martes, 24 de enero de 2017

FUNDAR UNA FAMILIA SOBRE JESUCRISTO”.

 HOMILÍA MATRIMONIO BRAUCHLE & ASSIS ENERO 2017


      MATRIMONIO BRAUCHLE & ASSIS  ENERO 2017
El camino que comienzan a recorrer es desafiante. De alguna manera podemos compararlo con el inicio de escalar una gran montaña: aunque muchos    desearían llegar a la cumbre, son menos los que se deciden dar los primeros pasos y aún más escasos, los que llegan finalmente a la cumbre. ¿En el camino?  Son muchos los que van quedando…

Lo que afirmamos surge de las frías cifras entregadas por los organismos   responsables: el último año 63.749 contrajeron matrimonio civil, de los cuales no más de veinte mil se casan por la Iglesia. Uno de cada tres parejas recibe el sacramento de matrimonio. Muchos son los llamados pocos los escogidos.

Entonces, se trata de  un camino exigente: que amerita una disciplina interior, en la cual,  la vivencia de una espiritualidad no puede quedar postergada a los  buenos deseos que eventualmente puedan tenerse. Ambos han de remar juntos para el mismo lado, pues,  si lo hacen unilateralmente terminarán dando vueltas en círculos y no crecerán como matrimonio.

El fortalecimiento como esposos se dará en la medida exacta en que den espacio en el alma de cada uno a la persona de Jesucristo, quien actúa poderosamente con su gracia desde el día que fueron bautizados. Dóciles a Dios no  dejarán de serlo entre ustedes en el futuro; serviciales a Dios estarán prestos a buscar  satisfacer toda necesidad de vuestro ser amado.

Esto resulta decisivo a la hora de mantener vivo el amor, fresca la esperanza y encendida la fe, toda vez que es una realidad que muchos matrimonios quedan a mitad de camino. La cifra exacta es que casi cien mil personas el año pasado optaron por no llegar a la cumbre de una vida entera consumida mutuamente hasta que Dios así lo disponga.

Lo anterior para algunos puede resultar un muro difícil de sobrepasar, más  para el creyente –que ha puesto toda su confianza en Dios- forma parte del camino de la fe, que aun en medio de sequedades y zarandeos es capaz de salir adelante en virtud de la fidelidad de Aquel que no deja de querernos.

DIÓCESIS DE VALPARA{ISO CHILE 2017


El perdón en el hogar.

De Él pueden aprender a tener un trato esponsal rico en misericordia, donde el bálsamo del perdón llegue de manera oportuna y hasta  se anticipe al punto de  no molestarse por nimiedades,  evitando una mente suspicaz y    desconfiada, que tanto mal hace en la vida matrimonial. Quien ama sabe     esperar, porque es paciente; quien ama sabe perdonar porque no olvida  la          debilidad de su naturaleza que habiendo pedido el perdón del Cielo lo ha     recibido en una medida mayor a lo previamente implorado e imaginado. ¡Es que Dios siempre puede más y su amor es más fuerte que nuestro pecado!

Quien se sabe objeto de misericordia es misericordioso. Y, en la vida social, particularmente en el ámbito familiar, se dan múltiples oportunidades de      ejercitar la capacidad de perdón, toda vez que  al vivir de modo permanente con una persona, se evidencian las grandezas y las miserias de cada uno, por lo que tanto se puede agradecer como –eventualmente- perdonar.

Sin duda, la tentación del “acostumbramiento” conlleva  una  serie  de       consecuencias, que pueden llegar a afectar fuertemente la vida familiar y    matrimonial. La tibieza espiritual nace de creer que ya todo se ha hecho, que todo resulta inevitable y que nada puede ser cambiado, optando –entonces- por una vida que no se distinga de la de los demás…”como todos”, “donde todos”, y “como siempre”.. Esto hace que los ideales se diluyan, y que la vida no    tenga otro  horizonte que repetir lo que otros hacen, cayendo en una           monotonía que termina aburriendo incluso a los más entusiastas.

Se requiere -por lo tanto-  refrescar constantemente la vida familiar y                 matrimonial, para evitar la tibieza, la pereza y la monotonía. El ¿para qué?    hacerlo es  manifiesto, pero el ¿cómo hacerlo?  no siempre se descubre tan fácilmente.

Se requiere por tanto  pedir la gracia del Cielo para descubrir la novedad  permanente del amor verdadero, que como consecuencia de los dones del        Espíritu Santo, se renueva incesantemente descubriendo nuevas razones,    y abarcando mayores desafíos. Sin la gracia de Dios nada podemos, con la     gracia no hay imposibles.

Hoy ambos inician algo más que una aventura, porque conocen dónde van, con quién van y a qué van. En el caso de una aventura lo incierto y              experimental parece guiar los pasos, en el caso del santo matrimonio está   signado por la seguridad que emana de la fidelidad de las promesas de Dios: sólo ello hace posible dar el paso del cual tantos rehúyen para evitar un    compromiso que se sabe decisivo, y tantos abandonan a mitad de camino   porque les  resulta infructuoso.

Colocando vuestro matrimonio  y la familia que hoy inauguran  sobre la roca de la fe, en la persona de Jesucristo, tendrán la fuerza necesaria y las luces  para escribir cada jornada futura según el querer de nuestro Dios, para ello, será necesario agregar algunos elementos que la enseñanza de Iglesia, en la voz de Romano Pontífice aconseja vivamente en la actualidad.

Fundar un hogar con los hijos que Dios les quiera conceder: No hay que     olvidar que la misión de estos novios, como la de todos quienes toman en   serio el santo matrimonio, pasa porque “crezca la familia”, por ello “han de engendrar la prole de la Iglesia, conciudadanos de los santos y servidores de Dios” (Arcanum Divinae Sapientiae, León XIII, 10 de Febrero de 1880).

Cada hijo es un regalo del cielo, que es dado a una familia pero que tiene   como toda gracia una dimensión social, porque son su futuro y esperanza, de tal manera que su llegada a de ser siempre anhelada y su presencia                   renovadamente agradecida.

Familia que reza unida permanece unida: Este Año celebramos cien años de la aparición de la Virgen en Fátima, por lo que estamos inmersos en  un Jubileo lleno de gracias para todos los creyentes. Sin duda, los esposos y sus familias son los predilectos del corazón de la Virgen, pues desde el primer  milagro realizado por Nuestro Señor. El poder intercesor de nuestra Madre Santísima se verifica públicamente con una frase: ¡Hagan todo lo que Él les diga!

Siempre resulta oportuno tener presente que “nunca se ha oído decir que aquel que recurre a su intercesión, su súplica no sea prontamente atendida”. Por esto, es necesario rezar de manera: perseverante, humilde, y confiada a quien desde lo alto del Calvario y de la cruz,  nos dejó como “nuestra Madre”.

El rezo del Santo Rosario es “el medio más eficaz y conveniente” para       preservar de todo peligro el hogar, en tanto que hemos de recordar que dicha plegaria hecha en familia “es un medio muy apto para conseguir un fin tan  arduo” como la santidad familiar. (Ingruentium Malorum, de S.S.Pío XII, 15 de Septiembre de 1951).

Recuerden en todo momento que la vida que hoy inician al tener a Jesús en el centro del hogar, ha de estarlo –también- en el comienzo de los proyectos,     durante la realización de los quehaceres y como objeto de la gratitud de cada  logro. Ello dará una consistencia mutua que les permitirá  sobreponerse a las dificultades internas y externas del hogar, en tanto que,  crecerán                   espiritualmente permitiendo encaminar a la familia por la unidad y fidelidad que sólo puede acrecentar el amor recíproco y mantener viva la entrega que hoy sellan ante Dios y por Dios.

Padre Jaime Herrera, Chile


El recuerdo de la etapa de noviazgo y los primeros años que dan hoy, será en el futuro como el agua que refresque la vida matrimonial, por lo cual no será una acequia sino un canal. Para esto, deben mirar juntos a quienes están a vuestro lado, recordando que el imperativo de la caridad fraterna es uno de los dos mandamientos que explícitamente Jesús nos entregó, no como un simple consejo,  sino que nos exhorta a cumplirlo  como garantía y signo del amor a Dios. En realidad, en la medida que hagan patente el amor a Dios percibirán que se realizan íntegramente puesto que es la medida de Cristo la que          debemos   procurar y,  no moldearnos con los esquemas de un mundo que    suele dar la  espalda a Dios.

El actual Romano Pontífice dijo a los novios hace un tiempo que “el amor no es sólo un sentimiento, sino que se debe entender en el sentido que tiene el verbo amar que en hebreo, es  “hacer el bien”. El amor se debe colocar más en las obras que en las palabras. Así puede mostrar toda su fecundidad, y permite experimentar la felicidad de dar, la nobleza y la grandeza de donarse           sobrenaturalmente, sin medir, si  reclamar pagos, por el solo gusto de dar y de servir”  (Papa Francisco).

Que nuestra Madre Santísima, en cuyo templo consagrado a la advocación de Nuestra Señora del Carmen, les proteja y asista en todo momento, hoy,       mañana y siempre.

 ¡Que Viva Cristo Rey!

      

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