponer el yoismo.
Si acaso la presencia de Dios puede modificar nuestra vida y costumbre su
eventual marginación de la sociedad, lejos de ser neutral e inocua, es determinante
en la vida cotidiana de la actualidad. Si no se vive lo que se cree, se termina
creyendo lo que se vive.
¡Es mi cuerpo! ¿Es mi alma! La Ley 21040, art 5 letras f del año
2017 indica como principios “los
proyectos educativos inclusivos, laicos, y de formación ciudadana”. No es un derecho ni es humano un proyecto
de ley que margine el carácter espiritual y transcendente de la persona. Nadie
solo educa un cuerpo, y nadie solo educa un alma: se forma a la persona que es
a la vez alma y cuerpo, según lo cual,
la denominada educación sexual pretende castrar desde la más temprana edad,
obviando el dualismo (alma y
cuerpo), el carácter trascendente del acto humano, la necesidad de la
paternidad y maternidad docente, el ejercicio de las virtudes de la fidelidad,
la entrega, y el espíritu de sacrificio.
Como se ha implementado a lo largo de mucho tiempo una educación
mutilada de la sexualidad, presentando sus eventuales enfermedades,
desviaciones, como el fin primario, se ha terminado devaluando la riqueza
innata inscrita por el Creador en una suerte de implementación del
individualismo, de la búsqueda e implantación de un círculo experimental, que
ocasiona la inhabilidad fáctica de una posterior relación definitiva. Quien es
educado en el libertinaje tendrá una vida personal, familiar, y social que difícilmente
podrá sobreponerse de una voluntad con “osteoporosis”,
es decir, permanentemente fragilizada.
El fracaso de este camino formativo hecho en Chile desde hace un
cuarto de siglo es evidente: La “condonización”
sólo ha ocasionado una amplificación exponencial del virus del SIDA y demás enfermedades
(ETS). Sorprende que no se hagan responsables las autoridades (in) competentes
que de manera tácita o explícita han favorecido una educación laicizante, materialista, y relativista, cuyos resultados
están a la vista. Y, con el proyecto de ley propuesto, se sigue ahondando en el
mal, como una persona en la arena
movediza donde su mayor peligro consiste –precisamente- en seguir moviéndose.
El año 2018 hubo en Chile 6948 casos verificados de nuevos
enfermos con SIDA. El tratamiento en los EEUU tiene un valor de U$ 370.000
durante toda la enfermedad, es decir, a lo menos tendrá un costo de dos mil
millones de dólares, tratándose de un virus posible de evitar por el camino de
la fidelidad perfecta, la castidad, y una vida ordenada. Mas, si los padres de familia incentivan el
crecimiento en conductas contra natura de sus hijos, el incentivo de
experiencias donde el abuso e infidelidad sea una costumbre, donde los bailes,
lenguaje, literatura apunten a favorecer un desenfreno por medio del incentivo
de aquello que resulta parte del feísmo, vulgaridad, impureza, y agresividad.
Los frutos de una educación sin Dios están a la vista en Chile.
Esa es la base de la ley 20.418, y en esta materia, sabemos que
lo que nace mal termina peor. Tiende a despreciar la familia y obviamente la
formación religiosa, con los valores que evidencia a cada ser humano como
creado a imagen y semejanza de Dios. En este ámbito los padres de familia
cuando guían a sus hijos, y subsidiariamente con el Colegio encauzan a niños y
jóvenes, no “intervienen” en ellos sino que ayudan, sirven, y muestran
verdadero cariño hacia los que posteriormente agradecerán una buena formación
de la sexualidad sobre el libertinaje promiscuo del desamparo y desinterés.
Educación católica de la fe y virtud |
¿Qué pasaría si dejamos a los niños de pre básica solos en los
recreos, haciendo vista gorda cuando en el patio coman lo que quieran, desde
tierra, hojas, colación de sus compañeros (solo serán sancionados si se les
descubre con un Súper Ocho en sus manos) ….dejando el resultado de cada
discusión al arbitrio del encauce natural del que golpee más fuerte (claro que
será sancionado si el derrotado tiene un apellido originario y proviene de una
nación extranjera)….no mirando cuando un pequeño decida quedarse con objetos
ajenos (solo será castigado como acaparador si es poseedor de muchos juguetes?
¿Si alguno tiene ganas de desplumar una inofensiva paloma se le deberá dejar
divagar su impulso libremente para no
traumatizar su ímpetu en crecimiento?
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