miércoles, 27 de noviembre de 2019


TEMA  :  “BUEN PENSAR,  BUEN VIVIR”.
FECHA:  MES  DE  MARÍA      /      DÍA  NOVENO      /      AÑO  2019.
El noveno mandamiento (Éxodo XX, 16) exhorta a no tener pensamientos insanos. Todos sabemos lo que es una avalancha, la cual siempre empieza pequeña pero termina enorme…Algo semejante suele pasar con los malos pensamientos anidados en la mente y la imaginación. Una falta de consideración,  un olvido, una palabra de más o menos puede ser el origen de grandes enemistades, rencores, y violencia desatada como la que se constata en tantas partes en la vida presente.
Pasan los años y de no mediar un acto de perdón y olvido el mal se multiplica como un cáncer letal que corroe el alma debilitándola para enmendar el rumbo por el bien y endureciendo (encalleciendo) la conciencia por medio de una permanente deformación. Quien no reconoce que ha sido objeto de misericordia difícilmente será sujeto de misericordia hacia los demás.
Recordemos que un resentimiento lleva a una mala acción. Dar vueltas a situaciones de odio y rencor lleva a nuevas acciones violentas. Un mal pensamiento conlleva a una mala acción. Por eso,  se debe purificar la memoria, aprender a olvidar las ofensas de las que sido objeto. ¡El rencor es el sida del alma! Lo anterior, que se aplica al ámbito del quinto mandamiento de “no matar” respecto de la ira y rencor, se puede –también- aplicar al sexto precepto referido a las faltas contra la santa  pureza y al séptimo que se relaciona a los bienes mal habidos.
De modo especial,   se refiere a la virtud de la castidad que ha de mantenerse por medio de los buenos pensamientos porque sabido es que “la idea lleva al acto”. Ahora bien, en la actualidad –como dijimos hace unos días- el espíritu relativista hace que se actúe y se pase por la vida sin medir respecto de si lo que se hace es bueno o malo, falso o verdadero. Cuando se obra sin pensar, casi de modo instintivo, siendo guiados –exclusivamente-  por las ganas, los gustos y los deseos, se da una conducta primaria e infantil que puede tener graves consecuencias en la vida personal y social. Sin duda,  el infantilismo moral está presente en la generación “milenial” y “centenial” que discierne, no ya de  hilar un discurso racional, o de modo especulativo,  sino de forma instantánea llevada por la fuerza de la imagen independiente de toda otra consideración.
Actualmente cuesta hacer entender que lo que se hace está bien hecho…!La amoralidad provoca la inmoralidad! Urge por tanto una formación del buen pensar para el buen vivir, lo cual,  es imposible sin la enseñanza y seguimiento de una moral clara, que no dependa del gusto o la gana; del clima o las energías.
Donde no está claro respecto de aquello que está bien y mal es muy fácil sucumbir ante cualquier brisa de lo que afirman las redes sociales, es fácil ceder  ante las imágenes reiteradas que amplifican nuestra imaginación, y se fragua la maldad.
Los pensamientos se pueden definir: cuando uno va a dormir podemos hacerlo con buenos pensamientos, pensando cómo hacer el bien, ideando proyectos para que las personas sean más felices, dando vueltas en la mente a las materias que se ha estudiado.

MES DE MARÍA ST.PETER’S 2019

La moral hebrea era externa, la del Nuevo Testamento es interna. A pesar de su carácter específico en modo alguno hay una exclusión. Entre lo dicho por Dios antes y después  sólo hay profundización, perfeccionamiento, plenitud. No se puede dividir al hombre en lo que piensa y lo que hace. Los preceptos de Dios, incluido el noveno que meditamos hoy fueron dados para interiorizar la ley de Dios en nuestra alma, por lo que aquel que cumple está en buen camino de crecer en santidad, en perfección y en las virtudes teologales y morales.
Entendámoslo bien de una vez: Las prohibiciones de Dios, aquellas  luces rojas han sido dadas  para conquistar aquello que importa y trasciende., por lo que Dios nada nos quita sino que todo  nos da. . Es él mismo quien lo hace, por lo que las prohibiciones son para conquistar…! Dios no quita nada lo da todo!
a). Orar antes de dormir: No hay mejor sueño que aquel que el Señor concede al que lo hace rezando. Cuando decimos: “me quede dormido rezando el rosario ¡en hora buena si así es! El sueño reparador es una bendición, porque prepara un mejor despertar, por esto la purificación de la memoria, de lo que guardamos se puede paulatinamente hacer colocando un momento de oración al ir a dormir, lo que se puede lograr con una buena lectura que eleve nuestro espíritu a ideales, a sueños, a ir más lejos.


b). Nutrir la mente de buenos pensamientos: En medio de la tiranía de la imagen en que vivimos, donde se valora lo que más se ve –con más “me gusta” o likes- se requiere de colocar formas de pensar en nuestra mente que enriquezcan nuestra personalidad no con el simple dialogo con las cosas de este mundo, que “siempre llevan agua para su propio molino”, sino con la meditación de aquellas realidades buenas –santas- que Dios nos ha dado a lo largo de toda nuestra vida.
c). Rectificar intención permanentemente: Nuestra Madre del Cielo, quien nos cuenta el Evangelista San Lucas “guardaba todo en su corazón” nos invita a crecer en la fe procurando actuar desde el espíritu, lo que implica preguntar una y otra vez “¿Qué haría Cristo en nuestro lugar? ¿Señor qué quieres que haga?
Esto nos permite evitar reacciones instintivas, donde el impulso ciego nos haga arrepentirnos muchas veces de lo que dijimos de más,  olvidando que somos esclavos de lo que decimos y reyes de nuestros silencios,
Es menester con frecuencia rectificar la intención porque como acontece a lo largo de la vida, la condescendencia con el mal deviene de pequeños actos hechos por la tibieza de la costumbre y la claudicación ante los poderes de este mundo.
Evitar los malos pensamientos es un deber que todo católico ha de procurar cumplir, apoyado en la oración constante al poder de intercesión de la Virgen María que en todo momento no deja de recordarnos lo dicho en Caná de Galilea: “Hagan todo lo que Jesús les diga”.
¡Que Viva Cristo Rey!

CAPELLÁN ST.PETER’S SCHOOL


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