martes, 14 de noviembre de 2017

“MARÍA, MADRE DEL BUEN CONSEJO”

 MEDITACIÓN QUINTA   /   MES DE MARÍA   /   AÑO 2017.

Quienes vivimos en la costa, estamos habituados a ver durante las mañanas la llamada vaguada costera, la cual a medida que el sol se fortalece, se disipa y deja ver todo con plena claridad. Lo que a las nueve parecía “invisible” al mediodía  ya luce en todo su esplendor.

a). Origen de la devoción a la Madre del Buen Consejo.

Esto nos sirve para descubrir la riqueza espiritual que encierra la letanía de este quinto día del Mes Bendito: “María, Madre del Buen Consejo”, Pues, el Espíritu Santo por medio del don de consejo, que adornó el corazón de la Virgen, nos permite ver con claridad los designios de Dios a pesar de la bruma que impone una sociedad neopaganizada, que llena de materialismo ha dado como cultura la espalda a la voluntad de Dios.

Luego de la Asunción del Señor a los cielos, les dijo a sus Apóstoles que fueran al mundo entero enseñando y celebrando los siete sacramentos. Ellos cumplieron lo mandado en medio de grandes dificultades y persecuciones, cosa que se extendió hasta el año 313, cuando la fe cristina tuvo carta de ciudadanía a lo largo de  todo el imperio romano.

El año 336 fue electo como Sumo Pontífice el Papa Marcos, quien enfrentó la herejía arriana fortaleciendo la devoción a la Virgen María, colocando el primer templo edificado luego de las persecuciones bajo el patronazgo de la “Madre del Buen Consejo”, ubicada en la ciudad de Genazzano a 60 kilómetros de Roma. Se trata de un cariñoso “piropo” que tiene cerca de 1700 años en nuestra Iglesia Católica.

Aquella ciudad –por entonces- era un antro de paganismo, vicios y desenfreno moral. No podía ser otro lugar donde la piedad hacia la Virgen se manifestase con fuerza pues allí donde un hijo lo necesita la madre siempre se hace presente. Ella no es renuente a las pruebas, a los desafíos ni a la persecución pues desde que al anciano Simeón le dijo: “A ti una espada traspasará tu corazón”, Ella optó por estar del lado de quienes son perseguidos y postergados. ! Los pequeños son sus hijos predilectos!

A lo largo de todos estos años los Papas han demostrado mucho cariño hacia este nombre de la Virgen como la “Madre del Buen Consejo”: El Papa Pío V envió un corazón dorado de regalo que colocaron en dicho templo; el Papa Urbano VII fue en peregrinación durante una grave plaga; el Papa Inocencio XI coronó la imagen (1682); el Papa Benedicto XIV bendijo la cofradía en su honor; el Papa Pio IX introdujo este nombre en las Letanías Lauretanas; el Papa Pío XII la escogió como Patrona de su Pontificado, y el Papa Juan Pablo II visitó varias veces dicho Santuario.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)  cayó una bomba al interior de la Iglesia destruyendo todo,  excepto la imagen venerada de la Virgen del Buen Consejo.

b). El don de consejo en el corazón de la Virgen María.

Jesús hizo de su vida el cumplimiento del “proyecto” (consilium en latín) de salvar a todos los hombres. Lo dijo claramente: “No he venido a hacer mi voluntad sino la de mi Padre que está en el Cielo”.

A lo largo de su vida Nuestro Señor es reconocido como el “Maestro bueno” que todo lo hizo bien. Por ser Dios verdadero, es bueno como Él, entonces,  Cristo es el “buen proyecto” de Dios, y María, es reconocida como la “Madre del Buen Consejo”. Así lo hizo en las Bodas de Caná de Galilea cuando “aconsejó” a los novios atribulados exhortándoles a “hacer todo lo que Jesús les diga” (San Juan II, 5).

María Santísima en momentos de confusión clarifica. Cuando caminamos en oscuridad o sumergidos en medio de una espesa neblina  avanzamos de manera insegura, con algo de temor y  tímidamente, porque no vemos lo que viene. Su presencia disipa las tinieblas y deja ver con claridad lo que inicialmente se presenta sólo como oscuridad.

El momento actual en que nos toca vivir nuestra fe católica está lleno de crisis e incertidumbre, por ello la devoción a recurrir a la Madre del Buen Consejo constituye un verdadero imperativo para nuestros días.

c). ¿Qué nos pide la Virgen del Buen consejo en este tiempo?

Ser aconsejados por el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo, por medio del don de consejo,  ilumina nuestra conciencia en las opciones que la vida desafía, sugiriéndonos aquello que es lícito, lo que corresponde, lo que es más conveniente para el alma, que de suyo debe ser nuestra prioridad en la vida. Esto evitará que seamos “llevados por la vida” sino que seamos nosotros quienes “llevemos la vida”. Las “riendas” de nuestras palabras y acciones las toma nuestra conciencia asistida por el don de consejo, y no ha de ser tironeada por las pasiones, deseos y quereres.

Aconsejar desde el don de consejo del Espíritu Santo.


El don del Consejo reconstruye nuestra conciencia: esto nos permite ver mejor y estar mejor, puesto que  el camino de la docilidad y la sabiduría se allana con la obediencia filial que tuvo la Virgen María hacia los designios de Dios.

Durante este Mes nos esforzaremos por dar buenos consejos a nuestros amigos, teniendo la certeza que es el mejor regalo que podemos hacerles. Una buena amistad se nutre de una confianza que se gana de aprender a recibir buenos consejos y no se queda sólo en nutrir un activismo lúdico.

Agradezcamos siempre el consejo oportuno que viene a nosotros, porque nos permite enmendar y corregir el rumbo de nuestra vida, y alejémonos de quienes callan neutralmente mientras nos hundimos en un abismo.

Imploremos en este quinto día del Mes Bendito de María que  la Virgen “sea la inspiración de nuestros pensamientos, la guía de nuestros pasos, la maestra de nuestra disponibilidad, la Madre y consejera de nuestra perseverancia”. ¡Que Viva Cristo Rey!
   



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