TEMA
: “LIBRES PARA TENER Y NO
TENER”.
FECHA: MES
DE MARÍA /
DÍA SÉPTIMO /
AÑO 2019.
El
Evangelio nos enseña a ver la realidad desde la fe. La Virgen es la mejor
creyente. Nadie como Ella ha creído en las promesas de Dios, cuya voluntad
siempre se cumple. Por eso, cada camino de perfección como son los mandamientos
los recorrió primero y plenamente nuestra Madre Santísima, entre ellos, el de descubrir que el tema de los bienes materiales
no debe abordarse estrictamente desde una perspectiva económica, material,
social o política sino desde la realidad de una entrega, desde una disposición
interior según lo cual hablamos de “riqueza
de la pobreza” y “pobreza de la
riqueza” cosa que por cierto se opone a los criterios vigentes de un mundo ávido
de bienes y cambios paradigmáticos…¡La fe y los mandamientos no cambian!
El
séptimo mandamiento dice; “No robar”.
Fundamentalmente esto implica evitar la sustracción y retención de un bien
ajeno. En todo tiempo robar ha sido considerado como algo malo, independiente
de la región del mundo que se trate o de la época…por todos siempre el hurto es
sancionado y, por otra parte, desde el
séptimo precepto se defiende la propiedad privada que debe estar (abierta) en función de las necesidades básicas de cada
persona.
PADRE JAIME HERRERA CHILE
Desde
el ejemplo de la Virgen María como aquella que vivió las virtudes domésticas en
su hogar de Nazaret podemos destacar en este día:
a). Buen uso de los recursos naturales: La
Virgen María como toda mujer, y aún más en la cultura oriental y semita estaba dedicada presencialmente a tiempo
completo en los afanes del hogar, por lo que sabía de economía doméstica, de
bienes de suyo limitados optimizados en su mejor rendimiento, tal como lo hace
una dueña de casa que le llegan visitas y es capaz de “improvisar” el mejor de los almuerzos u once comida con los amigos
de cada uno de sus hijos. Debemos recordar que la naturaleza es la huella de
Dios (toda ella nos habla de Dios) porque fue creada por Él, por esto hay que
evitar incidir negativamente en ella al momento de sacar con inteligencia y
oportunidad sus recursos por medio del trabajo honrado.
Tales
bienes han sido creados por el Señor Dios para el buen uso de todos por lo que –efectivamente-
hay un destino universal de los
bienes que en nada merma la existencia de la propiedad privada sino que la
complementa y perfecciona.
b). Multiplicar creativamente los bienes:
La Virgen nos enseña a llevar una vida sobria, austera, y digna, en la cual las
diversas virtudes se entrelacen al momento de cuidar los bienes obtenidos y aquellos
bienes de los demás, especialmente, los
que son de uso común en la sociedad. La virtud de la templanza es necesaria
para moderar la ambición por acumular bienes, recordando que siempre serán un medio y nunca
un fin existencial. Podemos amar con nuestros bienes pero no amar los bienes.
Sin
duda la excesiva acumulación de riqueza puede esclavizar tanto al que desea
obtenerlos algún día como al que los tiene desde hace mucho tiempo, pues la
codicia, la ambición, la soberbia y el egoísmo no son atributo de un segmento
social determinado sino más bien, lo es de quien deja de amar y servir a Dios como
está llamado a serlo…¡y hacerlo!
CERRO TORO VALPARAÍSO
Trabajo bien hecho: Podemos
hablar de una “propiedad servicial” lo
que implica que lo que poseemos realmente, no por partes ni por un tiempo, permanezca
siempre en disponibilidad de quienes lo requieren por comprobada necesidad para
subsistir con dignidad. El trabajo puede ser un camino de santificación
personal y social si lo hacemos bien, por eso, el estudio no puede estar sujeto a “las ganas” sino a la primera obligación
que tiene (cada estudiante) “laboralmente” el que está en etapa de
formación sea a nivel preescolar, básico, secundario o de educación superior.
c). Crecer en virtudes:
Finalmente, la Virgen María nos invita a
las virtudes de la: Templanza que modera aquello que se desea y posee; la
generosidad compartiendo aquello que legítimamente hemos adquirido con los más
necesitados; la caridad, dando de lo que uno incluso puede necesitar en bien
de los demás al estilo de San Alberto Hurtado: “Dar hasta que duela el bolsillo”.
El
cumplimiento fiel de este precepto dado por Dios al Patriarca Moisés en el Monte Sinaí contribuye eficazmente
a disminuir la pobreza, ayuda al crecimiento de la virtud de la honestidad, y nos
permite confiar más en las personas. ¡Ninguna mujer en toda la historia ha
hecho más que lo que hace la Virgen¡ por esto, el mandamiento de “no robar” debemos cumplirlo cuidando y
compartiendo lo que poseemos.
¡Que
Viva Cristo Rey!
IGLESIA EN
CHILE 2019
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