jueves, 28 de julio de 2022

 

TEMA  :   “TU VE A ANUNCIAR EL REINO DE DIOS”.

FECHA: HOMILÍA FESTIVIDAD  DE SAN BERNABÉ   /   JUNIO 2022

Ubicado entre los apóstoles –al igual que San Lucas- forma parte de los “discípulos” del amanecer de la Iglesia. En el libro que relata la vida de los Apóstoles, se refiere a San Bernabé como “hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo, y de mucha fe” (XI,24).

Al igual que Jesús eligió a Simón y le dio una misión para lo cual le cambio el nombre, los apóstoles al designar a José le dan una tarea para lo cual cambian su nombre por el de Bernabé. La gracia recibida, la misión cumplida exigía una conversión que se manifestaba en el cambio de nombre. Nueva vida, nuevo nombre.

PÁRROCO DE VALPARAÍSO CHILE


Etimológicamente el nombre de San Bernabé significa “el que se esfuerza por animar y entusiasmar”. Lo cual,  según refiere el libro de los Hechos de los Apóstoles,  le llevó a dar lo suyo en beneficio de quien lo requerí. Con una radicalidad que sólo es equiparable a la actitud resuelta del profeta Eliseo, hijo de Safat que hemos conocido en la Primera lectura. Fue llamado por Dios en medio de su trabajo diario, y quemó su pasado para no tener la tentación de volver a él. Convengamos que el Señor no quiere que seamos pirómanos con este relato, sino que una vez puestas las manos y corazón en las enseñanzas de Jesús simplemente no hay vuelta atrás.

Lo propio del Apóstol es dar testimonio: No solo palabras, no solo relatos consabidos, sino dar a conocer lo que uno ha experimentado, aquello que Dios ha hecho en medió de nuestra vida, cómo el Señor ha cuidado de cada uno de nuestros pasos.

No es casualidad que allí donde Bernabé junto a San Pablo anunciara la Buena Noticia de Jesús muerto y resucitado, se llamase por primera como “cristianos” a los que se convertían a Jesucristo. De hecho, “cristiano” significa “ser de Cristo”, participar del equipo que juega por el Evangelio, (no el joven futbolista que juega en Real Madrid y esta semana un chofer le chocó su Bugati de casi dos mil millones de pesos chilenos)  Ser “cristiano” implica llevar el estandarte victorioso de la Cruz, que hasta entonces fue signo ignominioso de la muerte,  en el emblema de Aquel que  resucitó y ascendió al Cielo para estar sentado a la derecha de Dios Padre.

PARROQUIA CERRO TORO VALPARAÍSO


La comunidad de Antioquia envió a San Pablo y San Bernabé hacia Tierra Santa con el auxilio espíritual y material que requerían en Judá. Nadie mejor que ellos vivieron la caridad fraterna asumiendo que no se hace el bien cuando se da la espalda a Dios, como no se puede mirar de frente a Dios olvidando a quienes han sido llamados bienaventurados.

San Bernabé, como Patrono de Logroño es reconocido como especial protector desde aquel asedio de diecisiete días del año 1521. Ver la “mano de Dios” en los hechos y acontecimientos ha sido una constante en la vida de la Iglesia, como  leemos en la historia lineal de fe. Dios puede irrumpir de manera sorpresiva en nuestra vida, pero nuestra vida como creyentes nunca será una sorpresa porque estamos en las manos providentes de nuestro Dios, que es  certeza, que es seguridad. Por esto, al Señor -en medio del trabajo diario-  puede presentarse y llamarnos como leemos en la Primera Lectura del Libro de Reyes donde  Dios llamó a Elíseo, al igual que con Moisés, Gedeón, David, Simón Pedro, Juan Evangelista, Santiago y Leví…Todos ellos  “hacían la pega” al ser llamados por Dios y no eran merluzos perezosos.

Nos detenemos ahora en la invitación que en el Evangelio proclamado  hace Jesús a sus Apóstoles:

Pide disponibilidad: “El hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza”. Nada que mitigue o aminore lo que puede ser exigible como justo y hasta necesario, como sería el descanso. En medio de la vorágine de anunciar el Reino de Dios en el mundo no hay espacio para detenerse en “hacer bajar fuego para consumirlos”, es preciso dedicarse totalmente a la tarea de mover a la conversión por medio del testimonio y la fidelidad que son las armas que resultan invencibles ante una cultura signada de relativismo.

Es esa disponibilidad a “todo evento” la que precisa Jesús hoy de parte de quienes nos reconocemos como sus discípulos. La gracia que Dios concede a sus Apóstoles les permite presentarse como irreductibles,  por lo que es el camino que hoy precisa nuestra Iglesia para presentarse ante el mundo… no es el de acomodarse a él sino de ser dóciles a Dios viviendo en permanente disponibilidad a sus designios.

San Bernabé y San Pablo comprendieron aquello de no tener donde reclinar la cabeza como el camino para seguir a Jesús, quien nos dice “sígueme”, lo que es una gracia y una misión que nos entrega.

IGLESIA DE PUERTO CLARO EN CHILE


El segundo aspecto que resaltamos de las palabras de Jesús, es el carácter de urgencia con que llama a dar testimonio, el cual no admite una doble interpretación: “Tú ve a anunciar el Reino de Dios”. Bajo una expresión fuertísima: “Deja que los muertos sepulten a sus muertos”, exhorta a dar cumplimiento a lo que luego, en lo alto del Monte Tabor –que es el lugar de la Ascensión- dirá: “Vayan al mundo entero anunciando a obedecer todo lo que Yo les he mandado a vosotros, bautizándolos en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo”.  

La experiencia nos indica que subsiste una directa relación entre lo que se ama y lo que se  obedece, por lo que a un hijo, a un alumno, a un subalterno, le resultará más fácil obedecer cuanto más cercanía, conocimiento, y comunión tenga con quien le manda algo. Por el contrario, siempre es cuesta arriba seguir los designios de quien se percibe como desconocido y ajeno.

Entonces, si Dios es más intimo a nosotros que lo que nosotros mismos creemos, nadie nos puede conocer mejor que Dios, nadie nos puede amar más que lo Dios nos ama, por lo que nadie ha de posponer, salvo por un acto de negligencia culposa, a la llamada que hace Jesús. Se aplica en este sentido que lo bueno, cuanto antes se haga, es mejor, porque evita la posibilidad de no llegar a hacerlo.

Sin duda, el demonio habitualmente colocará sucedáneos múltiples para que busquemos razones a la hora que Jesús nos llame, las cuales bordearán legitimidades y comprensiones, es decir,  para los mundanos –llámese progresistas, secularistas, liberacionistas, y modernos- siempre resultará atendible y aceptable dejar a Dios en segundo lugar, luego será dejarlo en tercer lugar, hasta dejarlo sin lugar en nuestra vida. Es en ese momento donde sacado Cristo como prioridad y urgencia cualquier ilusión lo sustituirá: Si no adoramos a Dios cualquier baratija será querible. Por ello, no doblemos nuestras rodillas ante los baales modernistas renuentes al rigor y la fidelidad.

Invocar la urgencia de anunciar el Reino de Dios en este tiempo tan marcadamente secularizado nace no sólo de lo dicho por Jesús en medio de sus Apóstoles sino que además, forma parte de estar siempre preparados pues la promesa del Señor de su retorno no puede ser tenida en el limbo de lo improbable sino que ha de ser ubicado entre lo inminente. La última expresión de los evangelios, en el libro del Apocalipsis dice: “Maranatah”, que significa: “¡Ven pronto Señor!”.

¡Que Viva Cristo Rey!

PADRE JAIME HERRERA VALPARAÍSO 

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