viernes, 17 de diciembre de 2021

 

TEMA  :         “ALEGRATE Y EXULTA DE TODO CORAZÓN”.

FECHA: HOMILÍA FESTIVIDAD VIRGEN GUADALUPE  / AÑO 2021

“Lanza gritos de gozo, hija de Sion, lanza clamores Israel, alégrate y exulta de todo corazón, hija de Jerusalén” (Sofonías III, 14).

Bajo el hermoso himno que  honra el papel que ha tenido la Virgen María en la historia de la salvación,  hemos iniciado la Santa Misa que providencialmente en este día nos permite colocar la mirada -.en una misma celebración-en el misterio central del día del Señor –Día domingo- en el cual Jesús se hace presente de manera real y substanciad, como en la aparición de la Santísima Virgen en la alborada del Evangelio que un día (ya lejano) fue denominado como el Continente de la Esperanza.

Subyace una vinculación entre la imagen que veneramos en este templo parroquial con la de nuestra Señora de Guadalupe, que no sólo se detiene en lo externo como su presencia individual, la dirección de su maternal mirada y  el azul de su manto, sino que –además- ambas se ubican al inicio de los primeros pasos del evangelio, una de todo el continente otra de una ciudad; ambas encierran una exclusiva denominación que sólo se encuentra donde se venera originalmente; y ambas imágenes ocupan históricamente un lugar principal , una como “Emperatriz de América”, otra como “Patrona de una ciudad”.

Durante estos días de adviento donde esperamos de venida de Jesucristo, primero en la pequeñez del recién nacido en Belén de Judá, y luego, ya en la plenitud de los tiempos en la Parusía, descubrimos que ha sido la misericordia de Dios, la que ha dispuesto que podamos contar con la presencia de la Virgen María en la historia haciendo realidad las antiguas profesáis: “Los confines de tierra han contemplado la misericordia de nuestro Dios”.

SANTA MISA EN VALPARAISO CHILE 2021

Por ello, las tierras que se vieron regadas con innumerables sacrificios humanos llegando al colmo de la antropofagia, vislumbraron gradualmente alzar el estandarte de la cruz, escucharon nítidamente el anuncio del santo Evangelio, bajo la compañía maternal de la Madre de Dios, que permitió que la gracia  venida de lo alto moldease una cultura, otorgándole una identidad que le ha permitido combatir las acechanzas del Maligno: ¡América creyente¡ ¡América cristiana! ¡América mariana! ¡América eucarística! Son cada uno de los pilares en los cuales se sostiene no solio la identidad, sino por donde ha de recorrer la vida de cada una de las naciones que la conforman.

Para muchos es evidente que el tiempo pasa volando, aunque hay algunos que pasan volando todo el tiempo. Casi no percibimos la agilidad de los acontecimientos debido a la inmediatez de la información. Sucede con ello, que  como un padre no percibe cómo crece su hijo porque está permanentemente con él, nosotros no nos damos cuenta cómo avanza el tiempo al ser “casi” como parte de él. 

Decimos esto hoy porque restan sólo tres años para celebrar un nuevo  Año de la Redención  (el 2025) y, en nuestra ciudad restan quince años para honrar 500 años (el 2036) del inicio de la vida cristiana. En la primera lectura leemos que el profeta Sofonías nos recuerda: “El Señor tu Dios está en medio de ti” por esto, “Yo quitaré de tu lado la desgracia, el oprobio que pesa sobre ti”.

Nuestro Dios no se deja vencer en bondad ni en generosidad, por esto,  a pesar de las múltiples pruebas, dificultades, desencuentros que experimentamos, tanto a nivel personal como social, la presencia de Jesucristo en medio nuestro es manifiesta, por lo que, como creyentes alabamos y agradecemos los beneficios recibidos desde lo alto, como también, a causa de nuestra humana naturaleza, fragilizada por el pescado original, imploramos al Buen Dios que su misericordia se ubique un peldaño más arriba que su justicia, y su gracia obre un instante antes que nuestros deseos, para que como dice San Pablo en su carta a los Filipenses: “mi vivir es Cristo” (I, 21).

DIA VIRGEN  DE GUADALUPE DICIEMBRE 2021

Las múltiples gracias que el Señor nos entrega nos hace tener una vida llena de sorpresas, las cuales, en modo alguno se oponen a lo que es la Providencia de Dios que dirige cada uno de nuestros pasos, por el contrario, un creyente como lo fue nuestra Madre Santísima,  descubre que su máxima realización y la implementación de un plan propio de vida sólo tienen sentido si acaso  Dios es su primer sentido.

La promesa cumplida por Dios llevó a la Virgen María a responder con total seguridad y generosidad a lo solicitado por Dios en las palabras del arcángel Gabriel: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús. Será grande, será llamado Hijo del Dios Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, para que reine sobre la casa de Jacob por siempre y su Reino no tendrá fin” (San Lucas I, 28). El universo pareció por un instante esperar la respuesta de una sola de sus criaturas, la que responde a la altura de la gracia recibida: “Hágase en mí según tus palabras”, haciendo que Dios tomase morada en ella y en el mundo.

Sin duda, una de las palabras más elocuentes del relato de la Anunciación son aquellas que nos invitan a la confianza plena en la gracia de Dios que nunca defrauda pues: “! Nada es imposible para Dios!”. Según esto, los males del pasado,  presente y futuro siempre encontrarán un muro frente a las promesas de Dios, y una zanja infranqueable ante su misericordia. De modo especial vemos que las “desgracias y oprobios” que pesan sobre América y sobre nuestra ciudad de Valparaíso, no pueden tener la última palabra porque esta se encuentra reservado a lo que Dios dictamina.

En este hermoso día domingo, Nuestra Señora de Guadalupe, como Emperatriz de América,  nos recuerda aquel canto del trovador de la libertad como fue Nino Bravo, en una de cuyas canciones decía: “Todo un inmenso jardín, eso es América,  cuando Dios hizo el Edén pensó en América”. Cómo no tener presente que nuestra ciudad también fue denominada no sólo por sus primeros vecinos como un Valle del Paraíso, sino que otro trovador de la libertad como fue el Papa Juan Pablo II dijo,  desde las gradas del Altar Papal,  al culminar la Santa Misa de las Familias en las alturas de Rodelillo: “Verdaderamente este es el Valle del Paraíso”.

En el Salmo Responsorial leemos hoy: “Estoy seguro y sin miedo, porque el Señor es mi fuerza y mi canción, Él es mi Salvador” (Isaías XII, 6). Verificamos innumerables dificultades en la vida de nuestra América, donde la mayor es la realidad del pecado manifestada en la violencia, en la ideologización, en el egoísmo hecho miseria, la apostasía de amplios sectores que antaño fueron confesionales, el debilitamiento y pérdida de la fe,  todo lo cual,  ha llevado a una vida donde la violencia permite el crimen sistemático del que está por nacer o del que se encuentra por morir.

Como América, nuestra ciudad de Valparaíso debe preparase para ser un jardín donde florezca la fe, donde se cultiven las virtudes teologales y morales, donde se riegue con las bienaventuranzas y las obras de misericordia espirituales  y corporales la vida cotidiana, en otras palabras, que el Reino de Cristo sea el plato diario con el que se nutra toda alma. ¡Basta de buscar sustitutos a Jesucristo! ¡Basta de lenguajes locuaces a lo mundano y mudos a lo divino! ¡Basta de una iglesia que ofrezca “cebollas y lentejas” veterotestamentarias  olvidando el único Pan del Cielo capaz de satisfacer todo hambre! Es cierto América y Valparaíso tienen hambre…! Hambre de Dios!...América y Valparaíso andan en penumbra…¡Veamos a Cristo”.

Este domingo la sagrada liturgia lo denomina como el día de “Gaudete in Domino”, tomando la antífona inicial de San Pablo…en una de sus cartas porque (contra lo dicho por algún iluminatti)  no escribió el Evangelio: “Estad alegres, os lo repito estad alegres, el Señor está cerca”. Las razones que tenemos para estar alegres, para estar confiados, para tener esperanza, para vivir en la caridad, se encuentran apoyadas en que Jesús vino, viene y vendrá, pues quien es el mismo “ayer, hoy y siempre” nos acompaña y sostiene en cada uno de nuestros pasos y etapas de la vida.

SACERDOTE JAIME HERRERA GONZALEZ 2021 

No somos como simples hojas llevados interminablemente por cada brisa, no somos corchos en medio de una ola marina destinados a ser parte de basura en  una orilla, sino que nuestra vida salió de las manos de Dios y está llamada a retornar a Él, para lo cual, debemos creer y vivir en Jesucristo, quien se hace realmente presente en la celebración de cada Santa Misa, desde la cual emerge toda gracia y a la cual converge toda gratitud y súplica.

Por esto, hoy imploramos -de manera especial- por las necesidades de nuestro continente y de nuestra ciudad de Valparaíso, que aparentemente se nos muestra sin horizonte a causa del estigma de la violencia social, de la implementación del laboratorio del progresismo ideológico, que han hecho de cada casa, de cada barrio, y de cada comunidad,  un triste y empobrecedor experimento cuyo costo  está siendo saldado en la vida cotidiana de cada uno de sus habitantes.

Terminada nuestra celebración eucarística daremos la bendición a la imagen de la Virgen María que iniciaremos en el patio de nuestra Parroquia, en medio de lo que es un naciente jardín, llamado a ser lugar de oración, de encuentro y de paz en medio de nuestra ciudad. Será una imagen cuyo origen se hunde bajo nuestro altar toda vez que durante toda la pandemia, aun en las horas de mayor crudeza, la Virgen Santísima no dejó de convocar a cuantos quisieron cobijarse bajo su manto y poder recibir debidamente la Sagrada Comunión en la Misa que  -ininterrumpidamente-  celebramos día a día.

Al mirar su albo rostro en el patio de la Virgen escucharemos que resuena una vez más su dulce y materna voz, como en aquel primer milagro hecho a la naciente familia en  Caná de Galilea: “!Haced lo que Jesús os diga!”                    (San Juan II, 5). Amén.

¡Que Viva Cristo Rey!

 PARROCO DE CERRO TORO VALPARAÍSO CHILE


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