jueves, 15 de marzo de 2018

CON OLOR A OVEJA ¡SÍ! CON OLOR A BESTIA ¡NO!


 TEMA DE FORMACIÓN MES DE MARZO DEL 2018.

Una gran expectación hubo en nuestras comunidades en torno a la vista del Romano Pontífice a nuestra Patria. De manera diversa por cierto, recordamos el gozo y piedad con que fueron recibidos aquellos que, elevados a la Sede de Pedro, estuvieron en medio de nuestra Iglesia en épocas pasadas…! Cómo no recordar la llegada de la Misión Muzzi en 1824!, con el fin de agilizar  la relación de la Sede de Pedro con las naciones emergentes de Latinoamérica. Allí venia el joven sacerdote, en su oficio de secretario llegaría a ser el Papa Pio IX, cuya santidad de vida ha sido reconocida por la Iglesia al nombrarlo Beato y que podemos encontrar en sus múltiples escritos y obras realizadas en el más extenso pontificado de la historia de la Iglesia.

 PLÁTICA COLEGIO ALBERTO HURTADO
Luego, la visita durante seis días de San Juan Pablo II en abril de 1987. Muchos católicos no pudieron desconocer que fue la semana que “Dios pisó nuestra tierra” transformándola hasta el grado que los índices de robos y crímenes llegaron a cero. ¡Todo Chile quiso ser mejor al saber que el amor es mar fuerte, que el amor de Dios vence siempre porque el amor de Dios siempre puede más.

Con la humildad de quien se presentó como servidor de la verdad, recorrió nuestra Patria en 1988, entre el siete al catorce de julio,  el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, el cual con su profunda mirada teológica entregó sabios consejos a los fieles  en orden a que “el problema de la Iglesia,  es el problema de la verdad y esta no se dirime por mayorías”.

Los días pasados, luego de una breve preparación, no exenta de improvisación, arribó a nuestra Patria su Santidad el Papa Francisco, en el quinto aniversario de su pontificado, con el fin de invitar a la Iglesia que peregrina en Chile a madurar en la paz desde una mayor vivencia de la fe.

De modo especial la vida eclesiástica se ha visto desafiada por el actual Sumo Pontífice para tener un espíritu de consagrados con olor a oveja, lo cual implica una particular cercanía con las almas que están más alejadas de la fe y que forman parte de una cultura neopaganizada que debe ser modificada por la fuerza que implica la vida santa, la cual no está amarrada a rechazos y aplausos sino al amor mismo de Dios, que se actualiza por medio de la vivencia permanente de la caridad. El ansia de sintonizar con los tiempos no puede hacernos olvidar la necesidad de estar primero en sintonía con Dios y su obra.

Las “ovejas” forman parte de un “rebaño”, pueden estar sucias, malolientes despeinadas, más, forman parte de un rebaño, lo cual sólo se da desde el instante de la recepción del sacramento bautismal.  

Eso confiere una cercanía  real y vital, donde la gracia de Dios otorgada por medio de la vida sacramental y por los diversos caminos que libremente  el Señor tiene para actuar en medio nuestro, imprime un grado de pertenencia “existencial”, como lo expresamos en nuestra piedad popular ´por medio del antiguo canto litúrgico: “Si yo no tengo amor, yo nada soy, Señor”.

 CHARLA ALUMNOS DE CUARTO BÁSICO
Las bestias no son parte del rebaño, buscan cualquier modo para dividirlo, roban sus alimentos, causan daño, muerte,  e incertidumbre. Los casos de abusos físicos de menores y mayores sólo pueden ser clasificados de “bestiales”, porque rebajan la condición humana al grado animal haciendo reinar el instinto ciego sobre cualquier realidad y consideración. La depravación surge como consecuencia de la degradación espiritual. Un alma dejada a su suerte sólo puede ser presa de los instintos que en el hombre nunca pueden tener el derecho a dar la última palabra. ¡Somos más que deseos! ¡Somos más que sentimientos! ¡Somos más que instinto!

Lo grave del ser pastores con olor a bestia es que al igual que el demonio, antes fueron ángeles buenos, que estaban en presencia de Dios, el diablo antes de ser diablo fue un Ángel, Judas antes de ser traidor fue discípulo; y ¿qué diremos acaso respecto de quienes primero fueron pastores con olor a oveja y luego pueden tener olor a bestia?

El olor a bestia es repelente: Las ovejas se alejan se desconciertan, porque tienen una forma distinta de vivir, de modo similar quienes forman parte de la Iglesia en virtud del sacramento bautismal tienen  un estilo de vida que no va de acuerdo con la selva ni las bestias.

La sutileza de una tentación es más grave y perversa cuanto más fina y periférica se presenta. El demonio lo sabe, y con el fin de sacarlas del corral y dejarlas en medio de la selva del secularismo no dudará en irrumpir en medio de lo más sagrado, de lo más puro, de lo más santo como es la vida consagrada y la inocencia de los más débiles, y por cierto en la sagrada liturgia. El ethos religioso es la tentación que más atrae al Demonio, pues aquello que ya ha sido secularizado  sabe que le pertenece. La corrupción de lo mejor es la peor para el hombre y la más deseada para Satanás.

CHARLA ALUMNOS DE QUINTO BÄSICO
Un rebaño de ovejas transformadas en bestias es una jauría, en la cual prima la fuerza, la astucia, el engaño, y la codicia. ¿Cómo se llega a esto? Cuando las ovejas son dejadas a su suerte, en medio del desamparo, sin alimento ni la enseñanza básica,  irremediablemente se terminan bestializando prontamente. Ya lo dijo El Santo Cura de Ars: “Si no adoran a Dios terminarán adorando a las bestias”.

Es fundamental “volver a lo esencial” en el plano de las realidades espirituales, toda vez que el divagar por los campos de tantas experiencias y audacias, ha ocasionado una creciente pérdida de la fe y un enfriamiento de la vida religiosa a lo largo de todo nuestro país.

Ante la pregunta que hizo San Alberto Hurtado respecto de si Chile es un país católico, la respuesta es obvia, pues aun  reconociendo que subsisten algunas regiones con ciertas tradiciones y practicas centenarias,  como es el caso de  procesiones y peregrinaciones, el tono general es que el proceso de abierta desacralización que se ha impulsado en las ultimas décadas, se ha agudizado fuertemente en los últimos años, estando cercanos ya a poder afirmar que estamos en un país de alma pagana en virtud de sus ya extendidas costumbres.

La sociedad ha querido caminar al margen de Dios, pues aunque muchos reconozcan la existencia de un “ser superior” este no es el que proclama la Iglesia en el Credo, ni es capaz de intervenir e incidir en la vida cotidiana. Al ser un dios moldeado a los gustos personales y proyectos comunitarios ausentes de trascendencia, tenemos la vivencia de una espiritualidad que permanece anestesiada a cualquier invitación que se le haga…cantamos y no cantan…reímos y no ríen…lloramos y no lloran…rezamos y no rezan.

Y la vida cristiana, antaño caracterizada por la caridad se ve fuertemente mermada, pues no hay una perspectiva a la que aspirar, ni una certeza en la que apoyarse de modo permanente, toda vez que las verdades suelen ser presentadas como modificables en virtud del espíritu relativista, imperante en la actualidad. En efecto, las verdades del mundo moderno son como la gelatina, se acomodan pero no dan seguridad.

Convengamos entonces que sin piedad no es posible una verdadera caridad, por lo que al no incentivar el cultivo de las prácticas de piedad, como es la asistencia a la Santa Misa frecuente, la adoración al Santísimo, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, el rezo del Vía Crucis y del Santo Rosario, las peregrinaciones a santuarios marianos, las Novenas de preparación a las diversas festividades litúrgicas, se termina verificando que el sentido de pertenencia a nuestra Iglesia de diluye de aquello con que se ha nutrido la vida espiritual de las generaciones más creyentes.

 CHARLA ALUMNOS DE SEXTO BÄSICO

Este Año donde celebraremos un Congreso Eucarístico Nacional será una oportunidad para “retornar a lo esencial” en materia pastoral evitando centrar la mirada exclusivamente en “lo masivo” y ¨¨lo novedoso”.

Más bien, hundiremos nuestros mejores esfuerzos en aquello que ha dado vida verdadera a la fe de tantas generaciones: a la piedad mariana, por medio de un rosario eucarístico, que precede la celebración como suplica o deviene de la celebración como gratitud; a la procesión del Corpus Christi, que hasta hace unos pocos años aun teníamos la oportunidad de tenerla como feriado civil en Chile, por medio de la cual expresamos públicamente nuestra confianza en Jesús sacramentado que pasa por nuestras calles tal como lo hizo hace casi  dos milenios.

Sin duda, la celebración diaria de la Santa Misa encierra el germen de la mayor vitalidad de nuestra Iglesia, la cual no puede ser suplantada con sucedáneos que cautivan por un momento y luego conducen a la inercia de quien no ama ni puede ser amado. Por esto, la obligación moral del sacerdote en orden a la celebración diaria y digna de la Santa Misa, constituye un imperativo en nuestro tiempo, tal como lo fue en el pasado y como lo ha de ser en el futuro. Sin la Eucaristía no podemos, no pudimos y no podremos ser verdaderamente discípulos del Señor, por lo que la vida como Iglesia se verá notablemente afectada.

El Año Eucarístico puede constituir  una oportunidad para que la vida de nuestra Iglesia emerja y converja desde y hacia la persona de Jesús Sacramentado. ¡Que Viva Cristo Rey!




   
   
     

No hay comentarios:

Publicar un comentario