sábado, 26 de julio de 2014

Sermón sobre la Cristianización de la Familia y la Educación, R.P Mateo Crawley-Boevey



R.P. Mateo Crawley-Boevey Murga , SS.CC, Madrid,  30 de Mayo de 1916.

Más artero es el segundo ataque: el de la educación neutra. Hablar así es mentira y es cobardía. La neutralidad religiosa, en efecto, no existe de hecho, y de derecho no debe ser: el hijo no puede declararse neutral relativamente a su padre, pues por ley natural le debe amar.

 La neutralidad religiosa constituye ante la sociedad un crimen de lesa patria, y en el orden de la conciencia y ante Dios un crimen de deicidio. España, hace algunos años se encontró amenazada con este gravísimo flagelo, cuando se intentó inicuamente suprimir el Catecismo, la enseñanza del Código divino en la escuela. ¡¡Oh qué hermoso momento aquel de lucha cuerpo a cuerpo  en defensa del Maestro Divino en el santuario de la escuela española! Ved; ahí ante el altar nos preside un gran apóstol, el que fue Arcipreste famoso de Huelva, hoy Obispo de Málaga, y que sabe mejor que yo con qué valor indomable os opusisteis, como barrera infranqueable, al oleaje sectario. Caeremos, moriremos, exclamasteis; pero Jesucristo quedará “Señor y Luz de la escuela…”¡Y Jesucristo quedó!”…Escuchad con santa indignación lo que me decía un asesino condenado a muerte: “Me fusilan porque he asesinado y es justicia; pero queda suelto y libre quien me quitó el Catecismo de las manos y a Dios del corazón; eso es gran injusticia”. Escuela neutra, recoge ese anatema.
 

¡Corazón Divino de Jesús, venga a nosotros tu Reino por amor de Eucaristía! Sí, que venga pronto, provocadlo sobre todo con la comunión cotidiana y fervorosa, pues el infierno amenaza ahogarnos en su mar de fango, de sensualismo desenfrenado y de libertinaje social. El ataque al pudor en público, no es ya un atentado que levanta indignación, es refinamiento, es despojo, es independencia de criterio, y es moda hoy día que cada cual se forje el suyo.  La mujer, hasta ayer cáliz del hogar, padece un relajamiento alarmante de criterio y de modales. Se acomoda hoy día con elasticidad inexplicable en materia de espectáculos, de lecturas y de modas, a las exigencias más absurdas y escabrosas de una mundanidad paganizante.  Huelga recordar el gravísimo peligro que corre la inocencia de los pequeños, el candor y la pureza de las jóvenes y la santidad del hogar cristiano. Es preciso a toda costa y cuanto antes una reacción violenta y eficaz, pero que nadie es capaz de provocar sino Tú, Jesús, cuya hermosura de gracia en las almas es la única belleza verdadera.

¡Ah, ya puede en vano hablarnos la escuela nuestra de honor y deber!

El lodazal, que es consecuencia lógica de esta doctrina, que se trate de obreros o aristócratas, nos prueba a las claras que al darse Jesucristo como germen de vida moral a las almas, éstas no pueden impunemente abandonarlo, se degradan y ruedan al abismo desde el momento en que se olvidan y se separan del Maestro. Mas no nos lamentamos platónicamente, no gimamos con lágrimas estériles ante un mal grave. ¡Ea!, manos a la obra regeneradora, arrastremos con labor de ejemplo, de apostolado; arrastremos muchas almas hasta las fuentes de la vida, hasta el Costado abierto de nuestro Salvador, manantial en que hay remedio superabundante de salud, de fortaleza, de castidad, para toda esa lepra inmunda.

Si la sombra de San Pedro sanaba milagrosamente, si las dolencias desaparecían al contacto de la túnica del Señor, oh qué maravillas de gracia, que portentos de misericordia no operará Jesús vivo, derrochando vida desde su Sagrario!

No hay comentarios:

Publicar un comentario