TEMA
: “EDUCADOS PARA LA VIVENCIA DE LA
CARIDAD”.
FECHA:
HOMILÍA DÍA DE CARIDAD FRATERNA AGOSTO
2023
1. “La fe si no va acompañada con obras
está completamente muerta”.
Queridos hermanos y
hermanas, queridos jóvenes y niños: Hoy nos reunimos en este templo para
celebrar el septuagésimo aniversario de fundación del Colegio Alberto Hurtado,
lo cual, han querido hacerlo con el mas sublime
de los actos como es la celebración de la Santa Misa, en la
cual, se hace presente Jesús, no de modo
figurado, ni simbólico, sino real y sustancialmente, por lo que no hay momento
de mayor cercanía con Dios en este mundo como lo es participar en la Eucaristía
establecida por el Señor como puente que une eficazmente desde el Cielo a la
tierra y desde la tierra hasta el Cielo,
A lo largo de la vida de
nuestro Patrono, verificamos que realizó múltiples actividades, al punto que
uno de sus mayores gestos destacados es verlo con una pala trabajando. Mas,
ello no destaca debidamente el que cada jornada que iniciaba lo hacía a los
pies del altar con la celebración de la Santa Misa en latín, y luego, dedicaba un largo momento de oración privada que
culminaba con un generoso tiempo sentado en el confesionario de la Iglesia.
Para muchos sólo existe
un Padre Alberto Hurtado “hacedor de
cosas”, pero ello, es como ver los
frutos de un árbol olvidando que existe un tronco unido a las profundas raíces
que le dan vida. Un fruto sin raíz prontamente se descompone, algo similar
enseña nuestro Santo Patrono respecto a las obras: “Una acción llega a ser dañina cuando rompe su unión con Dios”.
En efecto, fue esa intimidad
con Dios nutrida con la Acción de Gracias en la Misa, sumada a una frecuente
vida de oración personal, la que le dio luces para descubrir horizontes que
hasta entonces permanecían cubiertos por el desconocimiento, la avaricia, la superficialidad,
o el egoísmo. Lo cierto es que como acontece en aquella parábola enseñada por
el Señor llamada “El Buen Samaritano”,
muchos ante las necesidades de una empobrecida sociedad no veían, no acogían, a
los más pequeños que pernoctaban en las riberas del Río Mapocho. De algún modo,
ello estaba aceptado y no era motivo de escándalo como sí lo sería –probablemente- en nuestros días.
Transcurridos setenta
años debemos situar la fundación del Colegio como una verdadera “inspiración de Dios” hecha a su
fundadora Señorita Clara Luz Meneses Gamboa, la cual, solía recordar que habiendo asistido a una
conferencia donde el protagonista principal fue San Alberto Hurtado, vio con
claridad el que Dios la llamaba a fundar el Colegio para recibir a los niños y jóvenes
de los cerros vecinos: Cerro Mesilla,
Cerro Perdices, Cerro Toro, Cerro Santo Domingo, y Playa
Ancha.
¿Cómo era la sociedad de entonces?
¿Cómo vivían las familias de nuestro sector hace siete décadas? Aunque ya
mayores un día fuimos jóvenes, y conocemos cómo ha progresado en algunos puntos
la vida de ayer a hoy. Conviene recordar
que en el año 1971 nuestra Patria estaba ubicada entre las dos naciones más
pobres de toda América junto con Haití. El cineasta Joris Ivens en 1961 hizo un
icónico film donde dice respecto de Valparaíso que “La
miseria no se ve bajo el sol, ni tampoco los ascensores”. Calles polvorientas,
con escasa iluminación, y una casi inexistente locomoción.
Es en esa realidad donde
fue fundado nuestro Colegio, no esperó un cambio del modelo de la sociedad ni momentos
más favorable, para abrir sus puertas a las familias que deseaban libremente educar a sus hijos bajo la inspiración de San
Alberto Hurtado. Con diligencia procuró
que la caridad fraterna fuese la columna vertebral de la educación impartida –inicialmente-
en un par de salas, que albergaron a los abuelos y padres de muchos de los
alumnos que hoy asisten.
Nuestro Señor nos pide
que a lo largo de nuestra vida procuremos hacer que las acciones y la fe
caminen por la misma senda, evitando la dicotomía que da origen al libertinaje
conducente a una doble vida y a una fantasía que parece por fuera lo que no es
por dentro, transformándose en una pesadilla.
La base formativa dada
por la fundadora en todo momento procuró ceñirse a las enseñanzas dadas por San Alberto Hurtado, cuya vida hoy se alza no
sólo como un modelo ejemplar de vida cristiana aplicable a nuestra época, sino
que además, como Santo canonizado por la Iglesia, es fuente de múltiples gracias como intercesor
nuestro. A Él hemos de recurrir pues tiene la “experticia” que lo que ya hizo aquí, desde el Cielo hoy lo puede
multiplicar. ¡Si hizo bien aquí, más puede desde Allá!
Lo anterior se logra
priorizando la vida espiritual en el camino de la formación. Este Colegio ha
sido obra de mucho esfuerzo, de mucha dedicación, pero –también- es fruto de
una fe convencida y convincente, tanto de su Santo Patrono al que honramos en este día de la
Caridad Fraterna en Chile, como lo fue de nuestra recordada fundadora. Ella
hoy, como San Pablo podría repetir aquellas palabras que escuchamos en la
Primera Lectura: “Yo por medio de las
obras te mostraré mi fe”.
2.
“Feliz el hombre que teme al Señor y se
complace en sus mandamientos”
Queridos alumnos: Nada en
la vida que tenga algún valor es fácil de alcanzar, siempre las realidades más
sublimes suelen ser más escasas y difíciles de conseguir, por lo que han de
esforzarse y pedir a Dios que les conceda la gracia necesaria para no dejarse
abatir en la búsqueda de la perfección y de los sueños por obtener un mundo
mejor que necesariamente pasa porque Dios sea respetado y honrado. Por ello, el
Salmo Responsorial nos dijo: “¡Feliz el
hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos!”.
En pedagogía sucede algo
semejante a lo que acontece en la vida espiritual lo que importa no es saber
demasiado, sino gozar interiormente. Este conocimiento vivo, sentido en forma
casi connatural, desemboca en la acción. “Los
santos, los grandes pedagogos, son hombres que han realizado una idea”. Si,
hoy verificamos que tanto nuestro Santo Patrono como la Fundadora del Colegio no se quedaron
estáticos ante las dificultades, no guardaron silencio ante las persecuciones,
por el contrario, apoyados en el amor de Dios pregonaron por una cultura basada
en el amor a Dios, especialmente, entre las generaciones más jóvenes.
Son muchas las
generaciones de nuestro sector que aprendieron las primeras lecciones en las
aulas de San Alberto Hurtado, y hoy pedimos por intercesión de la Virgen
Santísima, bajo la advocación de Nuestra Señora de las Mercedes de Puerto Claro
que ilumine a los maestros y proteja a los jóvenes y niños recordando que son
los que quiere el Señor sean preservados de toda corrupción y abuso, tal como
ha dicho el Evangelio: “Os aseguro que
cada vez que lo hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron
conmigo”.
Por ello, la caridad
fraterna consiste en extender el amor del Corazón de Jesús hacia cuantos no
sólo más carencias tienen sino a quienes más aman a Dios y son amados por
Dios. ¡Que Viva Cristo Rey!
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