lunes, 29 de marzo de 2021

 

TEMA  :  “VERBUM CARO FACTUM EST ET HABITAVIT IN NOBIS”.

FECHA:CHARLA COLEGIO ALBERTO HURTADO / MARZO  / 2021

1.      “En el fondo del peor de los jóvenes, hay un gran santo en potencia”.

El Colegio nuestro, puesto bajo el patronazgo espiritual de San Alberto Hurtado cinco décadas antes de su canonización, ha tomado su legado compuesto por tantas acciones que en su tiempo fueron innovadoras –por cierto- como de sus abundantes escritos relacionados al mundo de la educación.

Desde que Jesús llama a sus primeros discípulos encontramos que el proceso de selección incluyó,  no sólo a pescadores sino a reconocidos pecadores,  cuyo único requisito fue habar y estar con Jesús aceptando su persona divina y humana, en otras palabras cambiando su modo de vida.

PADRE JAIME HERRERA CHILE

Desde la mujer de mala vida que iba a ser lapidada, pasando por el ladrón arrepentido al que le promete que estará en cielo el mismo día que le reconoce, pasando por el temor del que antes destilaba  temeridad Santiago, o la triple apostasía del que fue constituido para confirmar en la fe a sus hermanos, en general, la Iglesia  es un equipo espiritual de quienes han tropezado en su vida y no han dejado de procurar, por la fuerza de la gracia de Dios, colocarse de pie siempre luego de caer.

Esa es la gracia de los santos: El pecado que hace caer no tiene la última palabra sino que la tiene la mano misericordiosa de Dios siempre pronta a levantar al caído haciendo que de una piedra emerja un brillante, de un árbol caído una escultura. Una vez más descubrimos que el arte de educar subyace siempre en la educación de alma.

Nada es más importante ni más urgente ni tiene mayores perspectivas que atender el corazón de cada alumno. Eso es lo que nos enseña el Padre Alberto Hurtado y lo que la fundadora y directora del Colegio hiciera por cinco décadas, no usando el camino del descarte fácil del alumno conflictivo, sino acogiendo y dando una oportunidad tal como Cristo nos la ha dado tantas veces a cada uno.

Según esto, el trato debido al alumno debe incluir la totalidad de su persona, donde la dimensión espiritual no sólo no puede quedar en la vereda de lo prescindible sino que ha de ubicarse en la vereda de lo que es fundamental, por lo cual, se debe incluir a lo largo de todo el proceso educativo.

No se trata de dar un momentáneo privilegio a los “gustos”, afectos, y sentimientos, sino de hacer prevalecer la caridad con lo cual,  se evitará caer en el favoritismo o en animadversiones nacidas de juicios tan impropios como temerarios, a la vez que primando la caridad se actuará desde la justicia, oportunidad y paciencia necesaria.

CHILE PARROQUIA PUERTO CLARO

¿Hasta cuándo? y ¡hasta dónde? Suele ser una pregunta que se hace todo maestro respecto de la conveniencia de conceder una nueva oportunidad a un alumno que ha quedado “al debe” en sus conocimientos y en sus actitudes de conducta.

Particularmente, en momentos donde se suelen sobrepasar los límites del respeto a normas y personas bajo la premisa del ejercicio de un libertinaje individualizado. Lo que parecía imposible hace años que sucediera al interior de una sala, en ocasiones, parece ya una costumbre, particularmente en la relación entre los alumnos y de estos hacia sus maestros, al punto que ya unos ni siquiera enfrentan al docente sino que hasta parecen prescindir de él, llegando al extremo –en algunas naciones- de promover un eventual “docente digital”, obviando la dimensión espiritual de la persona que necesita de los demás y no de lo de más para crecer, madurar, aprender y desarrollarse armónica e integralmente.

El maestro es insustituible en el mundo de la educación, tal como lo es la familia respecto de un alumno. La misión de ambos es armónica y ordenada, de tal manera que habitualmente  no será excluyente porque de su vinculación se da una mejor educación hacia los niños y jóvenes.

La Iglesia, y particularmente el apostolado educativo de Alberto Hurtado siempre procuraron reconocer y fomentar la unión entre la familia y el colegio, sabiendo en todo momento del papel primario del hogar y subsidiario de cada centro educativo.

Los meses que hemos vivido esta Pandemia –que se extiende por más de un año- ha hecho verificar esta unidad que es prioritaria entre cada hogar y el colegio al momento de requerir la presencia y competencia de uno y otro, en un caminar juntos de aprendizaje que ha requerido de un mayor grado de humildad, paciencia y perseverancia.

IGLESIA DE CERRO TORO EN CHILE

2.        “Para formar, amar. Quien no ama que no pretenda formar”                   (San Alberto Hurtado Cruchaga).

Estamos casi en el umbral del inicio de Semana Santa a lo largo de cada día tendremos la oportunidad de experimentar y contemplar la grandeza del amor de Dios que nos habla de sí mismo, de una vez para siempre en la persona de Jesucristo. Por ello, Él es la Palabra definitiva hacia la cual toda revelación anunció y donde culminó con su llegada acontecida un día como hoy: “Verbum caro factum est et habitavit in nobis”.

Cuando una persona ama es capaz de insospechadas iniciativas, ir a lugares agrestes, permanecer desvelado, colocarse de pie luego de sucumbir, soportar desprecios e ingratitudes. Cada uno podría dar múltiples ejemplos de ello de acuerdo a lo que hemos visto en nuestra vida. Lo anterior resulta eficaz para vislumbrar lo que implica el sacrificio realizado por Jesucristo por cada uno de nosotros, para obtener nuestra salvación.

Para ello,  estos días debemos dejarnos reconciliar por Dios tal como dice la Biblia: “Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación, que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de reconciliación” (2 Corintios V, 18-19).

La misión de cada maestro en todo momento incluye esta dimensión sanante que hunde su raíz en la obra redentora de Jesús. Es que el verdadero amor y el sacrificio que implica su purificación y crecimiento pasa por Dios, de tal manera que,  la “profesión” del docente sólo puede ser cumplida acudiendo al manantial siempre fresco del amor de Dios: “Haya, pues en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente, hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses II, 5-8).

Al culminar recordemos las palabras de nuestro Patrono: “Para formar, amar. Quien no ama que no pretenda formar!

¡Que Viva Cristo Rey!


PUERTO CLARO VALPARAÍSO CHILE


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