TEMA : BASTA
DE LIDERES ¡NECESITAMOS SANTOS!
FECHA: TEMA DE FORMACIÓN DEL MES DE OCTUBRE DEL
2018.
Recientemente
se descubrió que con ocasión de los graves incendios ocurridos en la región del
Maule hace unos años, afloraron especies de flores que se habían “extinguido”
hace casi un siglo atrás. En ocasión que todo parecía arrasado por el fuego, la sutil delicadeza de una flor
exótica y de particular fragancia, llenó nuevamente de color el panorama de esa
región del país.
MÁRTIRES MARISTAS ZAIRE 1996 |
Las
profundas consecuencias de la relajación de las costumbres unidas a la irrupción
de herejías “explícitas” e “implícitas” dictadas en la enseñanza cotidiana en
nuestra Iglesia (Seminarios, casas de formación religiosa, facultades de
teología, institutos de pastoral, colegios y parroquias) impartidas durante ya
varias décadas, han ocasionado un conjunto de males que han llevado a la mayor
crisis de la Iglesia en Chile en toda su historia,
ante la cual no hay siquiera atisbo de comparación.
De
modo semejante al modo cómo los fecundos valles maulinos se vieron esterilizados por el fuego, la fe presente en nuestra Patria
desde hace casi cinco siglos, que celebraremos el invierno del 2020, se ha
visto conmovida por gravedad del daño causado.
Distante
dos años de esa fecha, en medio de la honda crisis apoyados en la esperanza
propia del creyente, vislumbramos las múltiples gracias que Dios nos invita a
recibir en el Jubileo de la Fe aquel año, asumiendo los desafíos de la hora
presente.
Mientras
que la prensa y las redes sociales destacan profusamente las cenizas de graves
pecados y delitos cometidos y consentidos en el pasado, imploramos descubrir
aquellas flores de santidad que -Dios
mediante- no dejan de embellecer hoy a nuestra Iglesia, tal como Maximiliano
María Kolbe Dabrosca lo hizo en Auschwitz (+1941), como Francis-Xavier Nguyen
Van Tuan lo hizo en Vietnam (2002), y como los Hermanos Maristas en Zaire
(+1996).
La
santidad como obra de Dios crece sigilosamente, casi de manera imperceptible
por los campos –como las flores de la región del Maule- y procuran cumplir la voluntad de Dios
primero y en todo, teniendo una vida integra e intachable, no por ello carente
de incomprensión, desdén y abusos.
ALTAR PARROQUIA PUERTO CLARO
|
La
promoción de la santidad es un
imperativo actual, que no es resultante de
una improvisación, sino más bien de la búsqueda consiente y común al interior
de la vida de la Iglesia, la cual se implora en toda circunstancia.
Es
preocupante que las soluciones sean planteadas por eventuales liderazgos. Los
Santos son los verdaderos líderes permanentes que nuestra Iglesia necesita, no son
los gestores culturales de la fe, ni los administradores de bienes y
personas, ni los organizadores de eventos
religiosos. Debemos tener presente que muchos de quienes actuaron abusivamente
en nuestra Iglesia y sociedad ocuparon, al interior de la Iglesia, cargos de gran responsabilidad y liderazgo,
los cuales los terminaron
instrumentalizando en la consecución de sus bajos instintos que afloraron por
olvidar aquel instintito propio de toda persona cual es el “ser religioso”.
La
búsqueda de la trascendencia fue cambiada por el acto de atesorar aquello que la polilla y el óxido corroen; el
menospreciar el don de Dios prefiriendo los ofertantes baratos del mundo.
CATEQUESIS EUCARISTICA 2018 |
Como
creyentes procuramos que nuestra esperanza esté puesta en las promesas de
Jesucristo, cuya palabra se cumple “sí o sí”.
Se requiere de una docilidad interior
a los caminos que Dios nos presenta, que pasan por reconocer que en este
tiempo el demonio anda suelto “buscando a quien devorar”.
Vigilantes
para evitar filtraciones por donde la mentira prospere en el mundo de la
educación, No basta con el hecho de sólo permitir un ramo lectivo de religión o
valores. Ello es bueno, pero nuestros colegios confesionales y dependientes
del Obispado de Valparaíso deben tener un tono formativo que sea
manifiestamente católico, donde los alumnos vean como en una sinfonía la
armonía de la verdad de Dios en las letras y en la ciencia. Para ello, el Magisterio
de la Iglesia es abundante y explicito, el cual debe urgentemente ser
presentado y asumido por quienes cumplen el papel formativo al interior del
aula.
El
Catecismo de la Iglesia ha de permear
la enseñanza en los diversos ramos, que en un establecimiento confesional
constituye un imperativo irrenunciable,
lo cual sólo puede acarrear bienes en la formación integral de las futuras
generaciones. Siguiendo con la enseñanza de San Alberto Hurtado: “Está muy bien no hacer el mal, pero está
muy mal no hacer el bien”, que el actual Sumo Pontífice citó ante los jóvenes
en el Santuario Votivo de Maipú,
Igualmente:
está muy bien no enseñar falsamente, pero es perverso no enseñar el bien
debido. La corrupción de menores nace al no enseñar la verdad…!Toda la verdad!
Si a los niños se les enseña la fe verdadera, con las exigencias propias desde
pequeños, bajo el principio del santo temor de Dios, que implica el respeto
cariñoso y confiado en Aquel que nos creó y redimió, muchos males y pecados
posteriores quedarían desde su germen neutralizados.
¿Por
qué se dejó de enseñar la fidelidad, el
pudor, la disciplina, el heroísmo, el sacrificio, la abnegación y la
resignación? ¿Por qué las virtudes de obediencia, humildad, piedad,
veracidad suelen estar relegadas y dadas por supuestas?
En
la educación actual sólo se enseña a los niños y jóvenes “compartir”, como si
ello fuese la piedra angular en el proceso educativo. Se les hace pensar que
dedicando unas horas a colocar techos y lucir poleras y pulseras quedase validado
en su vida espiritual no importando lo que subyace en su corazón frente a Dios,
la sociedad y su familia.
PADRE JAIME HERRERA CHILE
|
En
diversos ambientes de nuestros colegios llamados “de Iglesia” se induce a los alumnos a pensar que unos cuantos
martillazos justifican actitudes altaneras con los padres de familia y personas
de la tercera edad; que da lo mismo
comulgar al participar en la Santa Misa que dedicando horas al activismo
social; que los índices de absorción de
conocimientos es lo más importante en el mundo de la educación sobre la
formación espiritual, valórica, y moral. Lo anterior lo vemos crudamente graficado
en las denominadas “misiones” que se
organizan bajo el amparo de diversos centros de Educación Superior en los
cuales lo menos que se hace es evangelizar, difundir la fe, y ser pro activos
como católicos.
TERCERA EDAD PUERTO CLARO
|
Ha
llegado el momento de explicitar el orgullo de ser católicos en medio de la
mayor de las crisis en la historia de la Iglesia en Chile. De las cenizas de un
bosque han surgido las más bellas y aromáticas de las flores, de modo semejante
será la fidelidad a Dios y la santidad de vida la que cambie el rostro de la fe
de “ceño fruncido” con que se vive la
fe hoy en nuestra Patria. Como ayer y mañana, son
hoy los santos los llamados a cambiar el alma de Chile manchada por las lágrimas
del sufrimiento experimentado por tantos años. No serán los “nuevos
rostros”, “nuevas ideas” “nuevas actividades”,
“nuevas iglesias unionistas”,
“nuevos líderes”. los que
transformen a Chile en un país católico, serán los santos que abran su
corazón a Dios en todo, y descubran que “Dios
no es el rival de nuestra libertad sino su primer garante”. ¡Viva
Cristo Rey!
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