jueves, 31 de agosto de 2023

 

TEMA  : “EDUCADOS PARA LA VIVENCIA DE LA CARIDAD”.

FECHA: HOMILÍA DÍA DE  CARIDAD FRATERNA AGOSTO 2023

1.    “La fe si no va acompañada con obras está completamente muerta”.

Queridos hermanos y hermanas, queridos jóvenes y niños: Hoy nos reunimos en este templo para celebrar el septuagésimo aniversario de fundación del Colegio Alberto Hurtado, lo cual,  han querido hacerlo con el mas sublime de los actos como es la celebración de la Santa Misa,   en la cual,  se hace presente Jesús, no de modo figurado, ni simbólico, sino real y sustancialmente, por lo que no hay momento de mayor cercanía con Dios en este mundo como lo es participar en la Eucaristía establecida por el Señor como puente que une eficazmente desde el Cielo a la tierra y desde la tierra hasta el Cielo,

A lo largo de la vida de nuestro Patrono, verificamos que realizó múltiples actividades, al punto que uno de sus mayores gestos destacados es verlo con una pala trabajando. Mas, ello no destaca debidamente el que cada jornada que iniciaba lo hacía a los pies del altar con la celebración de la Santa Misa en latín, y luego, dedicaba  un largo momento de oración privada que culminaba con un generoso tiempo sentado en el confesionario de la Iglesia.

Para muchos sólo existe un Padre Alberto Hurtado “hacedor de cosas”, pero ello,  es como ver los frutos de un árbol olvidando que existe un tronco unido a las profundas raíces que le dan vida. Un fruto sin raíz prontamente se descompone, algo similar enseña nuestro Santo Patrono respecto a las obras: “Una acción llega a ser dañina cuando rompe su unión con Dios”.

En efecto, fue esa intimidad con Dios nutrida con la Acción de Gracias en la Misa, sumada a una frecuente vida de oración personal, la que le dio luces para descubrir horizontes que hasta entonces permanecían cubiertos por el desconocimiento, la avaricia, la superficialidad, o el egoísmo. Lo cierto es que como acontece en aquella parábola enseñada por el Señor  llamada “El Buen Samaritano”, muchos ante las necesidades de una empobrecida sociedad no veían, no acogían, a los más pequeños que pernoctaban en las riberas del Río Mapocho. De algún modo, ello estaba aceptado y no era motivo de escándalo como sí  lo sería –probablemente-  en nuestros días.

 

 

Transcurridos setenta años debemos situar la fundación del Colegio como una verdadera “inspiración de Dios” hecha a su fundadora Señorita Clara Luz Meneses Gamboa, la cual,  solía recordar que habiendo asistido a una conferencia donde el protagonista principal fue San Alberto Hurtado, vio con claridad el que Dios la llamaba a fundar el Colegio para recibir a los niños y jóvenes de los cerros vecinos: Cerro  Mesilla, Cerro  Perdices,  Cerro Toro, Cerro Santo Domingo, y Playa Ancha.

¿Cómo era la sociedad de entonces? ¿Cómo vivían las familias de nuestro sector hace siete décadas? Aunque ya mayores un día fuimos jóvenes, y conocemos cómo ha progresado en algunos puntos la vida de ayer a hoy. Conviene  recordar que en el año 1971 nuestra Patria estaba ubicada entre las dos naciones más pobres de toda América junto con Haití. El cineasta Joris Ivens en 1961 hizo un icónico film donde dice respecto de Valparaíso que  “La miseria no se ve bajo el sol, ni tampoco los ascensores”. Calles polvorientas, con escasa iluminación, y una casi inexistente locomoción.

Es en esa realidad donde fue fundado nuestro Colegio, no esperó un cambio del modelo de la sociedad ni momentos más favorable, para abrir sus puertas a las familias que deseaban libremente  educar a sus hijos bajo la inspiración de San Alberto Hurtado. Con diligencia  procuró que la caridad fraterna fuese la columna vertebral de la educación impartida –inicialmente- en un par de salas, que albergaron a los abuelos y padres de muchos de los alumnos que hoy asisten.

Nuestro Señor nos pide que a lo largo de nuestra vida procuremos hacer que las acciones y la fe caminen por la misma senda, evitando la dicotomía que da origen al libertinaje conducente a una doble vida y a una fantasía que parece por fuera lo que no es por dentro, transformándose en una pesadilla.

La base formativa dada por la fundadora en todo momento procuró ceñirse a las enseñanzas dadas por  San Alberto Hurtado, cuya vida hoy se alza no sólo como un modelo ejemplar de vida cristiana aplicable a nuestra época, sino que además, como Santo canonizado por la Iglesia,  es fuente de múltiples gracias como intercesor nuestro. A Él hemos de recurrir pues tiene la “experticia” que lo que ya hizo aquí, desde el Cielo hoy lo puede multiplicar. ¡Si hizo bien aquí, más puede desde Allá!

 

Lo anterior se logra priorizando la vida espiritual en el camino de la formación. Este Colegio ha sido obra de mucho esfuerzo, de mucha dedicación, pero –también- es fruto de una fe convencida y convincente, tanto de su Santo  Patrono al que honramos en este día de la Caridad Fraterna en Chile, como lo fue de nuestra recordada fundadora. Ella hoy, como San Pablo podría repetir aquellas palabras que escuchamos en la Primera Lectura: “Yo por medio de las obras te mostraré mi fe”.

2.    “Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos”

Queridos alumnos: Nada en la vida que tenga algún valor es fácil de alcanzar, siempre las realidades más sublimes suelen ser más escasas y difíciles de conseguir, por lo que han de esforzarse y pedir a Dios que les conceda la gracia necesaria para no dejarse abatir en la búsqueda de la perfección y de los sueños por obtener un mundo mejor que necesariamente pasa porque Dios sea respetado y honrado. Por ello, el Salmo Responsorial nos dijo: “¡Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos!”.

En pedagogía sucede algo semejante a lo que acontece en la vida espiritual lo que importa no es saber demasiado, sino gozar interiormente. Este conocimiento vivo, sentido en forma casi connatural, desemboca en la acción. “Los santos, los grandes pedagogos, son hombres que han realizado una idea”. Si, hoy verificamos que tanto nuestro Santo  Patrono como la Fundadora del Colegio no se quedaron estáticos ante las dificultades, no guardaron silencio ante las persecuciones, por el contrario, apoyados en el amor de Dios pregonaron por una cultura basada en el amor a Dios, especialmente, entre las generaciones más jóvenes.

Son muchas las generaciones de nuestro sector que aprendieron las primeras lecciones en las aulas de San Alberto Hurtado, y hoy pedimos por intercesión de la Virgen Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes de Puerto Claro que ilumine a los maestros y proteja a los jóvenes y niños recordando que son los que quiere el Señor sean preservados de toda corrupción y abuso, tal como ha dicho el Evangelio: “Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”.

Por ello, la caridad fraterna consiste en extender el amor del Corazón de Jesús hacia cuantos no sólo más carencias tienen sino a quienes más aman a Dios y son amados por Dios.  ¡Que Viva Cristo Rey!






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