TEMA : “PROPTER NOS ET
PROPTER NOSTRAM SALUTEM”
FECHA: HOMILÍA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR / AÑO
2020
Queridos
hermanos: ¡Feliz Navidad!
Gradualmente el silencio ha ido llegando a los hogares, luego de una vorágine que mezclado de un consumo ilimitado ha sumado este año a un ajeno espíritu de violencia que surgió en distintos lugares, evidenciando que la crisis moral ha llegado a límites que parecieron inimaginables. Los grandes enfrentamientos entre naciones han devenido en la actualidad a ser una atomizada relación social cuyas expresiones van de la mutua desconfianza, el temor reinante, y sin duda, una crispación de animosidad que brota con ligereza en estos tiempos finales de año (…) y de pandemia.
Santa Misa Nochebuena 2020 |
La
espiral de un secularismo que ha echado raíces
en los dos últimos siglos ha provocado un enfriamiento en los creyentes
que es evidente: la piedad que en la actualidad a mutado –como el mayor de los
virus- desde la aversión hacia una abismal falta de consideración hacia todo lo
que diga relación con la piedad, la fe y la religión, en otras palabras, en lo que se refiere a Dios y su obra.
Esto hace que la vida del alma que da sentido a nuestro ser, a la vida en sociedad, y cuya base es la familia, ocupe en nuestro horario el momento de lo sobrante, en nuestras prioridades el de lo prescindible, y entre lo útil el ámbito de lo desechable. Tal como aconteció hace más de dos milenios, cuando aquellos peregrinos –José y María- buscaban refugio donde poder recibir al Mesías esperado. ¿Qué habrá sentido aquel padre y madre al experimentar que no hubo lugar para ellos? Aun mas, que no hubo lugar para el fruto bendito de su vientre ha de haber sido la causa de su mayor congoja, toda vez que no hay mayor desprecio que aquel que tiene a Dios como objeto.
A
lo largo de nuestra vida hemos asumido momentos de dificultad a causa de
persecuciones, injusticias, y faltas de delicadeza. La fe, la madurez y el
tiempo nos hace reaccionar de manera distinta al momento que se esgrimen
ofensas hacia nuestros seres queridos, particularmente al verlos sometidos a la
indefección, a causa de su corta o avanzada edad, de su
fragilidad por una enfermedad.
¿Qué hacer cuando el ofendido es nuestro Dios que es eterno y todopoderoso? Si al Señor le bastaría un instante para romper cualquier adversidad y un momento para doblegar aquella violencia fruto de la soberbia.
Pero
el cielo quiso colocar en los brazos protectores de San José la seguridad del
Verbo Encarnado, el cielo no dudó en avanzar hacia el mundo que caminaba en
tinieblas en el vientre inmaculado de aquella que será honrada de generación en
generación como la Madre de Dios. Tras esa elección del cielo hecha a José y
María subyace la mirada de Dios hacia cada persona llamada a ser parte de su
familia desde que asumió la condición humana y nació en una humilde gruta usada
como refugio de los animales.
Virgen de Puerto Claro |
La
fragilidad de un recién nacido evidencia
la gratuidad de la gracia que viene de lo alto. Humanamente desprovistos de las
seguridades que la sociedad actual buscar conquistar con ciego desenfreno
descubrimos aquella disponibilidad a todo evento que tienen José y María a la
hora de cumplir la voluntad de Dios, que finalmente, es lo más importante y
necesario ayer, hoy y siempre.
Las puertas cerradas de la aquella ciudad real, donde nació el Rey David, ahora no acogen a quien está sobre todo poder humano, y detenta el señorío no sólo del universo, de los tiempos, sino de lo que subyace en el corazón de cada persona. A este Rey un día la sociedad lo desechó y envió nacer a un establo.
JESÚS HA NACIDO DICIEMBRE |
Dice
el Evangelio que: “no hubo lugar para
ellos”. En realidad, lo más grave es que no hubo lugar para Dios porque
estaban afanados en el censo que venía, en las preocupaciones económicas,
sociales y políticas, que saldrían del conteo de habitantes. Nuestra sociedad
actual no difiere mayormente en la de aquella ciudad betlemita: La economía es fundamental
para muchas personas al punto que un solo centro comercial de la región en esta
semana tuvo el denominado aforo de 4000 personas ante el reducido que tenemos
al interior de nuestros templos: 270 parroquias y catedrales.
Eso
demuestra dónde se encuentran las importancias del mundo y sus
autocuidados…Como en Israel la venida de Jesús se da en un contexto social
encendido, con un censo que equivaldría a los actos de sufragio actuales, donde
todos estaban preocupados por lo que vendría y a la hora de abrir las puertas a
Cristo lo enviaron a ocupar un lugar en la simple posada de animales.
Se
desecha lo sublime para resaltar las bagatelas; se posterga lo eterno para destacar
lo que pasa, precisamente a ese mundo que “estaba
en tinieblas” es el que Jesús Niño quiere hoy iluminar con su pureza, su
sencillez, su fragilidad. Recordemos siempre que la llegada de Jesús fue bajo
el anuncio que “en esto reconocerán al Mesías…Verán
a un niño envuelto en pañales”.
¡Nada
más simple y débil que un recién nacido! ¡Nada más simple que un Niño en brazos
de su madre y de su padre que le contemplan sobrecogidos! Nuevamente viene esta
Sagrada Familia a llamar a la puerta de nuestros hogares, de nuestra Patria, de nuestro corazón, por lo
cual, sólo cabe una respuesta: “Abrir el
corazón al Redentor que nace”. Amén.
¡Que
Viva Cristo Rey!
En este lugar nadie sobra |
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