sábado, 14 de julio de 2018

MARÍA, ESPOSA DEL ESPÍRITU SANTO


 MEDITACIÓN TERCERA NOVENA DEL CARMEN 2018


                                                                                           ESPOSA DEL ESPÍRITU SANTO


En este tercer día de preparación a la Solemnidad de Nuestra Señora del Carmen, Reina y Madre de Chile, la veneramos bajo la denominación de “Esposa del Espíritu Santo”, la cual tiene una vigencia muy especial en nuestro tiempo.

Desde el primer instante de su existencia, la Virgen estuvo llena del Espíritu Santo, por esto fue preservada del pecado original, y en vistas a que sería quien en su cuerpo llevaría al Divino Redentor del Mundo, estuvo unida permanentemente al Espíritu Santo, recibiendo gracias abundantes hasta el mismo día en que Jesús permaneció en sus entrañas fue llamada por el Arcángel Gabriel como “la llena de gracia”, vale decir: Totalmente amada y protegida por Dios.

Actualmente, muchas personas miran la relación esponsal desde una perspectiva utilitarista. Si los cónyuges son vistos como algo “usable” entonces pueden ser objeto de compra, de uso,  y de desecho, lo que hace que la vida matrimonial sea tenida como algo circunstancial, cuya esencia puede ser modificada según los sentimientos y gustos pasajeros, lo que en el ámbito de la verdadera dictadura del relativismo lleva a la permisividad de las mayores aberraciones las cuales siempre fueron tenidas como tales y que ahora, mañosamente,  se presentan como buenas y hasta dignas de orgullo.

Durante la visita que hizo el actual Sumo Pontífice a nuestra Patria, invitó a hacer una pregunta que San Alberto Hurtado realizó a los jóvenes: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?” La respuesta la encontramos en todas las enseñanzas del Nuevo Testamento, y la vemos en la concordancia de un Magisterio de la Iglesia a lo largo de una tradición de ya dos milenios. Por desgracia la teología liberacionista tiene “manos y pies de tijera”, es decir, sin asco recorta antojadizamente los evangelios, de la misma manera que no se enrojece –aunque rubicundo sean-  de parcializar la doctrina de la Iglesia según intereses particulares e ideológicos, los cuales se oponen a los designios de Dios.


Siglos atrás la aberración que constituye la unión y relación corporal de dos personas de igual sexo ha llevado a la debacle a muchas sociedades en el pasado, lo cual nuestra Iglesia Católica en su Magisterio perenne siempre ha condenado todas aquellas  conductas que traen tanto mal a los hogares y a las naciones.

Por esto resulta incomprensible que en Suecia –por ejemplo- los pastores luteranos sean obligados a dar “bendiciones” a pseudomatrimonios de personas de igual sexo, como que, en la Iglesia nuestra subsistan iniciativas que promuevan lo que los apóstoles denominaron “abominaciones” con pastorales del orgullo gaycista. ¡San Pablo de esto habló claramente! (1 Corintios VI, 9-10).

También,  en este caso tiene vigencia que no es moralmente aceptable y no se consigue el bien por medio de la aceptación de un mal objetivo, y toda pastoral encaminada hacia personas que  reconozcan una tendencia  homosexual tienen derecho a ser escuchados, a participar de la vida –litúrgica, caritativa, formativa, misionera, y pastoral- de la Iglesia, a contar con el apoyo y cercanía de los consagrados, en tanto cuanto viviendo la virtud de la castidad y buscando la santidad en la vida cotidiana, acepten las enseñanzas de la Iglesia fundamentadas en el Credo, en la Tradición viva y en el Magisterio de siempre.

Por cierto, la sola verificación de un hecho que se constate aunque sea masivo, no dice relación con lo que sea propio de la vida de un católico del siglo XXI: Lo que fue condenado por Dios en la revelación escrita no puede ser borrado por el espíritu relativista (dictatorial) imperante en nuestros días. Fuimos creados libres no para ser esclavos de las modas pasajeras ni de las conductas contrarias a lo escrito por Dios en la humana naturaleza.

En esto son los mismos santos quienes con su vida nos enseñan los criterios y modos de actuar ante los desafíos de la vida actual. Para que se convierta quien se ha alejado no se requiere incentivar su espíritu evasivo incentivando el extravío sino ofreciendo el verdadero cambio de vida y conversión que lleva esforzarse por ser fiel a Dios.

Lo anterior hace que –en ocasiones- el matrimonio no sea ya visto como la unión perpetua de un hombre y una mujer que a los pies del altar imploran la bendición de Dios, sino que sea una supuesta convivencia hasta que resulte. Seamos claros: Dios no bendice a los esposos con fecha de vencimiento, lo hace de una vez para siempre. No borra con el “codo” lo que escribe con su diestra.

  


Por muy extendido que se encuentre  un error no podemos callar una sola coma de lo que Cristo nos ha enseñado y de lo que la Iglesia ha enseñado siempre, por esto es el camino de la fidelidad la genuina novedad que los católicos debemos ofrecer para nuestros días. Eso espera Dios, y eso necesita el hombre de hoy. En consecuencia,  oponerse a los dictámenes mundanos que hablan de “géneros”,  de “gaycismo” es un mperativo para quien desee ser apóstol, discípulo, y misionero.

Al contemplar a la Virgen María como “Esposa del Espíritu Santo” imploramos en este día tercero de la Novena a la Virgen del Carmen, para que la vida matrimonial en nuestra Patria se viva de acuerdo a la grandeza que Dios inscribió en el hombre y la mujer para ser anuncios vivos de su amor divino en el mundo de hoy, del cual la Santísima Virgen es un ícono perfecto,  a la que honramos como la “Esposa del Espíritu Santo”. ¡Que Viva Cristo Rey!

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