“EL NIÑO JESUS ENSEÑA EN EL PORTAL DE BELÉN”.
FECHA:
HOMILÍA DIA CUARTO DE NOVENA NIÑO DIOS / 2018
Durante
siete días la Iglesia a lo largo del mundo celebra la Novena del Niño Dios, la
cual coincide con el recuerdo diario de las profecías de Isaías, sintetizadas
en las denominadas “antífonas de la O”,
porque cada una de ellas tiene como encabezada la exclamación “oh”, la cual
quiere dar relevancia a la expresión siguiente, que responde a los diversos
nombres dados a Jesús en el Antiguo Testamento. En este cuarto día de la Novena corresponde:
“Oh, Llave de David y Cetro de la Casa de
Israel, que abres y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir, ¡ven u
liberar a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte!”. Las palabras del profeta nacido en
Jerusalén, y cuyo nombre evoca a Dios Salvador anunció: “Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro, abrirá, y nadie
cerrará, cerrará y nadie abrirá”
(Isaías XXII, 22).
Tales
nombres si los leemos de modo inverso forman un “acróstico latino” que dice: “Ero
Cras”, es decir: “Yo vendré mañana”. En
la Inglaterra medieval, aquella que tantos santos dio a la Iglesia, incluyeron una
variación en honor a la Virgen María, que
aún se entona en la Catedral de Canterbury donde el acróstico dice: “verdaderamente mañana”.
Sin
duda, para nuestro Colegio, que a lo largo de todo este tiempo ha venido celebrando
sus primeros cien años de existencia, es motivo de gratitud poder celebrar el
largo tiempo transcurrido, el cual habría sido imposible sin la gracia que
viene de lo alto. En efecto, es propio de nuestra naturaleza espiritual ser agradecidos de Dios, toda vez que mientras
más el hombre ve su lugar en el mundo y lo enmarca en el contexto del universo,
descubre su pequeñez y fragilidad, por lo cual desde la indigencia es más fácil
percibir la voz de Dios, y más simple descubrir su presencia.
Nuestro
Señor Jesús dijo: “Si no os hacéis como
niños no entrareis en el Reino de los cielos”. ¿Qué enseña Jesús con ello?
Indudablemente nos invita a crecer en la fe, abandonando nuestra realidad y
nuestro futuro en la libérrima y santa voluntad del Padre de los Cielos. ¿Qué
más frágil figura que la de un niño en el vientre materno, hoy gravemente
amenazado por tres diversas causales? ¿Qué más débil realidad que la de un recién
nacido envuelto en pañales, anunciado por los ángeles?
SACERDOTE JAIME HERRERA |
En
los tiempos que vivimos de tanta fragilidad en la vivencia de la fe, producto
de un agudo desconocimiento de las verdades inherentes a ella, es necesario una
vez más citar el momento que marca indeleblemente un antes un después en la
Historia de la Salvación y del mundo
entero: “Et verbum caro factum est et
habitabis in nobis”…El momento de la Encarnación desvanece las antiguas
creencias de múltiples divinidades y sepulta de concepción de dioses que desde
un balcón miran la vida humana sin intervenir.
En
efecto, Jesucristo que nace en Belén nos enseña que Dios se hace hombre para
que el hombre sea como Dios, por lo cada gracia concedida desde el Cielo
por Jesús tiene aroma de cielo y tierra,
tan divina como humana a la vez, por lo cual Aquel que un día nos llamo a
la existencia, no dejará de conducirnos a Él con nosotros, tal como enseñó
hermosamente San Agustín de Hipona: “Quien
te creó sin ti no te salvará sin ti”.
Lo
anterior lleva a asumir que por medio de nuestra vida Dios interviene en el
mundo, por lo que en la medida que podamos vivir en su presencia, en seguir
todos sus designios, en obedecer todos sus mandamientos, actuaremos eficazmente
y estaremos insertos como parte del mismo cuerpo.
Alejados
de Cristo no hay salvación posible, tal
como los sarmientos están unidos a la vid, de manera semejante este tiempo
litúrgico nos invita a estar unidos a la
fuente de toda gracia que es Jesús, recordando que en el pasado presente y
futuro, con toda probabilidad el afán modernista de prescribir al Señor de
la vida familiar y social no sesgara en su esfuerzo de alzar nuevas Torres de Babel,
bajo el aromático y dulce lenguaje del relativismo, que como cicuta
envenena las mentes y los corazones. El mal en su mayor expresión es capaz de
cautivar por el escaso bien que contiene, tal como la mentira seduce por la ínfima verdad que puede
encerrar. De todo esto bien lo sabe el demonio: lo hizo en el Paraíso terrenal
con Adán y Eva, y lo reitera nuevamente
“como león rugiente que busca devorar” a lo largo de toda nuestra vida.
IGLESIA CERRO TORO CHILE
|
Nunca
olvidemos que la maravilla del nacimiento de Cristo hace dos milenios, estuvo
antecedida por “puertas cerradas” que manifestaron que no había lugar para
Jesús y la Sagrada Familia. Durante su vida pública, el mensaje del Señor,
revestido de múltiples milagros -39 en total- atraía a grandes muchedumbres,
las cuales ante las exigencias propias anunciadas por Jesucristo, terminan colocándolo
en el madero de la Cruz, por el cual nos viene la salvación. El mismo Cristo,
presente en Belén y Jerusalén nos invita en estos días santos a “abrir las puertas” de corazón y la
mente a persona de un recién nacido. Nada más simple, nada más exigente…
Entendámoslo
claramente: La vida cristiana no consiste en que es el hombre quien busca a
Dios primero, sino en que Dios ha tomado la iniciativa de darse a conocer a
nosotros, viniendo a nuestro encuentro cotidianamente de manera, real y
substancial en cada Eucaristía, enviando
su verdad en la Santa Biblia en la cual Dios nos habla hoy; mostrando su bondad por medio de la
gracia en el alma de cada uno y de quienes están a nuestro alrededor, según lo
cual, para un auténtico católico cada jornada, cada acontecimiento estará
revestido de una eternidad engastada en las obras de misericordia espirituales
y materiales, jugándose la vida en ello.
Quienes
estamos insertos en el mundo de la educación desde hace décadas, podemos
repetir lo que el anciano Sumo Pontífice señalaban a los jóvenes provenientes
del mundo entero con ocasión del Jubileo de Milenio: “Hay un proverbio polaco que dice: Si vives con los jóvenes, también tu
deberlas ser joven”. Así regreso rejuvenecido. Una vez más os saludo a todos
vosotros, especialmente a los que están mas al fondo, en la sombra, y no ven
nada. Pero si no han podido ver, ciertamente han podido escuchar este bullicio.
Este bullicio ha impresionado a Roma y Roma no lo olvidará jamás” (Juan
Pablo II en Tor Vergata, 19 agosto 2000). ¡Dos
alumnos de nuestro Colegio estaban en ese lugar aquel día!
Sin
duda, en un Colegio se envejece más lentamente porque se está en permanente
contacto de aquellos que en el amanecer
de sus vida están llenos de ideales, proyectos e iniciativas, y sabido es que
uno sólo comienza a envejecer cuando el termómetro de los proyectos es menor
que el de los recuerdos. De igual
modo, la fidelidad, la generosidad, y la piedad son virtudes que mantienen
lozana el alma evitando la corrosión de las costumbres ciegas y de la tibieza
espiritual conducente a una añeja
mediocridad.
VIRGEN DE GUADALUPE |
El
Portal de Belén nos habla de la verdadera fe, esperanza y caridad, que deben
iluminar nuestra vida y la de nuestro Colegio, tan arraigadas en la comunidad.
Ninguna circunstancia, ninguna persona, ninguna fuerza está por sobre lo que
Dios quiere de bien para quienes le pertenecen.
¡Con
Dios se entenderán un día quienes abusen de cualquier manera de los niños y
jóvenes, debiendo dar grave cuenta de cada una de sus palabras y acciones!
Cada
año el mundo celebra el Once de Noviembre la finalización de la Primera guerra
Mundial. Este Año venidero, a lo largo de todo Chile se comenzará a preparar la
conmemoración del Quinto Centenario de
la realización de la Primera Misa celebrada en Chile un día 11 de Noviembre de
1520.
Según
esto, ha de doblegarse el esfuerzo por hacer que todos los alumnos en edad de
recibir a Jesús Sacramentado lo hagan efectivamente, para lo cual debemos
doblegar esfuerzos e iniciativas, primera de las cuales ha de ser rezar a Dios
y ofrecer sacrificios, especialmente en la participación de la Santa Misa
dominical.
A
la Virgen Santísima contemplamos embarazada en estas horas: A sólo cuatro días
de dar a luz recordamos la ternura de la madre que acoge en toda circunstancia;
miramos la entereza de la madre que no se doblega ante ninguna adversidad
tratándose de la vida y seguridad de sus hijos, y, finalmente, percibimos la
fidelidad de aquella Madre de la cual nunca se ha oído decir que quien a Ella
implorase no obtuviera pronta y segura respuesta a sus plegarias.
¡Viva
Cristo Rey!
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