domingo, 31 de octubre de 2021

 

TEMA:  ¿BUSCAR A CRISTO?

FECHA: RETIRO ESPIRITUAL JÓVENES CONFIRMACIÓN  /  2021.

¡Ha llegado carta!: La Biblia, como fuente de la revelación de Dios, fue definida por San Jerónimo como “una carta dada por Dios a los hombres”. Ello invita al interés por descubrir lo que nos dice pues todo su contenido  forma parte y es expresión de su voluntad.

Una carta tiene una autor, un destinatario y un contenido. La Biblia, venerada como “sagrada” tiene a Dios como su autor primario, y a cada creyente como destinatario. Al creyente individualmente considerado como socialmente inserto, por ello,  es la Sagrada Escritura alimento para el alma y nutre el alma de la Iglesia fundada por Jesús.

Para quien se sabe querido, la lectura un mensaje enviado por el ser amado  implica un imperativo, una urgencia, que nos lleva –en el plano de la fe- a repetir las palabras del joven profeta Samuel: “! Habla Señor que tu siervo escucha” (1 Samuel III, 10).

Nunca acabaremos de sorprendernos  al recordar que “Dios nos habla”. Con tanta ligereza lo decimos que no asimilamos en toda su hondura lo que ello implica:

La iniciativa la tiene Dios: “Dios nos amó primero”. El hombre responde a Dios porque el Señor se manifestó  previamente. Habitualmente exacerbamos la capacidad de la persona en vistas a destacar que somos nosotros los que “elegimos” a Dios olvidando que ningún paso daríamos hacia Él si acaso no hubiese establecido el camino, el modo, y el medio para hacerlo.

No fue cualquier medio: La iniciativa de Dios se suma a la grandeza incomparable de su amor que permitió que la segunda persona de la Santísima Trinidad asumiera en todo la condición humana -menos el pecado- haciendo posible que el hombre originalmente creado por Dios a “su imagen y semejanza”, es decir,  muy parecido, pudiese tener ahora –desde la encarnación de verbo- real participación de la vida divina misma.

Ensayo Misa St. Peter's Octubre 2021

Nuestra vida entera es una oportunidad para responder: Reunido con los jóvenes chilenos, el Santo Padre invitó a la juventud a “mirar a Cristo” e identificarse con El, a “camisetearse” con  su persona.

Habitualmente tenemos facilidad para asumir con pasión aquellas realidades que se nos presentan como deseables. En poco tiempo aprendemos himnos, vertimos sus ´poleras, bailamos sus ritmos, seguimos sus reglamentos y aceptamos sus horarios. ¿Ejemplo? Un equipo de futbol.

Estando en una ciudad hace cerca de tres décadas he visto –casi en calidad de martirio- cómo los seguidores de un club verde y blanco en su estadio entonan los cánticos de apoyo a su equipo casi con mayor fidelidad que los sacerdotes lo hacemos a las normas litúrgicas prescritas. Un ritual seguido con precisión es el que siguen las barras bravas en cada estadio…Las personas mayores de mi parroquia suelen cantar fuerte pero nada resulta comparable con el  modo y entusiasmo que se hace en un clásico evento deportivo…En ocasiones , en la Santa Misa como sabemos hay diversos momentos donde permanecemos de pie, nos sentamos, nos arrodillamos, lo que de suyo debería ser al menos  expresión de una participación activa, pero no siempre todos las siguen y sólo unos están de pie, solo algunos se arrodillan , solo algunos se sientan, en tanto que en un estadio con exactitud de desfile en Corea de Norte o China todos saltan, aplauden, gesticulan.

¿Por qué nuestro modo de participar en un equipo de futbol difiere tanto en uno y en otro lugar? ¿Por qué la viveza en uno se muestra sordera y ceguera en lo que dice relación con Jesucristo, su Iglesia y su obra?

Debemos pedir a Cristo que abra nuestros oídos y nos libere de toda ceguera espiritual. Urge Señor que podamos escuchar tu Palabra y ver la obra de tu gracia, para lo cual imploramos que aumente nuestra fe mediante la cual,  damos firme asentimiento a lo que Dios mismo nos dice, particularmente, en la santa Biblia.

Durante este año de preparación al Sacramento de la Confirmación hemos tomado cuenta que el tiempo pasa, a veces con tanta rapidez que no percibimos su avance. Tempranamente recibimos el sacramento del bautismo, donde pasamos a ser hijos de Dios y de la Iglesia. Nuestra alma fue liberada de la culpa del pecado original. Entonces, comenzó nuestra peregrinación hacia la Patria definitiva.

No hay un tiempo más o menos inviable hacia la santidad: En ocasiones podemos ceder a la tentación de decir soy demasiado joven…o demasiado viejo para ocuparme ahora de “estas cosas” del cielo o la vida eterna. Ante una cultura de la inmediatez, donde todo se relativiza impregnando a nuestro ambiente de incertidumbre, olvidamos con frecuencia que estamos de paso, que somos peregrinos que “vamos a la Casa del Señor”.

La imagen de un conjunto de fieles que avanza “en el tiempo”, de generación en generación, la vi de manera plástica representada en el convento de las religiosas de la Congregación de la Preciosa Sangre de la calle Hamilton de Brooklyn. La parte alta tiene representada a la Iglesia de Jesús y los apóstoles pasando por gran cantidad de santos de los primeros veinte siglos.

Son los santos y beatos,  los mejores hijos de la Iglesia,  son los más fieles intérpretes de la Biblia. Ellos traducen por su docilidad a la gracia la vida de Cristo en cada época, haciendo que su testimonio de vida se proyecte para todo tiempo pues se reviste  del aroma de eternidad que dice relación con Dios.

Retiro Espiritual Confirmación 2021

Los santos no son una moda:  Porque la vida de la gracia, la amistad con Dios no es algo que diga relación con opciones o gustos personales y temporales,  sino que implica que la iniciativa parte, se encamina y termina en el amor de Dios que es infinito.    

Todos tenemos un santo patrono que “personalmente” intercede y es ejemplo para nosotros. Quizás, hemos conocido la vida de un santo o hemos escuchado sobre ellos: Santa Teresa de Los Andes (1900-1920), San Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952)  o la Beata Laura Vicuña Pino (1891-1904). Hijos de una misma Patria, vivieron en una misma época en Santiago. Diríamos que fueron contemporáneos, por lo que más de alguien pudo conocerlos directa o indirectamente a los tres. ¿Pasó una brisa del Espíritu Santo en medio de ellos en esos años? ¿Una gracia especial del cielo para Chile en dos décadas? ¿Una formación y ethos cultural hecho “ambiente” proclive a la virtud?

Hogares consagrados, hogares sanados: Sería poco riguroso negar la realidad de estos tres elementos en la gestación de santos, pero no podemos olvidar que muchos hogares se consagraban al Corazón de Jesús durante esos años gracias a la iniciativa de un sacerdote que fue reconocido (por el Romano Pontífice)  al fin de sus días como “el Apóstol Moderno del Sagrado Corazón”, y como el “bombardero del Corazón de Jesús”, por uno de sus predecesores.

Su padre, venido de la lejana “Isla de los Santos” como era denominada Inglaterra, por el gran número de creyentes elevado a los altares y venerados como santos y beatos, se casó con una mujer de tradicional familia arequipeña, los cuales tuvieron a su hijo Mateo Crawley-Boevey Murga, que a todas luces es el sacerdote que dio el mayor impulso a la devoción al Corazón de Jesús a inicios del siglo veinte. A la consagración personal sum la consagración de la familia por medio de la práctica de la Entronización en cada familia, sumando sinnúmero de hogares a lo largo del mundo entero.

La santidad de la familia, con la familia y desde la familia: Con realidades muy distintas, que van desde un hogar con padre y madre de rezo diario del Santo Rosario a la hora vespertina en el caso de Juanita Fernández del Solar (Teresa de Los Andes), pasando por el hogar de la pequeña Laura Vicuña donde junto a su madre deben trasladarse de chile hacia Argentina –emigrantes o desplazados diremos hoy- donde vivirán horas muy tristes de limitaciones económicas  y  morales, hasta el caso de la familia Hurtado Cruchaga, prolífica en vocaciones al sacerdocio y como religiosas, que pasó penurias que exigieron el mayor de los sacrificios al joven que llegaría a ser santo.

¿Qué hay en común entre ellos? Recordemos que socialmente hubo una guerra con dos naciones limítrofes entre 1879-1884 cuyas consecuencias se heredaron por varias generaciones, y una Guerra Civil que causó diez mil muertos, muchos de los cuales cayeron en batallas cercanas a pocos kilómetros de donde estamos (Placilla) y (Con Con). Mas, sobreponiéndose a sus graves consecuencias, la vida familiar resultó fundamental para que esos tres jóvenes pudiesen llegar a la meta de la santidad, llevando las virtudes a la perfección al final de sus días.

No hay excusa válida para dejar de buscar la santidad en nuestros días. Es el tiempo favorable, al que un marino diría navegar con viento a favor. No es sano espiritualmente justificar la falta de compromiso y fidelidad respecto de lo que se refiere a Dios argumentando con las limitaciones del tiempo presente.

Las verdaderas transformaciones en el mundo las hacen las almas santas: Meter ruido no es lo mismo que cantar; moverse no implica bailar; y avanzar no implica perfeccionarse. En la medida que nos dejemos impregnar por la gracia que generosamente el Señor quiere darnos –como el ojo capta la luz o una esponja seca absorbe el agua fresca- podremos cambiar todo lo que es carente a nuestro alrededor.

TEMA:   “VIÓ Y CREYÓ”.

FECHA: RETIRO ESPIRITUAL JÓVENES CONFIRMACIÓN  /  2021.

En la primera meditación conocimos a un apóstol que buscó al Señor, invitando en sus cartas a seguir a Jesús en permanente conversión. Por esto, la conversión personal es el detonante  imprescindible de las verdaderas transformaciones de nuestra sociedad. Antes que liderazgos, antes que vinculaciones y participaciones, se requiere buscar ser santos dejando de lado lo que está mal y asumiendo lo que está bien. Es el primer peldaño de una sincera conversión.

Sacerdote Diócesis de Valparaíso 2021

El alma fue creada por Dios para poder ser partícipe de la vida divina:

Hace unos años el  Papa Benedicto XVI dijo que “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro,  con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Encíclica “Deus Caritas est”).

San Juan, el más joven de los Apóstoles, hermano de Santiago, descubre a Jesús y con ello se amplía el horizonte de su vida, cada día de su casi centenaria vida estará marcada por la verdadera alegría porque estaba signada con la fe verdadera. Nunca temer a la verdadera alegría, pero si a perderla porque la tristeza es el “caldo de cultivo” que tiene el demonio para tentar. El gozo, fruto del espíritu santo es una coraza para vencer las acechanzas del maligno en este tiempo de pandemia espiritual.

Desde un primer instante San Juan Apóstol –adolescente quinceañero- apuesta por Jesucristo. Da prioridad a lo que Jesús dice, no relegando la voluntad de Dios a los programas propios, deseos, o sentimientos.

Sabedor de la confianza depositada por Jesús, que le mira con cariño, y le elige con su edad y características propias de su personalidad, ha sido reconocido como el “discípulo amado” por  el  Señor, por ello:

Le encomiendan que le pregunte a Jesús en la Ultima Cena respecto de lo que viene…traición, azotes, cruz, muerte. No había nadie más cercano al que humanamente recurrir para los demás discípulos, cuya mayor virtud estaba centrada en que desde su más temprana edad había seguido a Jesús.

 

Se mantuvo firme –con el ímpetu de la juventud- junto a la Cruz: Como testigo visible ante quienes sólo deseaban ver a Jesús desangrado y asfixiado. ¿Y por qué no? Pregunta que suelen repetir con insistencia los jóvenes. Y que bajo la Cruz se haría un joven solitario

Acompañó a la Virgen María que estaba “de pie” junto a su Hijo y Dios: en general el amor se verifica en las horas difíciles. Jesús le dijo a Juan en lo alto del Calvario. “Hijo, ahí tienes a tu madre”. En pleno temporal la mayor de las misiones, cuidar a aquella que Cristo eligió y llamo “Madre”.

Fue presuroso a dar cumplimiento al primer anuncio de la resurrección: No postergó la respuesta a la llamada, podría haber esperado un mejor ambiente, que pasara el tiempo y las aguas se calmaran, pero de Jesús primero escucho: “En tres días estaré nuevamente junto a vosotros”, y luego por el testimonio de las mujeres que al amanecer vieron la evidencia del sepulcro vacío. La verdad anunciada y el bien realizado mientras antes se haga, tanto mejor será. ¿Qué sentido tendría dilatar un bien?

El camino recorrido: Luego del episodio de la Pasión, el volver a estar con Jesús no le llegó a la casa, sino que debió salir de su seguridad en el cenáculo para ir a ver el sepulcro vacío. Un camino que había hecho cabizbajo la tarde de aquel viernes donde parecía sudar tristeza y melancolía.  ¡Como cambio su rostro, sus actitudes, sus pasiones, sus proyectos ante la evidencia del sepulcro vacío.  Vio y creyó.

Desde ese momento hubo un cambio, su conversión a Cristo fue total no admitiendo “recreos” o “pausas”. Ningún lugar de su alma seria tabú o estaría vedado a la voluntad de Dios.

Comprendió una gran verdad: Cielo ganado, todo ganado; cielo perdido, todo perdido. 




Padre Jaime Herrera Mckay 2021

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