TEMA : “BUEN PENSAR,
BUEN VIVIR”.
FECHA: MES DE
MARÍA / DÍA
NOVENO / AÑO
2019.
El
noveno mandamiento (Éxodo XX, 16)
exhorta a no tener pensamientos insanos. Todos sabemos lo que es una avalancha,
la cual siempre empieza pequeña pero termina enorme…Algo semejante suele pasar
con los malos pensamientos anidados en la mente y la imaginación. Una falta de
consideración, un olvido, una palabra de
más o menos puede ser el origen de grandes enemistades, rencores, y violencia
desatada como la que se constata en tantas partes en la vida presente.
Pasan
los años y de no mediar un acto de perdón y olvido el mal se multiplica como un
cáncer letal que corroe el alma debilitándola para enmendar el rumbo por el
bien y endureciendo (encalleciendo)
la conciencia por medio de una permanente deformación. Quien no reconoce que ha
sido objeto de misericordia difícilmente será sujeto de misericordia hacia los
demás.
Recordemos
que un resentimiento lleva a una mala acción. Dar vueltas a situaciones de odio
y rencor lleva a nuevas acciones violentas. Un mal pensamiento conlleva a una
mala acción. Por eso, se debe purificar
la memoria, aprender a olvidar las ofensas de las que sido objeto. ¡El rencor
es el sida del alma! Lo anterior, que se aplica al ámbito del quinto mandamiento
de “no matar” respecto de la ira y
rencor, se puede –también- aplicar al sexto precepto referido a las faltas
contra la santa pureza y al séptimo que
se relaciona a los bienes mal habidos.
De
modo especial, se refiere a la virtud de la castidad que ha
de mantenerse por medio de los buenos pensamientos porque sabido es que “la idea lleva al acto”. Ahora bien, en
la actualidad –como dijimos hace unos días- el espíritu relativista hace que se
actúe y se pase por la vida sin medir respecto de si lo que se hace es bueno o
malo, falso o verdadero. Cuando se obra sin pensar, casi de modo instintivo,
siendo guiados –exclusivamente- por las
ganas, los gustos y los deseos, se da una conducta primaria e infantil que
puede tener graves consecuencias en la vida personal y social. Sin duda, el infantilismo moral está presente en la
generación “milenial” y “centenial” que discierne, no ya de hilar un discurso racional, o de modo
especulativo, sino de forma instantánea
llevada por la fuerza de la imagen independiente de toda otra consideración.
Actualmente
cuesta hacer entender que lo que se hace está bien hecho…!La amoralidad provoca
la inmoralidad! Urge por tanto una formación del buen pensar para el buen
vivir, lo cual, es imposible sin la
enseñanza y seguimiento de una moral clara, que no dependa del gusto o la gana;
del clima o las energías.
Donde
no está claro respecto de aquello que está bien y mal es muy fácil sucumbir
ante cualquier brisa de lo que afirman las redes sociales, es fácil ceder ante las imágenes reiteradas que amplifican
nuestra imaginación, y se fragua la maldad.
Los
pensamientos se pueden definir: cuando uno va a dormir podemos hacerlo con
buenos pensamientos, pensando cómo hacer el bien, ideando proyectos para que
las personas sean más felices, dando vueltas en la mente a las materias que se
ha estudiado.
MES DE MARÍA ST.PETER’S 2019
La
moral hebrea era externa, la del
Nuevo Testamento es interna. A pesar
de su carácter específico en modo alguno hay una exclusión. Entre lo dicho por
Dios antes y después sólo hay
profundización, perfeccionamiento, plenitud. No se puede dividir al hombre en lo
que piensa y lo que hace. Los preceptos de Dios, incluido el noveno que
meditamos hoy fueron dados para interiorizar
la ley de Dios en nuestra alma, por lo que aquel que cumple está en buen camino
de crecer en santidad, en perfección y en las virtudes teologales y morales.
Entendámoslo
bien de una vez: Las prohibiciones de Dios, aquellas luces rojas han sido dadas para conquistar aquello que importa y
trasciende., por lo que Dios nada nos quita sino que todo nos da. . Es él mismo quien lo hace, por lo
que las prohibiciones son para conquistar…! Dios no quita nada lo da todo!
a). Orar antes de dormir:
No hay mejor sueño que aquel que el Señor concede al que lo hace rezando. Cuando
decimos: “me quede dormido rezando el rosario ¡en hora buena si así es! El
sueño reparador es una bendición, porque prepara un mejor despertar, por esto
la purificación de la memoria, de lo que guardamos se puede paulatinamente
hacer colocando un momento de oración al ir a dormir, lo que se puede lograr
con una buena lectura que eleve nuestro espíritu a ideales, a sueños, a ir más
lejos.
b). Nutrir la mente de buenos pensamientos:
En medio de la tiranía de la imagen en que vivimos, donde se valora lo que más
se ve –con más “me gusta” o likes- se requiere de colocar formas de pensar en
nuestra mente que enriquezcan nuestra personalidad no con el simple dialogo con
las cosas de este mundo, que “siempre
llevan agua para su propio molino”, sino con la meditación de aquellas
realidades buenas –santas- que Dios nos ha dado a lo largo de toda nuestra
vida.
c). Rectificar intención permanentemente:
Nuestra Madre del Cielo, quien nos cuenta el Evangelista San Lucas “guardaba todo en su corazón” nos invita
a crecer en la fe procurando actuar desde el espíritu, lo que implica preguntar
una y otra vez “¿Qué haría Cristo en
nuestro lugar? ¿Señor qué quieres que haga?
Esto
nos permite evitar reacciones instintivas, donde el impulso ciego nos haga arrepentirnos
muchas veces de lo que dijimos de más, olvidando que somos esclavos de lo que decimos
y reyes de nuestros silencios,
Es
menester con frecuencia rectificar la intención porque como acontece a lo largo
de la vida, la condescendencia con el mal deviene de pequeños actos hechos por
la tibieza de la costumbre y la claudicación ante los poderes de este mundo.
Evitar
los malos pensamientos es un deber que todo católico ha de procurar cumplir,
apoyado en la oración constante al poder de intercesión de la Virgen María que
en todo momento no deja de recordarnos lo dicho en Caná de Galilea: “Hagan todo lo que Jesús les diga”.
¡Que
Viva Cristo Rey!
CAPELLÁN ST.PETER’S SCHOOL
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