HOMILÍA
XI° ANIVERSARIO DEFUNFIÓN PRESIDENTE PINOCHET / 2017
1.
“Al
final seréis juzgados por el amor” (San
Juan de la Cruz).
SANTA MISA IN MEMORIAN PRESIDENTE PINOCHET |
En un nuevo aniversario
de la partida hacia la Casa de Dios del Presidente Augusto Pinochet Ugarte, nos
reunimos para rezar por su eterno descanso, como un deber de todo cristiano
pues el Antiguo Testamento enseña lo sagrado y saludable que resulta orar por
nuestros fieles difuntos, para que “ellos
puedan ser liberados de sus pecados” (2 Macabeos XII, 43-46), y, luego, en
el Nuevo Testamento se nos recuerda que al final de nuestra vida, “cada uno recibe conforme a lo que hizo
durante su vida mortal” (2 Corintios V, 10), Por
ello, es tan útil más allá de recordar, el acto de rezar y celebrar el santo Sacrificio de la
Misa por quienes a lo largo de su vida invocaron a Dios y procuraron darlo a
conocer a los demás por medio de sus
acciones.
Un día le preguntaron al
Señor Jesús respecto de cuál era el
mandamiento más importante de toda la Ley, a lo que respondió: “El primero es, amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu mente, y con todo tu ser”.
¿Qué implica esta
respuesta para nuestro tiempo? Por cierto, la aceptación de Dios en la actualidad
se encuentra amenazada por el creciente paganismo reinante en nuestra sociedad,
edificada sobre un materialismo asfixiante que se manifiesta por todas partes.
Como los ejemplos son múltiples, basta uno: la visita del actual Romano Pontífice
a nuestra Patria, ha sido presentada y
tenida por muchos desde un punto de vista estrictamente económico, olvidando la grandeza que puede tener el
mensaje del sucesor de San Pedro para quienes profesan la religión católica
como, también, para otras personas de
buena voluntad que bien dispuestos vean en su presencia una oportunidad de
mejoras algunos aspectos de su vida personal y social.
Pero de manera majadera
se insiste en recurrir al gasto olvidando que no hay mejor inversión que la que
se hace en la adquisición de aquellos valores permanentes que nacen de un
corazón renovado. Una persona que cambie su vida, que acepte al Dios verdadero,
justifica todos los esfuerzos que buenamente se puedan hacer para alcanzarlo. ¡Que
decir si se trata de una Nación entera!
CAPILLA LOS BOLDOS CHILE 2017 |
El mejor ejemplo lo
encontramos en los pasos dados por el mismo Jesús, quien dedicaba tiempo, no ahorrando
detalles significativos para acoger a todos cuantos acudían a Él, procurando mantener su corazón atento hasta los más
mínimos detalles.
Un ejemplo de delicadeza
lo vimos en la recordada visita que hizo el Papa Juan Pablo II al Palacio de La
Moneda hace años. En tres oportunidades se asomó por los balcones de aquel lugar,
para saludar a los fieles presentes en su exterior, y a los funcionarios en su
interior. Lo hizo sonriente, lleno de bondad y espontaneidad, impartiendo con generosidad su bendición.
A las palabras de
presidente: “Lo quiero invitar a saludar
a quienes están fuera”, el Sumo Pontífice contestó “bien”. Por los
parlantes se escuchó su voz firme y clara: “Una
bendición para todos los aquí presentes. pax huic dimini. Como dice el
sacerdote visitando una casa. Yo estoy
visitando aquella casa del hijo prodigo. Pax huic domini et ommibus
habitantibus in ea”. En el nombre del padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
¿En qué lugar del mundo
hoy un Sumo Pontífice visitaría la capilla y daría la bendición a un presidente
y su esposa, además de bendecir abundantes imágenes religiosas y rosarios de
ministros de estado, legisladores, y jueces?
Ciertamente, la ideologiza
del progresismo, hábilmente ha incentivado una cultura del descreimiento, el
cual de manera inevitable se ha traducido en: incertidumbre y temor, que a su
vez repercuten en una mayor violencia y desconfianza generalizada que hace
que las personas, los hogares y sociedad vivan ensimismados.
Entonces, en el germen
del individualismo está la falta de fe, pues el Dios que se ha manifestado a
nosotros, es un Dios que ha tenido la infinita generosidad de hacernos
partícipes de su misma vida creando un alma, única, inmortal e irrepetible,
como morada de su presencia.
La visita del Papa Juan
Pablo II llenó de alegría y unidad a nuestra Patria, y desde todos los
lugares hubo un clima especial, el cual se manifestó en el reconocimiento a la
dignidad de toda persona desde su gestación hasta su muerte natural.
Los niños indefensos en
el vientre materno como los ancianos enfermos serian salvaguardados de todo
atisbo de aborto o eutanasia, toda vez que cuando una sociedad ve como
problema la vida humana más debilitada es que está enferma en su interior,
por el contrario, la verdadera defensa de la vida humana es un desafío común
que se asume desde una fe manifestada en las obras cotidianas de misericordia espirituales
y corporales.
San Juan el Bautista, a
quien el Evangelio recuerda en este segundo domingo de Adviento, con su vida nos
exhorta al seguimiento del imperativo de
obedecer a Dios antes que a los hombres. Esa actitud llena de fe
y del amor a Dios, le condujo por el camino del martirio al momento de enrostrar
ante un monarca inicuo su maldad diciendo: ¡No
te es lícito!
Hoy, también los
creyentes podemos decir a quienes pretenden construir un mundo sin Dios que esa
fantasía nunca termina bien…Tarde se dieron cuentas los constructores de
Babel… Es verdad que por un tiempo breve se puede caminar como si Dios no
existiera, es verdad que por un tiempo se puede alzar un proyecto de sociedad
de espaldas a Dios, pero tempranamente ese mismo mundo construido se desploma
sobre el hombre mismo.
Por esto, en los días de
´preparación a la celebración de la Natividad del Señor, debemos mirar la
realidad de la familia, la cual, tiene aun gran importancia en la mente y
corazón en los habitantes de nuestra Patria, pese a los intentos de algunas
autoridades por dejarla olvidada en el baúl de los recuerdos.
La institución de la
familia, con toda la grandeza en su esencia y sus limitaciones en la vida
cotidiana, de algún modo es semejante a aquella adolescente a la cual le
dijo Jesús: “Talita kun”, es decir: “a tí te digo, levántate y camina”… cuando
todos decían que había muerto, la joven “no
estaba muerta sino dormida”.
Y es la presencia de Jesucristo,
con su palabra y con su gracia la que reincorpora a la vida a cuantos, a los ojos del mundo ya nada podía hacer, pues
no ocupaba –aparentemente- un lugar entre los vivientes.
Hoy, las palabras y la
vida de San Juan el Bautista están dichas no sólo a nivel personal, hacia al
dirigente inicuo, sino a la ideología imperante que llevaba a conductas atentatorias
contra la vida familiar, por lo cual debe resonar con fuerza y renovada
actualidad su mensaje:
¡No
te es lícito! Silenciar la voz de los niños que están
por nacer.
¡No
te es lícito! Postergar el sueño de los jóvenes novios de
fundar una familia por la obtención de prebendas y subsidios!...Si tienes hijos
y no te casas tienes casa, pero, si te casas, no hay casa…Eso tiene nombre y se llama extorsión…
¡No
te es lícito! Ofrecer
a los enfermos terminales el camino de la muerte dulce de la eutanasia…eso
tiene un nombre, y se llama asesinato…con estevia, con miel…con sacarina…la
muerte provocada de un enfermo o anciano es siempre un crimen y ello nunca es
dulce...
¡No
te es lícito! Imponer
una educación carente de trascendencia y
valores en la cual la ideología de la violencia y del género de la promiscuidad
impere en nuestros maestros y
discípulos.
¡No
te es lícito! Impregnar de libertinaje y droga a los
más pobres y débiles con el fin de dominarlos y abusar de ellos en cada proceso
eleccionario.
¡No
te es lícito! Fomentar la ideología del progresismo ni
la dictadura del relativismo ocultando las verdades de Dios en las Escrituras
Santas y en la propia naturaleza.
Hace falta a nuestra
Patria una bendición más que a la “patria
grande” a la “patria pequeña”, a
aquella que se vive en la intimidad de cada hogar en forma cotidiana.
PARROQUIA PUERTO CLARO 2017
|
Más que nunca urge
fundamentar la sociedad sobre la familia, pues “el futuro del mundo se fragua en ella”, por lo que toda visión del
hombre ha de hacerse desde la unidad de la familia, al modo como Dios la
formó: “Hombre y mujer los creó”, inscribiendo
en ellos el designio. “creced y
multiplicaos, poblad la tierra y dominadla”. Por esto, recordando como
de palabra y acción nuestro Presidente procuro defender la familia como pilar
de la sociedad, debemos esforzarnos porque en todo ámbito se proteja y
privilegie dicha realidad de la cual, el mismo Jesús quiso ser participe como
lo fue durante los hermosos años que vivió en Nazaret junto a su padre y su
madre.
Imploremos, en este
Segundo Domingo de Adviento la bendición del Señor Jesús sobre nuestras familias, con las palabras
que su Vicario pronunció al impartir su bendición sobre nuestro Presidente, su
familia y colaboradores: “Pax huic domini…et
ommibus habitantibus in ea”.
¡Que Viva Cristo Rey!
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