sábado, 4 de junio de 2022

 

TEMA  :    “CORAZÓN  DE JESÚS, HIJO DEL PADRE ETERNO”.

FECHA: DIA  PRIMERO   /   MES  DEL  SAGRADO  CORAZÓN   /   JUNIO    2022

Un antiguo refrán inglés dice: “Lo primero es primero”. Durante este mes de Junio vamos a adorar el Corazón de Jesús, el cual, se revela inicialmente como parte del primer misterio que Dios nos comunicó: Es comunidad de amor y vida, eterno, todopoderoso, omnicomprensivo, simple, que es uno y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Corazón de Jesús nos habla de eternidad de la cual estamos llamados a participar, pues que palpite en nosotros implica que vivamos insertos en Él: “Tú eres mi Hijo yo te he engendrado hoy” (Salmo II, 7).

Descubrir la verdad trinitaria que Dios nos ha comunicado,   nos hace mirar a Jesús como el “Hijo Único del Padre”, que es amado y ha sido constituido y hecho partícipe de todo lo que es el Padre, de tal manera que la grandeza uno es comunicada perfectísimamente en el otro. A ello refiere San Pablo al decir que el Jesús –incluido su Sagrado Corazón- “habita en una luz inaccesible” (1 Timoteo VI, 16).

CERRO TORO VALPARAÍSO CHILE

Por medio del Corazón de Cristo, se acerca el Padre Eterno a nuestro corazón e inhabita en él, desde el día de nuestro bautismo, pues “somos templos de Dios”. En efecto, el día de nuestro verdadero nacimiento, fuimos bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, por lo que fuimos ese dia definitivamente asociados a la vida divina que es propiamente trinitaria, donde la relación de cada uno es siempre perfecta.

Nuestra vinculación con Dios uno y Trino es posible desde el instante de la Encarnación del Verbo, es decir, desde el momento que Cristo asume la naturaleza humana para la esa humana naturaleza tenga un aroma divino. Es Dios que viene para que vayamos hacia Él. Dios Padre tuvo la “divina ocurrencia”, que alguno denominará “genialidad”,  de hacer que el amor depositado en el corazón de su Hijo –hombre verdadero sin dejar de ser Dios verdadero- fuese el que nos comunicase e hiciera partícipes de sus afectos, ternuras, predilecciones, y cuidados. (“Todo el mundo junto no vale lo que vale un alma, y una alma no vale nada  sin nuestras resoluciones” (San Francisco de Sales, Vida Devota V, 14).

 

Durante la Santa Misa el sacerdote repite una breve plegaria que muchas veces escuchamos sin dar la necesaria atención: “Por Cristo, con Él y en Él”, pudiendo añadir que en Jesús somos amados por Dios Uno y Trino. Por esto, atraída nuestra mirada hacia lo alto del calvario, vemos que su Sagrado Corazón es un puente que permite unir la misericordia de Dios que es amor con la necesidad y miseria del hombre.

Por esto, la devoción al Sagrado Corazón hunde su raíz tan fuertemente al interior de la vida de la Iglesia, permitiendo que esté enraizada en los actos de piedad públicos que se verifica cada primer viernes de mes en nuestros templos, como en las múltiples expresiones de piedad al interior del hogar, entre los cuales está la consagración de las casas, familias e instituciones.

Ninguna devoción parece estar tan presente como es la referida al Sagrado Corazón porque tiene una raíz bíblica, y salió de labios del mismo Cristo cuando señaló: “Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón”.   De esa divina lección sacaremos hoy tres lecciones.

PADRE JAIME HERRERA VALPARAÍSO

Amor a Dios Padre: El Corazón de Jesús, Hijo del Padre de manera permanente estaba unido al Padre, y lo estaba tal como un hijo honra con amor preferencial a su padre. Jesús invocaba a su Padre con la expresión aramea de “Abba” que significa “padre mío” (San Marcos XIV, 36).

Orgullosos de ser católicos: Entendida esta expresión como “los hijos de Dios” hemos de estar orgullosos de contar con un Padre que ha estado siempre a nuestro lado, que ha permanecido fiel en  todo momento, aun cuando lo hemos olvidado y menospreciado. Su amor de Padre es sin duda nuestro mayor orgullo. Es el Corazón de Jesús que nos habla del “Hijo Unigénito del Dios Padre” (San Juan III, 16).

Obediencia de corazón a Dios Padre: Nuestro Señor con frecuencia nos recuerda que no vino a hacer su voluntad sino la de su Padre que está en el Cielo. (Hebreos X, 5-9). Sabido es que cuanto más se quiere mejor se obedece, pues teniendo la convicción de sabernos amados, en el caso de un hijo respecto a sus padres, el hecho de hacer lo que se pide se reviste como respuesta nacido del corazón agradecido por lo que se obedece con prontitud, exactitud, pulcritud y humildad. Pidamos a Nuestra Madre, en este segundo día del Mes del Sagrado Corazón que nos obtenga la gracia del amor al Padre Dios, de santo orgullo de ser católicos y de obedecer todo lo que Dios Padre nos pida. ¡Que Viva Cristo Rey!

PARROQUIA PUERTO CLARO 2022


 

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