CARTA PASTORAL “ASÍ SE AMA”.
a). Celebramos
mañana la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Es la fiesta del Amor de Dios.
Del amor eterno del Padre que personalmente nos amó primero con amor
misericordioso que llega hasta el fin.
Del
amor del Hijo hecho carne con que su corazón palpitando por nosotros lo llevó a
la muerte, a la resurrección y a la Santa Eucaristía.
Del
Espíritu Santo que es su amor nos da el vivir.
El
Corazón de Jesús representa el misterio incomparable del Dios que se vuelca al
hombre.
Amor
que no tiene otra medida que el amor con que el Padre lo ama. “Como mi Padre me ha amado, así os he amado
Yo”. Permaneced en mi amor (San Juan XV, 9).
b).
En la obra suprema recibimos su mandamiento nuevo: “Amaos los unos a los otros. En eso conocerá el mundo que sois mis
discípulos, si os amáis como Yo os he
amado” (San Juan XIII, 34-35).
Amor
que exige de todos una respuesta de amor completa y sin fin. Amor a Dios y a
los hombres como ama Jesús.
El
amor fraterno es la señal del cristiano y el argumento para que el mundo crea
en Él.
Por
eso no estoy exagerando cuando lo reclamo. Sólo repito la palabra que brota de
su corazón.
Palabra
que escucharon los apóstoles y que yo debo recordarles, porque de ellos soy
sucesor.
Ante
el olvido de Dios y el olvido del hombre hay que entregar amor; amor al Corazón
de Cristo y amor al hombre con su corazón.
Todo
cristiano tiene el honor y la responsabilidad de hacerlo. Si no lo hacemos,
traicionamos nuestra fe.
c).
Su objeto privilegiado son los necesitados. Ellos, lo que más necesitan es
amor.
Las
recientes lluvias y temporales han dejado un doloroso saldo de destrucción y
muerte.
Llamo
a todos a acudir a ellos para auxiliarlos con urgencia.
A
la acción de las autoridades y vecinos han de unírsela acción de todos en
especial de los pudientes.
Cada
uno que sufre debe sentir a un hermano a su lado, compartiendo con él.
Nadie
puede comer tranquilo si no contribuye a la comida de los que carecen de ella.
Nadie
se permita lujos sin proporcionar ayuda a los que no tienen para vestirse con
dignidad.
Nadie
puede dormir tranquilo si no colabora a mitigar angustias de tantos que se
desvelan.
Cosas
superfluas de muchos son para muchos, cosas de apremiante necesidad. Artículos
suntuarios de algunos han de transformarse para muchos en artículos de primera necesidad.
Que
cada hogar sienta como su propia familia a una familia indigente, dándole calor
de hogar.
Que
regalos de bodas que muchos reciben abundantes, puedan pasar a los que anhelan,
pero que carecen de medios para formar su hogar.
¡Vayan
a algunas familias y poblaciones y ante la realidad resuelvan lo que han de
hacer!
d).
Vayamos al Corazón de Jesús en la Eucaristía, fuente y cumbre de amor y de
vida y entreguémonos a Él con todo
nuestro ser para su gloria y el bien de los hermanos, lo que constituye todo
nuestro bien. Entreguémonos con la fidelidad de María para cumplir su voluntad.
Así, en el amor y en la justicia, construiremos la paz. El domingo próximo, se hará unas colecta en todas
las misas y se reciben donativos en las parroquias y colegios católicos con
este objetivo.
Con
la seguridad de encontrar la más amplia acogida a este llamado de amor, los
bendice de corazón.
Emilio Tagle Covarrubias
Arzobispo-Obispo de Valparaíso.
Valparaíso, 11 de Junio de 1982.
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