viernes, 28 de diciembre de 2018

LA LUZ DE LA CARIDAD BRILLE EN TODO Y TODOS


"LA LUZ DE LA CARIDAD BRILLE EN TODO Y TODOS”

FECHA :  HOMILÍA DE NOCHEBUENA / DICIEMBRE DEL 2018

1.     “Cor Jesu Salus Infirmorum”.

El eco de la celebración de esta Santa Misa se une a los emitidos a lo largo del mundo entero, cumpliendo lo anunciado por los profetas “Los confines de la tierra han contemplado la misericordia de nuestro Dios”. El mismo Cristo nacido hace más de veinte siglos se hace presente en medio de nuestro altar, en toda su grandeza, su alma,  cuerpo y divinidad.
Qué sublime misterio es aquel que en cada Misa podemos participar, donde se renueva de manera misteriosa pero real el sacrificio de Cristo en la Cruz: Constatamos que realmente es el alimento que nutre nuestra alma sin el cual simplemente perecemos, y por medio del cual toda iniciativa se ve fortalecida y toda gratitud alcanza su máxima expresión, porque Dios Padre al ver la obediencia de su Hijo no puede sino conceder a su modo las gracias imploradas, y al mirar los signos del crucificado en sus manos, pies y corazón, abre sus ojos  y brazos para acoger a todo aquel que implora la misericordia.
 CONVENTO SIERVAS DE JESÚS VIÑA 2018



Aunque la realidad actual puede parecer avasalladora si consideramos cómo celebra el mundo hoy, en medio de ajetreos, regalos, luces y afanes, no podemos permitir que este día santo de la Natividad del Señor,  pase en medio nuestro y de los nuestros,  sin incidir de manera indeleble en nuestra mente y corazón.
Si Cristo viene al mundo es para que hoy todos volvamos a nacer en Él, “el Camino, la Verdad y la Vida”. El rostro de Aquel recién nacido es el único que tiene la fuerza para transformar el mundo entero, de tal manera que no sólo el tiempo cronológico se divide en un antes y después, sino en que la vida de cada persona, de cada familia, y de cada sociedad, está llamada a una verdadera conversión al Dios hecho hombre, el cual es la respuesta definitiva para el hombre de todos los tiempos y explica cada misterio de la vida humana.
Por ello, no es la luz del mundo que viene de fuera la que esta noche nos ilumina, sino que es la claridad que emerge desde Belén la que anuncia la llegada del Mesías esperado, e inaugura el tiempo del mérito, de la gracia, de la conversión, y del perdón.
PÁRROCO JAIME HERRERA CHILE


Mientras que las luces mundanas se extinguen ante las primeras dificultades, aquella que viene del Niño Dios aumenta ante la adversidad; en tanto que las luces del mundo brillan en tiempo y espacio, la que emana de Cristo con su gracia no se limita a un lugar ni a una época, no siendo moda que pasa ni bien que se corroe.
Por esto, la alegría de la Natividad del Señor que abriga nuestro corazón a estas horas, a palpitado en las generaciones pasadas y lo hará en las venideras, con la mayor intensidad reflejada en la mirada brillante y actitud expectante de los más pequeños que ven, cómo uno de los suyos, es capaz de hacer reclinar las mentes y voluntades de reyes y plebeyos, de ricos y pobres, de jóvenes y ancianos, por lo que la alegría que experimentamos se extiende necesariamente a todo los que están cerca puesto que  el bien es esencialmente difusivo, y no hay mayor bien para el hombre de todos los tiempos que buscar, encontrar y vivir en  gracia de Dios.
No nos quedamos hoy detenidos en una simple emoción. Nuestra fe no es un sentimiento que un día está y al día siguiente desaparece, toda vez que Jesús, objeto de nuestra fe,  viene al mundo para quedarse en medio nuestro, por esto nos dice: “ánimo, yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”…El cielo y la tierra pasarán pero sus palabras no dejarán de cumplirse, aquí y allá, en la tierra y en el cielo.

                                                                     CAPELLÁN JAIME HERRERA GONZÁLEZ 


2.     Jesús es la Luz del Mundo.
La vivencia de la caridad -en nuestros días- hace presente al  Dios que es amor, por lo que cada obra buena realizada,  viene a ser como un “destello” que ilumina a quienes “viven en medio de tinieblas”, Esta “oscuridad”  no sólo ha de ser considerada desde el abajismo  sociológico, cultural o material, sino que ha de ser considerada –también- con tantas necesidades del alma que clama la presencia de Dios en diversos ámbitos en los cuales la venganza, la desesperanza y la esclavitud a sinnúmero de vicios y bienes perecederos, dan un marco sombrío y triste.
En esta Noche Santa, llena de luz y verdad, vemos que cada uno importa mucho a Dios Padre, al extremo de enviar a su Hijo Unigénito al mundo y morir por cada uno. Esto hizo que en el Siglo IV fuese el Papa León Magno quien exhorta a todo creyente a “reconoce su dignidad como hijos de Dios” y la de todos que están a su alrededor.
BENDICIÓN DE TRES AÑOS CHILE

3.     El valor del sufrimiento humano.

Este lugar donde celebramos hoy la Misa ha sido como el Belén de la Caridad desde donde se han originado múltiples gestos de servicio hacia los más necesitados donde el paso silente precedido por la ferviente oración ha hecho llegar el bálsamo del consuelo al enfermo postrado, que muchas veces debilitado, se presentan como el verdadero tesoro de nuestra Iglesia, a imagen de Jesús sufriente.  
En efecto, San Pablo dice que el creyente “completa en su cuerpo, los padecimientos de Cristo en la cruz, para bien de su cuerpo que es la Iglesia”…Cristo parecía tan débil en la cruz, nunca ante el mundo se presentó tan impotente como cuando lo elevaron en aquel calvario, pero nunca fue más poderoso que en esas horas. Fue ahí donde nos obtuvo la Redención, fue entonces,  donde todo estaba consumado.
Sólo las almas de Dios pueden leer en el sufrimiento humano la grandeza que implica “padecer con Jesús”, y sólo desde la generosidad se descubre por qué nuestra Iglesia repite en la oración pública la bienaventuranza del sufrimiento (San Mateo V, 4). ¡Cómo no recordar a esta hora lo enseñado por la gran Teresa de Calcuta: “Cuando una persona sufre no es porque Dios la ha olvidado sino es porque Dios le ha hablado”!
Al interior de este Taller de la Caridad, la familia religiosa de las Siervas de Jesús logró llevar a cabo una labor fecunda hacia los privilegiados del Cielo como lo es cada enfermo, con la característica de estar cercanas a las familias que muchas veces sufren en el mayor de los silencios  y abnegación.
CLUB ADULTO MAYOR PUERTO CLARO


El actual Romano Pontífice destaca la honda vinculación que existe entre la genuina “ternura maternal” cono expresión de la virtud de la caridad a la que estamos llamados a vivir   y la consagración religiosa, tan necesaria hoy como ayer.
Sin duda, los enfermos y los ancianos como hace dos milenios suelen estar postergados de múltiples maneras. El espíritu modernista presenta la ancianidad como signo de decaimiento. Se minusvalora la vejez porque se hipervalora los criterios de productividad, de fama, y de posesión.

El homo sapiens se ha transformado  en un homo faber, un productor de cosas, por lo que exclusivamente se evalúa a toda persona según lo que es capaz de producir y  crear en tanto que,  aquel que no es productivo a los ojos del mundo no tiene relevancia en la sociedad y es incluido en el mundo de los desechables.
A este respecto escribió la Madre Fundadora de las Siervas de Jesús: “La asistencia a los enfermos no consiste sólo en dar medicinas y alimentos al enfermo, hay otra clase de asistencia que nunca deben olvidar y es la del corazón, procurando acomodarse a la persona que sufre, saliendo al encuentro de sus necesidades”.
Por eso, vemos que las naciones denominadas modernas suelen promover leyes que atentan la vida de los que están por nacen, de los que están seriamente enfermos, y de los ancianos…..(los postergados ayer que son descartados hoy).
Este drama de dos milenios lo vemos asumido por la Sagrada Familia en el atardecer de la noche luminosa en Belén donde en toda la ciudad “no hubo lugar para ellos”, porque despertaban sospechas, porque eran desconocidos, porque estaba embarazada, porque carecían de los medios suficientes.
PARROQUIA VIRGEN PUERTO CLARO


Mirando desde el Recién Nacido al mundo entero, descubrimos que la fuerza de nuestra Iglesia radica en ir al encuentro de quien más lo requiere, en su alma y en su cuerpo, ya que -muchas veces-  la indigencia del alma a la que nadie le habla de Dios, que suele tener una debilitada formación religiosa, que permanece en la cerrazón de no perdonar ni olvidar, que se le deja indemne ante la irrupción del secularismo y la sensualidad exacerbada, todo ello son pobrezas que claman al cielo en silencio y permanecen en el desconocimiento y hasta desinterés de quienes suelen confundir el estándar de vida con la santidad y  el desarrollo material con el crecimiento de las virtudes.
Lo acontecido en el Pesebre de Belén hoy  revive en nuestra familia, el destello de la gracia que Cristo nos trae ha de impregnar todo nuestro ser con la esperanza fundada no en optimismo natural sino en la misma persona de Cristo que quiere ser recibido en esta Noche Santa en cada hogar. Si entonces no hubo lugar para ellos, aquí si hay un  hogar para ellos en nuestra alma, tal como lo hubo en el corazón de nuestra Madre del Cielo que primero concibió a Jesús en su corazón y luego en su cuerpo.
¡Que Viva Cristo Rey! ¡Feliz Navidad a todos!

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