lunes, 16 de septiembre de 2019



TEMA  : “LIBRES PARA AMAR Y SERVIR A DIOS Y LA PATRIA!
FECHA: HOMILÍA MISA MIÉRCOLES XXII° TIEMPO COMÚN 2019
La invitación a la bienaventuranza que hace Jesús tiene una doble finalidad, según se traduzca desde el texto de la lengua vernácula a la vulgata de San Jerónimo, toda vez que puede entenderse como “gozo” y “alegría” o bien asumirse como “perfección” y “santidad”.
Nuestro Señor utiliza con frecuencia esta expresión, y lo hace al inicio de su predicación por lo cual, se tiene una particular relevancia en el contexto de toda su enseñanza pública que haría durante tres años. Sin duda, al ser cada una de sus palabras algo determinante para todo creyente, resulta aún más vinculante que sea una expresión que se distribuya a lo largo de todo su ministerio,  lo que denota más allá de ser un estilo literario propio de la época,  en una verdadera exhortación, necesaria para recorrer el camino de la santidad.
MISA 11 SEPTIEMBRE 2019 VITACURA

Hace unos años solía recordar al hablar respecto de la santidad que ello no se encuentra reservado a la vida consagrada, lo cual en la hora presente parece exigir algún matiz habida consideración del sinnúmero de situaciones delictivas que más de un religioso ha cometido como producto de la implementación de una ideología progresista y de una religiosidad liberacionista. Más, a la luz del Evangelio proclamado es preciso reafirmar la invitación que hace Cristo a ser perfectos por medio del camino de las bienaventuranzas.
De algún modo cada Bienaventuranza nos recuerda la llamada universal a la santidad, la cual,  despuntando en el horizonte de toda una vida, llegará al mediodía sin fin cuando seamos partícipes del instante perpetuo en el Cielo.
Dos Evangelistas relatan el Sermón de la Montaña, en el caso de San Lucas lo hace rubricando el amor al prójimo, el cual se comprende en toda su exigencia y urgencia desde el amor a Dios.
En este día conmemoramos una jornada en la cual culminó un trienio de      desintegración social dramático, donde la crispación y enfrentamiento fueron la norma de conducta permanente en personas e instituciones, lo cual exigió la intervención de aquellos “valientes soldados que han sido de Chile el sostén” que recuerda parte de nuestro Himno Patrio. Entonces, y en el período de reconstrucción de los años siguientes, hubo muchos de ellos que hicieron realidad el juramento  hecho en su mocedad en orden a “dar la vida si ello fuese necesario” por defender la bandera, la Patria y libertad de cada uno de sus hijos.
SACERDOTE JAIME HERRERA 2019

Por ello, rezamos en esta Santa Misa vespertina, en el día 11 de un gran mes, por el eterno descanso de nuestros difuntos, implorando que el Señor tenga misericordia de cada uno de ellos, y puedan experimentar la dicha sin fin de estar con Dios en el Cielo. 
De igual manera, imploramos que los ideales por lo que derramaron su sangre, en la búsqueda de una Nación pacificada y pacificadora se extiendan a las nuevas generaciones en el silencio del deber cumplido, lo cual -sin duda- trae bendiciones aquí en la vida presente,  e ilimitadas en la vida sin fin. Por esto, es necesario recordar que en la búsqueda por evitar una guerra civil que por todos los caminos se procuraba implantar se pudo igualmente desechar un conflicto fratricida cuyas hondas  consecuencias habrían estigmatizado a muchas generaciones con la pobreza y odiosidad. 
Expresión de lo anterior es  que con las naciones fronterizas se transitó sólo por la vereda de la paz, en tanto que,  naciones vecinas lo hicieron por la vereda contraria con las consecuencias de inestabilidad social y económica que subsisten hasta nuestros días.
La primera bienaventuranza está dicha en presente, por lo cual no sólo se refiere a un premio que tendremos al final de los tiempos, sino que nos anuncia una realidad que se experimenta ya en la vida cotidiana.
Para desterrar la pobreza es necesario buscar condiciones y sistemas eficaces que apunten a crear mayor bienestar,  evitando expandir pobreza, como suele hacerlo la vía fácil de repartir ilimitadamente, generalmente lo que no es de uno.  
Sin duda,  el asumir que Dios nos ha dado una vocación determinada y una misión específica en este mundo,  nos conduce a dedicar el mejor esfuerzo en vistas a hacer bien el trabajo día a día, cumpliendo la tarea encomendada por el Señor en orden a “cuidar la tierra” pero también,  a “dominarla”, lo cual,  bien comprendemos  forma parte del uso adecuado  que el hombre y la sociedad den hacia los recursos que nos entrega la naturaleza y a aquellos a los que el trabajo nos permite  obtener. ¡Nunca acabaremos de contemplar, a la luz de la fe,  aquella grandeza que entraña ver lo que implica ser colaboradores de Dios por medio del trabajo! Por nuestras manos, inteligencia, voluntad y corazón pasa el perfeccionar la obra hecha por Dios.

Décadas atrás, en el triste invierno socialista de los mil días,  la producción de nuestra Patria era ínfima: El comercio no  atendía porque no tenía nada que ofrecer, los campos eran improductivos a causa de la sequía que devino por el reguero de una ideología intrínsecamente perversa, los centros educativos se transformaron en laboratorios donde el igualitarismo desincentivó la búsqueda del mérito, del esfuerzo, expandiendo –prontamente- el vicio fruto de un ocio que se erigía como algo  permanente.
Jesús nos pide con fuerza desterrar la pobreza espiritual y material en nuestra Patria, destacando que “los pobres no pueden esperar” tal como recordó Juan Pablo II en su visita a Chile en 1987. ¡Qué  recuerdos de aquellas jornadas! Donde el Santo Padre pudo recorrer cada rincón de nuestra Patria  y verificar en primera persona el esfuerzo hecho por sacar la situación de pobreza a quienes con urgencia lo requerían por el camino del crecimiento personal y teniendo a la familia como pilar de la sociedad anhelada de propietarios y nunca más de proletarios, tal como  fue testigo durante décadas en su tierra natal.
San Alberto Hurtado, dijo: “Está muy bien no hacer el mal, ´pero está  muy mal no hacer el bien”, lo que al interior de nuestra cultura religiosa suele expresarse en el consabido refrán –tantas veces aludido- de tener una vida católica “a mi manera”, lo cual no es otra cosa que decir no a la medida de Cristo, no a la medida de Iglesia, sino a la medida de nuestros gustos, permaneciendo con ello esclavos del poder, del tener y del placer.
Para evitar una espiritualidad punzada por el liberacionismo, Jesús hace una severa advertencia a los que están llamados a ser verdaderos discípulos al decir que quienes han recibido consuelo, están hartos, ríen, y poseen reconocimiento de la masa, no están “dando el ancho” con las exigencias que previamente ha señalado no a modo de consejo a seguir sino a obligación por esmerarse en cumplir. 
En efecto, el domingo pasado la Liturgia de la Palabra nos recordaba la actitud de abandonarse de si, de tomar la cruz de cada día, de colocar el amor de Dios como esencial en nuestra vida, todo lo cual tiende a mostrar un perfil definido por la fidelidad cuyo principal enemigo de nuestro tiempo es, sin duda,  el relativismo. Aquí es menester descubrir el ícono permanente de la fidelidad como es la Virgen Marie. ¿Quién mejor que Ella, la elegida por Dios nos puede hablar de fidelidad en nuestro tiempo? Como Madre, como Mujer, como Creyente, como Esposa.
Por ello, en esta Santa Misa nuestra mirada se dirige de manera especial hacia la Madre de Dios, en este Mes que es propiamente dedicado a Ella, toda vez que es el que más celebraciones votivas a la Virgen  María (*)
FELIGRESES MISA 11 SEPTIEMBRE

Insertos en un tiempo de gran turbulencia, recurrimos una vez implorando la intervención de la Virgen Santísima, a la cual nada niega su Hijo y Dios, con el fin que interceda por el bien espiritual y material de nuestra Patria, en especial para que la fidelidad sea la nota distintiva en nuestro actuar como creyentes, evitando ceder a la tentación fácil de buscar el reconocimiento  en quienes nada quieren saber de nuestro Dios, único y verdadero.
La bella imagen de la Virgen que se venera en la Basílica Santa María La Mayor de Roma bajo el nombre de Regina Pacis, fue colocada allí al finalizar la Primera Guerra Mundial. Con una de sus manos cuida a Jesús niño, y la otra permanece abierta como representando la expresión “detened la violencia”. Su mano se encuentra abierta para acoger, dirigida hacia lo alto como implorando el poder del cielo, limpia en virtud de su perpetua santa pureza, muy distinta –por cierto- que la de quienes alzan el siniestro “puño en alto” con el fin de golpear y  amenazar.
Hace tres meses el actual Romano Pontífice visitó naciones que sufrieron el dominio de la ideología comunista beatificando a quienes dijo: “sufrieron y dieron su vida, oponiéndose a un sistema ideológico que rechazaba la libertad y coartaba los derechos fundamentales de la persona humana. En aquel período triste, la vida de la comunidad católica fue sometida a una dura prueba por un régimen dictatorial y ateo (Papa Francisco, Rumanía Campo de la Libertad, 2 de Junio 2019). Previamente exhortó a pensar “en los grandes testigos de estas tierras: personas sencillas, que confiaron en Dios en medio de las persecuciones. No pusieron su confianza en el mundo, sino en el Señor, y así avanzaron. Deseo dar gracias a estos humildes vencedores, a estos santos de la puerta de al lado que nos marcan el camino. Sus lágrimas no fueron estériles, fueron oración que subió al cielo y regó la esperanza del pueblo (Papa Francisco, Rumanía, 31 de Mayo del 2019).
Pidamos a la hora vespertina por nuestra Patria, por quienes asumieron la bandera de reconstruir un país que estaba hundido en la miseria y el odio, que gocen de la paz de los bienaventurados. ¡Que Viva Cristo Rey!
(*) (La Natividad, María Reina, el Dulce Nombre de María, la Virgen de los Dolores, la Virgen de la Merced, y la Solemnidad externa de la Virgen del Carmen. Ello sin considerar las diversas mariofanías que forman parte de la piedad personal tal como son las apariciones de la Virgen en Coromotto (Venezuela); la Sallete (Francia) y la que tuvo lugar en Fátima el día 13 de Septiembre el 1917).

PARROCO DE PUERTO CLARO 2019




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