TEMA : “MARIA
PRONUNCIA EL SANTO NOMBRE DE DIOS”
FECHA: DIA SEGUNDO MES DE MARÍA AÑO 2019.
“No
tomar el nombre de Dios en vano ni en falso”
(Éxodo XX, 7).
Nos
corresponde en este día a detenernos en el segundo mandamiento dado por Dios en
el Monte Sinaí al patriarca Moisés. Nos habla de jurar bien y de respetar el
nombre de Dios porque es santo.
Sin
duda, lo primero que hacemos ante una persona desconocida es dar el nombre, por
lo cual, se devela en parte algo propio
e íntimo. Cada uno respeta su nombre y se ofende si se mal utiliza o se dice un
sobrenombre. Respecto del Nombre de Dios sólo cabe el respeto a su uso evitando
vincularlo con lo intrascendente, lo innecesario y banal. El juramento en la
antigüedad era tenido como algo decisivo por lo que sólo podía ser invocado
Dios como testigo de algo veraz y trascendente. El solo nombre de Dios es
adorable, ante el cual toda rodilla debe doblarse -en cielo y tierra- como
signo de respeto y piedad.
El
deber positivo de este precepto implica el voto, el juramento y la promesa,
realidades a las cuales la Virgen María
desde niña estuvo tempranamente vinculada, puesto que sabemos –por voz de la
tradición- que la Virgen desde su
primera infancia estuvo consagrada a Dios por lo que toda su vida fue cumplir
la voluntad de Dios desde la entrega y disponibilidad.
No
basta con repetir el nombre santo de Dios. Es inútil la alabanza de nuestros
labios si acaso no va unida a la del corazón. Esto nos hace descubrir que el
acto de respetar el santo nombre de Dios como eco de la fidelidad es una virtud de gran provecho en la
presente cultura de la simulación y las apariencias. En efecto, la dicotomía
entre lo que se vive y profesa, entre lo que se promete y cumple, encuentran en
el testimonio de la Santísima Virgen un muro insuperable. Donde muchos muestran
lo que no son la Virgen con su vida nos dice quién es.
El
respeto del santo nombre hecho alabanza si bien “no es necesario” para Dios porque todo lo es, si
ayuda a quien lo hace para crecer en la virtud de la piedad y a los demás.
¿Quién no se ha sorprendido gratamente cuando un hijo llama con respeto y
cariño a su padre? Entonces, ¡Cuánto más si a Dios se refiere!
VALPARAÍSO
CHILE NOVIEMBRE 2019
El
hecho que la Santísima Virgen desde niña estuviese consagrada con la anuencia
de sus padres –san Joaquín y santa Ana- es
una promesa hecha “voto” que implica obligarse a hacer algo y omitir todo lo
que vaya contra de esa promesa y voto.
La
Sagrada Escritura nos enseña que un voto hecho por amor a Dios es bueno y
conveniente a quien lo hace. Así el libro del Eclesiástico nos recuerda que: “Si haces voto a Dios no olvides en cumplirlo” (V,
4-4)….En
tanto que el texto de los salmos exhorta vivamente: “Haz votos al Señor y cúmplelos” (Salmo
LXXV, 12).
Para
valorar lo que conlleva el respetar el santo nombre de Dios es bueno tener
presente que la Virgen concibió a Cristo antes en su alma que en su cuerpo
porque su acto de consagración fue anterior al de su condición virginal. Sin
duda existe una vinculación entre quien es fiel con quien honra a Dios.
El
actual Sumo Pontífice en Octubre de 2018 dijo respecto del segundo mandamiento:
“Es una invitación a no ofender el Nombre
de Dios y a evitar usarlo inapropiadamente”.
PRIMERA COMUNIÓN
NOVIEMBRE 2019
Un
día fuimos bautizados en el “nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.
Con ello se inició nuestra vocación a la santidad, avanzando en procurar vivir
de manera cotidiana según el querer de Dios. Esto no se vive de manera privada,
como cerrado en las cuatro paredes de nuestra vida, sino que está llamado a
implementar una cultura creyente y católica en la cual el Santo Nombre de Dios
se reverenciado y respetado tal como se conserva en algunas instituciones en
orden a iniciar toda actividad “en el nombre de Dios”.
Lo
anterior no debe quedarse solo en las palabras e intenciones, por muy
elocuentes y hermosas que estas sean. Debe notarse en la vida cotidiana que
Dios nos importa, y que nos esforzamos por cumplir cada uno de sus
mandamientos, lo cual va perfilando un modo de vida que en algún momento entrará
en conflicto con los criterios de quienes han optado por marginar a Dios de sus
vidas y sociedad. Lejos de desincentivar nuestro deseo de llevar el nombre
santo de Dios a todos y a todo, el hecho de ser signo
de contradicción será un “trampolín” para la rectitud de intención por el
camino de purificación que el Señor disponga.
Pidamos
a Virgen María ser fiel a Dios en nuestra consagración bautismal y a respetar en todo momento de palabra y hecho
el Santo Nombre de Dios. ¡Que Viva Cristo Rey!
DIÓCESIS DE
VALPARAÍSO CHILE 2019
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