sábado, 26 de diciembre de 2020

 

TEMA  : “INFLUENCER DE LA SANTIDAD POR MEDIO DE LA MISA”.

FECHA: HOMILÍA PRIMERA COMUNIÓN /  COLEGIO MACKAY  /  2020

Aunque distinto, hoy somos participes de una celebración que tradicionalmente se ha hecho en nuestro colegio, desde ya hace largos tiempo. Un grupo de alumnos de cuarto año básico por Primera vez recibirá a Jesús Sacramentado, cumpliendo la invitación del Señor: “Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de los cielos”.

Bendición a los 44 alumnos de la primera comunión

Estas palabras dichas por el Señor encierran un doble sentido:  Él toma la iniciativa de llamar y convocar, por lo que es una gracia inmerecida, que no se funda en capacidades, logros, ni destrezas, sino que es por un amor de predilección que venido de Dios, encierra perfección y gratuidad plena. Para esta invitación no hay otra justificación más que el amor de Dios, lo que la reviste de un imperativo a la hora de responder.

Sin duda, aquella inquietud en el corazón en orden a “buscar a Dios” sumada a aquella “capacidad de Dios” que encierra nuestra humana naturaleza creada, nos lleva a tener esa llamada “venid a Mi” como una maravillosa aventura con un fin exacto,  cual es,  estar con Jesucristo. Si alguna persona nos invita a una parte sin decirnos hacia dónde ni a qué ir,  podemos humanamente desconfiar porque no tenemos certeza, según esto, una aventura que no tiene un sentido preciso se reviste de incertidumbre provocando desconfianza y  temor a lo desconocido, en cambio, una aventura que tiene rostro, que tiene finalidad, que tiene seguridad, es digna de ser tomada en cuenta y, en este caso – siendo Jesús quien nos llama-  vale la pena hacer cualquier esfuerzo por participar en ella.

Misa The Mackay School Primera Comunión 2020

El acto de creer es la aventura más fascinante que podemos emprender en nuestra vida, porque a ella nos ha invitado Jesucristo, tal como aconteció germinalmente el día del bautismo donde pasamos a ser verdaderos hijos de Dios y de su Iglesia Católica, como sucede en este día en el cual, por primera vez reciben no solo muchas bendiciones sino que además, al Autor de toda gracia como es Cristo. Es El quien dice: “¡Venid a Mi todos los que estáis cansados y agobiados, yo os aliviaré!”.

Luego de pasar por largos meses de cuarentenas e innumerables desafíos donde el agotamiento, el aburrimiento, y la incertidumbre han ido en aumento, ahora viene Cristo a dar ánimo a cada uno y a fortalecer la voluntad en vistas a lograr una vida santa, por el camino del vencimiento personal,  apoyados en la ayuda  de Dios que siempre es necesaria, oportuna y sobreabundante. Recuerden el lema de vuestra insignia: “Vincit qui se vincit” (vence el que se vence).

La aventura por buscar ser santos, a diferencia de muchas otras actividades, se extiende por toda nuestra vida: nada y ningún momento puede quedar al margen de esta realidad, pues no hay “recreo” para nuestra condición como hijos de Dios.

Sacerdote Jaime Herrera González Chile 2020

A este respecto, en el lema de nuestro Colegio  subyace aquella expresión de San Agustín de Hipona: “Quien te creó sin ti, no te salvará sin ti”, con lo cual, asumimos que nuestro Señor  quiere que seamos santos y perfectos con todo nuestro empeño procurando actuar como si todo dependiera de nosotros sabiendo que todo viene de Dios.

Entonces recordamos una antigua plegaria anónima que nos permitimos complementar: “Cristo no tiene cuerpo sino el tuyo, no tiene manos ni pies en el mundo, sino los tuyos. Tuyos son los ojos con los que Jesús mira hoy el mundo; tuyos son los pies con los que avanza para llegar al que está desamparado y enfermo; tuyo es su rostro por medio del cual esboza una sonrisa al que permanece triste; tuyos son sus oídos con los cuales quiere escuchar tantas súplicas para ir con premura a auxiliar al que lo necesita; tuyas son sus manos con las cuales quiere bendecir y realizar el trabajo bien hecho”. 

Alumnos del colegio Mackay en su primera comunión

Sería iluso obviar las circunstancias que han marcado el caminar de vuestra preparación a la Primera Comunión olvidando destacar que lo hicieron en medio de la mayor pandemia de nuestro tiempo. Vuestra perseverancia a la catequesis impartida por vuestra profesora, y la de vuestros padres en modalidad on line de Catequesis Familiar es meritoria. Ese amor de predilección exhorta a reconocerse como depositarios de un don inmenso del que muchas comunidades parroquiales y educativas se han visto restados por diversas razones. Más, aquí hoy tenemos la respuesta a la llamada que Jesús hizo en vistas a estar con El de manera presencial. Recuerden que toda gracia implica una misión, toda vez que  a tales gracias tales responsabilidades, puesto que como dice el santo Evangelio: “A quien mucho se le ha dado, mucho se le exigirá” (San Lucas XII, 14).

The Mackay School Reñaca

Como creyentes nos sobrecoge el hecho del misterio de la fe que celebramos: Jesús al partir de este mundo quiso quedarse no de manera simbólica, figurada o virtual, sino que en la Última Cena, al momento de recordar el episodio de la salida de la esclavitud del pueblo de Dios, tomó un poco de pan y vino y dijo: “Esto es mi cuerpo” y luego “Esta es mi sangre”, dando un mandato: “¡Hagan esto en mi memoria!” (1 Corintios XI, 24).

Hace unos días el sol pareció desaparecer por unos minutos inundando de oscuridad el mediodía. Para muchos en la antigüedad era la muerte de sol. En este tiempo de pandemia, como entonces no han faltado los que a causa de la incredulidad han visto extinguir la vida cristiana en el mundo, otros han preferido vivir el minuto de eclipse como una nueva normalidad, mas sabemos que,  antes el sol puede desaparecer que la vida de Cristo lo haga de la faz de este mundo: “Cielos y tierra pasarán pero mi palabra permanecerá” (San Mateo XXIV, 35).  Cristo permanece  fiel con nosotros hasta el fin de mundo: En su promesa se funda nuestra seguridad, y en su fidelidad descansa la nuestra: “Yo estaré junto a vosotros todos los días  hasta el fin del mundo” (San Mateo XXVIII, 20).

Capellán Jaime Herrera Chile


La luna es cuatrocientas veces más pequeña que el sol, a  pesar de ello, el día del eclipse  por cuatro minutos se antepuso a su luz y vimos oscurecer algunas regiones, y mermar el calor imperante en igual tiempo. ¿Dejó el sol de irradiar la luz? La respuesta es evidente, y ello nos sirve para asumir la tarea que Cristo hoy encomienda a cada uno de estos niños y sus familias en orden a dar a conocer el amor de Jesús Sacramentado a todos los que están a nuestro alrededor, particularmente: los amigos, parientes y cuántos estudian en este lugar.

Queridos niños: Ustedes desde este día son custodios de la confianza depositada por Jesucristo que viene ahora por primera vez a cada uno. Nada existe que sea más noble, bello, y duradero que estar con Jesús en la Santa Misa, y comulgar con un corazón limpio. “La evangelización de la cultura es de especial  importancia en nuestro tiempo, cuando la dictadura del relativismo amenaza con oscurecer la verdad inmutable sobre la naturaleza del hombre, sobre su destino y su bien último. La sociedad actual necesita voces claras que propongan nuestro derecho a vivir, no en una selva de libertades autodestructivas y arbitrarias, sino en una sociedad que trabaje por el verdadero bienestar de sus ciudadanos y les ofrezca guía y protección en su debilidad y fragilidad. No tengáis miedo –dont be afraid- de ofrecer este servicio a vuestros hermanos y hermanas, y al futuro de vuestra nación” (Papa Benedicto XVI, Homilía en Bellahouston Park en Glasgow  16 de septiembre del 2010).

Cuando el Santo Padre dirigió estas palabras en Escocia hace ya una década no olvidaba que toda la gran isla de Inglaterra fue tenida en el pasado como la Isla de los Santos, por la fecundidad en el número de beatos y santos que la Iglesia ha elevado a los altares. Este año no ha sido la excepción, pues,  los dos más jóvenes beatos reconocidos en este tiempo de pandemia tuvieron una estrecha vinculación con el mundo anglosajón. Ambos vivieron a plenitud su identidad católica, ambos buscaron por el camino del vencimiento personal el camino de santidad al que fueron llamados, ambos ofrecieron su vida por amor a Dios y los más necesitados, particularmente a los hambrientos del Pan Eucarístico.

Santa Misa Primera Comunión

El primero de ellos de nombre Carlo Acutis, nació en Londres: A los doce años iba a la Santa Misa diariamente, tenía un gran número de amigos y se destacaba por su amor al deporte. Bueno, también no puedo ocultarles que era un entusiasta jugador de los videojuegos, como muchos de ustedes lo son…  

Mas, a esa edad ya colaboraba para que sus amigos acudiesen y comprendieran mejor la Misa para lo cual,  destinó de su tiempo personal para preparar una exposición sobre los milagros eucarísticos con el fin de hacer que el bien del que fue participe en su Primera Comunión lo pusiesen recibir sus  amigos. Sin duda, fue un influencer eucarístico, donde más que centrarse en cuántos seguidores tenía su cuenta, le importaba que sus amigos tomasen en cuenta a Jesús.

 Queridos niños: Recuerden que la verdadera amistad siempre busca el bien, siempre tiende a la virtud, y siempre se verifica por medio del sacrificio: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos”. Esto repite Jesús hoy a cada familia, y a cada niño que se acercará en unos momentos a recibir a Jesús Sacramentado. A unas cuadras, desde la extensa  playa de Reñaca cada atardecer parece decirnos que en el horizonte se unen el cielo y la tierra, mas ello, realmente  acontece sobre cada altar donde Jesús viene a nosotros, y maravillosamente acontece que el cielo toma la tierra en el corazón de cada niño que hoy recibe a Jesús, el Amigo que nunca falla, por primera vez. Que la Virgen María, que estos días de Adviento con regocijo espera con nosotros el nacimiento de su hijo en Belén, les obtenga la gracia de ser fieles a Jesús Sacramentado en cada jornada que Dios les regale de vida.

¡Que Viva Cristo Rey!

Capilla del colegio Mackay


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