MEDITACIÓN DÉCIMO SEGUNDA / MES DE MARÍA / AÑO
2017
¡Que hermoso es mirar
hacia el cielo en la noche en medio del campo! Aparece infinitud de estrellas
que antes no parecían desconocidas! En el plano de la fe pasa algo parecido:
Descubrimos algo que va más allá de nuestra inteligencia, y que Dios nos ha
dado a conocer. La Virgen es experta en esto: Mirar la realidad desde el don de
la fe, por eso hoy la llamamos: La Virgen Fiel.
Nada de cuanto un
pescador deposita en el corazón de la Virgen queda al margen de la mirada,
bondad y misericordia de Dios. Todo lo nuestro lo ve en los ojos de la Virgen
Madre.
La Santa Eucaristía es el
corazón de la Iglesia…si resulta imposible imaginar a una persona viva sin
corazón, de modo similar resulta creer en una Iglesia viva sin la Santa Misa
donde palpita Jesús…
En este día honramos a la
Virgen María porque sobresalió en la virtud teologal de la fe. Ella fue muy
fiel a todo lo que el Señor le pidió, caracterizándose por tener una actitud de
inicial acogida a los planes de Dios.
Por ser la fe la primera de
las virtudes , y teniendo presente que la Santísima Virgen las tuvo siempre en
grado perfecto, podemos descubrir en toda su vida el modo cómo vivir el don de la
fe, particularmente, en medio de una
sociedad que, a causa del materialismo imperante,
reniega de ella, y en ocasiones, no
menores, la mutila colocando una división
entre la vida como creyente y la vida
como persona, lo cual –finalmente- es causa del germen del liberalismo, que –inevitablemente- terminará provocando una
doble vida moral, y mañosamente colocará el credo en la vereda contraria al de
la vida cotidiana.
Entonces, al interior del
templo se vive como creyente, y fuera de él se vive a lo pagano. No se ve mayor
dificultad en que un ateo o masón imponga sus criterios como autoridad pública,
y termine arrinconando la vida de la Iglesia a un simple ramo de historia, al
interior de un museo, o como parte de unhobby propio de excéntricos
espirituales.
Con ello se esconde la
vida pública de la fe, se niega el Reino de Cristo en la sociedad: Según el
progresismo religioso Jesús no puede mostrarse públicamente, no puede hablar
públicamente…se le esconde…perdonen la
comparación… como Alf cuando tiene visitas no tiene derecho a hablar a los
demás. Es una vida de creyente que no molesta, que esta cómoda encerrada al
interior de la conciencia, pero que no sale a convertir, no busca el esplendor
de la verdad, y no se presenta como propósito cautivante de una vida verdadera.
¡Qué distinta es la fe de
nuestra Madre Santísima! Ella de inmediato comunica, contagia de gozo y
acompaña “en las buenas y malas”, cercana
con cuantos anhelan vivir en fe al modo como San Pablo nos lo describe: “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien
vive en mi”.
Características que debe
tener nuestra fe:
Sencilla:
Amerita la aceptación o asentimiento rápido de todas las verdades reveladas por
Dios en las Sagradas Escrituras, incluidas aquellas que por su grandeza resulten un misterio para la
inteligencia por estar más allá de sus capacidades. La fe tiene razones que la
razón desconoce. ¿Es razonable la fe? Por lo pronto no puede ir contra la razón
pero si más allá de ella….como acontece con una estrella muy distante que no
deja de existir porque no la veamos y nuestro “mirar” sigue siendo válido y eficaz
aunque limitado.
El Señor Jesús nos
recuerda que: “quien no acoge el Reino de
Dios como un niño no entrará en el Reino de los Cielos” (San
Lucas XVIII, 17). Los criterios del Santo Evangelio sólo
pueden ser descubiertos por quien deposita su fe totalmente en Dios: “se las
has revelado a los pequeños” (San Mateo XI, 25).
Sólida: La
confirmación a lo revelado lo hacemos apoyados en Dios que lo dice. Cuando
éramos pequeños el argumento decisivo que zanjaba una discusión de cualquier
materia, era “lo dijo mi papá”. Los
creyentes decimos: “Lo dijo Dios” y esto
simplemente nos basta.
En el mundo de la materia tenemos los ojos para
descubrir todo nuestro entorno que de suyo nos habla del poder y de la bondad
de Dios; en el mundo del conocimiento,
tenemos la inteligencia, por medio de la cual donde descubrimos los
principios, leyes, y ciencias, y en el mundo
sobrenatural tenemos el don de la fe para descubrir los misterios y
verdades que Dios nos enseña con el fin de alcanzar la bienaventuranza eterna.
Por esto tengamos presente
que la fe debe ser firme, no dudosa ni vacilante. Como es Dios quien lo asegura
es algo que no cambia, que no se funda en los sentidos que pueden equivocarse,
tal como la experiencia nos lo indica, como tampoco se fundamente en la
argumentación que de suyo es limitada.
Para confirmar nuestra fe,
Jesús fundó la Iglesia cuya misión es custodiar y darla a conocer a todos, en
el esplendor de la verdad. La Iglesia en su misión puede ser zarandeada,
hasta puede moverse por aguas muy
turbulentas pero nunca se hundirá porque tiene su apoyo en Jesucristo que la
asiste hasta el fin de los tiempos con su advenimiento en la Parusía.
Dios vio en Ella a quien
como perfecta creyente (fe) era capaz de hacer el bien a todos y en todo
momento (amor). Su fe fue formada en la más perfecta caridad, por eso hoy y
siempre la reconocemos como la Virgen Fiel. ¡Que Viva Cristo Rey!
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